Hoshi había comenzado a usar la ropa que estaban guardada en los cagones, lo que mas se encontraba eran camisas holgadas y pantalones deportivos, supuso que seria para no tener dificultades con la talla. Aun asi se había negado a rendirse, seguía intentando una y otra vez con el código fallando todo el tiempo, ya que Woozi dormía la mayor parte del rato él aprovechaba para buscar otras alternativas de escape; algo que no haya visto antes o algún error en el diseño de la pequeña habitación, y estaba seguro que en cuanto tuviera a la mano algo pesado y duro se pondría a cavar. Cuando no se escuchaban las bocinas con alguna que otra canción lo hacían con radio novelas...si, radionovelas aburridísimas que tentaban a Hoshi a recostarse y dormir, pero no todas eran tan malas, había una que lo hacía detenerse y sentarse para escuchar atentamente reaccionando a la historia, Woozi empezó a hacerlo cuando Hoshi dejo de ser silencioso.

—Ella tenía todo el derecho a engañarlo, él es un maldito— Se quejó sentado sobre su cama, pensando en cómo la protagonista podría ser feliz con el buen amigo secundario. —No sé por qué no lo hizo.

—¿respeto? Ella sigue estando con él, su amigo no puede llegar y decirle que la ama como si no hubiera dejado pasar capítulos. —Mencionó Woozi recargado en la fria pared. —Besarla sería injusto.

—Pero era porque deseaba verla feliz, él no sabía que ella lo amó durante tanto tiempo, si lo hubiera sabido la historia se acaba con ambos felices.

—Por eso no lo supo hasta que ya era tarde, la historia debe seguir para tener un buen final.

—A ti te gustan los chicos malos, es por eso que no te agrada, su buen corazón es demasiado grande como para que lo aceptes— Woozi no comprendió a quien iba dirigida aquella frase, si a él o a la protagonista, pero Hoshi no prosiguió, se atención se vio robada por las bocinas.

Asi eran sus ratos de descanso, escuchando historias e intentando escapar. El tiempo se volvia confuso, Hoshi pensaba que llevaba semanas atrapado, pero no era asi, las bocinas marcaban la verdad y ya no sabia si confiar en ellas o ignorarlas, preguntarle a Woozi era caso perdido. Su prioridad era siempre escapar, porque estar encerrado no era lo suyo, aun si le agradaba la compañía de Woozi, aun si le gustaba mas la comida que le servían ahí que la que solia comer en su solitario departamento, aun si había encontrado un extraño gusto por las radionovelas, aun con todo esto su prioridad siempre seria escapar... aun si no era del todo una mala vida.