Las camas de Hoshi y Woozi terminaron por juntarse, el espacio seguía siendo el mismo pero al estar distribuido de diferente manera daba la ilusión que había incluso más que antes. El pequeño cuarto no cambiaría, no se agrandaría con solo mover un par de camas y tampoco se achicaría con cada mañana, era lo que tenía estar encerrados, no había manera de cambiar sin importar cuantas veces intentaran hacerlo. Con el frio siendo insoportable buscaban refugio bajo las sabanas, Hoshi no dejaba de abrazar a Woozi por lo más frías que se pusieran sus heladas manos, era solo cuestión de que el calor corporal los envolviera por completo.

—Nunca he ido a Busan— Murmuró Hoshi bajo las sabanas. Hablar del pasado no era algo que hicieran con frecuencia, generalmente lo evitaban por obvias razones, pero quizás en esa noche que hacia más frio la añoranza les dio la ilusión de la calidez. Woozi se encogió aun con los brazos del mayor rodeándole. —¿y cómo llegaste a Seul?

—Solo quería apartarme de mis padres.

Ambos se burlan de ello, porque ahora estar con sus padres es el deseo más grande de ambos. Hoshi se apega más al pequeño cuerpo de su compañero. Su aliento era cálido, por eso pensó que incomodaría al rubio, pero no, Woozi parecía ignorarlo a pesar de que el aire caliente le golpeara en el cuello.

—Pensé que Seul seria una ciudad un poco más segura que otras, con tantas personas debería.— pero se equivocó, saben que aquella persona que los vigila no podrá escucharlos. —Entre tantas personas nadie se da cuenta cuando alguien desaparece. ¿Cuántas estarán en la misma situación?

Woozi suspira.

—Solo nosotros. Él no es normal, no es como los otros.

—¿te han secuestrado más veces?

Sorprendentemente Woozi sonríe por el tono burlón de Hoshi.

—Solo conócelo.

Hoshi niega mientras se hunde más entre las sabanas. Aun no. Sabe que tiene que ocurrir, pero queda una pizca de esperanza y ver a su secuestrador seria el final, rendirse ante él y aceptar que no hay salida. Besa la mejilla de Woozi y se queda ahí, porque busca consuelo entregándolo, porque sabe que su compañero no es la persona más cariñosa del mundo. Quiere salir, sin duda lo desea, pero si aquella pequeña luz se apaga tratara de vivir con ello.