Mingyu despertó tarde ese día, su cansancio lo había superado y las alarmas a las cinco y media de la mañana no fueron escuchadas, ni siquiera cuando llamarón a la puerta consiguió levantarse, fue hasta las ocho de la mañana que abrió los ojos y se levantó de golpe para hacer todo con prisa. No desayunó y ni siquiera se detuvo a limpiar un poco su departamento, solo salió de él corriendo como si realmente tuviera una cita a la cual acudir, pero no, solo llegaba tarde al trabajo.

Tomó su celular en el auto y marcó el número de Wonwoo, despues de todo no tenía mensajes suyos ni llamadas pérdidas de él, quien se suponía lo despertaba cuando sus alarmas no lo hacían. Se detuvo en un semáforo y esperó a que contestara.

—Hola Minnie.

—Junhui.— pronunció con un suspiro de cansancio. —¿Qué haces con el celular de Wonwoo?

—Contestándote ¿no es obvio?

—Si no se lo regresas lo considerare robo.

—No le tengo miedo a la policía coreana, despues de todo dejan que sus habitantes desaparezcan.— Arrancó el coche una vez el semáforo cambio de color, se dirigía al laboratorio donde se suponía que debería de estar Wonwoo. —¿Sabe agente Kim?— Habló de nuevo Jun a través de la línea. —Pongamos prioridad al trabajo, nos vemos en su oficina, ahora si es posible, tengo algo que puede ayudarnos con el caso.

Junhui colgó y Mingyu hizo una mueca seguida de un quejido, ahora tenía que dar vuelta para dirigirse a su oficina, porque cualquier información era valiosa aun cuando venia del agente chino, giró donde no debía y aceleró sin importarle los semáforos, quizás era aquella pequeña espina de que el agente Wen aun siguiera con el celular de Wonwoo, de su Wonwoo.

¿Cómo negar lo que era evidente? Jun ya se había dado cuenta con tan solo unas semanas, le estaba tomando una gran ventaja en lo que sea que estuvieran haciendo, porque cada que escuchaba el nombre de su... compañero de los labios del chino el enojo lo atacaba, se decía a si mismo que era por culpa del trabajo, que lo único que quería era que Wonwoo no cayera en Junhui quien de seguro lo haría trabajar solo para él, pero parte de ello era mentira, sabia a la perfección que quería alejar a Wonwoo de Junhui por algo más allá del trabajo, y no se sentía con el valor de encarar a ninguno, porque no había derecho. Él y Wonwoo no eran más que compañeros de trabajo, y debían de respetar la vida amorosa de cada uno, aun si Mingyu moría por dentro cada vez que JunHui insinuaba atraer a su Wonwoo.