Contrario a las primeras dos noches la siguiente le fue un infierno, daba vueltas en su pequeña cama y el frio comenzaba a entrar a la cerrada habitación, quizás no lo sintió de inmediato, pero se estaba congelando en ese momento entre la noche. Woozi se mantenía como un pequeño ovillo bajo las sabanas y temblaba de manera exagerada de vez en cuando, lo notaba en algunas de sus tantas vueltas entre la pared y el rubio, porque moverse le ayudaba a mantenerse en calor. Se incorporó y volvió a recostar con frecuencia quejándose de su espalda, del frio y de la oscuridad, aunque lo último era lo normal.

Saber si era de noche o de día no era tan fácil, cada cierto tiempo las bocinas dictaban en una voz femenina y metálica la hora, quizás exacta o quizás no, pero era la única manera de tantear el día. Si Hoshi hacia una pregunta directo a la cámara no era respondida, pero si Woozi lo hacia de nuevo la voz femenina y metálica sonaba con una respuesta. Se preguntó porque el secuestrador no usaba su propia voz en vez de una mala aplicación.

—Es tímido.— dijo Woozi en medio de la noche cuando Hoshi soltó la pregunta por accidente. —Acabas de llegar y eres muy agresivo para él, necesitan tiempo.

—¿tiempo?— soltó una risa sarcástica desde su cama, miraba al techo porque estaba oscuro, porque las luces estaban apagadas y porque no quería buscar el rostro de Woozi. —él necesita ir a un manicomio y yo necesito salir de aquí.

—Hoshi. — La voz de Woozi sonó diferente, como si quisiera ser más comprensivo o tal vez persuasivo. —mientras más rápido te resignes será mejor. No se puede salir de este lugar. Nadie comete el mismo error dos veces...o al menos no él.

De repente las ganas de querer dormir se fueron, se incorporo y miró a Woozi con algo de sorpresa, y no era por sus palabras, era por la forma en la que hablo, la manera en la que su voz se quebró en la penúltima frase. Definitivamente Woozi había pasado por varias cosas antes de que él llegara, porque no sabia cuanto tiempo llevaba ese rubio encerrado en esa pequeña habitación, el pasado de su compañero era tan incierto como su propio futuro.

—¿lo has intentado?— preguntó con sincera preocupación, Woozi aclaró su garganta y limpio su rostro sin darle la cara.

—Solo una vez.— Fue su respuesta, mas fría que la misma habitación. —y por eso estas aquí.

Se dejo caer, tanto en la cama como en el sueño, estando aun confundido por las palabras del chico rubio y por sus propios pensamientos. Se dejo caer tan pesado sobre el colchón, porque lo único que pudo hacer fue caer.

"Y por eso estas aquí" Si, caer era lo mejor para desaparecer.