¿tiene sentido?
Sábado, 26 de enero de 2019, 1:48
Después de un largo día de trabajo en la cafetería, Jeongguk se encontraba listo para dormir. Eran las dos de la mañana, y era lo que más quería ahora mismo.
Ese día había sido agotador. Seokjin (el dueño del lugar) le advirtió cuando llegó a la tienda que ese día iban a celebrar un cumpleaños un grupo de adolescentes y que tenía que estar mentalmente preparado para las alborotadas hormonas de los pubertos. Sintió que estaba listo, pero supo después de que llegaran que no era así.
¡Eran insoportables!
Se la pasaban hablando como si fuesen expertos en sexo, juzgando a las personas que pasaban y sintiéndose superiores solamente por ser los que reservaron el lugar.
Como si el dinero con el que pagaron fuera suyo y no de sus padres adinerados.
Quiso golpearles más de una vez, sin embargo seguramente eso no saldría bien.
¡¿Se creen muy mayorcitos?! ¡Vengan y paguen mis cuentas!
Él creció en un hogar donde el dinero no sobraba, de hecho muchas veces era lo que faltaba, pero eso no fue impedimento para estar rodeado de gente amorosa. Al cumplir la mayoría de edad se fue a Seúl (dejando Busan atrás) para poder ser independiente, teniendo siempre presente los valores de sus padres desde pequeño hasta la actualidad y no dudaba que en el futuro sería igual.
Prefiere mil veces pisar carbón ardiente a que olvidar todo lo que sus padres le enseñaron por años, y es debido a que siempre estuvo de acuerdo con ello.
¡¿Por qué esos niños tenían que ser tan diferentes?!
Bufó mientras acomodaba su cabello negro hacia atrás. Sólo vestía una camisa holgada blanca y unos pantalones grises. Como dije, listo para dormir.
Dio un vistazo a su alrededor, procurando que todo estuviera en su lugar.
Lavó los trastes antes de irse y comió en el local. Habló con su madre saliendo del trabajo, así que eso ya no estaba pendiente. Desconectó los aparatos que no ocupaba y cerró con llave la puerta de su departamento.
Y ya todo en su lugar, se acostó en su cómoda cama.
-Ya te extrañaba -le dijo al mueble al mismo tiempo en que se sumergía en las sábanas.
Sin embargo la característica música de su móvil lo saca de sus deseos.
Eran las dos de la mañana, sus amigos eran unos flojos y obviamente no estarían despiertos a esas horas. ¡¿Quién demonios era?!
Haciendo un berrinche y sentándose, tomó su celular de la mesa de noche.
-¿Hola? -esperaba que fuera alguien que valiera la pena.
Y en parte lo fue, lo supo cuando escuchó sollozos del otro lado de la línea.
-Tú...
Por más que quiso identificar la voz, le fue imposible. Ésta no se le hacía conocida y encima hablaba de forma lenta.
-¿Quién es?
-Rebobina...
Frunció el ceño.
-¿Qué?
-Bebé, vuelve a mi mundo, por favor...
Algo que hacía a Jeongguk él mismo, era el hecho de ser de frío corazón, por lo que jamás se ha enamorado y mucho menos ha tenido parejas, así que no entendió cuando el hombre le dijo aquello.
O sea, tenía en cuenta de que era bisexual, pero no ha tenido novios.
Además...
-Chico, ¿estás borracho?
-¡No lo estoy! -hipó-. Sólo bebí muy poco, tú nunca me dejaste hacerlo -ese tipo de acusación no sonaba como a él, mucho menos si nunca se lo ha dicho a alguien-. Escucha...
-Creo que te has equivocado de-
-¿Esto tiene sentido para ti? -le corta y Jeongguk queda mudo.
Bien, soportó a chicos hormonales en la tarde, ¿y ahora a un borracho por la madrugada?
-¿Quién eres?
-¿Realmente eso querías decir?
-¿Decir qué?
-Que fui un juego -sollozos tras sollozos. Jeongguk comenzaba a preocuparse sólo un poco-. Que sólo quisiste probar, que no fuiste sincero y que no fue tan bueno como te contaron...
-Oye yo-
-Pensar que nuestro amor... podría cambiar tan fácilmente -murmuró dolido. El azabache se removió incómodo.
Exactamente, ¿qué debía de hacer?
-Chico, no sé quién eres pero creo que deberías de decirle a tu compañero de bebidas que has tenido suficiente.
-Estoy sólo -respondió la voz al instante-. Como en el principio, antes de que te conociera... Así debí quedarme siempre, ignorando tus coqueteos falsos -se escuchó la música de repente y el otro tuvo que acercar más su celular-. Y claro... Sígueme hablado con normalidad, como si todo estuviera bien. Eso me dijiste, ¿no? Que actuara como si nunca nos hubiésemos liado, sin que nadie lo sepa... Así nadie sabe de tus momentos de curiosidad hetero.
Ah, el problema del chico sí que era malo.
-Deberías llamar a alguien para que te recoja, estás muy bebido.
-¿No escuchaste? -una risita. Jeongguk chasqueó la lengua-. Siempre he estado solo...
-¡Taehyung! ¡¿Vas a querer otra ronda?!
-¡Sí! -parecía que el desconocido estaba en un bar o algo así. Por más que pensó en el nombre que salió por el otro lado, él no conoce a ningún Taehyung. Se estaba empezando a estresar-. Ahora mismo sólo tengo a este chico que me da alcohol a cambio de todo mi dinero -se escucha cómo dejan los vasos sobre la mesa-. Creo que me está cobrando mal por estar un poco bebido... pero qué importa ahora -bebe y después suspira-. Mientras estaba contigo ayer, mientras mirábamos películas en el sofá de tu casa... Tus expresiones me lo decían todo, ¿sabes? Eras tan obvio... pero nunca quise decir nada por miedo a perderte.
-¿Qué era obvio?
La pregunta salió antes de que la pensara con claridad.
Primer strike. Su mamá siempre le decía que tenía que analizar antes de hablar.
El cuestionamiento pareció tomar por sorpresa al otro, ya que se quedó callado por un par de segundos.
-Estabas tan... aburrido de mí. Ni siquiera quisiste abrazarme, o dejarme reposar en tu regazo. Tampoco preparaste aperitivos o me diste cariños en mis cabellos. Sólo te quedaste ahí, como... si no te importara -sorbió su nariz-. Ahora sólo estoy llorando porque te extraño tanto... Soy tan patético...
-No, tú no-
-A pesar de que te odio hasta morir -le interrumpe. Seguramente ni escuchó su negación-, yo todavía pienso en ti.
Tal vez... eso sí es un poco raro.
Estaba demasiado confundido con qué hacer.
El chico estaba solo en el mundo (o así se refirió a su estado) y no quería cortarle porque parecía tener mucho qué decir.
Tal vez si sólo le escuchara, Taehyung se sentirá mejor y luego él podrá dormir, ¿no?
-El amor no terminó, ¡no tiene sentido! -espeta de la nada-. La historia de nuestra relación, la conversación acerca de nuestro futuro, el problema sobre la distancia no terminaron, ¡no tiene sentido! -repite-. ¿Desde cuándo eres así de cruel? -y el chico se rompe en llanto. Jeongguk podía escuchar a la perfección cómo se quebraba su garganta.
Dios, se sentía tan mal por el chico...
-Tu mirada hace que mi respiración se corte -confiesa entre sollozos-. Tus manos fueron las que me sostuvieron, demonios... Ellas me sostuvieron cuando les dije a mis padres que era gay, ¡¿eso también fue un chiste?!
-Taehyung, no grites, ¿sí?
-Sí, perdón...
Taehyung estaba literalmente rompiéndose y sólo le dice que no grite. Jeongguk estaba enojado con el chico que le servía al desconocido.
-En ese tiempo, pensé que lo nuestro sería para siempre. Cuando comenzamos a volvernos más cercanos y me invitabas casi todos los días a tu casa... Y mientras que el tiempo pasaba, te volvías cada vez más diferente, porque claro... Obtuviste lo que quisiste, y no te fui suficiente. Tus palabras y expresiones se volvieron tan frías, nuestra relación continuó dando vueltas en el mismo lugar... en tu cama.
Bien, eso ya fue suficiente.
-Taehyung, ¿cierto? -y por primera vez, el otro se quedó callado-. ¿Te molestaría decirme en dónde estás?
Tal vez podía ayudarle a llegar a casa y así poder dormir tranquilo sin tener en la consciencia que había ignorado a un chico con el corazón roto y borracho.
-¿Por qué quieres saber, Hoseok? -así que ese era el nombre de la sucia sabandija-. Incluso si no decías nada, lo sabía, ¡tú nunca me quisiste!
-Necesitas calmarte y decirme dónde estás para que pueda ayudarte a llegar a casa.
-¿Y para qué? ¿Vendrás por mí? Nunca viniste por mí cuando lo necesitaba, ¿y ahora sí? Ni siquiera lo hiciste cuando acabé en el hospital por un ataque de pánico debido a que me molestaron en la universidad por ser gay -Jeongguk se quedó helado-. No había más un lugar para mí en tu corazón, nunca lo hubo. No quieras venir a buscarme ahora.
-Taehyung, en serio necesito ir a buscarte.
-¡No te diré dónde estoy!
-¡Pero yo sí! -una voz se coló en la llamada y por los sonidos supo que el otro chico ahora tenía el celular de Taehyung-. No sé quién seas, pero ven a buscar a tu amigo. Está jodidamente borracho y dolido.
No se molestó en cambiarse, sólo se colocó un suéter y fue en busca del chico. No estaba lejos de su departamento, lo cual agradecía. Tampoco estaba muy enojado, prefería mil veces que ese tal Taehyung le haya llamado a él por equivocación, a que a su ex pareja o peor aún, a un viejo extraño.
Varios minutos después ya se encontraba delante del pequeño bar, y por los grandes vidrios pudo notar a varias personas en sus respectivas mesas, y a un único chico en la barra.
Éste se encontraba escondido entre sus brazos, el mesero le retiraba las muchas botellas que había a su alrededor. Sólo podía captar el hecho de que tenía un llamativo cabello rojo.
Suspiró. Aquí vamos.
Entró en el local y rápidamente sus pasos se dirigieron al chico pelirrojo.
-¿Vienes a buscarle? -dijo el chico que limpiaba la mesa, demostrando poco interés.
-Sí...
-Le quité su celular después de colgar -informó y después se lo entregó a él-. Cuídalo bien, ha estado llorando desde que llegó.
Jeongguk sintió algo feo apretar en su pecho. No le gustaba esto de ver a la gente así de triste...
-¿Está dormido?
-Creo que sí -y sin más, el contrario se fue.
Curvó sus labios incómodos para después mover un poco al borracho.
-¿Taehyung? -llama con voz un poco alta para que éste se despierte.
-¿Hoseok...? -funcionó.
-Eh... No, soy un padrino mágico que tiene la tarea de llevarte a casa -bromeó dejando salir una pequeña sonrisa.
-Siempre quise tener uno -contesta el otro y por fin se levanta.
Santo. Padre. De. Todos. Los. Ángeles.
Si algo que Jeongguk tenía era buen gusto, lo sabe por sus buenos outfits y películas favoritas, así que nadie le dejará mentir cuando dice que el chico delante de él era... precioso.
Sus ojos marrones que brillaban con un raro resplandor, su piel canela y labios delgados y rosados le hicieron sonrojar un poco.
¿Sonrojar? ¿Él?
-Hola...
-¿No soy muy mayor para tener un padrino mágico? -entrecierra sus ojitos con duda-. Timmy deseó nunca envejecer por esa razón...
-Bueno, es una ocasión especial -contesta aún siguiendo el juego-. Ahora, ¿me dejas llevarte a tu casa para poder cumplir mi misión?
Taehyung se le quedó viendo, aún con duda en sus facciones.
-¿Y tu cabello rosa... o verde?
Bufó. ¿Es en serio?
-¿Recuerdas a Juanísimo? -el contrario asiente-. Bueno, él era un padrino y tenía el cabello negro.
-Y una colita -de la nada el pelirrojo se levanta y se tambalea. Jeon le agarra de forma inmediata por la cintura para que éste no cayera-. Tú tienes el suficiente cabello para hacerte una. ¿Eres Juanísimo? -y con total descaro el otro toma de sus hebras y las acaricia.
Un raro escalofrío recorrió el cuerpo entero del azabache.
-Ehm... Sí -deja la charla ahí y pasa un brazo por su cuello. Cuando estuvieron fuera del bar habló de nuevo-: Entonces, ¿dónde queda tu casa?
El pelirrojo chasquea sus lenguas y cierra sus ojos.
-Lo siento, Juanísimo, pero si mi madre me ve borracho, me matará -responde y sin vergüenza se recarga más en el cuerpo ajeno-. Le dije que... me quedaría en casa de Hoseok.
-¿Por qué hiciste eso si no ibas con él?
-Porque ella estaría preocupada y yo... en serio necesitaba estar solo.
Taehyung actuó sin pensar, seguramente por lo dolido que estaba.
¡¿Y ahora qué?!
¿Llevarlo a su casa? Lo estaba considerando, pero se sentía un tanto desconfiado.
-¿En serio no tienes a alguien con quién pasar la noche?
Taehyung hizo una mueca y Jeongguk la asimiló a un perrito triste.
-El único amigo que tengo es Jimin, pero se fue a Estados Unidos para estudiar y me dejó solo -respondió manteniendo su cara deprimida-. No es que me enoje, solamente le extraño mucho -y sin más, guardó silencio.
Bien, no había otra opción.
;;---;;
Como su hogar no estaba lejos, le tomó relativamente poco tiempo llegar a él.
Sólo entró y técnicamente arrojó al pelirrojo a su sofá. Fue hacia su cocina y sirvió un vaso de agua.
Se lo entregó.
-Tómalo. No sé cómo tratar a gente bebida, así que hazlo.
El chico le miró confundido.
-Juanísimo... ¿No te emborrachaste de tristeza al perder a Wanda? -pregunta tomando desprevenido al otro.
-¿Qué?
-O sea -explica al mismo tiempo en que toma el vaso entre sus dos manos-. Ella te dejó por Cosmo...
Jeongguk se remueve un poco incómodo.
-No lo hice -se encoge de hombros ante la mirada perdida del otro-. Llorar por ella no haría que ella volviera.
Eso fue algo duro para la mente borracha del otro, o eso pareció porque se quedó callado buen tiempo.
-Cierto...
El azabache sonríe un poco más confiado.
-Además, ella se pierde a un hombre romántico y de grandes músculos -comenta mientras veía al chico tomar el agua.
La risita que él soltó por el comentario fue como música para sus oídos.
-Musculoso... -Jeongguk no tenía previsto la traviesa mano que se coló por su suéter y tocó su abdomen-. Sí, ella se lo... pierde.
Sintió su cara encenderse.
-E-Eh... ¿Quieres dormir?
Taehyung le mira. Sus ojos aún estaban deslumbrantes.
-Por favor... -responde con un puchero.
Dios, eso fue jodidamente tierno.
¿Qué tiene Hoseok en la cabeza para ser tan cruel con este chico?
-Primero te prestaré algo para que duermas cómodo -dijo y se levantó.
Lo llevó casi cargando hasta su cuarto y con cierto recelo lo depositó en su cama.
-Cómodo... -Taehyung musita, aunque para los oídos del menor fue más como un ronroneo.
-Ten -le extiende una camiseta holgada color celeste y unos pantalones negros como los suyos-. ¿Puedes cambiarte solo?
-Estoy cómodo -claro que lo está, ya se encontraba acostado en su cama-. Haz que tu magia me cambie...
Jeongguk bufa.
-Taehyung... Sólo funciona si tengo mi varita, y la mandé a reparar a Mundo Mágico -agita la ropa aún extendida-. Hazme el favor de cambiarte.
Y entre pataleos y pucheros, salió de su cuarto con la promesa de Taehyung de que le haría caso.
Sacó el celular ajeno de su bolsillo cuando lo escuchó sonar, la causa fue que la batería estaba acabándose.
Si quería que el chico tuviera con qué comunicarse al día siguiente, debería ponerlo a cargar.
-Taehyung, ¿ya te has cambiado? -llama del otro lado de la puerta, sin embargo no recibe respuesta-. Voy a entrar...
Y sí, Taehyung se cambió dejando toda su ropa en el suelo. Su camisa de botones blanca y su jean estaban ahí, pero lo malo era que... el pantalón negro también estaba en el piso y Taehyung ya estaba escondido entre sus sábanas.
Taehyung estaba dormido en ropa interior en su cama.
-Demonios... -maldijo y puso a cargar el teléfono resignado.
Mañana sería un día muy raro.
;;---;;
No fue muy cómodo dormir en el sofá, pero no tomaría el atrevimiento de dormir en la cama junto con el desconocido.
Al despertar comenzó a hacer el desayuno. Hoy, al ser domingo, tenía el día libre y podía quedarse en casa todo el día.
No hizo algo muy elaborado, sólo preparó panes tostados y dejó mantequilla de maní, mermelada y plátanos cortados a un lado. No es que estuviese atento, para nada, más bien era que se había despertado con ánimos para hacer algo bonito.
Sirvió leche en dos vasos y cuando estaba a punto de tomar un pan, una voz casi silenciosa le detuvo.
-¿Qui-Quién eres tú?
Jeongguk se voltea para observar al otro. Taehyung se encontraba de pie aún con su camiseta, sin embargo no tenía puesto los pantalones. Para su suerte (o no), la prenda le llegaba lo suficientemente larga como para taparle parte de su ropa interior negra.
-Juanísimo.
Taehyung frunció el ceño.
-¿Qué?
-Es broma -muestra una sonrisa amable para que el pelirrojo no se asuste por la situación-. Ayer pareciste tomártela muy en serio, así que no vi problema en seguir jugando. Soy Jeongguk.
-No te conozco.
-Bueno, ni yo a ti, pero no fue un problema en el momento en que me llamaste a las dos de la mañana pensando que era un tal Hoseok y te desahogaste conmigo.
Taehyung se quedó estático en su lugar, viéndole con ojitos asustadizos.
-Perdón... -habla luego de unos largos segundos.
-Hey, no me molesta -Jeongguk le señala un asiento en su barra y éste le hace caso con recelo aunque un poco tímido-. Creo que es mejor que me hayas llamado a mi antes que a él. Parecías muy triste.
Taehyung sólo miraba sus manos.
-¿Por qué... no tengo pantalones?
-Ayer no te los pusiste y te dormiste enseguida.
No pudo decirle algo cuando el chico ya le había puesto un plato con panes tostados delante de él. Se le hizo agua la boca. Él amaba la mantequilla de maní.
-En serio perdón... -susurro tomando uno de los panes- por haberte molestado ayer, y muchísimas gracias por lo que hiciste -le dió una mordida y siguió hablando con su mirada fija en la crema-, por escucharme, recogerme y dejarme dormir en tu departamento aunque... no nos conozcamos.
Jeongguk estaba muriendo de ternura ahí mismo.
-Taehyung -le llama y el chico le voltea a ver con el pan en la boca-, si ese tal Hoseok no pudo aprovechar lo que tenía delante de sí, es su problema -y sin que su ser pudiera evitarlo, sonrió de esa forma tierna y amable. Mostrando todos sus dientes mientras que las esquinas de sus ojos se arrugaban-. Realmente ya no llores por él, la vida es corta para enfocarte en las cosas negativas y gente que no vale la pena.
Se quedó estático en su lugar, y de la nada unas grandes ganas de llorar le acecharon.
-Sí... Tienes razón -con un sentimiento cálido en el pecho, comieron en un silencio no del todo incómodo.
Jeongguk notó en Taehyung un brillo que antes jamás pudo ver.
Antes el chico estaba muy triste y desanimado, más allá del dolor de un corazón roto pudo notar una luz, la propia luz de Taehyung.
La vio en su sonrisa cuadrada cuando comenzaron a conocerse más, en sus carcajadas escandalosas cada que el mayor le hacía alguna broma al pasar de los meses, en sus ojitos brillosos al ver algo que le gusta mucho y en sus gestos infantiles cada que jugaban.
Pasaron los meses, ya llevaban más de un año y medio conociéndose y podían jurar que se llevaban de maravilla.
Jeongguk resultó ser, para Taehyung, un chico caballeroso y atento. También muy trabajador y determinado, algo en él le gritaba "perfecto" por todos lados, pero estaba un poco ciego para notar lo mucho que le gustaba pasar tiempo con él. Mucho.
-¡Taehyungie, se nos hará tarde!
-¡Salgo en cinco!
Y Jeongguk rodó los ojos.
Ese día habían quedado en el departamento del mayor (sí, ahora tiene uno propio) para ir a una feria que acababa de abrir y prometía demasiado.
Jeon planeaba primero divertirse y luego llevar al mayor a cenar a un lugar de comida italiana (ya que ésta era la favorita de Taehyung).
-Listo, vámonos.
Jeongguk volteó y pudo sentir sus latidos acelerándose ante la tierna vista.
Taehyung llevaba un jean mezclilla claro, un suéter mostaza y un par de tenis blancos, sin contar el hecho de que se había maquillado levemente.
Y por otro lado muy diferente a Taehyung, Jeongguk no le costó confirmarse que, sin paso a la duda, había quedado completamente flechado por el chico peliazul delante de él.
Sonrió.
-Bien.
;;---;;
-Yo no sabía que te mareabas tanto, hyung -comenta el menor mientras caminaban por las calles.
Ya terminaron de divertirse en la feria y fueron realmente buenos momentos para ambos, aunque Taehyung se haya mareado mucho al punto de casi devolver lo que comió antes de alistarse.
-Es un punto débil que tengo, pero no te lo dije porque parecías emocionado en venir -responde y le resta importancia al asunto.
El clima era frío, no se podían ver las estrellas a causa de las nubes y había muchos carros pasando debido a que ya casi eran las nueve de la noche, seguro algunos iban a sus casas y otros iban de fiesta.
Ellos... simplemente caminaban al local de comida mientras rozaban sus hombros repetidas veces.
Taehyung no entendía exactamente por qué tenía la necesidad de sentir que Jeongguk estaba a su lado.
Tal vez porque la presencia del menor le hacía sentir realmente cómodo, seguro y... quizá querido.
Desde el momento en que Taehyung llamó a Jeongguk en estado de ebriedad, el menor se aseguró de llenar sus días de sonrisas cuando él pensaba que se la pasaría llorando por su ex.
-¿Por qué sonríes así? -cuestiona Jeon y en ese momento el contrario se da cuenta de que sí, está sonriendo abiertamente-. ¿Piensas en algo?
Taehyung le voltea a ver y frunce su nariz.
Jeongguk amaba ese gesto infantil.
-¿Recuerdas la primera vez que nos conocimos?
-¿Hace como un año y algo?
-Exacto -confirma-. Ha pasado tanto tiempo, pero se siente realmente cercano.
-No le dimos espacio a la soledad o amarguras, la felicidad pasa volando, hyung -Taehyung le da la razón con un asentimiento.
-Aunque la vez que conociste a Hoseok...
-Eso sí fue un trago amargo -Jeon dejó salir una risa forzada-. Ese tipo en serio te miraba sin un poco de vergüenza, como si antes no te hubiera lastimado. Yo sólo quería-
-Calmado grandote -el peliazul se burla de sus puños apretados y mandíbula tensa pasando uno de sus dedos por ésta-. No pasó nada esa vez, no fue del todo malo.
-Para aquí, tu amigo presente, fue una lucha no golpearlo.
El mayor ríe y piensa que sí que fue incómodo esa vez cuando fue al cumpleaños de Yoongi, el novio de su primo, y se encontró con su ex novio, aunque sinceramente no pudo pensar mucho en ese chico debido a que Jeongguk acaparó toda su atención.
Desde el primer día lo ha hecho.
Taehyung se detiene de golpe.
Desde el primer día lo ha hecho.
-¿Hyung, le pasa algo?
Jeongguk se dio la vuelta para ver pues estaba pasos delante de él, pero eso no ayudó a la situación.
Porque Taehyung por fin lo veía... el que todo el Jeongguk gritaba "perfecto".
Ese día de la llamada, el chico le fue a dejar a su casa aunque él dijo que era demasiada molestia.
A las horas le mandó un mensaje para saber cómo se encontraba, y al ser Taehyung sincero diciéndole que no del todo bien, le invitó a salir al cine.
Todas las veces en que Taehyung ha tenido que quedarse en cama por estar enfermo, el menor ha ido a verle con permiso de su madre (quien ya estaba figurando una relación entre ellos y que él negaba siempre) y su padre. Ellos querían a Jeongguk aun cuando al principio no estuviesen del todo bien con la sexualidad de su hijo. Aunque de hecho a los meses su padre le dijo que era por el hecho de que, de todos los hombres que existían para que él tuviese una relación, era justamente con alguien que "estaba en el clóset". Amaba a sus padres.
Aquel momento en que se mudó de hogar y Jeongguk le ayudó en su mudanza cargando las pesadas cajas que, para qué mentir, Taehyung no lograba alzar sin hacer mucho, pero mucho esfuerzo.
Y todos esos ratos que compartieron, comenzaron a pasarse por delante de sus ojos como una película, una que se titulaba "razones para enamorarse de Jeon Jeongguk".
Sumando el hecho de la hermosa manera en que las luces de la calle golpeaban el rostro del pelinegro, dejando notar sus ojos brillosos, su piel pálida y sus labios brillantes por haberselos relamido.
Taehyung pudo sentir su estómago removerse y su corazón saltar.
Todo era tan claro ahora, Jeongguk siempre estuvo ahí... y él era demasiado terco como para no admitir que gustaba de él.
Hoseok se quedó en último en sus pensamientos, siendo casi desechado de éstos cuando Taehyung sonrió, le sonrió a Jeongguk como nunca antes había mostrado una sonrisa. Con tanto cariño y sus ojos cristalinos.
-¿Hyung...?
La única razón por la cual Hoseok no fue totalmente eliminado de sus recuerdos fue porque era su figura del "novio que no volvería a tener", y el pensamiento de Jeongguk estará siempre como "el chico de mis sueños".
Esto era demasiado cursi para él, sin embargo sentía sus emociones a flor de piel.
No fue hasta que Jeongguk le tocó su brazo cuando volvió a la realidad.
¿Jeongguk podrá oír cómo late su corazón? Esperaba que sí, ahora estaba demasiado ansioso por dejar notar sus sentimientos.
Me gustas.
¿Era muy difícil que esas palabras resbalaran de su boca?
-Hyung, me está asustando. ¿Por qué parece que estuviera a punto de llorar? ¿Dije algo malo?
Él niega.
-¿Podemos ir a mi casa? Tengo ganas de ver algo mientras comemos ramen.
-¿Ramen? -el menor frunce el ceño-. Pensé que ibas a preferir comer comida italiana...
-Ahora mismo -se encoge de hombros- sólo quiero acurrucarme.
Acurrucarme en ti, contigo.
Jeongguk asintió con una sonrisa.
-Tu padrino mágico, Juanísimo, está aquí para cumplir tus deseos -y con las risas del mayor de fondo, tomaron el camino al hogar de Taehyung.
;;---;;
Pasaron semanas desde el gran descubrimiento del mayor, cuando se dio cuenta de que no veía a Jeongguk como un amigo.
Y era ya catorce de febrero, día en que le pidió a Jeongguk para pasar juntos en su casa mientras veían películas de Disney a su petición.
El menor estaba por llegar y él se encontraba en la sala esperándolo.
Había decidido que dejaría de ser un cobarde.
Sí que sentía miedo de declararse, pues temía que él le rechazara y que su amistad se arruinara, pero no podía seguir fingiendo que su presencia no le hacía sentir de todo y que tenía ganas de hacerle de todo.
Se sonrojó y la puerta sonó.
Trato de verse bonito para la ocasión, quedaron en ponerse pijamas así que él se puso su pantalón de pijama y una camiseta blanca muy grande para andar cómodo. Al abrir la puerta se dio cuenta de que Jeongguk no era muy diferente a él.
-A la próxima la reunión será en mi casa. Tus vecinos se me han quedado viendo raro.
-Pero si son las ocho, ¿qué tiene de malo que vayas en pijama? -cuestiona mientras le dejaba pasar a su casa.
-No sé, diles tú eso -y deja un gran bote de nieve en la mesa.
Un par de minutos después ya estaban acurrucados en su cama ante el gran televisor mientras Mulan se veía en éste.
Aunque se sentía determinado a decirle lo que sentía, la verdad era que él no sabía cómo.
¿Cuándo abarcaría el tema? ¿Y cómo? Comenzaba a sentirse nervioso.
El brazo del menor pasaba por sus hombros y él estaba recostado en éste mientras comía de una barra de chocolate.
Tal vez no iba a hacer lo que planeaba después de todo. Nunca se le ha confesado a nadie, así que no tenía ni idea de cómo hacerlo.
Un sentimiento de tristeza abarcó una parte de su ambiente que rápidamente se va cuándo se da cuenta de la escena de la película.
A la guerra mucho hemos ya marchado.
Y sin querer realmente, se sienta en la cama de forma recta.
-Eh... ¿Taehyung?
-¡Shh! -le calla emocionado-. ¡Se viene una de las mejores partes!
El estruendo es tal, sonamos cuál ganado.
-¿Es en serio, hyung? -cuestiona el menor con una mueca divertida y burla en su voz. Su mayor se veía muy emocionado.
-¡Sí, demasiado!
Estos pobres pies que al ritmo ves, inútiles ya son...
-¡Hey, -Jeongguk casi brinca por el grito que dio el peliazul-, hay que pensar, mi chica es la razón!
-Es en serio... -murmura sonriendo.
¿Qué...? Lo he dicho ya...
-¡Mi chica es la razón!
Y se levanta de su lugar como si fuese un concierto.
No era algo de ocultar, Jeongguk sabía que Taehyung solía ser así de infantil, y le encantaba.
-Que tenga pálido color y brillo en su mirar -sigue cantando utilizando su barra como un micrófono-. Mi chica debe de admirar mi fuerza y mi valor.
-Ah, hyung, está moviendo mucho la cama -advierte el menor-. Se puede caer.
No importará qué se pondrá o si es muy fina.
-Oh vamos, seguramente tú igual te la sabes -y tomó de su brazo jalándolo-. Dependerá de qué cocina. Res, puerco pollo.
Logró que Jeongguk se sentara y le regalara una hermosa sonrisa.
-Tal vez...
-Yo sé que sí.
Muchas chicas te creyeron el más hombre.
Jeongguk no se paró igual que Taehyung por si el mayor se caía, pero no dudó en cantar con él:
-Les apuesto que aman sólo el uniforme.
-¡Sí! -espeta el peliazul totalmente feliz-. Adivinen qué extrañamos más estando en acción...
Si hay que luchar...
-¡Mi chica es la razón! -Jeongguk y Taehyung entonaron a la vez.
Mi chica nunca dudará que soy gran ejemplar.
-¿No hay una chica cerebral... que piense antes de hablar?
Jeongguk sonrió ante la actuación tímida del mayor.
Le encantaba.
-Naaah.
Ni con Hoseok se la había pasado tan bien como ahora mismo estaba con Jeongguk.
Le encantaba.
-¡Mi modo varonil de hablar va a emocionarla! -grita Jeongguk con la voz más aguda que tiene, aunque le dio pena después ante las burlas de Taehyung.
Se cree un galán que va a matarla.
-Pero qué voz, Ggukie.
-Oh, cállate.
-No habrá chica igual a la que me ha esperado...
-Su mamita o quién pues nadie más lo ha amado.
Y si al recordar el plan triunfal nos dan su corazón.
-Hay que gritar -dice Taehyung apuntando al menor quien enseguida espetó:
-¡Mi chica es la razón!
No hay que olvidar.
Y cuando Taehyung iba a cantar la cama le jugó en contra. Pisó mal y pasó algo que no sabe si fue para bien o para mal.
¡Mi chica es la razón!
Mi chica es la ra-
Jeongguk se lo advirtió, y ahora se encontraba pecho a pecho con él. Sus manos estaban a los lados de su cabeza y sus piernas estaban a los costados de su cadera mientras Jeongguk tomaba de la suya.
Se cayó sobre él, y no sólo eso, terminó a centímetros de su rostro.
Lo único que se escuchaba era la película que pasó a segundo plano ante las miradas que se daban los chicos.
El ambiente tenso se podía sentir en el aire, pero lo único que quería sentir en ese momento eran sus labios, esos que estaban entreabiertos por el susto.
Estaba a centímetros de besarle, de poder sentirle, sentir al chico que le gusta.
Su corazón martilleaba en su pecho y su mirada luchaba por no volver a ver los labios del menor para no ser tan obvio con sus deseos. Sentía arder las zonas en contacto que tenía con el contrario y sus mejillas estaban muy ruborizadas.
Y no fue él, fue Jeon quien decidió terminar con toda esa distancia. No sólo apretó las caderas del menor contra las suyas, sino que también alzó un poco su rostro para atrapar los labios ajenos.
No fue algo duradero y tal vez fue un poco tímido. Sus labios rozaron haciendo un poco de presión, sin embargo y aunque fue así Taehyung sintió como si ningún beso se sintiera así de bien. Tan cálido y perfecto.
Se deleitó en el pequeño chasquido que se formó en el momento en que se separaron. Sin abrir los ojos recargó su frente en su hombro.
Sentía que iba a llorar de felicidad, porque si Jeongguk había sido el que le dió el beso entonces eso significaba algo.
Una mano se coló por su cuello hasta tomarle del rostro y sacarlo de su escondite.
Las mejillas de Jeongguk estaban sonrojadas, pero sabía que él lo estaba el doble. Ambos sonrieron.
Y después de ese toque inocente hubo más. Jeongguk acercaba su rostro al de Taehyung y repartía uno y más besos sobre esos suaves labios que ahora mismo correspondían a sus toques.
La verdad era que antes tenía demasiado miedo en dar algún paso con el mayor por temor a que no haya olvidado a su ex, pero pudo confirmar que sí que lo hizo cuando se sentó en sus caderas y colocó sus manos en su pecho. Sabía que Taehyung podía sentir sus latidos debajo de sus palmas.
Hubo un momento en que no aguantó y dejó el toque de labios durante mucho tiempo, dejándose llevar cuando con su lengua tocó el labio inferior ajeno.
Pudo gozarse en el jadeo pequeño que soltó Taehyung ante el toque.
Estaba por volverse loco.
La mano en su cadera fue a parar a su muslo y la que tenía en su rostro fue a su cuello, uniéndole más.
Siguió con sus movimientos esperando algún permiso, no pasó mucho hasta que Taehyung abrió lentamente su boca y como resultado Jeongguk metió la suya encontrándose con la ajena al instante.
Era húmedo pero cálido. Era delicioso.
Taehyung sentía su cuerpo temblar de nervios. Jeongguk en serio se encontraba besándole de esa manera. Acariciando su lengua con la propia e inclinando su cabeza para más acceso.
No sólo sus labios eran suaves, sino que su boca era experta en hacerle jadear quedadamente. De sí salían suspiros graves que delataban lo mucho que le estaba gustando la situación.
Pudo casi ver estrellas cuando Jeongguk mordió su labio inferior y se separó con un fuerte chasquido.
Y aunque ese fue el único beso profundo que se dieron, él amaba los suaves besitos que le dejaba en sus labios.
-Tú no sabes -se atreve a hablar Taehyung- lo mucho que esperaba esto.
Jeongguk suelta una risita.
-Tú no sabes lo mucho que yo espero hacerte -y de forma traviesa deja un beso en su cuello y luego en su mejilla. Se acercó a su oído para susurrarle-: Desde el primer momento en que te vi en aquel bar, observé en ti una luz que nunca había visto en alguien -Taehyung podía sentir cómo su respiración se cortaba-. Me dejaste bobo, Kim Taehyung, y en cierta parte me alegra que Hoseok te haya dejado. Perdóname bebé, pero lo estoy ya que ahora te puedo tener aquí en mi regazo mientras te lleno de besos.
Taehyung se retuerce de vergüenza. Sin pensarlo mucho se enredó en la figura contraria.
-Tuve que besar sapos para poder encontrar al príncipe, así que también estoy alegre -contesta el mayor acariciando los hombros del menor-. Seamos novios.
Jeon soltó una carcajada un poco discreta.
-Bueno, ya que insistes.
Taehyung le regaña con la mirada. Sentía sus ojos cerrarse por la emoción y sin detenerse unió sus dos narices y movió su rostro haciendo un beso esquimal.
Pero su semblante se vuelve uno totalmente diferente cuando Jeongguk le sonríe con esa calidez característica.
Oh dios, sus papás iban a decirle "te lo dije".
;;✦;;
¡feliz san valentin!
iba a publicar esto el lunes, y dije que es mejor hoy por ser día festivo jsjs
este es de los songfics que más me han gustado y que más palabras tiene, uno de ellos oksdjiosdf.
les cuento que les he estado dando señales a mis amigos de que también me gustan las mujeres, les revelé a mis padres que no me gusta la iglesia y he estado sintiéndome con mucha inspiración. ¡me siento genial!
¿cómo van ustedes? n,n
bus, tengan lindo día uwu
♡
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