— Entonces le dije a Yixing que no podíamos adoptar el cachorro si ninguno de los dos iba a tener tiempo suficiente, ya sabes, los cachorros son como bebés y si sumo a Yixing, sería tener que cuidar de dos bebés. 

— Hmp.

Junmyeon suspira acariciando sus sienes con los dedos índices haciendo círculos. ¿Qué caso tiene tener un mejor amigo que no te presta atención?, aun no sé cómo es que me llega a soportar. 

— Luego de eso, el dragón amarillo me dijo que podía tener un poco de arroz frito si Yixing lograba cocinar los hongos venenosos que compramos en la biblioteca, ¡incluso compramos de esas hamburguesas voladoras!, te recomiendo los cubitos de colores...

— Hmp.

— ¡Mierda Yifan! Cuando menos finje escucharme.

 Aunque lo cierto, es que sí presto atención, esas pequeñas exasperaciones de él me causan tanta gracia.   

El galeno se pone en pie tomando su bandeja no sin dejar de verme con esa cara de médico que acaba de tener una operación hemorroidal. 

— Mira, sé que estás nervioso por la llegada de los nuevos residentes, los horarios, los constantes seminarios y operaciones que llegues a tener, eso sin contar que tu querido compañero de neurología te sigue retando cada que puede...y es molesto que Luhan tome ese juego contigo porque ya no somos niños.. pero de nada va a servir esa actitud tan perra que traes para "conquistar" al niño que te tiene así. 

Y entonces  mis ojos se alzan y netamente me siento azorado por esa especie de declaración por parte de mi amigo. 

  — Yo no pienso conquistar a nadie.  

  — Vaya, de todo lo que te dije, es lo único que captaste, ¿dónde quedó ese cerebrito?

— Kim, por favor.

— Está bien, está bien. Solo dejo a consderación que no puedes estar así, y si tú tienes algún malestar con respecto a algo, traslada ese niño que te incomoda a Luhan, ¿no quería él un residente? 

  — No. 

  — Jódete.

— Gracias, ve por tu dragón amarillo.  

Niega y se va a dejándome más molesto de lo que yo pudiera estar. 

•••

El doctor Xiao Luhan, el director del área de neurología, ese cara de niña, ha sido mi enemigo número uno desde los días de universidad. 

No existía momento en el que ambos juntos terminaramos lanzandos cuchillos afilados de veneno con nuestras bocas. 

¿Y si me cuestionan el por qué de la rivalidad? ¡Que mierda voy a saber yo! Él fue el que comenzó con toda esa contienda de la que no me considero una víctima porque yo también he tenido mis arranques de dulzura con alguna de sus mejillas. 

A fin de cuentas, por mi mente pasó el dejar a "mi pequeño y torpe residente" y terminó por convertirse en una pesadilla. 

No.

No.

Y mil veces No. 

No es que mis pensamientos desvíados de aquel encuentro me hubieran orillado a tomarlo como estudiante residente, porque el estudiante en cuestión no entró con mi ayuda. Pese a que obtuve varios comentarios de mi antiguo profesor, no utilicé mi influencia para que él ingresará, así que di por hecho que su interés al entrar al hospital como residente había sido molido por mi pésima actitud ese día. 

Tal parece que no lo fue. 

No hacía mucho recibí en mi escritorio todos los resultados de las pruebas en orden  de aprobación. 

Y para mi sorpresa, y fascinación de Junmyeon, el pequeño estaba lidereando a todos esos estudiantes. 

  — Mierda. 

Oh sí, porque ver esa tímida foto infantil pegada sobre sus expedientes me daban mucho a la imaginación, ¿asqueroso? Ya lo creo. 

Mis noches se habían vuelto a tornar pesadas y agradecía tener rondas nocturnas con frecuencia. No había nada más relajante que una operación bypass coronario* a alguna señora, que pasar mis noches en mi habitación rebobinando esa imagen de él subiendo hacia el estrado, de sus manos tomando con timidez las hojas y esos labios rosados articulando palabras, que por más que intento y obligo recordar para distraerme, no logro. 

Soy un hombre, quizá uno con no tan buen humor, pero no de piedra. Hay muchas cosas que yo consideraba muertas en mi persona desde hace tanto pero con el paso de los días, desde aquella ponencia, mi corazón ha vuelto a sentirse ... diferente. 

Y también mi cuerpo. 

Negarme a que mi pene se endurezca cada mañana de solo recordar al joven, que mis pensamientos divagan en las mil y un formas en las que podría acariciar y azotar sus rendondos glúteos, o profanar esa linda boca con algo más que mis labios... me harían un mentiroso. 

Pero no, no todo es carnal, porque me he sorprendido a mi mismo pensando en como sería poder tenerlo conmigo al tomar el desayuno en la cafetería, o como sería estar con él en mi oficina buscando un tema apropiado para su tesis, divagando en pensamientos sobre cuál es su interés por la medicina, a qué rama está inclinado y el por qué. 

Y es completamente ridículo, porque, ¿quién se enamora de un joven al que se ha visto solo una vez? ¿Eso si quiera es enamoramiento? 

El niño es más que hermoso, pero no puedo creer que el aspecto físico de alguien deje un impacto como ese en mí, porque no solo ha sido eso. El niño es inteligente y por lo que veo en su expediente, ha hecho las cosas mejor de las que yo pude hacerlas, ¿admiración?  

  — Ridiculo... 

Tan ridículo que toda la información y documentación necesaria la he dejado en manos del residente de administración porque yo no he sido capaz de tomar la llamada cada vez que suena en mi extensión. 

Y ahí el punto de mi molestia. 

¿Por qué carajo me comporto de esta forma? 

En mis años de universitario, nunca tuve alguna especie de romance más allá de una noche. Jamás pensé en alguien por días, bueno, si mi profesor de Historia de la medicina contaba, no había nadie más. 

No había nadie interesante, todos eran una bola de imbéciles. 

— Doctor Wu

— Dime Kyungsoo 

El joven residente se acerca con esa sonrisa en forma de corazón que según sé, gracias a el pediatra Jongdae, trae como loco a JongIn, al encargado de oncología. 

  — Los documentos están listos, también tengo los horarios y las primeras rondas para los residentes. En dos días, Oh Sehun, Kim Minseok y Lee Taemin estarán reunidos con usted en la sala de reuniones número tres, lo anoté en su agenda personal. 

— ¿Algo más?

— No por el momento... oh, sí, el doctor JongIn le buscaba porque no encuentra los archivos de los pacientes con problemas arritmicos. 

— ¿El oncólogo quiere mis expedientes de pacientes con arritmia?

Esbozo una sonrisa tan maliciosa que el pobre residente se sonroja tanto que apenas logra hablar. 

— Tal...tal parece.

— Bien, se los daré. 

— Muchas gracias, doctor. 

Niego y le acompaño a la puerta sonriéndole porque no puedo evitar admirar esa inocencia. Claro que lo que JongIn busca eso solo una excusa barata para robarle segundos al pequeño residente, y es obvio que sus ideas se van terminando. 

— ¡Oh! Wu, que bueno verte. 

— Sí, se nota que estás feliz de verme a mí. 

Ruedo los ojos porque su obviedad me pone en esa penosa situación. Sus manos se van hacia su espalda y sonríe como chiflado mirando solamente al estudiante de administración que no encuentra dónde esconderse. 

— Por cierto JongIn, mis archivos de pacientes con aritmia mensuales están en dónde siempre. 

Puedo observar como comienza a boquear y sus manos se vuelven al frente temblando con nervios, sus mejillas se ponen patéticamente rojas y vuelvo a mi oficina con una amplia sonrisa. 

  — Por cierto JongIn, KyungSoo sale temprano el día de hoy. 

Cierro la puerta tras de mí y vuelvo a hundirme en mi delirio. 

Dos días. 

Solo dos días para volver a verlo. ¿Cómo controlar mi pequeño desorden emocional, físico y hasta psicológico en dos malditos días?

  — ¿Qué me has hecho Oh Sehun?

••• 

Bypass coronario.- Es una cirugía que crea un nuevo camino o desvío en una arteria bloqueada para que la sangre llegue al corazón. Es una de las cirugías más comunes.