Meredith Kristen Bell nació en México el 17 de octubre de 1994. Su infancia no fue precisamente feliz. Su madre era una prostituta que quedó embarazada de un cliente que resultó ser Mario Smith, uno de los mayores narcotraficantes del país. Anne, su madre, no quiso darle a su hija el apellido de su padre, así que le dio el suyo. Meredith se crió en una pequeña casa al norte de México, ya que su madre no podía permitirse algo mejor. 

Prácticamente pasaba todo el día con su vecino, el señor Peterson, que la cuidó como si de un padre se tratase. En uno de esos días en los que la pequeña hacía aviones de papel, la policía irrumpió en la casa del Señor Peterson para llevarse a la pequeña. El hombre intentó impedirlo, pero al final no tuvo otro remedio que permitir que se llevasen a la niña, y es que habían pillado a Anne ingiriendo grandes cantidades de cocaína en su trabajo, además de encontrar algunos restos de dicha sustancia en la casa de la mujer.

Ni Meredith ni el señor Peterson supieron nunca más de Anne, lo que sí sucedió es que Peterson leyó en algún periódico local la fatal noticia, Anne era portada en varios ejemplares de diferentes periódicos, semana tras semana. El hombre leyó que la niña había sido trasladada a un orfanato, y no paró hasta que la pequeña se convirtió legalmente en su hija.

Meredith era demasiado pequeña para enterarse de todo lo que había sucedido a su alrededor, pero Thomas Peterson no quiso ocultarle su pasado a la niña, al fin y al cabo era suyo. Cuando Meredith cumplió los dieciséis años, Peterson le contó todo. La noticia le cayó como un balde de agua fría a la joven, que acudió a varias sesiones psicológicas tras eso porque, ¿cómo encajas la fatídica noticia de un pasado tan catastrófico como el suyo, cuando siempre pensó que era hija de Thomas?

Nunca consiguió sacarse el trauma de encima. Acudía al instituto y sus amigos le dijeron en numerosas ocasiones que parecía un fantasma, ya que estaba pálida, con marcadas ojeras bajo sus ojos y su peso había disminuido descaradamente. 

Nunca se recuperó del todo, pero cuando conoció a Dylan, a sus veinte años, el color regresó a su cara y las sonrisas comenzaban a ser frecuentes. Sin duda Dylan una de las mejores cosas de la vida de Meredith, un año después estaba saliendo oficialmente con el joven de cabello oscuro y ojos pardos.

Pero también, un año y unos meses después Thomas estaba dando el último aliento de vida, a los setenta y nueve años. Demasiado para Meredith, había perdido a sus padres biológicos, no del todo, ya que Mario nunca supo de la existencia de su hija, pero aún así se encontraba dolida. Más aún después de perder al hombre que había sido su referente durante, prácticamente, toda su vida.

En una de las noches posteriores al entierro de Thomas Peterson, Meredith se encontraba sentada en una de las dos sillas que había en su casa, mirando un punto fijo en la pared. Las letras T&M, escritas como una alianza padre e hija. Recordaba que las había pintado a los seis años, cuando su madre ya había sido detenida y le habían arrebatado la custodia de su hija.

Lo tenía claro. Los cables en su mente se cruzaron, se levantó de un salto, agarró la silla de madera y la estampó contra la pared, quebrando las patas de la silla. Se dejó caer al suelo, derrotada. Llorando se acercó a la encimera y agarró uno de los tantos cuchillos que Thomas tenía. Acabó con su vida esa misma noche. Sus ojos marrones no volverían a brillar al ver a Dylan, tampoco su cabello castaño se movería con el viento como cuando Thomas la empujaba en el columpio del patio, a pesar de ser demasiado grande para los parques.

Dylan, que tras la muerte de Meredith tomó el papel de único familiar de la chica, decidió incinerarla. De ahí venía parte de su rostro quemado, pero no entero, ya que la hoguera se apagó enseguida. La lluvia caía con fuerza durante el invierno en el norte de México.

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¡Sorpresa! Habrá EXTRAS. El primero ha sido el de Meredith, ¿tenéis alguna idea de cuál puede ser el segundo? ¡Dejárnoslo en los comentarios!

Está historia está escrita junto con mi amiga DarleneElla07, seguidla.

¡Nos vemos la semana que viene con un nuevo extra, besotes!

Raquel.