🎄Capítulo 12
Acto I
Escena 1
Es Navidad. Entre los invitados que llegan a la casa de la familia Shtalbaun se encuentra Drosselmeier -el preferido por los niños. Impacientes, los pequeños esperan que en el árbol se enciendan las luces de colores.
Llega el mago con su regalo para los niños: un teatro de marionetas. La fiesta continúa; los abuelos también bailan superando los achaques propios de su edad mientras los niños juegan.
Las marionetas Colombina, Arlequino y Saracinos inician su baile. Todos están muy emocionados cuando el mago se quita su máscara: es Drosselmeier. Clara y Fritz, los hijos de Stahl aún le piden a Drosselmeier que les regale las marionetas pero éstas ya se las han llevado. En su lugar les regala un ridículo muñeco cascanueces. Fritz arrebata el muñeco a Clara y lo rompe. Ésta le consuela echándole en la cama. Los invitados abandonan la casa después del baile para finalizar la fiesta navideña.
Escena 2
Ha anochecido y la habitación donde se encuentra el árbol adquiere un aire misterioso, casi milagroso.
Asustada, Clara va a ver a su muñeco enfermo Cascanueces. Melancólica observa como un búho se convierte en Drosselmeyer mientras la mira con una sonrisa burlona.
A su señal, del suelo aparecen ratones encabezados por su Rey. Clara quiere huir pero las fuerzas la abandonan y sólo consigue acercarse al árbol que muy deprisa empieza a crecer, mientras todo a su alrededor cambia. Los soldados de plomo cobran vida y, encabezados por Cascanueces, inician una batalla contra los ratones. Las fuerzas son desiguales, van venciendo los ratones cuando Cascanueces se queda sólo ante el ejército de roedores.
Clara lanza un zapato al Rey de los Ratones y consigue ahuyentarlos. El Cascanueces yace en el suelo. Clara se acerca a él: es un joven príncipe. Él la mira agradeciendo su ayuda.
Escena 3
La habitación se convierte en un bosque invernal. Unos levísimos copos de nieve bailan milagrosamente mientras una estrella del árbol atrapa a Clara y al Príncipe Cascanueces como en un sueño, introduciéndose en una carroza que les conducirá hasta la cima del árbol.
Acto II
Escena 4
Juntos inician su viaje hacia la cima del árbol, pero los ratones les alcanzan instalándose una nueva batalla. En esta ocasión Cascanueces sale vencedor. Llegan al reino de los muñecos donde son recibidos por doce pajes. El Príncipe narra lo sucedido y cuenta como Clara le salvó, motivo por el que todos muestran su agradecimiento, celebrando una gran fiesta en honor de ambos.
Se despiden del reino de las Nieves y siguen su camino por el Río de la Limonada hasta llegar al Reino de las Golosinas donde la Reina de los Dulces los espera con un agasajo en su honor en donde varios bailarines de distintas partes del mundo bailan para ellos.
Escena 5
Finalmente, el mundo de ensueño de Clara se desvanece y ella se despierta dándose cuenta que todo ha sido un sueño.
Sus padres van a buscarla para que salga al portón a despedir a su padrino Drosselmeyer quien junto con Daniel regresa a su taller de relojes y muñecos.
La presentación había sido un éxito rotundo, la gente aclamaba con aplausos de júbilo y euforia. Había sido una linda noche.
Jimin como Jungkook les habían reconocido por inigualable talento, estaban muy felices, flores, aplausos, felicitaciones y muchas sonrisas habían terminado un día más, y entre ellos lo enamorados que estaban.
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El día había acabado pero un nuevo día comenzaba, el más esperado por muchas personas de la ciudad, Navidad.
Ambos despertaron entre las sábanas, su ropa regada en todo el dormitorio, había sido una noche salvaje, pero ahora ambos descansaban.
Jungkook fue el primero en despertar, tenía entre sus brazos un lindo bello durmiente, le dejó un besó en la frente del chico. Él no quería bailar pero era imposible decirle que no, tenía una debilidad.
Jimin lentamente abrió los ojos, al ver a su novio hipnotizado sobre él, sonrió.
---Creo que una foto dura más.
---Eres demasiado perfecto.
---¿Has visto Jungkook? Eres precioso.
---También lo eres, ¡Feliz Navidad!
---Es cierto, hoy es Navidad ¡Feliz Navidad!
Ambos tomaron sus mejillas para darse un dulce beso con parsimonia, era tan dulce sin segundas intenciones, el amor se sentía en el aire.
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La pareja se había levantado, desayunado y alistado, iban a salir de casa, irían al almuerzo de la familia Park, Jungkook no dejó que fuera la cena, ya que dijo que tenía planes con su chico.
Ahí estaba la pareja de las manos, diferentes de la primera vez, no había miedo, ni dudas. Cuando tocaron y se les abrió, vio a su madre y la abrazó de inmediato.
---Feliz Navidad, mamá.
---Feliz Navidad hijo, su presentación fue hermosa, y la conexión que se vio... Hijo no sabía de tu potencial.
---Gracias mamá.
---Jimin. —su padrastro estaba ahí, viéndole diferente, no era como aquella vez. ---Estoy orgulloso de ti, te trate mal, y te juzgue sin razón, mi hijo Hoseok me comentó acerca de ese Lee, no me cayó bien.
Jimin escuchaba enternecido, Jungkook lo abrazó por la espalda.
---Estoy orgulloso Jimin, de ti, y lo lamento por todo.
Jimin no lo evitó y lo abrazó, desde que su padre biológico murió nunca había abrazado a la nueva figura paterna.
Su madre lloró levemente al ver tan hermosa escena.
---Jimin, Ahm Nam me mandó esto, debería enviartelo a ti, pero no tenía tu dirección.
El bailarín vio la carta que le entregaba Hobi, su hermano vio lo nervioso que se puso.
---Lo sabemos hijo, Hobi no pudo resistirse. —dijo su madre usando una voz comprensiva.
---Jimin si me hubieras dicho cuando fui a Busan. —Tae estaba arrepentido.
---Ya, ya paso Tae.
Tomó la carta y la abrió, sus ojos se abrieron de sorpresa, habían ganado la demanda, el art. 179.- El que ofendiere de palabra o mediante acción la dignidad o el decoro de una persona
presente, será sancionado con multa de cincuenta a cien días multa.
La difamación es el acto de lesionar la dignidad, el honor o la reputación de otra persona física o moral difundiendo informaciones que no son verídicas.
Cuando la intención de la acusación es exponer a la persona al odio o al desprecio público, se está incurriendo en el delito de difamación.
Jimin quería llorar, Jungkook volvió a abrazarla, realmente esa era una feliz Navidad.
La familia Park estaba agradecida y feliz ante tal situación, su hijo merecía vivir tranquilo, el almuerzo pasó tranquilo y feliz.
Cuando concluyó, Jungkook le pidió que le siguiera, debían ir a un lugar en específico, Jimin abrazo a sus padres, prometiendo quedarse en Busan, Hoseok le pidió enseñar junto con Momo, a lo que él encantado dijo que sí.
Ambos salieron, la tarde avanzaba, Jungkook lo llevó a aquel parque donde una vez patinaron, todo estaba decorado muy bonito.
---Ven. —Tomó su mano para llegar a una de las bellas decoraciones del parque, lleno de luces
---¡Es hermoso! ¿Siempre estuvo aquí?
---No, pedí el favor.
---¿Jungkook, por qué harías algo así?
---Primero vamos.
Ambos entraron al centro de las luces, viendo como el sol se terminaba de ocultar, dejando ver la oscuridad y los brillos de las luces.
---Todo es tan mágico. —Jimin estaba entusiasmado y feliz.
---La Navidad es mágica, bebé.
---Había olvidado lo bonita que era la Navidad.
---Cierra los ojos. —cumpliendo con lo pedido.
Jungkook se arrodilló, tomó la mano de Jimin, sacó una cajita de terciopelo.
---Jimin, mi pequeño mochi, en esta Navidad quiero mostrarte el verdadero espíritu navideño, quiero que seas feliz, quiero que estés saludable y hagas lo que ames, y quiero pasar el resto de tu vida a tu lado.
Jimin abrió los ojos, y por cada palabra de Jungkook una lágrima salía.
---Te amo, y quiero pasar todas las navidades contigo, como mi doceavo día quiero regalarte mi corazón, este anillo solo es una representación de nuestro amor, cásate conmigo y vivamos la magia juntos, puede que existan días de peleas, nada es perfecto, pero te he amado desde hace tanto, solo quédate con este corazón de por vida, entonces Jimin ¿te casas conmigo?
---Sí, sí sí sii.
Entre lágrimas, le colocó aquella hermosa sortija donde solo había una representación de lo tanto que se amaban.
Se abrazaron y se dieron un beso de amor, un beso que desde ahora sería algo más que una simple pareja, porque esta sería la primera y mejor Navidad de Park Jimin.
Un chef y un bailarín, con una amistad pasada, Unidos por una tradición, 12 días necesitaron para volverse a enamorar como hacía tantos años atrás, aunque en el pasado sus sentimientos desconocían, ahora la historia era diferente.
Y colorín Colorado este cuento se ha acabado.
Lágrimas caían de las mejillas de los hermanos, lo que parecía ser una feliz Navidad, amor, aceptación y problemas resueltos parecían haber quedado en el olvido.
Ese día, 29 de diciembre, lo que aparentaba ser un buen día, terminó siendo el más triste de la familia Park.
Hay una mujer muy buena, querida por su paciencia, quién le tomó tiempo comprender los sueños de su hijo menor, y lo vio volar en lo más alto, sonrió y se enorgullece de él; la misma mujer había fallecido la tarde del día anterior, después de decirle a Jimin.
"Hijo, Te Amo"
Cuando el reloj marcó las cinco treinta, y la puesta del sol comenzaba a ponerse, Jimin trató de despertar a su madre, con la desesperación de querer volver a escuchar esa voz, esos cálidos abrazos.
El día era gris y triste, en el cementerio existía un silencio incómodo, la brisa helada, la nieve no dejaba de parar.
El tiempo solo se detuvo, Jimin podía recordar la sonrisa de su madre diciéndole lo orgullosa que estaba de él, las disculpas pedidas constantemente hacían eco en su mente.
Jungkook lo veía de lejos, quería abrazarlo, consolarlo, simplemente decirle cuanto lo amaba, pero la herida era fuerte, recordaba la conversación que tuvo con Hye.
"---¿Te vas a casar con mi hijo?
---Sabe que siempre ame a su hijo.
---Lo sé; cuídalo bien, cuando como nunca pude. —la voz se quebraba.
Ambos estaban en el comedor viendo a lo lejos como Jimin jugaba con los hijos de Tae.
---Él es mi ángel, desde que nació supe que haría cosas increíbles, cuando su padre murió sentí como le fallé a mi precioso ángel, nunca pude ayudarle con sus sueños, siempre me arrepentiré de eso.
---Ya pasó, además usted nunca le falló, él sabía que usted tenía el derecho de enamorarse, y no sentirse sola.
---Mi bebé, mi Jimin, amalo, apóyalo como su madre nunca pido, no lo dejes solo.
---Cuidare a nuestro bello ángel.
---Gracias Jungkook.
---Aún debe hacer planes de nuestra boda.
---Solo espero llegar a ella, para verles, sino desde el cielo los veré orgullosos.
---No diga cosas tristes.
---Ama a mi hijo, y él a tí, podré descansar en paz."
Aquellos recuerdos, torturan la mente y el corazón, como un sueño tan lúcido que nunca más volverá. Aun cuando la nieve caía lentamente, el paso del tiempo lo volvía más denso.
Notó como el señor Kim se acercaba a él.
--Lo lamento mucho.
---Gracias Jungkook, él te necesita mucho más que nosotros.
--Lo sé.
---Se que fui un desgraciado con él, pero siempre será bienvenido en casa, hazle saber eso.
--Lo haré.
---Por favor, no lo dejes sólo. —las palabras fueron sinceras, hablando desde el corazón, en lo más profundo de su interior.
Vieron a Jimin de comenzaba alejar del cementerio, no era el mismo chico, con un breve reverencia salió detrás de Jimin, corrió hacia él, y cuando estaba a unos pasos de él.
Lo abrazó, lo envolvió en sus brazos y lloraron como nunca.
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La pareja se encontraba en su hogar, tantas cosas habían transcurrido desde Navidad, Jimin había renunciado por completo a Seúl.
Estaba sometiéndose para ser profesor de baile en la Academia de Hoseok, él había quedado como el nuevo profesor de danza contemporánea.
Vivía con Jungkook, cargaba con orgullo aquella sortija que su prometido le había dado, todo era felicidad hasta aquella noche donde su madre había cerrado sus ojos para siempre.
La culpa le consumía ¿por qué? Él sabía de aquella enfermedad que su madre luchaba, y aún así se fue.
¿Dónde está mi ángel?
Al final del día
Que alguien venga a salvarme, por favor
El suspiro de un día agotador
Jungkook sentía que solo podía observar, quería ayudarle casi se acercaba fin de año, quería que su chico perdiera un poco del dolor.
Tomó su teléfono y llamó a su madre.
---¿Kookie, bebé?
--Hola mamá.
---Que alegría escucharte, ¿cómo estás?
---Mamá, la señorita Hye murió.
---¡Oh por Dios! Es una pena, ella era una gran amiga.
---Ahora la enterramos.
---¿Jimin sabía eso?
---Él ya vive aquí mamá, pasó Navidad con nosotros, se reconcilió con su madre el día de Navidad.
---Él siempre fue muy apegado con su madre, y huye a él, ella pensaba que había fallado como madre, me alegro saber que ella ahora que descansa en paz se fue con una sonrisa en su rostro.
---Quiero hacer algo por él.
---Imagino, ¿por qué no lo traes a Tokio? Además algo me dice que hay algo que no me ha contado, ¿verdad hijo?
---¿Las madres son adivinas?
---No pero tenemos un sexto sentido. Ya, dilo.
---Me comprometo con Jimin. —Un silencio apareció a la otra línea, hasta que escuchó ¡Si, Gané la apuesta!. ---¿mamá?
---Me alegro escuchar eso, mañana te mandaremos para que lo traigas.
---¿No crees que es algo precipitado?
---¿Precipitado? Lo dice alguien que no puedo esperar para comprometerme. Te arreglare todo, solo espera a la noche te mando el pasaje.
---Eso lo debería comprar yo, no tú.
---Bien, te enviaré el costo.
---Esta bien, te amo mamá.
Jungkook sentía que era lo poco que podía hacer por su amado novio, que seguía viendo a la ventana con un chocolate caliente. He decidido ir allí.
---Bebé.
Al llamar su atención solo le recibieron esa mirada triste y pérdida.
---Amor, mírame por favor.
Jungkook se sentó de frente a su chico, mientras tomaba sus pequeñas manos, para brindar calidez y apoyo.
---Se que no puedo decir que se como se siente, pero estoy aquí para apoyarte en lo que pueda, se que sientes dolor ahorita y nadie puede decirte que esta mal, porque no lo está, era tu madre, y se fue con una sonrisa al saber que su único hijo había regresado.
---Koo...kie.
---Quiero que nos distraigamos ¿sí?
---Yo..
---Amor está bien, llora, desahógate, yo aquí estoy no te dejaré caer. Solo quiero llevarte lejos de aquí.
---¿Dónde?
---Tokio, Japón.
---Ahí, viven tus padres.... No se si quiero estar con padres ahorita.
---Nos darán nuestro espacio, será un viaje de tu y yo.
---¿Estaría bien?
---Si, pasaremos allá año nuevo, siempre y cuando tú quieras.
---Ahorita no quiero estar en Busan. —dijo para abrazar a Jungkook.
---Tranquilo si.
....
Al día siguiente, la pareja se encontraba en el aeropuerto esperando su vuelo, pasar año nuevo en otro lugar era algo extraño para ambos.
La familia de Jimin apareció para despedirse de la pareja.
---Jimin—llamó el señor Kim.
---¿Sí?
---Quiero que recuerdes, tal vez tu madre nos haya dejado, pero seguimos siendo una familia para tí, tanto tus hermanos como yo, te estaremos esperando.
Jimin sintió como una lágrima salía de él, un impulso de abrazarlo estaba latente, nunca había sentido afecto a su padrastro, pero era consciente de que era su única familia junto con Jungkook.
---Gracias—Se limitó a decir.
---Tengan un buen viaje, nos avisan cuando estén allá por favor.
---Claro.
El vuelo se hizo presente, y tomaron el avión, ambos tomados de las manos, esperando que su año nuevo fuera grato y lleno de amor.
...
Dos horas de vuelo era lo necesario para aterrizar en Japón. Donde los padres de Jeon Jungkook estaban esperándolos.
---¡Kookie! ¡Mimi! —los recibió Jeong EunBi, una señora muy cariñosa, junto a su marido Jeon Jung Seok.
---Mamá, papá. —mientras tomaba de la mano a Jimin y este último traía arrastrando su equipaje.
---Jimin, bebé—la señora Jeon abrió sus brazos para darle un cálido abrazó---Lo siento mucho, bebé.
---Gracias señora Jeon.
--Vamos a casa.
La ida a la casa de los Jeon fue un trayecto largo, uno donde Jimin y Jungkook compartían una pequeña siesta juntos, en el auto, en ningún momento soltaron sus manos.
La señora Jeon vio de reojo como aquellas manos estaban juntas, no podía evitar sentir dulzura ante esos chicos, sonrió pensando en su vieja amiga Hye, recordó cuando su amiga le dijo "prepara la cámara, cuando mi hijo y el tuyo te visiten te darán una gran sorpresa, encargarte de todo" al fin comprendió las palabras de Hye.
Jungkook despertó levemente para ver un poco de la carretera y la iluminada y decorada ciudad de Tokio en aquellas fechas eran muy importantes para el país nipones.
Estaban llegando a Asakusa, el barrio donde vivían sus padres, viendo la parte más antigua de Japón, el hermoso lugar lleno de templos y árboles de Cerezo en cada esquina.
Un lugar bastante tranquilo, era el lugar donde necesitaban estar en ese momento.
. . . .
Al llegar a su hogar, les ayudaron a instalarse. Ambos estaban en una habitación bastante tradicional, ambos padres de Jungkook son coreanos, en el pasado eran viajeros, cuando la señora Jeon tuvo a Kook ellos vivían en su natal Busan, cuando nació su pequeña Yuqi ellos habían viajado a la República de China, regresando a Corea del Sur cuando su pequeña tenía 1 año; cuando Jungkook tenía 17 años decidieron viajar a Japón, y les había gustado tanto el país que decidieron vivir ahí, nunca perdieron la costumbre por viajar a otros países no sólo al continente asiático.
Sus hijos amaban aquello de sus padres, ellos por decisión propia se quedaron en Busan, con personas que no podían simplemente dejar.
Siempre fueron apoyados, ellos habían regresado de su viaje anterior y estaban en Japón desde el 27 de diciembre.
---No necesariamente debemos quedarnos aquí, lo sabes. —dijo Jungkook mientras los abrazaba de espaldas.
---Esta bien Kookie, tus padres siempre habían sido muy cálidos, y son muy buenas personas.
---Como tu quieres Nene.
Así que cuando tus lágrimas caen, tu almohada es como un río
Ahí estaré para ti
Ahí estaré para ti
Cuando estás gritando, pero sólo te oyen susurrar
Seré ruidoso por ti
Pero tienes que estar ahí para mí también.
Así se mantuvieron, abrazados toda la noche, lo único que necesitaban era la compañía del uno como del otro.
....
Ambos durmieron en aquella cama, juntos con las sábanas enredadas en ellos, el frío se hacía presente en aquella habitación.
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