Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 17. Rutina familiar



Ya han transcurrido dos semanas desde que iniciamos a convivir juntos este matrimonio de tres. Me estoy dando los últimos retoques al frente del espejo; para ser una mujer casada me las apaño bien. La primera semana fue algo incomoda, nos pedíamos permiso para hacer cualquier cosa o tomar alguna decisión, nos ajustábamos a ¿qué a quién se le daba cuál cosa? Continuábamos durmiendo los tres en la habitación familiar. Yo me niego a usar el cuarto matrimonial para ser sincera sólo abrir esa puerta me hace sentir incomoda, ellos lo saben así que no me fuerzan.

Para la segunda semana estábamos ya mucho más relajados, sabíamos cuales eran las responsabilidades de cada quien, se podría decir que nuestra casa se convirtió en un hogar rápidamente. Era agradable esperar a que mis chicos regresaran de sus respectivos trabajos algo cansados, con ganas de disfrutar la tranquilidad que nos brindaban estas paredes y nuestra compañía.

Todo fue más fácil cuando el segundo sábado Nampyeon sugirió ir al acuario. Justo en el momento que estábamos por salir nos frenó en seco en el lumbral de la puerta tomó nuestras manos y suavemente retiró los anillos, lo miramos extrañados y dijo; de ahora en adelante todos los fines de semana solo seremos los tres jóvenes que siempre hemos sido, sin ataduras ni formalismos, así nos relajaremos y nuestra vida será más llevadera mientras guardaba cuidadosamente los anillos en la peinadora. Al ver esto dejé que ambos chicos se alejaran unos pasos de la puerta de nuestro hogar y sin perder mi actitud jovial para corrí brincado a rodear con mis piernas las caderas de Nampyeon y dejé descansar todo mi pecho en la espalda de él mientras le decía ésta es una de las ideas más geniales jamás ocurrida grité feliz mientras besaba sus mejillas y Otto soltó una carcajada pasando su mano suavemente sobre mi espalda.

Siempre los lunes por mañana Otto y yo amanecíamos con nuestros anillos, sin falta Nampyeon nos los colocaba mientras dormíamos. Este ritual permaneció por tres meses.

Por otra parte cuando tenía un mes de casada tomé la decisión de retomar mis estudios universitarios juntos nos enfrascamos de encontrar la mejor universidad. Para el momento de matricularme los tres estábamos muy emocionados.

Nuestra nueva rutina consistía en; dejar dormir a quien amaneciera abrazando a mí, el otro preparaba el desayuno. Nampyeon salía primero al trabajo ya que le quedaba más distante, Otto me llevaba a la universidad y Nampyeon me recogía al salir del trabajo, al llegar a casa mi esposo ya había iniciado la cena pero la terminábamos preparando juntos, yo me encargaba de limpiar la cocina mientras mis chicos ordenaban el hogar, solíamos ver algún programa juntos para luego cada quien prepararse para el siguiente día. Los fines de semana siempre sin anillos; en libertad total.

Ya habían transcurrido tres meses y la cercanía entre Otto y yo aunque no era tan evidente tampoco pasaba desapercibida para los ojos de Nampyeon. Eran pequeñas y delicadas cositas como: Otto siempre preparaba mis platos preferidos, mientras que yo siempre optaba por atender primero a mi esposo, en caso de yo necesitara dejar algún mensaje primero se lo enviaba a Otto y viceversa, nos dábamos siempre un beso de buenos días o buenas noches para luego saludar a Nampyeon; cositas así de simples.

Para mi cumpleaños decidimos pasarlo en casa con la mejor cena del mundo, ¡claro!, hamburguesa de Otto, esta vez eran especiales ya que llevarían carnes y mariscos, brindaríamos con mucha cervezas, mi bebida favorita. La noche transcurría de lo mejor entre películas y karaoke, Nampyeon pudo darse cuenta de ciertas miradas confidentes entre mí esposo y yo; así en un descuido nos preparó un baño de burbujas con sales minerales y velas aromáticas, cambió las sabanas del cuarto matrimonial y lo impregnó de delicadas esencias dejándoles una botella de champaña en ambos lugares. Cuando tenía todo listo se despidió besándome las manos y con un abrazo para Otto, susurrándole algo al oído que lo hizo buscarme con la mirada algo excitada.

Dos días después Nampyeon regresó a casa, en cuanto abrió la puerta pudo sentir mis piernas rodear su cintura, me aferré a su cuello y le grité; Nampyeon te extrañe, dándole mil besos en el rostro los cuales fueron correspondidos con amor. Antes de bajarme y muerta de risa le susurró al oído estoy bien nada pasó.

Nampyeon quedó impresionado ante la confesión de su Anae y solo se limitó a ver con grandes ojos a Otto; quien sólo encogió los hombros mientras levantaba las manos en señal de rendición con una gran sonrisa. Luego que Kimi se quedara dormida, Nampyeon le dijo con voz seria tú y yo necesitamos hablar mañana sin falta. A lo que Otto aceptó sin problemas.   

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro