
Capitulo catorce | Normal
B E L L A
Otro día de entrenamiento.
Otro día de sufrimiento.
Cuando me dispuse a descansar para ver la ronda de mi hermana admito que me preocupe al verla desanimada. No había tenido tiempo de hablar con ella pero seguramente sabía la razón por la cual estaría así.
El sparring terminó y ronny se echó para atrás recargándose en Juan que le pasaba una botella de agua. Me acerqué a toda prisa a samantha para sacarle los guantes y el casco.
Con tan solo una mirada entendí que samy no estaba bien. Me partió el corazón verla así.
La obligue a que se sentara en el cuadrilátero pero ella no accedió, me dijo por lo bajo que iría a tomar aire y que quería estar sola. No quería dejarla pero sabía que si insistía probablemente sería peor, así que la deje ir.
— Se ve bajoneada..— Escuché a Ronny decir mientras los dos seguíamos con la mirada a mi hermana. — Le diré mejor que hoy hasta aquí, que te parece?
Asentí. — Si, es mejor.
Ronny me regaló una pequeña sonrisa cerrada que yo solo asentí sin saber muy bien que hacer, aún no me acostumbro a esto.
Sentí a sebastián colocarse a mi lado.
— Está bien? — Me pregunto.
Sabía que se refería a sam.
— No lo sé..creo que debería ir a animarla. — murmuré insegura.
Sebas colocó su mano sobre mi hombro y me obligó a girar a el.
— Creo que yo también debería animarte a ti. — Me dijo.
Fruncí el ceño.
Admito que aún seguía molesta por lo de anoche, pero no quiero ser recorosa por algo que no vale la pena, ¿verdad?
— ¿A mi?, por qué? — Pregunté claramente confundida.
— No es tan difícil notar cuando andas bajoneada bee, desde que llegamos aquí estás así. — soltó en un tono bajo.
Negué. — No, todo esta bien, solo es el cambio de horario..
— Segura? — Preguntó esta vez el.
— Si sebas. Me esperas aquí? — Cambie de tema.
Este asintió para después inesperadamente rodearme con sus brazos por sobre mis hombros y fundirnos en un abrazo. Tarde unos segundos en reaccionar.
— Sea lo que sea, que tengas en esa cabecita sabes que puedes contármelo..— Lo escuché decir. — ¿verdad?
— Si, lo se. — respondí en el mismo tono, cerré los ojos por un momento y me recargue en el, sentí como sus manos trazaron círculos en mi cabellera.
Siempre hacia eso, y creo que ya me había acostumbrado.
— Bien bel, ve a hablar con samy..— Me soltó para mirarme desde su lugar.
Asentí sin responder y tampoco sin esperar más me dirijo a donde vi anteriormente a Ronny seguir a mi hermana.
Ronaldo estaba parado con un brazo recargado en la pared y la otra sobre su camisa que colgaba de su hombro. Rivers estaba sentada con la cabeza agachada, sus manos jugaban con las vendas que tenía alrededor de sus muñecas.
También note al camarógrafo, grabando.
— Hey sam..— me agache a su altura, esta seguía con la mirada hacia abajo. — Oye, qué tal si hoy descansamos y nos vamos al depa? Va?
Ella me miró, lágrimas secas alrededor de sus ojos fue lo primero que note.
— Si..está bien. — respondió en voz baja.
— No te desanimes, solo es un día malo, esto le pasa a cualquiera. — anime.
Está soltó un suspiro desganado.
— Pude haberlo echo mejor.
— Lo hiciste muy bien como siempre, solo son detalles que tenemos que corregir, no te preocupes por eso. — respondí intentando no quebrarme frente a ella.
Verla así me ponía muy sentimental.
— Okay. — respondió sin ganas, esta vez sus ojos no se despegaron de los míos.
Y también esta vez la que agachaba la mirada era yo.
— Dale, levántate..— Me levante de mi lugar para extenderle mi mano. — Vamos a casa y después hacemos otra cosa divertida, ¿si?
Asintió y aceptó mi mano, mire a ronny por un momento y este entendió enseguida a lo que me refería. Sin decir nada se alejó caminando a toda prisa por aquel pequeño pasillo en el cual nos habíamos metido.
— No se que me está pasando isa, siento que todo el empeño que le e puesto a esto no está valiendo la pena. — soltó inesperadamente, sorprendiéndome.
Negué. — Vale la pena, cada cosa lo hace.
— ¿que estoy haciendo mal? — me pregunto con un tono tembloroso.
Tome sus manos para envolverlas en las mías, y aún que sabía que samantha odiaba el contacto aún así ella no se alejó.
— No estás haciendo nada mal sam, al contrario, sigues acá echándole ganas y vas a ver que ese día de la velada vamos a ganar, por que te lo mereces. — Le dije.
Ella sonrió levemente.
— Gracias hermana. — Respondió tímidamente.
Sonreí. — No es nada, para eso estoy.
No la abracé pero sabía que con tan solo eso sabía lo mucho que me preocupaba y la amaba.
— Vamos..— me trajo de nuevo al mundo dándome un pequeño empujón para que la siguiese.
En todo este rato no me atreví a ver la cámara, fingí que no estaba a nuestro alrededor.
Cuando volvimos con todos nuestros amigos los primeros que se acercaron fueron Aldo y Sebastián. Preferí darles espacio a ellos y alejarme, tomé mis cosas y con ayuda de Juan y ari tomamos también las de mi hermana. Avisamos a Ronny enseguida que nos iríamos por lo cual este asintió sin problemas y aviso que si necesitábamos algo le llamáramos, agradecidos salimos del gimnasio no sin antes esperar a los demás.
Se que ayer estaba muy enojada con todos, especialmente con Sebastián, pero mi corazón era tan blando que me sentí mal por cómo me comporté con el anoche así que lo que hice fue llamarle muy temprano al día siguiente y pedirle una disculpa, este como recompensa me dijo que vendría al depa y haríamos algo divertido para desestresarme.
En realidad me emocionaba, hace tiempo yo y el no pasábamos tiempo de amigos. Como antes.
Volviendo a la realidad cuando llegamos a casa los demás se fueron a excepción de valdo y sebas. El primer nombrado se encargó de reanimar a mi hermana mientras que yo y el último nombrado nos fuimos directo a mi habitación.
Sin decir nada este se acosto en mi cama y yo me encerré en mi baño para darme una ducha rápida. Cuando salí lo vi en la misma posición de un principio, cuando me acerqué vi como su respiración era más lenta de lo normal.
Huevon. Pensé.
— Tripon? — Toque su hombro para ver si reaccionaba pero este ni siquiera se movió.
Estaba dormido. Resignada solté un suspiro y me acosté a su lado, recargándome en la cabecera de la cama, me dispuse a ver redes sociales sin tener nada más que hacer.
— Ah cabron, que hora es? — Sebastián a mi lado se da la vuelta tomando toda la colcha para taparse.
— La misma hora de siempre. — Respondí desinteresada.
Los clips de las polémicas de la kings league estaban más interesantes no voy a mentir.
— Te crees muy chistosita verdad? — Preguntó con una voz ronca.
— Sebastián no tienes ni diez minutos que te dormiste, no mames. — Le mire.
— ¡¿Diez minutos?!
Asentí.
— Pensé que habían pasado horas. — Soltó con sinceridad.
Negué con la cabeza para después reír y dejar el celular en mi mesita de noche.
— Que vamos a hacer?, dormir? — Le cuestione.
Este se encogió de hombros.
— Es un plan perfecto, no crees? — Me sonrió somnoliento.
Quise rodar los ojos.
— Estoy aburrida roier. — Me quejé por lo bajo.
— ¿Por qué me dices roier? — Frunció el ceño.
Reí.
— Por que te preocupa tanto que te diga roier? — Pregunte burlona.
Este se quedó pensativo hasta que volvió a abrir la boca.
— No me preocupa, solo siento que cuando me dices así estás molesta o algo.. ya que también tú siempre me dices por mi nombre. — Soltó con detenimiento.
— Deja de pensar mamadas. — Rechiste.
— Me pongo lindo y tú te pones mamona, chinga tu cola isabella. — Soltó burlon.
Le fulminé con la mirada.
— No me digas así.
— Ah verdad, que se siente? eh! — Se acercó más a mi uniendo la almohada que tenía debajo de su cabeza con la mía.
Sonreí.
— Ya extrañaba esto..— Admití un poco nostálgica.
— Que cosa?
— Tu y yo así. Como los viejos tiempos. — Le dije, note como su expresión cambió a una más seria. — ..Siento que estos días no hemos estado tan unidos y eso me hace pensar si hice algo mal.
— No hiciste nada mal bee. — Respondió enseguida. — Yo soy un pendejo.
— Lo se. — Vacile.
Este río.
— Perdón por ignorarte estas semanas. — Se disculpó por lo bajo.
Sonreí. — Perdonado.
— Pero enserio.. perdóname por no ser lo que tú esperabas, te podría explicar el por qué me e estado comportando así.. pero
Fruncí el ceño al notar como su boca se cerraba y dudaba en hablar nuevamente.
— Pero?..
Sebastian volvió a clavar sus ojos en los míos.
— No estoy listo para hablar de ello. — Habló después de unos largos minutos.
No pude evitar preocuparme.
— Pero tú estás bien? — Pregunte.
— Si bee, yo estoy bien. Solo son.. cosas absurdas. — Soltó desinteresado.
Insegura asentí. Preferí no preguntar más para no molestarle.
— Cuando te sientas listo sabes que puedes contármelo. — Le dije.
Este me sonrió a medias.
— No creo que sea pronto bel. — Hizo una mueca. — No es fácil para mi.
— Sea lo que sea no voy a juzgarte, los amigos están para apoyarse. — Tome su mano por debajo de la colcha para demostrarle apoyo. Pero sentí como este no la acepto.
Sus ojos me expresaron sorpresa pero a la vez seriedad. Confundida intenté averiguar que dije mal, pero no logré descubrirlo.
— Si..amigos. — Murmuro.
Fruncí el ceño ligeramente y cuando estuve apunto de hablar, osvaldo entra a la habitación sin siquiera tocar antes la puerta.
— Puercas levantanse, vamos a echarnos unas partidas de warzone o que? — Valdo se Interpuso entre nosotros. Me removí tratando de quitar medio cuerpo encima mío.
— Y luego la rivers que? — Le preguntó roier.
— Ya me dejó por el pinché mandil la culera. — Este se quejó como nene pequeño.
Reí.
— Vamos. — Me levante de la cama notando como valdo celebraba por lo bajo. Roier hizo una mueca.
— No bee, estoy bien cómodo aquí.. — Hizo berrinche.
— Pues quédate. — Vacile.
Este enseguida se levantó. — Pues ahora me dieron más ganas de ir, fíjate.
Rodé los ojos.
— Encargó algo para tragar? — intervino valdo nuevamente.
Los dos asentimos para después todos bajar al piso principal y tirarnos en los sofás de la sala de estar, valdo ya tenía todo preparado.
Toda la tarde la pasamos jugando, incluso cuando mi hermana llegó con felix; se nos unieron también. Entre risas y burlas y alguna mirada extraña de Sebastián a mi persona que me hacían pensar miles de cosas a la vez; el día paso.
Algo estaba pasando con el, y yo lo iba a averiguar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro