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Capítulo XII

— Acabemos ya con esta tontería— dijo TaeHyung, con voz fuerte y grave, mirándolos a todos, sin una pizca de compasión— todos tenemos cosas más importantes que hacer que estar aquí y ellos han organizado esto porque están cansados de vernos mal... o pelear.

— Esto es absurdo— dijo Nate— ¡No nos pueden encerrar aquí! ¡Como bien has dicho, tenemos cosas que hacer!

— Bueno...— dijo Chuck, con total normalidad— si te aburres, siempre puedes tirarte a JungKook en mi cama ¿No fue en esa misma cama, donde ahora está él sentado, donde le masturbaste, donde te la chupó, donde le follaste y donde te folló?

TaeHyung se dio la vuelta, lentamente, y miró a JungKook. Él nunca había conocido los detalles escabrosos de la aventura de JungKook con Nate. Él ya sabía todo acerca de aquel momento en el que Nate había masturbado a su novio y su novio le había hecho una felación, lo había escuchado todo en el gimnasio. Sin embargo, siempre pensó que, aquel día cuando se acostaron, sólo fue un polvo, algo rápido, nada más.

— Vaya, así que no lo sabías...— dijo Chuck, sonriendo.

— Chuck, cierra la boca— ordenó Nate, al ver que TaeHyung sufría. Todo tenía sentido, como de mal había estado TaeHyung, el enfado de JiMin hasta el punto de pegarle...

— Él... tú...— TaeHyung sentía que quería volver a llorar. Jamás se imaginó aquello. Él siempre había respetado los tiempos de JungKook, jamás le obligó a nada, siempre estuvo dispuesto para él en todo, tan sólo le pidió algo... y se lo dio a Nate— ¿Qué sabes?— preguntó TaeHyung a Chuck.

— ¿Qué es lo que sabes tú?

— ¿En serio?— preguntó JungKook, enfadado, levantándose— ¿Vais a poneros a contaros historias ahora?

— Dos días después de que JungKook y Nate empezaran ese trabajo tan apasionado de Literatura— comenzó TaeHyung— JungKook me dijo que tenía que ir a la biblioteca, yo no le acompañé, quise ir a correr, como hago siempre pasada la hora después de comer. Pero ese día llovía, así que fui al gimnasio, pensé en entrenarme con un poco de baloncesto.

— ¿Estabas allí?— preguntó JungKook, abriendo mucho los ojos.

— Vi cómo se encontraban a escondidas. Escuché como JungKook decía "Solo han sido un par de besos" y escuché como Nate decía "Sabes que fue algo más que un beso! ¡Dejaste que te masturbara, JungKook! ¡Y me preguntaste si quería que me hicieras una mamada! ¡Eso es porque tú querías chupármela!" recuerdo que JungKook le respondió "Me gustó lo que me hiciste. Y quería chupártela" aquello ni siquiera te deja duda para pensar "fue el otro quien sedujo a tu novio" pero no, en este caso no, mi novio se moría de ganas por bajarle los pantalones al tuyo y chupársela. ¿O no?— añadió, mirando a JungKook.

— TaeHyung... no... no fue así ¿vale?

— ¿Y cómo fue?— preguntó Chuck— ¿Qué te hizo? Vi la espalda de Nate después de que te acostaras con él. ¿Qué fue aquello que te hizo para que le arañaras de esa forma?

Al recordar aquello JungKook y Nate se miraron por primera vez desde que llegaron.

— ¡Míralos! Intercambiando miradas de complicidad...— se burló Chuck— sino fuera porque él me engañó con él, diría que son hasta encantadores.

— JungKook... no has contestado a la pregunta de Chuck— dijo TaeHyung, como si nada.

— Y no pienso hacerlo.

— Oye, por mí no te avergüences— dijo Chuck— sé que Nate hace cosas muy impresionantes. Durante mucho tiempo me estuve corriendo con él. Durante mucho tiempo hasta que... llegaste tú.

— ¡Ya dijimos que lo sentíamos!— dijo Nate, enfadado.

— No es suficiente— dijo TaeHyung, mirándole con furia y rabia— por cierto, Chuck, te he contado mi parte de la historia pero no me has contado tu parte del cuento.

— ¡Ah! ¡Cierto! Perdóname... se me ha ido el santo al cielo... verás, te explico. Al parecer, cuando terminaron el trabajo lo hicieron y no te creas que lo hicieron una vez, no. Mi querido novio se lo hizo al tuyo y, en compensación, este le devolvió el favor.

— ¡Bueno, si reíros de nosotros es vuestra venganza por el daño ocasionado, vale! ¡Pero ya os hemos pedido perdón!— dijo JungKook.

— ¿Y creéis que con eso basta?— dijo TaeHyung, con voz cansada apoyándose en la pared y mirándolos— ¿Tenéis idea de lo que hemos pasado?

— No, no la tienen— respondió Chuck.

— Ojalá pudieran tenerla— murmuró TaeHyung, mirando a JungKook y a Nate con odio.

Chuck le miró fijamente y dio unos pasos hacia él.

— ¡No te acerques a él!— le ordenó JungKook, levantándose de la cama como un resorte.

Chuck dio un par de pasos más, TaeHyung le miraba con aquella mirada felina.

— Chuck... no... — murmuró Nate.

TaeHyung miraba fijamente a Chuck que se le acercaba y antes de tenerle justo en frente le lanzó una sonrisa burlona a Nate. Chuck, por su parte, miró a JungKook con la venganza puesta en todos sus rasgos, y sintió como TaeHyung le acariciaba el pecho. Se fijó en el rostro del chico, era realmente hermoso, no consideraba a Nate feo, pero ¿cómo se le ocurría a ese chico engañar a semejante ángel?

— Cuando estábamos juntos... yo quería hacérselo a él, pero nunca quiso, me dijo que no estaba preparado— murmuró TaeHyung en voz muy baja para que sólo Chuck lo escuchara.

El chico abrió mucho los ojos y miró a TaeHyung de una forma diferente. Antes sólo le miraba como un instrumento en su venganza, ahora se daba cuenta que, de los dos en aquella historia, TaeHyung era el más perjudicado sentimentalmente. Le abrazó con delicadeza y le besó con pasión, sin maltratar sus labios, sólo quería que aquel beso significara algo para el chico, algo que, de algún modo retorcido, pudiera calmar su dolido corazón y hacerle entender que él no tenía el problema, que él era perfecto.

TaeHyung enroscó sus brazos alrededor del cuello de Chuck y notaba cómo éste le apretaba contra él poniendo sus brazos en su cintura. Ninguno de los dos sentía amor o placer carnal, pero sí el placer sentimental de vengarse de JungKook y Nate.

Los minutos pasaban como horas, el sonido de los besos de TaeHyung y Chuck resonaban en sus oídos. Nate se obligó a mirar al suelo mientras sucumbía al llanto, JungKook por su parte se negaba a creer que TaeHyung le estuviera haciendo aquello. No podían ver aquello, ambos sentían que sus parejas jamás les habían besado así y eso les dolía. El beso que Chuck le estaba dando a TaeHyung era demasiado dulce y preocupado y Nate no podía evitar pensar que, en todos sus años de relación, Chuck jamás le había besado así ¿es que acaso aquel chico le importaba más que él en sus mejores momentos? JungKook, por su parte, veía a TaeHyung totalmente entregado en aquel beso y no podía creerlo, jamás esperó que el chico pudiera entregarse a una persona que no fuera él. Recordó su cuerpo desnudo, cómo le abrazaba y le besaba... había perdido todo eso. Pero ¿acaso no se lo merecía? ¿No le había hecho él algo peor?

Escucharon un pequeño golpe y vieron como Chuck había empotrado a TaeHyung contra la pared, tenía la mano dentro del pantalón del chico y el placer se reflejaba en cada uno de los gestos de TaeHyung

— Chuck... sigue...— gimió TaeHyung.

De pronto, TaeHyung abrió los ojos y su mirada se encontró con la de JungKook. TaeHyung agarró a Chuck por la nuca y le besó, le apartó delicadamente la mano de su entrepierna y se arrodilló ante él.

— ¡Basta!... ¡Basta!... ¡BASTA!— gritó JungKook.

El chico agarró a Chuck de los hombros y le apartó de TaeHyung, no podía soportar los celos, no podía soportar ver a TaeHyung con otro, no podía soportar que otro tocase a TaeHyung. Le agarró de los hombros y le zarandeó.

— ¿SE PUEDE SABER QUÉ HACES? ¿POR QUÉ HACES ESTO?

— ¡VENGA! ¡DIME! ¿QUÉ ES LO QUE SIENTES?

JungKook empezó a dar vueltas como un loco por toda la habitación mientras se tiraba del pelo. De pronto miró a TaeHyung, no le salían las palabras, estaba horrorizado.

— Ahora ya sabes lo que sentí yo— le dijo con rabia y los dientes apretados.

Chuck miró a Nate, se había hecho un ovillo en la cama y miraba a la pared.

— ¿Es todo lo que vas a hacer? ¿Lo que vas a decir?— preguntó y Nate le miró.

— No te voy a mentir, sabía lo que hacía, sabía que te iba a hacer daño, podría haberlo evitado, podríamos haber ido a la biblioteca, podría haber parado ante el primer beso pero no lo hice. No lo hice porque quería que pasara lo que pasó. No porque tú fueras menos que él o porque él fuera más que tú. A ti te amo, a él no. Es que, simplemente, llegó un día y... cambió todo, no supe reaccionar, cometí un error garrafal y lo seguiré pagando. ¿De qué me sirve hablar? ¿De qué me sirve hacer algo? Sé que lo que hice no merece tu perdón. Te traicioné. No hay vuelta de página.

JungKook miró a TaeHyung y, tras guardar unos minutos de silencio, habló.

— No planeaba hacerte daño y esto que ha pasado entre él y yo, no ha pasado porque tú hayas sido un mal novio o un mal amante— aseguró y sus palabras llegaron directo al corazón de TaeHyung. Desde que se enteró, se había estado preguntando qué tenía ese otro chico, en qué había fallado— el fallo fue mío por no corresponderte como debía a todos estos años. Te traicioné y no ha habido segundo que no lo haya lamentado. Sí, TaeHyung, segundo. Porque estaba saliendo de aquí y ya lo estaba lamentando.

Tras aquello, reinó el silencio.

— Creo que...— concluyó al final Chuck— deberíamos intentar tener un trato cordial entre nosotros, por nuestros amigos.

— Por nuestros amigos— dijeron los otros tres.

El primero en salir de allí fue TaeHyung, estaba más afectado que el resto. A pesar de las palabras de JungKook, seguía sin poder asimilar que su primera vez hubiera sido con otro. Fue a la cafetería y se sentó en una mesa apartada, lejos de las miradas indiscretas, mirando al exterior. No quería irse a su habitación, pues sabía que acabaría llorando y se había propuesto no volver a hacerlo.

De pronto, sintió un pequeño sonido metálico sobre la mesa y se asustó. Miró frente a él y vio una lata de su refresco favorito. Chuck se la había traído.

— El año pasado te vi tomando mucho este refresco, pensé que te gustaría tomarlo después de... bueno...— suspiró— oye, si hubiera sabido que tú no sabías nada sobre lo que pasó, no hubiera sacado el tema— dijo, de todo corazón.

— Es irónico que tú me pidas perdón— dijo, tomando aire, para evitar llorar— oye, salgamos, no quiero estar aquí.

Chuck se levantó, le puso una mano en la cintura, para protegerle, y fueron a las afueras del campus. Se sentaron en el césped y respiraron el aire fresco.

— ¿Mejor?— preguntó y TaeHyung asintió.

— Nunca lo pensé de JungKook. Cuando empezamos a salir sólo éramos unos críos de instituto que se creían mayores por besarse en los recreos— admitió y Chuck se quedó anonadado, TaeHyung y JungKook llevaban mucho tiempo juntos— el año pasado, antes de que todo esto pasara, empecé a hacer planes con él, ¿sabes? Vivir juntos, viajar juntos, incluso hablamos de boda tras terminar la Universidad— suspiró— el verano pasado estuve fantaseando sobre ser Jeon TaeHyung y este verano lo pasé pensando si, por culpa de esas fantasías, JungKook me engañó con otro. Soy consciente de lo que me ha dicho, pero...

— No tienes nada de malo— replicó Chuck— no hay un "pero" en ti, TaeHyung.

— ¿Y tú cómo lo sabes?

— ¿Dirías que hay algo malo en mí?

— No...

— Ahí lo tienes. Nosotros no hemos hecho nada malo, no tenemos que buscar un por qué.

— A mí aún me queda un por qué.

— Me lo imagino. Pero eso sólo te lo puede responder él.

— Lo sé... gracias por el refresco, tengo que ir a hablar con él.

— Espero que estés bien. De verdad, TaeHyung, mereces estar bien.

TaeHyung se levantó y fue hasta la habitación de JungKook. Cuando llegó, se armó de valor y llamó.

— Está abierto...— dijo JungKook, con fastidio.

El chico entró y JungKook se sentó en la cama, no podía decir nada, sólo le miraba.

— Quería hablar contigo.

— ¡Claro! ¡Siéntate!

Miró en derredor, la silla del escritorio estaba llena de ropa, la cama de Hoseok estaba hecha y la de JungKook un tanto desordenada. Se sentó en una esquina de la de Hoseok. Miró la mesita de noche, allí seguía la foto de ellos dos. Tragó saliva y miró a JungKook.

— Tengo preguntas— dijo, tratando de no desmoronarse.

— Lo imagino.

— ¿Te agobié?

— ¿Qué?

— Aquel verano cuando empezamos a hablar de planes de futuro, ¿te agobié?

— ¡No! ¡Yo quería todas esas cosas! Si no me crees...— el chico abrió un cajón y sacó una caja de terciopelo— lo compré para nuestro aniversario... iban a ser cinco años y... bueno, ábrelo. Es una prueba de que no me agobié, de que íbamos por el mismo camino.

Con las manos temblorosas, TaeHyung cogió la caja de terciopelo, la abrió y encontró una esclava de oro blanco, con incrustaciones en diamantes. En el lugar del nombre, tenía puesto "Jeon TaeHyung".

— JungKook...

— Quería algo... a modo de promesa, ¿sabes? Pero la cagué. No obstante, ahí tienes la prueba de que no me agobié. Siguiente pregunta porque sé que, al menos, tienes otra más.

TaeHyung cerró los ojos. Tras esto, ahora le daba aún más miedo la respuesta a aquella pregunta.

— Durante más de dos años, el tema de la penetración ha sido algo delicado para ti. Me decías que no estabas preparado y yo sólo me limitaba a esperar porque me sentía especial por ser el primero para ti. Me sentía especial por darte tu tiempo y esperaba que, llegado el momento, también fuera especial para ti. Que fuera un momento único y bonito para los dos porque, se notaba, que era algo que te asustaba y, que llegases a confiar en mi hasta esa altura, yo me lo tomaba como un paso más en nuestra relación.

— TaeHyung...

— Me dejé hacer de todo por ti. Todo lo que tú querías hacer en la cama, yo lo hacía. Todo, JungKook— su voz se había vuelto más dura— jamás te dije que no a nada y ni se te ocurra pensar que en ningún momento no sentía dolor físico, porque sabías que era así. Pero tú sentías placer y te antepuse por encima de mi y de mi propio placer. Sólo te pedí una cosa en la cama, JungKook, solo una. Y sabes que esta traición no me hubiera dolido tanto si eso que te pedí durante dos años no se lo hubieras dado a ese tras una semana de conocerle. Así que dime, ¿por qué? Merezco saber la verdad.

— Antes de contestarte, déjame decirte que siempre pensé que disfrutabas cuando estábamos en la cama. Nunca pensé que algo te dolía o te molestaba. No me lo dijiste, pero tampoco me lo planteé. Lo siento y lo siento de verdad— dijo, derrotado— respecto a la penetración... ahí sí me sentí presionado. Pero no porque me lo pidieras, sino porque tú esperabas que mi primera vez contigo fuera igual que tu primera vez conmigo. ¡Y no! En nuestra primera vez nosotros no éramos vírgenes, ya sabíamos lo que había y cómo hacerlo. Y el recuerdo que tengo de ese momento es genial. Tú y yo, disfrutando del nosotros, del sexo, del sentimiento... esa sensación que nos envolvía. Pero cuando pensaba en la penetración... me entraba el miedo a la propia penetración, miedo a que no lo disfrutaras, miedo a que no saliera como tú esperas...

— ¿Y por eso te acostaste con Nate?— preguntó, molesto con la respuesta, pues daba la sensación de que se había acostado con Nate por su culpa.

— No me acosté con Nate por un motivo específico, créetelo de una vez— dijo, caminando por la habitación, enfadado— pasó y ya está. No hay una explicación. Fue un momento donde fui débil y perdí a quien más amo. Me arrepiento todos y cada uno de los segundos de mi vida, no hay momento que no piense en ti— señaló la foto que tenía en la mesita de noche, cuando empezaron a salir— ¿por qué me dejé penetrar por Nate? No tenía ningún tipo de expectativa con él. Si a él no le gustaba o si yo no era como él esperaba, ¿qué me importaba? Pero ese pensamiento no es igual contigo, aun habiéndolo hecho, aun sabiendo que puedo hacerlo. Es más, ahora es peor porque... te he decepcionado y— le miró fijamente— soy consciente del enorme muro que, por mi propia culpa, has levantado entre nosotros. Pero hasta el muro más grande puede caer.

Se hizo el silencio entre ambos durante un buen rato. Él sólo fue allí buscando la verdad y JungKook le acababa de confesar que le iba a recuperar. Le gustaba que se lo dijera, no lo iba a negar, pero no lo creía posible.

— Cuando te veo, no veo al hombre que amo, sino a la persona que me traicionó.

— Pero aun me sigues amando... haré lo que sea, durante el tiempo que sea, para que vuelvas a confiar en mí.

TaeHyung se levantó de allí y salió. No quería creer aquello pero, al mismo tiempo, quería que pasara.

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