Capítulo VII
Aquella noche, JiMin llegó a su dormitorio y abrazó a YoonGi, se sentía abatido.
— Eh, ¿qué ha pasado?— preguntó, preocupado.
JiMin le contó parte de la conversación que habían tenido, sin entrar en los detalles personales de la vida de su amigo.
— No me jodas... ¿qué va a hacer TaeHyung?
— Creo que le ha puesto a prueba. Ellos tienen que terminar el trabajo pronto, si JungKook vuelve pronto a la habitación, TaeHyung le dirá que sabe lo que ha pasado entre él y Nate y le dará la oportunidad de arreglarlo. Sino... bueno, creo que mi amigo lo va a pasar mal— el chico le abrazó y JiMin aprovechó para comentarle otra cosa que les afectaba a ellos— escucha, quizás TaeHyung tenga fe en JungKook, no se lo reprocho, es su novio y, a final de cuentas, no querrá sufrir. Pero yo no. Está siendo un hijo de puta, no espero que haga algo bueno o que, por un momento, piense en TaeHyung antes que en sí mismo.
— ¿Me vas a decir que vas a pegarle?
— Ganas no me faltan... pero no lo haré. Simplemente quería comentarte que, en el caso de que lo dejen, no voy a compartir habitación contigo, YoonGi. Lo siento, pero entiéndelo. Mi mejor amigo estará muy mal y...
— Y que estés con él es exactamente lo que espero de ti.
— Gracias.
— ¿Quieres que vuelva a hablar con Nate?
Aquello descolocó a JiMin, había olvidado que YoonGi había hablado con Nate, pero nunca le llegó a preguntar qué le había dicho.
— ¿Qué te dijo aquella primera vez cuando hablasteis?
— ¿De verdad quieres saberlo?
— Sí.
— Que es asunto de él lo que hace y deja de hacer. Mira, Nate está en nuestro grupo de amigos por Chuck. A Nam y a mi no nos cae bien, siempre nos ha parecido muy calientapollas.
— ¿Se ha acercado a ti?— preguntó JiMin, entornando los ojos.
— Bueno... eso fue antes de que estuviéramos juntos. Estábamos en la casa de campo de los padres de Nam. No me juzgues, ni a mí, ni a Chuck y NamJoon.
— ¿Por qué?
— Bueno... éramos bastante estúpidos. NamJoon y yo habíamos llevado alcohol, mientras que Chuck y Nate habían llevado drogas. Prometía ser una gran fiesta. NamJoon contrató una prostituta para poder follársela y me preguntó si quería llamar a alguien... Pero la verdad que no quería nada... Nate, por otro lado, estaba bastante desinhibido por culpa del alcohol, empezó a chupársela a Chuck mientras me miraba, reconozco que eso me calentó. El porro dejó a Chuck K.O. el chico se durmió en el acto y NamJoon estaba en su habitación con la puta. Yo cogí una botella de soju y me fui a mi cuarto, él entró, se metió en mi cama y empezó a desnudarse.
— ¿Te lo follaste?
— Sí.
— ¡YoonGi!
— No me reclames por quien me follé estando soltero, todos tenemos una vida, eso no te lo voy a consentir. Puedes reclamarme el alcohol, las drogas o, incluso, que le follara estando su novio, mi amigo, en el piso de abajo. Pero no me reclames el acto en sí.
JiMin se mordió el labio inferior y se dio cuenta de que YoonGi tenía razón, no podía reclamarle nada a su novio.
— Lo siento. Es sólo que la situación me enfada y me enfada aún más saber que has tenido algo que ver con él. Eso es todo.
— Tranquilo— suspiró— al día siguiente, Nate era el perfecto novio y Chuck parecía muy feliz con él. Durante los dos años que le conozco, me he dado cuenta de lo disfuncional que es la relación de Chuck y Nate, por culpa de Nate.
— Explícate.
— Nate necesita sexo y no sólo de su novio. Cuando su relación empieza a ir mal, se acuesta con otro para repararla. Creo que él está bien en el plano sentimental con Chuck pero no en el plano sexual y necesita acostarse con otros para sentirse pleno.
— ¿Y por qué no llevan una relación abierta?
— Yo te hablo de mis suposiciones. No hablo de la vida privada que Chuck lleva con Nate, de hecho, evito ese tema. Chuck no sabe que le fue infiel conmigo... y tampoco sabe que se la chupó a NamJoon...
— ¿Qué? Os cae mal pero os lo folláis.
— Nate es una perra, no le vemos como algo más allá— dijo, sin darle importancia.
Finalmente, el viernes por la noche, JungKook salió de su habitación y se dirigió a la de Nate, no hacía más que pensar en lo que había pasado la última vez que había estado allí. ¿Qué pasaría esta vez? ¿Por qué tenía la sensación de que quería que volviera a pasar? Resopló, se sentó en las escaleras y se puso a reflexionar.
No podía tenerlo todo, no podía ser como Dorian Grey, no podía tener a TaeHyung y a Nate, estaba mal, acabaría mal. Le acabaría haciendo mucho daño a TaeHyung. Recordó la expresión de felicidad de TaeHyung cuando le dijo que le habían aceptado en la misma Universidad que a él, luego cuando le dijo que iban a estar en la misma habitación. Cómo le recibía despierto todas las noches, así llegara cansado, muerto de sueño, se quedaba despierto hasta que JungKook llegaba a la habitación y le recibía con una sonrisa.
No, aquello estaba mal, no podía hacerle eso a TaeHyung. Además, cierto era que Nate le atraía de alguna forma pero, si se pensaba con la claridad, con la misma claridad que estaba pensando ahora mismo, amaba a TaeHyung. No iba a tirar por la borda todos esos años de felicidad con TaeHyung sólo por un calentón.
Se levantó más sereno y, seguro de sí mismo y de que nada pasaría, se fue a la habitación de Nate.
— Seis, uno, dos...— murmuró.
Llamó a la puerta y cuando Nate abrió se quedó sin habla. El chico se acababa de dar una ducha, aún estaba mojado y llevaba unos vaqueros.
— Pasa, mientras me pongo una camisa.
JungKook obedeció y Nate abrió el armario. El rubio no pudo evitar bajar su mirada hasta el trasero del chico. Se obligó a mirar por la ventana.
Cuando Nate se dio la vuelta ya estaba completamente vestido.
— ¿Nos ponemos con las preguntas?— preguntó Nate.
— Claro. Pero oye... no las tengo. El enano chalado no me las ha enviado.
— Yo sí.
Nate le pasó las preguntas y JungKook leyó.
"¿Qué te ha parecido la obra? Da tu punto de vista de/del lo/s personaje/s principal/es."
"¿Cuál piensas que fue la verdadera causa que llevo al personaje de Dorian a vender su alma al Diablo?"
"En tu opinión ¿Qué consecuencias crees que tuvo el personaje de Dorian?"
JungKook las leyó y resopló.
— Antes empezamos, antes terminamos— dijo Nate.
Cada uno escribió por separado. Lo que les había parecido la obra y lo que pensaban acerca de los personajes.
— ¿Cuál crees tú que fue la verdadera causa por la que Grey vendió su alma al Diablo?— preguntó Nate.
— El miedo— respondió JungKook— no sólo a envejecer y a parecer menos atractivo de lo que en su momento era, sino también a la muerte.
Nate asintió, en gesto de estar de acuerdo.
— ¿Consecuencias?— preguntó JungKook.
— De todo— respondió Nate.
— Se más específico— dijo JungKook, sonriendo.
— Bueno, perdió a su primer y gran amor. Y luego se volvió a enamorar por segunda vez y... también lo perdió.
Se hizo el silencio.
— Vivió una vida de excesos antinatural que le pasó factura— resumió JungKook.
Terminaron de escribir las respuestas y, en una hoja a parte escribieron las respuestas que le iban a dar en común al profesor. Luego, metieron en una carpeta de cartón los resúmenes de ambos junto con las respuestas.
— Yo soy muy olvidadizo, será mejor que lo entregues tú— dijo Nate.
— Claro.
JungKook se levantó de la cama y guardó la carpeta en su mochila. Cuando se dio la vuelta, se dio de frente con Nate.
— ¿Qué va a pasar ahora?— le preguntó Nate— ¿Hacemos como que... no nos conocemos?
— Supongo que... será lo mejor.
Nate se mordió el labio inferior y JungKook no lo pudo soportar.
— Me tengo que ir.
— Claro— dijo Nate.
Sin embargo, ninguno se movió de donde estaba. Seguían de pie, mirándose fijamente el uno al otro.
— Si te vas a ir, vete ya. Pero si te vas a quedar... haz algo.
Podría haberse ido, haber escogido a TaeHyung. Podría haberse quedado, decirle que ambos tenían novio. Podría haberse largado de Seúl y emigrar a Busan. Podría haber hecho muchas cosas pero, de todas las cosas que podría haber hecho, hizo lo peor que podría haber hecho.
Agarró a Nate de la nuca, le empujó hacia sí y se besaron. Se besaron como si el mañana no existiera, cayeron sobre los libros y los empujaron con desesperación.
JungKook le quitó la camisa a Nate, en verdad quería arrancarle toda la ropa, verle desnudo, deleitarse con su cuerpo, hacerle suyo.
Sin embargo, Nate no se dejaba, el chico estaba demasiado impaciente, sus manos no hacían más que moverse por el cuerpo de JungKook, le arrancó la camisa de tal modo que, al hacerlo, el chico escuchó cómo las costuras se rompían. No le importó. Nate le agarró de la nuca y le puso de espaldas contra el colchón, empezó a bajar, besando su cuerpo y sacándole gemidos. Llegó hasta los pantalones, los desabrochó y se los quitó junto con la ropa interior sin miramientos. JungKook estaba demasiado excitado y Nate se dirigió hacia el miembro del chico y comenzó a chupársela. JungKook le agarró de la nuca.
— Ah... Nate... sigue... más...
El chico aceleró, pero no iba a dejar que JungKook se corriera en su boca, de hecho, no iba a dejar que JungKook se corriera.
— AH... NATE...— gritó, mientras arqueaba la espalda.
Nate paró y JungKook le miró con rabia.
— No... no pares... por favor...— suplicó, totalmente ido de placer.
Estaba a punto de correrse. Sin embargo, Nate le metió dos dedos en la boca y mientras JungKook los ensalivaba, el chico le susurró.
— Lo que te voy a hacer ahora será mucho mejor.
JungKook le miró y Nate le penetró con un dedo, JungKook sintió que le faltaba el aire. Notaba el dedo de Nate penetrar su entrada una y otra vez, poco a poco se fue acostumbrado a la intromisión, cerró los ojos y se limitó a gemir. Le encantaba lo que Nate le estaba haciendo.
— Ah... Nate... mmm... sigue...
— ¿Te gusta?
— Sí... mmm— JungKook se pasó la lengua por el labio superior— no pares... más...
— ¿Quieres más?
— Sí... Nate... sí...
— ¿Quieres correrte?— preguntó, mientras le penetraba con el segundo dedo.
— Ugh...
— Creía que esto te gustaba...
El chico comenzó a penetrarlo con ambos dedos, jugueteaba con los dedos en su entrada y JungKook no podía menos que elevar las caderas, morderse el labio o pedir más. Había olvidado todo. Nunca nadie le había hecho aquello, ni siquiera TaeHyung, jamás había sido penetrado y ahora lo estaba disfrutando.
— Sigue...— gimió, mientras se agarraba a la almohada y se retorcía.
— Me da la impresión de que no te retuerces lo suficiente. Ábrete más de piernas— Nate se mordió el labio inferior— me encantan tus piernas— dijo, mientras las acariciaba.
JungKook se abrió más de piernas y Nate pudo maniobrar mejor, sin embargo, pronto dejó de hacerlo. JungKook, ofuscado, fue a protestar cuando, de pronto, sintió la lengua de Nate penetrarlo.
— ¡NATE!—gritó al sentir la húmeda lengua del chico. Le clavó las uñas en la espalda y el chico empezó a mover la lengua en la entrada de JungKook al tiempo que lo masturbaba— AH... AH... NATE... ¡NATE! ¡POR FAVOR, SÍ!— gimió JungKook, se estaba corriendo al tiempo que le dejaba una, más que evidente, marca de uñas en la espalda y nuca del chico.
JungKook le quitó los pantalones a Nate, estaba sumamente empalmado.
— Métemela— le pidió, con desesperación.
Nate agarró a JungKook de las muñecas y le incorporó. El chico se colocó de rodillas en la cama y de frente contra la pared. Nate comenzó a besarle y a darle pequeños mordiscos en los hombros y el cuello que, posiblemente, dejarían marca.
Notaba a Nate detrás de él, notaba su erección, notaba sus caricias en su entrepierna. Poco a poco se fue excitando de nuevo.
— Así me gusta— dijo Nate.
La mano derecha de Nate acarició la espalda de JungKook y sus nalgas, JungKook notó el miembro del chico en su propia entrada y se situó un poco mejor para poder ser embestido.
— Échate un poco hacia atrás— le dijo Nate.
Obedeció y, poco a poco, noto cómo el miembro de Nate le penetraba.
— Oh... Nate...— gimió JungKook. Sintió como el chico le agarraba del hombro y la cadera y comenzaba a embestirle— Ah... Nate... sí... sigue... sigue... no pares...
— ¿Así?... ¿Te gusta así?
— Sí...
Una mano de JungKook se desplazó hasta la mano de Nate y la dirigió hasta su miembro.
— Mastúrbame... como el otro día... por favor... Nate... no hago más que pensar... ah... en cómo lo hiciste...
Obedeció y comenzó a masturbar a JungKook al ritmo de las estocadas.
— Más rápido...— pidió JungKook. Nate obedeció y el chico gritó de placer— AH... ASÍ... SÍ... SI... NATE...NATE... AHORA SÍ...
— Ah... JungKook... como la tienes... desde que te masturbé... sueño con que me... ah... folles...
— Y lo haré... Nate... lo haré
JungKook giró la cabeza y sus labios se encontraron con los de Nate se besaron durante unos segundo y se separaron.
— AH... NATE... SIGUE... SIGUE... SI...—gritó JungKook, al tiempo que se agarraba a las caderas de Nate.
— AH... JUNGKOOK... JUNGKOOK...
— NATE... NATE... AH...
Ambos se corrieron y cayeron, exhaustos, en la cama de Chuck. Nate se llevó su propia mano a la boca y volvió a probar el semen de JungKook.
Pasaron un rato en silencio en el que se besaron y acariciaron. Se negaban a volver a la realidad, sabían que tendrían problemas.
El problema de besarse y acariciarse estando desnudos era que tarde o temprano volverían a estar excitados.
Efectivamente.
Veinte minutos después, se besaban salvajemente.
— Dijiste...— le recordó Nate— dijiste que...
— Se lo que dije— dijo JungKook metiéndole tres dedos en la boca.
Nate los ensalivó bien y JungKook se dirigió a la entrada de Nate, le penetró con un dedo teniendo mucho cuidado. Sabía de sobra que sus manos y sus dedos no eran pequeños, no quería lastimarle.
Nate gimió. JungKook siguió penetrándole con aquel dedo.
— JungKook... JungKook... sigue... así... sí...
JungKook siguió y le metió el segundo dedo muy despacio. Nate contuvo un gemido de dolor y trató de relajarse. JungKook comenzó a penetrarle lo más despacio que pudo.
— ¿Te molesta?— quiso saber.
— No— gimió— sigue... métemela...
— Aun no— dijo el chico, dilatando su entrada.
JungKook movía los dedos en tijera y en círculos al tiempo que Nate se retorcía ligeramente en el colchón, gimiendo y pidiendo más.
— JungKook... basta... por favor... métemela...
Por toda respuesta a aquella súplica, JungKook le metió un tercer dedo y el chico se agarró a las sábanas. Nate era extremadamente estrecho. Si apenas entraban sus dedos ¿Cómo iba a entrar su miembro?
El chico siguió maniobrando a pesar de los gemidos y las quejas de Nate.
— JungKook... JungKook... fóllame de una vez.
— Date la vuelta... ponte a cuatro patas. Te entrará mejor.
— Como sea— dijo el chico, obedeciendo— pero hazlo.
JungKook acarició la espalda, bien formada por el baile, de Nate y acarició las heridas que le había hecho sin querer cuando éste había hecho que se corriera por primera vez. Finalmente puso su miembro en la entrada de Nate y empujó hasta entrar por completo. No había sido brusco, pero tampoco había tenido todo el cuidado que debiera. Nate gritó, jadeando, y JungKook no se movió.
— Nate yo...— empezó JungKook.
— Espera...
Nate hacía esfuerzos por tranquilizarse, por calmarse pero hasta su miembro se había vuelto flácido de pronto.
JungKook comenzó a acariciar el cuerpo desnudo de Nate, comenzó a llenar de caricias su espalda, llevó su mano hasta su miembro y comenzó a masturbarle. Poco a poco el chico reaccionó.
— Sigue...— susurró— muévete.
JungKook le embistió, lentamente, mientras seguía acariciándole y Nate exhaló un gemido. Por fin le sentía dentro, por fin le estaba haciendo suyo.
— No pares, JungKook, sigue...
El chico obedeció y siguió embistiéndole. Nate cerró los ojos, se mordió el labio inferior y alzó la cabeza.
— JungKook... JungKook... sigue... sigue... ah...
El chico comenzó a masturbarle y Nate gritó.
— JUNGKOOK... JUNGKOOK... JUNGKOOK...
— Vamos... eso es... grita mi nombre...
— SÍ... JUNGKOOK... JUNGKOOK...
— Nate... estoy a punto Nate... NATE... NATE...
— OH... JUNGKOOK... ¡JUNGKOOK!
Nate alcanzó el orgasmo en la mano de JungKook, mientras que el propio JungKook, tras un par de estocadas después, lo alcanzó dentro de Nate.
— Mmm...— gimió JungKook, tras llevarse a la boca el semen de Nate.
El chico se acomodó en la cama, JungKook se acostó encima de él y le besó. Se lo pensó un segundo y después le mordió el labio inferior.
Luego, en completo silencio, se levantaron de la cama, se vistieron, cambiaron las sábanas donde se habían acostado y, con sólo una mirada, JungKook salió de allí.
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