Camila

Ha pasado una semana y aun no tengo noticias de mi hermana. Por un lado me tranquiliza pero por el otro lado me atormenta, mi hermana no es alguien que se queda quita.

Mi esposo regreso a estar al mando de su empresa, así que en las tardes me voy en casa de mis suegros para pasarla con la pequeña Carla. Cada vez me sorprende su inteligencia y su forma de ser, la verdad es que la paso muy bien junto a ella.

Estoy en el jardín con mi suegra tomando un refresco mientras espero que Marcos llegue a recogerme. Carla le cuenta a su abuela lo que hicimos en la tarde, ella me mira con cariño yo solo le sonrió. Un momento a otro escuchamos un estruendo en la entrada y ambas nos levantamos de la mesa para ver que sucedió y vemos entrar a Isabel la hermana de Marcos asustada y llorando.

Cuando me ve sus ojos se agranda y empieza a llorar con más fuerza, no entendemos que le sucede y vemos sus rodillas llenas de sangre. Me acerco a ella para saber qué le pasa, pero ella se separa de mí con brusquedad cuando le he tomado de la mano.

-¡Aléjate por favor! Aléjate...- Susurra esto último. Doña mercedes su madre al verla en ese estado manda a unas de las sirvientas a que se lleve la niña para que no vea a su madre en ese estado. Yo me quedo quieta en mi lugar tratando de entender que le sucedió y cuando veo que su madre ha ido a la cocina me acerco despacio.

-¿Qué te sucede, estas bien?- Ella de nuevo esquiva mi toque y veo su cuerpo temblar -¿Qué sucede Isabel, dime qué fue lo que te paso y porque estas lastimada?- Ella no dice nada solo tapa su rostro y llora con más fuerza mientras niega con la cabeza.

-Toma cariño tomate esta agua que te ayudara a calmar los nervios- Ella toma el vaso y se ve como sus manos tiemblan -¿Dime cariño que fue lo que te sucedió?- Pregunta su madre con angustia.

-Me... Me estoy volviendo lo...ca- Su voz tiembla.

-¿Por qué lo dices hija, dime que te está pasando?-

-Madre de nuevo estoy alucinando, de nuevo tengo alucinaciones- Dice ella entre lágrimas, su madre levanta la mirada y me mira con angustia. Me pongo de rodillas para quedar a su altura y tomo sus manos para quitarla de su rostro, tiene la mirada perdida.

-¿Dime que es lo que sucede Isabel, dime como te hiciste esto?- Unos de los sirvientes viene con un maletín de primero auxilio, yo lo tomo y empiezo a buscar en él para poder limpiar las heridas que tiene en las rodillas.

Hago que mi suegra traiga unos pantalones cortos para que Isabel se pueda cambiar y poder limpiarla bien, desinfecto las heridas y veo que sus manos también tienen golpes. Nadie dice nada solo nos quedamos en silencio mientras la limpio. Termino de hacerlo y tomo de nuevo el maletín para meter las cosas, levanto la mirada y veo que Isabel no deja de mirarme, ambas nos observamos y ella muerde sus labios con fuerza, como si tuviera una lucha interna.

-Desde la boda he empezado a tener aluisinaciones de estarte viendo en todos lados- Susurra –Al principio pensé que de verdad eras tú la que estaba follando con un hombre en tu boda, pero después empecé a verte en todos lados y me parecía imposible porque tú estabas en otro continente con mi hermano en su luna de miel- Desvía la mirada hacia la ventana –Mis padres me consiguieron un psicólogo y lo he estado viendo y justo hoy tuve una cita con él y cuando salía para venir a casa, un auto paso y por poco me atropella-

-¿Cómo que casi te atropella un auto?- Pregunta su madre.

-Un auto se paso el semáforo en rojo cuando yo iba pasando la cera- Murmura –Logre correr y es cuando caí de rodillas y logre evitar que colisionara conmigo- Me mira –Yo me encontraba sola en ese momento y veo que el auto se ha detenido a unos metros donde caí y empezó a devolverse despacio, pensé... Pensé que había sido un error del conductor y se estaba devolviendo para ver cómo estaba pero cuando vi quien estaba conduciendo...- Se queda en silencio y vuelve a llorar-

-¿Quién conducía Isabel?- Digo con temor.

-Tu- Me mira –Tu eras la que conducía y me observaste y te burlaste de mi, luego arrancaste el auto con velocidad dejándome en la calle golpeada- Abro mis ojos sorprendida.

-Cariño, pero ella ha estado con nosotras toda la tarde- Dice su madre

-¡¡Lo sé madre! ¡Lo sé maldita sea!!- Grita mientras vuelve a tapar su rostro – ¡Me estoy volviendo loca!- Su madre se sienta a su lado mientras yo sigo atónica en mi lugar, ahora sé porque mi querida hermana no ha aparecido todo este tiempo, ella se la ha pasado torturando a Isabel.

-Cariño, ya el médico dijo que esto debía ser por el trastorno de la pérdida de tu marido- Susurra su madre.

-¡Hola a todos!- Dice desde la entrada y reconozco la voz de Marcos, Isa mira a su madre asustada.

-El me va a creer que estoy loca y dirá que lo digo para hacerte daño a ti- Me mira con miedo.

-¿Qué está pasando aquí?- Dice mi esposo preocupado.

-Cariño que tu hermana tuvo un accidente-

-¡¿Cómo que un accidente?!- Mi esposo corre a ver a su hermana golpeada, ella ha escondido el rostro en el cuerpo de su madre evitando mirar a su hermano.

-Pues que un maldito loco se paso el semáforo y por poco la atropella- Digo tocando su hombro mientras el revisa las piernas de su hermana.

-¿Viste de quien era, viste su matrícula?- Dice Marcos molesto.

-No mi amor, del susto alcanzo saltar y el auto se perdió de vista- Murmuro y su madre me mira moviendo sus labios ¨Gracias¨.

-¿Hermanita estas bien?- Isabel me mira y luego se tira en los brazos de su hermano para llorar en su pecho, no es capaz de hablar solo se deja acariciar la espalda por él, mientras yo me quedo parada contemplando la escena.

Esto es injusto, no voy a seguir permitiendo que mi hermana siga haciendo daño. Con el dolor de mi corazón, así tenga que decir la verdad la voy a detener.

Volvimos a casa mi esposo y yo, sin antes llamar a un médico para que revisara bien a Isabel, después que nos confirmara que solo tenía pequeños golpes nos vinimos a casa.

-¿Cariño estas bien?- Asiento y me dejo envolver por sus brazos -Te amo- Susurra en mi oído haciéndome estremecer –Gracias por estar pendiente de mi familia- Mi corazón se encoje porque sé que ese ¨Te amo¨ no es para mí –¿Qué sucede amor? Parece que fueras a llorar- Murmura mirándome con preocupación.

- También te amo- Digo con lagrimas en mis ojos, el sonríe y me besa con ternura y poco a poco nos perdemos de nuevo entre besos, caricias y pequeños susurros de ¨Te amo¨.

Es la verdad me he enamorado completamente de Marcos, me enamorado de su familia y no sé cómo se lo pueda tomar él cuando se dé cuenta de la verdad. Porque pienso parar con la locura de mi hermana, así tenga que pagarla con mi vida.

Han pasado 3 días del accidente de Isabel, lo que me tranquiliza es que ella ahora está tranquila. Hoy estoy nerviosa ya que Marcos tiene una cena en casa con unos socios, como buena anfitriona ando revisando que todo esté en orden y que la velada salga impecable. Estoy con un vestido largo hasta los tobillos, con una abertura en unas de mis piernas y la espalda destapada. La verdad es que me siento incomoda con estos vestidos, ya que el gusto es de mi hermana y se encontraba en su armario y no podía objetar nada.

Reviso que todo esté en orden e impecable y como toda reunión lo más importante es el baño, voy a revisar que tenga suficiente toalla, papel y este limpio para el que quiera entrar. Cuando salgo del baño me tropiezo con un cuerpo grande.

-Disculpe- Susurro incomoda ya que el hombre me ha tomado de ambos codos, empiezo a observarlo y me siento completamente incomoda y nerviosa con este sujeto.

-Tranquila, no te preocupes- Susurra con voz ronca haciéndome estremecer –Tu debes ser la esposa de mi amigo- Se lame los labios –Eres más hermosa de cerca- Carraspeo incomoda tratando de soltarme pero este hombre solo hace as presión en mis brazos.

-Disculpe señor, sería tan amable de soltarme –Veo que sonríe con burla –Me está haciendo sentir incomoda- Enarca una ceja para luego soltarme, logro suspirar tranquila dispuesta pasar por su lado pero de nuevo me toma de la mano y se acerca a mi oído.

-Puede que sean dos gotas de agua, pero se diferencial cual es el ángel y cuál es el demonio- Inhalo mi respiración con fuerza y mi cuerpo empieza a temblar, este hombre lo nota porque me aprieta mas fuerte –Tu hermana mando a decir que no te acostumbres mucho a esta vida, que muy pronto vendrá por lo que es suyo- Me suelta haciéndome tambalear, lo miro asustada y antes de poder responder algo mi esposo nos interrumpe.

-Cariño te estaba buscando- Mi esposo llega a mi lado y me da un casto beso en mis labios – Veo que ya la conociste Fabio-

-Si amigo, por fin tuve el placer de conocerla de cerca a tu hermosa esposa- Dice con voz áspera –El día de su boda no pude saludarla como era debió- Se acerca y toma mi mano para besar el dorso –Mucho gusto mandan, soy Fabio Ghram- Vuelve a besar mi mano y la separo con brusquedad.

-Un gusto señor Ghram, si me disculpan debo revisar que todo esté bien para el resto de los invitados- Mi esposo me sonríe y me despido sin ni siquiera mirar a su socio.

La velada estuvo estresante después de ese encuentro con ese hombre. Puedo sospechar que él es quien mi hermana se follaba el día de la boda, su amante. Ese hombre me hizo sentir incomoda toda la noche, no dejaba de observarme y echar indirecta sobre gotas de agua y lo parecido que podía ser las personas. Hasta hizo un comentario inapropiado diciendo que su fantasía era estar con gemelas, cosa que me hizo dar ganas de vomitar.

-Cariño- Le susurro a mi esposo quien esta entretenido con las pocas personas que quedaban de la velada, quienes reían y compartía tragos y fumaban puros –Me iré a dormir, me siento cansada y algo indispuesta –Mi esposo se levanta pidiendo disculpas y me acompaña a nuestra habitación.

-Mi amor ¿Quieres que llame a un medico?- Le sonrió y tomo su rostro para después besarlo.

-No lo creo, debe ser el cansancio de la noche- Susurro entre besos –Me daré una ducha y luego dormiré, solo trata de no tardarte- Mi esposo sonríe apretando mi trasero.

-Ten por seguro que no tardare mucho- Solo trata de no quedarte dormida, tengo ganas de hacerte el amor-

-Te amo- Sonríe.

-Yo también te amo- Me dice para besar mis labios y salir por la puerta.

Suspiro cansada. Quito mi ropa y me meto a la ducha, no sé cuánto tiempo pasa solo me quedo debajo del chorro tratando de poder pensar que es lo que voy a hacer para detener a mi hermana. Doy un grito cuando siento unas manos en mi cintura.