3
La semana posterior a la competencia fue un torbellino de emociones para Rhea. La victoria había sido dulce, pero la tensión entre Jey y Jimmy seguía presente, y esa sensación de estar atrapada entre dos mundos la agobiaba. Las interacciones cotidianas con ambos hombres se volvieron más complicadas, y Rhea sabía que necesitaba aclarar sus propios sentimientos.
Una tarde, mientras se preparaba para un entrenamiento, decidió que era hora de hablar con Jey nuevamente. El sol se filtraba a través de las ventanas del gimnasio, iluminando el lugar con una luz cálida y acogedora. Al encontrar a Jey, lo vio practicando algunos movimientos de lucha en el área de entrenamiento.
—Jey, ¿podemos hablar? —dijo Rhea, acercándose con un tono más serio.
Él levantó la vista, su expresión de concentración se transformó en curiosidad.
—Claro, ¿qué pasa?
Rhea respiró hondo, buscando las palabras adecuadas.
—He estado pensando en lo que pasó la semana pasada. Sé que nuestra relación es importante, pero también tengo que ser honesta contigo sobre lo que siento.
Jey frunció el ceño, notando la seriedad en su voz.
—¿De qué estás hablando?
—Sobre Jimmy. Sé que he dicho que quiero mantener las cosas en orden, pero la verdad es que siento una conexión con él que no puedo ignorar. No quiero que esto afecte lo que tenemos, pero también quiero ser sincera contigo —dijo Rhea, sintiendo cómo cada palabra la liberaba.
Jey se quedó en silencio, sus ojos reflejando una mezcla de sorpresa y dolor.
—¿Así que estás diciendo que te sientes atraída por él? —preguntó, su voz un susurro.
—No estoy diciendo que quiera estar con él, solo que hay algo entre nosotros. Pero te elijo a ti. Solo necesito que entiendas que esto no es fácil para mí —explicó Rhea, sintiendo que la presión de la situación aumentaba.
Jey se pasó la mano por el cabello, claramente confundido.
—Rhea, esto no es lo que quería escuchar. Me dijiste que estabas comprometida conmigo. ¿Cómo puedes decirme esto y esperar que me sienta bien al respecto?
Rhea sintió que una lágrima asomaba en sus ojos.
—Lo sé, y lamento si te duele. Pero la verdad es que necesito aclarar mis sentimientos para poder seguir adelante. No quiero ser deshonesta contigo.
Jey se cruzó de brazos, su mente luchando por procesar lo que estaba escuchando.
—No sé qué hacer con esto. Me preocupa que lo que tenemos no sea suficiente para ti.
Rhea sintió una punzada de angustia.
—Jey, lo que tenemos es real y valioso. Pero no puedo cerrar los ojos a lo que siento por Jimmy. No quiero perderte, pero tampoco quiero ser deshonesta.
La conversación se tornó pesada y silenciosa. Jey miró hacia el suelo, sumido en sus pensamientos. Finalmente, levantó la vista.
—Tal vez deberíamos tomar un tiempo. Necesito pensar en esto y aclarar mis propios sentimientos —dijo Jey, su voz casi un susurro.
Rhea sintió su corazón hundirse.
—No quiero que eso sea una solución. Quiero que luchemos por lo que tenemos, pero necesito que seas honesto sobre lo que sientes.
—Lo sé, y quiero serlo. Pero no puedo seguir ignorando esta situación. Tal vez un poco de espacio nos ayude a ver las cosas más claramente —respondió Jey, sintiendo que su decisión era necesaria.
Rhea asintió, sintiendo cómo la angustia la invadía.
—Entiendo. Solo espero que no sea un adiós definitivo.
Jey la miró, y en su mirada había una mezcla de tristeza y determinación.
—No lo será, si ambos luchamos por ello.
Con eso, se despidieron, cada uno sumido en sus propios pensamientos. Rhea se sintió perdida, sabiendo que su vida se estaba complicando más de lo que había anticipado.
A la mañana siguiente, decidió buscar a Jimmy. Sabía que también necesitaba cerrar ese capítulo, al menos temporalmente. Cuando lo encontró en el gimnasio, él estaba entrenando solo, concentrado en sus movimientos.
—Jimmy —dijo Rhea, acercándose con un tono serio.
Él levantó la vista, notando su expresión.
—Hola, Mami. ¿Todo bien?
—Quiero hablar contigo. La situación entre nosotros se ha vuelto complicada, y necesito entender lo que está pasando —comenzó Rhea, sintiendo el peso de sus palabras.
Jimmy se secó el sudor de la frente y asintió, preparándose para escuchar.
—Claro, hablemos.
—He tenido una conversación con Jey. Él está preocupado y necesita tiempo para pensar. Quiero que sepas que estoy aquí por él, pero también reconozco que hay algo entre nosotros —dijo Rhea, siendo directa.
Jimmy frunció el ceño, sintiendo el impacto de sus palabras.
—Así que, ¿eso significa que vas a dejar las cosas entre nosotros?
—No lo sé. Quiero que sepas que no estoy buscando complicar las cosas, pero tampoco quiero ignorar lo que siento. Estoy en una encrucijada, y necesito claridad —confesó Rhea, sintiendo que sus emociones estaban a punto de desbordarse.
Jimmy la miró, su expresión de comprensión mezclada con un destello de tristeza.
—Entiendo. No quiero ser una carga en tu vida, Rhea. Si esto es lo que necesitas, lo aceptaré. Pero quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti.
Las palabras de Jimmy resonaron en su mente, y Rhea sintió una mezcla de gratitud y dolor.
—Gracias. No quiero perderte como amigo, pero también necesito ser honesta contigo y conmigo misma. Tal vez este sea un buen momento para que ambos reflexionemos sobre lo que realmente queremos.
Jimmy asintió, sintiendo que aunque la situación era dolorosa, también era necesaria.
—Está bien. Dediquémonos a nosotros mismos y a nuestras carreras. Si las cosas están destinadas a ser diferentes, lo entenderé.
Rhea sonrió débilmente, sintiendo que una parte de su carga se aliviaba.
—Gracias por comprenderme. Eso significa mucho para mí.
Ambos se despidieron, y Rhea sintió que había tomado una decisión difícil pero necesaria. Mientras caminaba de regreso a casa, sabía que el futuro era incierto, pero al menos había encontrado claridad en sus sentimientos.
No me gustaría estar en el lugar de Rhea 🥹
¿Con quién se quedarían ustedes?
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