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5 octubre de 2024 ||
📍Bad Blood State Farm Arena, de Atlanta, Georgia.


Liv Morgan vs Rhea Ripley por el Campeonato Femenino de Raw

La arena del cuadrilátero estaba llena de energía. Los gritos y aplausos del público vibraban en el aire mientras Rhea, con su traje negro y rojo, su cabello negro con ondas, se movía con gracia entre las cuerdas. Sus golpes eran precisos y potentes, y cada vez que derribaba a su oponente, el público estallaba en vítores. Esa noche era especial, no solo por el combate y por que luchaba por recuperar algo que nunca perdio, sino porque tenía a Jey, su novio y compañero de lucha, en mente. Quien tambien la observaba desde lejos.

Rhea no gano, Liv habia reclutado a Raquel y habia interferido en la lucha,  Rhea se dirigió al vestuario, el sudor escurriéndole por la frente, estaba frustrada. Se secó con una toalla, sintiendo la frustacion y  la adrenalina fluir a través de ella. Tomó su teléfono y leyó el mensaje de Jey quien trato de animarla: "¡Increíble pelea! Veras que pronto recuperaras lo que es tuyo, lo hiciste bien Baby". Su corazón se aceleró. Y no pudo evitar sonreir.

Con una mezcla de emoción y nervios, Rhea salió del vestuario, pero en el pasillo se topó con un chico que no había esperado ver. Tenía el cabello trenzado y el tipico tatuaje Samoano, el mismo color de ojos que Jey, pero había algo en él que era diferente. Su sonrisa era más traviesa, y su energía, más desenfadada.

—¡Hola! —dijo el chico, acercándose—. Soy Jimmy, el hermano gemelo de Jey.

Rhea se quedó sorprendida. No había visto a Jimmy, pues desde que comenzo su relacion con Jey, Jimmy habia estado fuera del cuadrilatero, aunque había oído su nombre en las conversaciones con Jey. Por un momento, el aire se volvió denso entre ellos.

—Hola —respondió Rhea, tratando de ocultar su asombro—. No sabía que tenías planes de venir esta noche.

—Decidí hacer una visita sorpresa —dijo Jimmy, con una chispa de picardía en sus ojos—. He escuchado mucho sobre ti. Jey siempre habla de ti. Además te haz puesto mas linda. Y se nota que cada día te esfuerzas más.

Rhea se sonrojó levemente. La admiración de Jimmy era un halago que la hizo sentir bien.

—Gracias. He trabajado duro, pero siempre hay espacio para mejorar. Jey me ayuda mucho con eso.

—Siempre ha sido competitivo —replicó Jimmy, cruzando los brazos—. Pero tú lo empujas a ser mejor. Eso es admirable.

Mientras conversaban, Rhea notó que, a pesar de la similitud entre ellos, Jimmy tenía una forma de ser que era cautivadora. Sus bromas y su risa eran contagiosas, y, aunque trataba de recordar que estaba comprometida con Jey, no podía evitar sentir que había algo especial en la interacción.

—¿Iras a donde esta Jey? Quiero saludar a mi hermano antes de hacer mi regreso al cuadrilatero ¿Te parece si nos vamos juntos? —propuso Jimmy, señalando la puerta del vestíbulo—.

Rhea dudó.Sin embargo, algo en la forma en que Jimmy la miraba le dio confianza.

—Está bien, vamos —respondió al final.

Se dirigieron a donde estaba Jey. La música seguía resonando a lo lejos, y el ambiente estaba lleno de luces brillantes y risas. Jimmy la llevó a donde estaba Jey, pero el no se habia dado cuenta de la presencia de ambos, pues estaba celebrando con los demas.

—Es impresionante, ¿verdad? —dijo Jimmy, apoyándose contra la barandilla. Y observando el cuadrilatero —. La lucha es un arte, y tú tienes un talento excepcional.

Rhea sintió un cosquilleo de orgullo al escuchar sus palabras. Sin embargo, su mente seguía regresando a Jey.

—Sí, es lo que amo hacer. Siempre me he sentido viva en el ring.

Mientras conversaban, la química entre ellos era innegable. Jimmy le contaba anécdotas de sus propias experiencias en el mundo de la lucha, y Rhea no podía evitar reírse. La manera en que la miraba, con esos ojos llenos de admiración, la hacía sentir vista de una manera que no había experimentado antes.

—Jey siempre ha sido un poco... raro. Pero tú pareces traerle alegría —dijo Jimmy, su tono cambiando ligeramente—. A veces me pregunto si él se da cuenta de lo afortunado que es.

Rhea sintió una punzada de celos al escuchar eso, pero también curiosidad. ¿Era posible que Jimmy sintiera algo más?

—Lo sé, él es increíble —respondió, intentando mantener la conversación en un terreno seguro—. Nos entendemos bien, y eso es lo que más aprecio de él.

Jimmy sonrió, pero había algo en su mirada que le hizo sentir un cosquilleo en el estómago. La noche parecía expandirse, y la tensión entre ellos era palpable.

—A veces, la vida nos lleva por caminos inesperados —dijo Jimmy, su voz suave—. Y nunca se sabe lo que puede pasar.

Rhea se sintió atrapada entre dos mundos: el amor que sentía por Jey y la conexión que comenzaba a formarse con Jimmy. En ese momento, supo que el destino tenía más sorpresas.



La noche continuó su curso, y Rhea se encontró disfrutando de la compañía de Jimmy más de lo que había anticipado. La música resonaba en el aire, y el bullicio del público se sentía lejano mientras ellos dos conversaban, sumidos en un mundo propio. Sin embargo, la imagen de Jey siempre estaba presente en su mente, como un recordatorio constante de su compromiso.

Jimmy se inclinó hacia ella, su tono juguetón brillando en sus ojos.

—¿Te gustaría bailar? —preguntó—. Tal vez podrías darme algunas lecciones.

Rhea rió, un poco nerviosa ante la idea.

—No estoy segura de que sea una buena idea. — respondió ella

—Vamos, solo una canción. Aparte sé que ve Jey no a notado nuestra presencia —dijo él, su sonrisa deslumbrante iluminando su rostro.

Después de pensarlo un momento, Rhea accedió. La idea de bailar con el, le parecía divertida y, de alguna manera, un poco excitante.

—Está bien. — respondió ella, observando de lejos a Jey, quien hablaba con Bianca y Jade.

Jimmy asintió, emocionado.

—Se supone que tienes que seguir el ritmo de la música  —le decía, mientras él intentaba imitarla—. ¡No te rindas tan fácil!

A medida que Jimmy seguía el ritmo de Rhea trataba de acercase más a ella, Rhea no pudo evitar reírse de sus intentos torpes, pero también notó cómo él se esforzaba por mejorar. Había algo cautivador en su determinación, en la forma en que la miraba mientras trataba de aprender.

—Así se hace, ¡bien! —exclamó Rhea cuando él finalmente logró un movimiento correcto—. ¡Ves, lo estás haciendo!

Jimmy sonrió, y por un momento, el aire entre ellos se volvió denso. La risa y la tensión creaban una burbuja que los aislaba del mundo exterior.

De repente, Jey los vio y se acercó a ellos, su rostro iluminado al ver a Rhea, pero luego congelándose al notar la situación. Sus ojos se posaron en Jimmy, y una sombra de confusión cruzó su rostro.

—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Jey,su voz grave interrumpiendo el momento.

Rhea se dio la vuelta, el corazón latiéndole con fuerza.

—Jey, esto es... solo un baile. Jimmy quería aprender un par de movimientos.

Jimmy, aún con una sonrisa, levantó las manos en señal de paz.

—No te preocupes, hermano. Solo estaba enseñándome a bailar. Rhea es una gran bailarina.

Jey miró a Jimmy y luego a Rhea, su expresión cambiando de sorpresa a duda.

—No te esperaba aquí, Jimmy. Pensé que tu lucha ya iba a comenzar.

—Decidí hacer una visita sorpresa, como te dije —respondió Jimmy con un tono despreocupado, pero Rhea notó un destello de competencia en sus ojos.

La tensión se hizo palpable. Jey se acercó, su mirada fija en Rhea.

—¿Estás bien? —preguntó, notando su nerviosismo.

—Sí, solo estábamos... hablando —dijo Rhea, tratando de suavizar la situación, pero sintiendo que había algo más en juego.

—Puedo ver eso —dijo Jey, su tono un poco más serio—. Tal vez deberíamos volver a la fiesta.

Rhea sintió un tirón en su corazón. Quería que Jey confiara en ella, pero también era consciente de la creciente conexión con Jimmy. Sin saber cómo manejarlo, sonrió y asintió.

—Claro, vamos.

Mientras caminaban de regreso, el silencio era pesado. Rhea podía sentir las miradas de los hermanos entre sí, una mezcla de celos y rivalidad flotando en el aire. Ella sabía que la noche apenas comenzaba y que las decisiones que tomara a partir de ese momento podrían cambiarlo todo.

De vuelta en el evento, la música seguía resonando, y el público estaba tan animado como antes. Jey la tomó de la mano, pero Rhea sentía que su mente estaba dividida.

—¿Te sientes bien? —preguntó él, mirándola intensamente—. No quiero que te sientas incómoda por Jimmy.

—Estoy bien, realmente —respondió Rhea, aunque su voz sonó menos segura de lo que esperaba—. Solo estaba mostrándole un par de cosas.

Jey asintió, pero la sombra de duda no desapareció de su rostro. Rhea sintió que el aire se espesaba entre ellos, una señal de que la situación había cambiado de alguna manera. Mientras continuaban la noche, la tensión se mantuvo, y Rhea supo que tendría que enfrentar no solo sus sentimientos, sino también las repercusiones de su encuentro con Jimmy.



La atmósfera en el evento era electrizante, pero Rhea apenas podía disfrutar de la música y las risas. Jey había estado un poco distante desde el encuentro con Jimmy, y ella podía sentir la tensión creciente entre los dos hombres. La risa del público se desvaneció, dejándole un eco vacío en su mente.

Cuando finalmente encontró un momento a solas con Jey, decidió que debía aclarar las cosas.

—Baby, ¿podemos hablar un momento? —preguntó, intentando mantener la calma.

Jey la miró, su expresión algo rígida, y asintió. La llevó a un rincón más apartado, lejos del bullicio.

—¿Qué pasa? —preguntó, cruzando los brazos y mirándola fijamente.

Rhea respiró hondo, buscando las palabras adecuadas.

—Me preocupa que estés molesto por lo de Jimmy. Solo fue un encuentro, una conversación entre amigos.

Jimmy frunció el ceño, su mirada fija en el suelo antes de levantarla para encontrarse con la de ella.

—No es solo eso, Rhea. Creo que deberías mantenerte alejada de él.

Las palabras cayeron como un balde de agua fría. Rhea se sorprendió.

—¿Qué? ¿Por qué? Es solo tu hermano. No hay nada entre nosotros.

—Sí, pero hay algo en su forma de mirarte, en la forma en que interactúa contigo —dijo Jey, su voz cargada de frustración—. No me gusta, y no puedo evitarlo.

Rhea sintió que su corazón se aceleraba, pero no por la emoción. La incomodidad se instaló en su pecho.

—Jey, no puedes decirme a quién puedo ver o no. Confío en ti, y espero que tú confíes en mí.

—Esto no se trata solo de confianza, Rhea. Se trata de proteger lo que tenemos. He visto cómo él te mira, y no me gusta —replicó, su tono firme—. Solo quiero que te mantengas a salvo de cualquier cosa que pueda complicar nuestra relación.

—Pero tú no estás siendo justo. Jimmy no me ha hecho nada, y yo tampoco estoy interesada en él —dijo, sintiéndose frustrada por la falta de confianza que Jey mostraba.

Jey tomó un paso hacia ella, su voz más suave pero aún intensa.

—Solo te pido que tengas cuidado. No quiero que te lastimen, y él... no estoy seguro de sus intenciones.

Rhea sintió una mezcla de enojo y tristeza. No quería que Jey se interpusiera en sus amistades, pero al mismo tiempo, no podía ignorar la preocupación que él sentía.

—Entiendo que te preocupe, pero necesito que confíes en mí —dijo, su voz más suave—. Si hay algo que sienta por Jimmy, te lo diré. Pero ahora mismo, solo es un hermano de mi novio.

Jey la miró, su expresión suavizándose un poco.

—Está bien, pero solo ten cuidado. No quiero perderte.

—No vas a perderme —aseguró Rhea, sintiendo que su corazón se partía un poco al ver la inseguridad en sus ojos.

Decidió que no podía dejar que esa tensión definiera su relación. Con una sonrisa, trató de cambiar el tema.

—Vamos, disfrutemos de la noche. Hay una lucha que no quiero perderme.

Jey asintió, aunque su mirada seguía cargada de preocupación. Mientras regresaban a la fiesta, Rhea sintió que el aire entre ellos había cambiado. Ella observaba la lucha donde Apareció Jimmy Uso, Cody y Roman se habían llevado la victoria. La inseguridad de Jey la inquietaba, y la conexión con Jimmy aún flotaba en su mente.

La lucha había terminado, Jimmy Uso, había regresado, The rock había regresado. Había sido un gran final.

En medio del bullicio y la música, Rhea vio a Jimmy, había regresado al área con estaba la fiesta, después de su lucha, se encontraba riendo con otros luchadores. La chispa de conexión que había sentido antes volvió a encenderse, y se dio cuenta de que la situación se estaba volviendo más complicada de lo que había imaginado. ¿Podría realmente mantener la amistad con Jimmy  sin afectar su relación con Jey?

Jey la tomó de la mano, llevándola hacia el grupo. La risa y la música la rodearon, pero el conflicto interno no se disipó. Rhea sabía que debía enfrentar la realidad de sus sentimientos, pero también el efecto que esto tendría en su relación.

La noche aún tenía mucho que ofrecer, pero Rhea no podía evitar sentir que estaba en una encrucijada. Las decisiones que tomaría a partir de ahora definirían no solo su futuro en la lucha, sino también su vida personal.


La fiesta seguía en pleno apogeo, con música vibrante y risas que llenaban el aire. Rhea trataba de disfrutar, pero el ambiente se sentía tenso. La mirada de Jey estaba fija en Jimmy, quien estaba conversando animadamente con otros luchadores. Rhea sintió una punzada de incomodidad al notar la preocupación en los ojos de Jey.

Decidido a poner un alto a la situación, Jey se separó de Rhea y se acercó a Jimmy, quien se estaba riendo de un chiste. Jimmy lo notó y dejó de reír, su expresión convirtiéndose en una mezcla de curiosidad y sorpresa.

—Uce , hermano. ¿Qué tal? —saludó Jimmy, sonriendo.

Jey se plantó frente a él, su tono serio.

—Necesitamos hablar.

La sonrisa de Jimmy se desvaneció ligeramente.

—Claro, ¿qué pasa?

Jey buscó las palabras adecuadas, sintiendo que el peso de la situación se acumulaba en su pecho.

—Quiero que te alejes de Rhea —dijo de manera directa, sin rodeos—. No quiero que te acerques a ella.

Jimmy frunció el ceño, sorprendido.

—¿Por qué? Solo somos amigos. Ella no tiene ningún interés en mí.

—Tal vez, pero me preocupa cómo la miras. No me gusta. Siento que hay algo más ahí, y no puedo quedarme de brazos cruzados —dijo Jey, su voz llena de determinación.

Jimmy levantó una ceja, sintiéndose atacado.

—Vamos, Uce. No soy una amenaza. Rhea y yo hemos estado hablando como amigos. No tienes que ser así.

Jey respiró hondo, tratando de mantener la calma.

—No se trata de que seas una amenaza o no. Se trata de que soy su novio, y tengo derecho a proteger nuestra relación. No quiero que haya malentendidos.

Jimmy lo miró fijamente, sopesando sus palabras.

—¿Y si ella quiere ser amiga mía? No creo que puedas dictar lo que Rhea puede o no hacer.

Jey se sintió frustrado, pero sabía que tenía que ser claro.

—Solo te pido que seas considerado. Rhea es importante para mí, y no quiero que te interpongas. Tu bien sabes lo mucho que espere para que ella sea mi novia. Prometeme que le darás espacio.

Jimmy suspiró, cruzando los brazos.

—Está bien, entiendo tu punto. Pero no puedes controlar lo que ella siente o decide. Eso es algo que tendrás que resolver entre ustedes.

Jey asintió, aunque su expresión seguía tensa.

—Lo sé, pero por ahora, solo te pido que mantengas la distancia. Quiero que nuestra relación sea lo primero.

Jimmy se encogió de hombros, pero su mirada se suavizó un poco.

—Está bien. Haré lo que me pides, pero recuerda que Rhea es una persona fuerte. Ella no necesita que la protejas de mí.

—Solo quiero que se sienta segura —dijo Jey, sintiendo que la conversación era un punto de inflexión—. Espero que entiendas.

Jimmy asintió lentamente, reconociendo la sinceridad en la voz de su gemelo.

—Está bien. Haré lo que pueda. Pero no olvides que Rhea tiene su propia voz.

Con eso, Jey se dio la vuelta y regresó al grupo donde estaba Rhea. Ella lo miró con curiosidad, y él se sintió un poco más tranquilo, pero la ansiedad aún persistía.

—¿Todo bien? —preguntó, notando la seriedad en su rostro.

—Sí, todo en orden —respondió Jey, aunque sabía que la situación era más complicada de lo que parecía.

Rhea sintió que había algo no resuelto entre ellos, pero decidió no presionar. En su mente, sabía que la situación con Jimmy podría complicarse, y no quería ser la causa de un conflicto entre los hermanos.

La noche continuó, pero Rhea se sintió atrapada en un tira y afloja emocional. Mientras la música sonaba y las risas resonaban, ella sabía que tendría que confrontar sus propios sentimientos y la complicada dinámica entre los tres. No podía ignorar la conexión que había sentido con Jimmy, pero tampoco quería traicionar a Jey.


La música llenaba el aire con su ritmo contagioso, pero Rhea apenas podía concentrarse en el bullicio a su alrededor. La conversación que había tenido con Jey la había dejado con un nudo en el estómago. A pesar de la aparente normalidad, la tensión entre los tres—ella, Jey y Jimmy—era palpable.

Mientras observaba a Jey interactuar con otros luchadores, Rbea sintió una mezcla de amor y frustración. Por un lado, apreciaba su deseo de protegerla; por otro, la forma en que intentaba controlar su relación con Jimmy la hacía sentir asfixiada.

Decidida a aclarar las cosas, se acercó a Jey, quien estaba hablando con un grupo de amigos.

—¿Podemos hablar un momento? —preguntó, tomando su mano.

Jey la miró, asintiendo, y la llevó a un rincón más tranquilo del lugar, lejos del ruido.

—¿Qué sucede? —preguntó, su voz llena de preocupación.

—Quiero hablar sobre lo que dijiste antes, sobre Jimmy —comenzó Rhea, sintiendo que debía abordar el tema.

Jey se tensó un poco, su mirada se endureció.

—No creo que haya mucho que hablar. Te pedí que te alejaras de él por una razón.

Rhea respiró hondo, tratando de mantener la calma.

—Entiendo tus preocupaciones, pero creo que deberías confiar en mí. No quiero que esto se convierta en un problema entre nosotros.

—¿Pero cómo puedo estar seguro de que no hay nada más? —dijo Jey , su frustración evidente—. Te veo reír con él y no puedo evitar sentir que hay algo que no comprendo.

Rhea sintió que la injusticia la llenaba.

—Jey, solo estoy siendo amable. No estoy interesada en Jimmy de esa manera. Quiero que sepas que mi corazón es tuyo —dijo, buscando sinceridad en sus ojos—. Pero si sigues presionando, me sentiré atrapada.

La mirada de Jey se suavizó un poco, pero aún había preocupación en su rostro.

—Lo siento, Rhea. Solo quiero protegerte, y ver a Jimmy tan cerca me hace sentir inseguro.

Rhea se acercó más, buscando su mirada.

—La confianza es esencial en cualquier relación. Si no confías en mí, ¿cómo podemos seguir adelante?

Jey bajó la mirada, reflexionando sobre sus palabras. Rhea sabía que la inseguridad era una batalla constante para él, pero necesitaba que comprendiera que no estaba en peligro.

—Prometo que trataré de trabajar en ello —dijo Jey finalmente, su voz más suave—. Solo... dame tiempo.

Rhea sonrió, sintiéndose aliviada por su respuesta.

—Está bien. Estoy aquí por ti. Pero también quiero mantener mi independencia y mis amistades.

Jey asintió, aunque una sombra de preocupación seguía presente en sus ojos.

Mientras tanto, Jimmy observaba a lo lejos, notando la conversación tensa entre los dos. A pesar de que había acordado alejarse de Rhea no podía evitar sentir que había una conexión entre ellos que no debía ignorar. Sin embargo, respetaba la decisión de Jey, al menos por ahora.

La música cambió a una melodía más suave, y la energía de la fiesta parecía disminuir un poco. Rhea decidió que era un buen momento para hablar con Jimmy, aclarar las cosas y asegurarse de que no hubiera malentendidos.

Se acercó a él, que estaba charlando con algunos amigos. Cuando notó su presencia, sonrió.

—Hola, Mami. ¿Cómo estás?

—Bien, gracias. ¿Podemos hablar un momento? —dijo ella, sintiendo que la situación requería sinceridad.

Jimmy asintió, llevándola a un lugar más tranquilo, alejado del bullicio.

—¿Todo bien? —preguntó, su tono curioso.

Ella se detuvo, buscando las palabras adecuadas.

—Quiero que sepas que no hay nada entre nosotros. Jey se siente incómodo con nuestra amistad, y no quiero que eso cause problemas.

Jimmy  frunció el ceño, sintiéndose algo herido.

—¿Es eso lo que te dijo? No quiero ser un problema en tu relación.

—No es eso —aclaró ella —. Solo quiero que ambos estén en la misma página. Jey es importante para mí, y no quiero que sienta que le estoy siendo desleal.

Jimmy  suspiró, rascándose la nuca.

—Lo entiendo. Aprecio que me digas esto. Solo me gustaría que las cosas fueran diferentes. Me gusta pasar tiempo contigo.

Rhea sintió un leve cosquilleo al escuchar eso, pero rápidamente se recordó a sí misma la importancia de su relación con Jey.

—Me gusta pasar tiempo contigo también, pero necesito establecer límites. No quiero que haya malentendidos ni que esto se convierta en un problema entre los tres.

Jimmy  asintió, aunque había un brillo de decepción en sus ojos.

—Está bien. Haré lo que sea necesario para que las cosas funcionen. Pero recuerda que siempre estaré aquí como amigo.

Rhea sonrió, sintiéndose agradecida por su comprensión. Sin embargo, sabía que las cosas no serían tan simples.

Al regresar al grupo, Rhea se dio cuenta de que la noche apenas comenzaba, y aunque las tensiones estaban presentes, la lucha por equilibrar sus relaciones solo estaba comenzando.


Nota: Aquí Jimmy no está casado 😮‍💨
Y bueno, ¿qué harían ustedes si les dieran a elegir entre estos dos? 😍

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