Miedo
¿ATENTADO TERRORISTA?
El miedo se apodera de la ciudad.
Una bomba de humo estalló en una estación de policías. No hubo daños mayores ni heridos. Las autoridades comenzaron una investigación inmediata pero no parecen tener pistas. Las cámaras de seguridad captaron a un posible sospechoso, pero su rostro es difícil de identificar y tampoco hay residuos que se puedan rastrear.
Los mantendremos informados.
En todos los noticieros, periódicos, radios y redes sociales se hablaba de un ataque que sufrió una estación de policías. La gente estaba aterrada, nerviosa y curiosa ya que no se veían este tipo de sucesos desde hace más de dos décadas. Cuando pasó la crisis del momento ya no se podía hablar sobre el atentado, así de rápido se convirtió en un tema tabú a pesar de que sólo había pasado un mes.
--Amigo, deberías probar la comida del nuevo café que abrieron ayer --Hunk se regodeaba--. Es buena, pero igual se puede mejorar.
Mi amigo siguió hablando de comida y regresó a su estado normal. Hace una semana seguía nervioso, pero al igual que todos se fue clamando y ahora parece que ese suceso nunca pasó.
Pero Pidge me quitaba ese pensamiento. Cuando todo pasó ella faltó dos días y al regresar parecía evitarnos. Al calmarse las cosas volvió a sentarse con nosotros a la hora de la comida y actuar como si nada hubiera pasado, pero todavía se le veía distraída.
--Hunk, ¿no crees que Pidge actúa extraño? --pregunté a mi compañero para calmar mi curiosidad.
--Pidge es extraña.
En cualquier otra circunstancia pude haber reído por ese comentario, pero todavía sentía ese nudo en el estómago que todos sentíamos y que nos daba miedo admitir.
Pero Pidge definitivamente era otro asunto.
Nunca pude salir con Keith. El ataque ocurrió el día acordado para nuestra cita, pero las autoridades nos ordenaron quedarnos en casa. En parte estaba agradecido ya que pude evitarlo más tiempo, pero también era consciente de que tenía que salir con él.
Justo ahora me dirigía a su academia puesto que habíamos acordado vernos a la hora de la salida.
--Llegas tarde --me recibió el chico malhumorado.
--También me da mucho gusto verte, Keith --respondí con una sonrisa que pronto descubriría que él la odiaría.
El chico emo no me respondió y se dispuso a caminar con prisa, yo no me había percatado pronto de eso pues me distraje viendo a las estudiantes de su academia.
--Habiendo tantas mujeres y yo con dos hombres --susurré y seguí a Keith que me esperaba con esa cara de fastidio.
--Date prisa --me pidió y era curioso como parecía que, cada segundo que pasaba, este sujeto se enojaba cada vez más.
--¿Por qué? ¿Acaso te avergüenza que te vean conmigo? --bromee, pero su silencio me respondió y eso me hizo enojar--. No creas que para mí esto es una grata sorpresa, que lo disfrute o que siquiera lo acepte. Sólo te estoy tolerando porque no tengo opción --exclamé molesto, casi escupiendo cada palabra.
--Claro que hay otra opción, simplemente no te atreves a tomarla --esta vez Keith no sonaba irritado y mucho menos parecía querer atacarme. Habló con seriedad y eso me confundió. ¿A qué se refería con "otra opción"?
Antes de poder preguntarle vi como una chica sonriente se aproximaba a Keith, por un momento desaparecí del escenario: el chico malhumorado serenó su rostro cuando esta chica desconocida se le acercó y compartieron un lento beso en la mejilla. Se miraron a los ojos y pude notar... ¿deseo? Pero sólo en la mirada de la chica. Keith quitó su ceño fruncido pero nada más.
Y así como la chica llegó, así se fue. Como si estos últimos segundo fueron producto de mi imaginación.
Tuve miedo de preguntar quién era ella ya que el rostro de Keith volvió a la normalidad y no pude evitar sentirme... ¿celoso? Se supone que este día era para mí, no para chicas misteriosas con las que compartes miradas de estrecha complicidad. No disfruto esto más que él, pero se supone que debe haber respeto, ¿no?
El camino con destino desconocido se hizo en silencio y las calles limpias y simétricas comenzaban a ensuciarse y dañarse conforme cruzabamos las cuadras.
Pasamos poco más de una hora caminando hasta que por fin Keith se detuvo frente a lo que parecía un bar. El lugar lucía como esos sitios clandestino donde sólo los marginados se juntan a beber y fumar sustancias prohibidas. Estaba curioso del porqué estábamos aquí y a la vez aterrado.
--Keith... --no me miró ni me respondió, sólo tomó mi mano y me llevó hacia el lugar. Una parte de mí quería salir corriendo, mi corazón latía fuerte puesto que estos lugares tenían muy mala fama. Eran cuentos de terror para niños.
--No podía seguir posponiendo nuestra cita, pero tampoco podía faltar al trabajo.
¿Trabajo?
Antes de poder preguntar presencié como un borracho saludaba a Keith por su nombre o por lo menos lo intentó ya que unas pequeñas arcadas seguidas por vómito lo detuvieron. Tuve que reunir mucha fuerza para no terminar acompañandolo.
Entramos al bar y un olor a humedad combinado con humo y otras cosas que no ubicaba, pero que igual me picaban la nariz, me abrumó. A pesar de que afuera todavía había algo de luz de día aquí adentro lo gobernaba una penumbra absoluta, sólo se filtraba la luz por grietas en la pared y los escnededores que no paraban de prender. Me aferré al brazo de Keith y este no presentó objeción, parecía entender mi reacción.
--¡Keith, cariño! ¡Qué bueno que llegaste! --una mujer de mediana edad se acercó a nosotros y le dio un beso muy sonado en la mejilla a mi acompañante--. Nos habíamos preocupado cuando no te presentaste anoche. Creímos que te habías enfermado.
--Tuve un compromiso --se limitó a decir.
--Si ya conoceré tus famosos compromiso...--por algunas razón el tono burlesco con que pronunció esas palabras me hizo recordar a la chica misteriosa de hace rato--. Y hablando de ellos, ¿ este es uno nuevo? Es curioso porque...
--Ariella --interrumpió--, él es Lance --la mujer posó su mano sobre su boca de asombro.
--¡Pido me perdones! No creí que fueras tú --dice ella apoyando su mano sobre mis hombros. Creo que Keith ya le habló de mí y nuestra situación.
--No se preocupe --mi voz apenas salió como un susurro. Mi asombro no me dejaba ni hablar. Todo era absolutamente nuevo para mí.
--Keith, tu padre quiere hablar contigo --dijo la mujer con seriedad. El chico sólo asintió y ella se fue.
--Esperame aquí --me dejó sentado en un banco frente a la barra y curiosamente me sentí en peligro.
Nadie parecía notar mi presencia y eso me hacía sentir tranquilo, pero no podía evitar quitarme la sensación de sentirme terriblemente observado. Eché un vistazo alrededor y por fin di con esos ojos que no paraban de mirarme incluso cuando hicimos contacto. Un hombre sentado al fondo sostenía una bebida azul en su mano derecha y con la otra acariciaba la cabeza de una mujer recostada en su regazo. Esa composición visual me perturbaba e incomodaba, me sentía como una presa en peligro.
Vi como el hombre se inclinaba para susurrarle algo a la mujer y esta bostezó, se levantó y se fue sin más. El hombre no despegaba los ojos de mí incluso cuando se levantó y caminó en mi dirección. Tenía unas fuertes ganas de salir corriendo, pero su extraña belleza me detenía, le ponía atención: era alto, delgado pero con algo de musculatura, cabello blanco y largo amarrado en una coleta dejando un mechon libre enfrente; su caminar elegante me hipnotizaba y fui incapaz de levantarme de mi silla. Sin darme cuenta ya lo tenía enfrente, sentí como todos guardaron silencio o era la sangre que subió a mis orejas lo que me dejó sordo. Sea como sea, pude apreciar mejor su rostro: ojos alargados color lila, rostro alargado y un par de cicatrices en sus pómulos. Parecía tarde para darme cuenta que mi mano se extendía a tocar esas cicatrices. Por suerte una mano que se posó sobre mi hombro me detuvo.
--Lotor, qué gusto verte -- la voz de Keith diciendo mentiras me regresó a la realidad.
--Lo mismo digo, Keith --respondió el extraño personaje y por fin despegó sus ojos de mí. Su voz estaba a punto de sumergirme en otro ensueño pero un apretón de la mano de Keith sobre mi hombro nuevamente me despertó--. ¿No vas a presentarme a tu nuevo compañero?
--Me temo que no hay tiempo -- la falsa cortesía por parte de ambos comenzaba a incomodarme, pero sentía que no convenía meterme.
--Es una lástima --dijo Lotor volviendo a mirarme--. Espero tenga la suerte de verte de nuevo sin que nada ni nadie nos distraiga --hizo mucho énfasis en "nadie".
Lotor me sonrió y a Keith sólo le asintió con la cabeza mientras que este sólo se limitaba a apretar mi hombro cada vez más. No me soltó hasta que Lotor abandonó el lugar.
--De todas las personas... --masculló mi cita.
--¿Quién era él? --pregunté abrumado todavía por lo sucedido y el extraño poder que ese tal Lotor posee.
--Alguien de quien te debes mantener alejado --aseveró Keith.
--Pero...
--Solo has lo que te piden como siempre, ¿de acuerdo? -- esta vez no sólo se escuchó enojado sino también cansado. Pareciera que en un instante le quitaron todo rastro de vida a este chico. ¿Qué habrá pasado entre ellos?
Keith no dijo nada más, sólo tomó mi mano y me llevó afuera del bar. Yo estaba completamente agradecido.
--Hay un parque aquí cerca --fue lo único que dijo.
El lugar no se veía mejor pero al menos no era un bar de dudoa reputación.
--Solo quería decirte que sólo podremos vernos en este parque y en el bar. Vienen fechas difíciles y me necesitan, pero también sé que me necesitas.
Odiaba admitirlo pero era cierto, necesito de ambos para terminar esto rápido.
La energía que Keith transmitía ahora me quitaba la ganas de burlarme de su fea expresión facial. Se veía terrible.
Nos quedamos en silencio, sentados sobre una banca mientras el cielo terminaba de oscurecerse. Varios focos del barrio no encendían y los que sí estaban parpadeando cada tanto.
--¿Vives aquí? --pregunté curioso.
--Cerca --fue su única respuesta.
Keith me acompañó hasta una estación donde el autobús me dejaría cerca de mi calle.
--Te dejaría en tu casa, pero tengo que trabajar horas extras para compensar.
--Estaré bien --le extendí la mano para despedirme y me correspondió.
--Nos veremos luego --se dio la vuelta y emprendió su camino.
Qué día tan más extraño.
--¿A esto se le puede llamar cita? --bufé y me metí al autobús, pero antes de hacerlo volví a sentir una mirada pesada. Eché un vistazo y esta vez no encontré a nadie. Sentí que un escalofríos recorría mi espada y corrí a mi asiento. No fue hasta que el bus se alejó que pude respirar tranquilo.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Holaaaaa!
Volví:), rompí record en no desaparecer 2 años esta vez xD
Bueno, he estado leyendo sus comentarios y creo que con este capítulo ya se darán cuenta qué rumbo tiene la historia 👀 y si todavía no igual no les diré para que lo deduzcan solas(os) uwu
Ahora con respecto a Wattpad:
Yo había dejado de utilizar esta aplicación cuando apenas habían metido su sección Premium, me desaparecí y no supe qué onda con las actualizaciones hasta que regresé y tenía avisos sobre mis otros fics donde me decían que "x" cosas incumplía las normas de seguridad o algo así. Así que basándome en eso voy a moderar ciertas cosas en este fic (como violencia o lenguaje sexual) para evitar que me lo quieran tumbar unu pero igual se puede desarrollar una buena historia sin esos componentes :3
Otra cosa también es que la aplicación ya no me sirve xD entro y no me carga nada, sólo parpadea la pantalla así que para poder entrar y editar tengo que hacerlo desde las notificaciones que me llegan 😣 a alguien más le pasa? Para que me diga qué debo hacer para solucionar esto
En fin! Muchas gracias por leer hasta aquí ❤ espero hayan disfrutado este capítulo como yo escribiendolo n.n los tqm y espero vernos en el siguiente ❤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro