Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

La Pimera Cita

No dormí casi nada anoche por pensar en lo que debía hacer a partir de ahora, pero con la mente tranquila respiré profundamente.

Esperaba a Shiro en la estación del metro, en los folders de Coran venía su número de teléfono así que pude contactar fácilmente con él e invitarlo a salir. Él parecía feliz con la idea.

Faltaban cinco minutos para las doce, había llegado un poco temprano, pero a la distancia podía ver al hombre acercase poco a poco y no pude evitar analizarlo. Es realmente guapo, su rostro tranquilo no parecía combinar con esa cicatriz y sus pasos parecían tan ligeros considerando el cuerpo que tiene.

--No está nada mal --murmuré sin querer sin darme cuenta que Shiro ya estaba suficientemente cerca.

--¿Qué no está mal? --preguntó curioso.

--¡N-no nada! --me di una bofetada interna, ¿en qué estoy pensando?

--Lamento si te hice esperar, tuve que atender unos asuntos --me dijo con una mirada apacible.

--No te preocupes, apenas son las doce --dije señalando el reloj del metro. Shiro me dio otra sonrisa.

--Entonces... ¿qué te gustaría hacer primero?

--¿Ya comiste?

--No realmente --en su mirada se notó un claro agradecimiento por la pregunta.

--Conozco un lugar genial que estoy seguro te podría encantar --exclamé emocionado.

--¿Es así? --ríe--. De acuerdo, me gustaría conocerlo.

El lugar a donde íbamos se encontraba cerca de la estación del metro que no ocupabamos subir a uno.

Dicen que caminar ayuda mucho la interacción en las personas.

--Shiro, tengo mucha curiosidad con respecto a tu cicatriz, se ve reciente --tal vez fui algo imprudente, pero de verdad estaba intrigado.

--Mi cicatriz... --el hombre se quedó pensando--. No creo que sea una historia que quieras escuchar ahora --respondió riendo.

--Estoy seguro que si te pregunté es porque quiero escuchar la historia ahora.

--Lance --su tono de voz se tornó severo--, hay historias que no se cuentan en la primera cita --esto último quiso hacerlo sonar agradable pero su enojo se notaba bastante.

Decidí no responder. Mi mente me trajo de nuevo las palabras de Keith. "Él también está molesto" dijo y puede que tuviera razón.

El recorrido terminó en un silencio incómodo. Shiro mantenía un rostro sereno y eso me molestó un poco. Parecía que yo era el único que se preocupaba por cosas sin sentido.

--Aquí es --traté de recuperarme al ver que ya habíamos llegado.

--¿Un... café de gatos? --Shiro se veía sorprendido.

--Así es --sonreí satisfecho--. Acaban de abrir y no pude evitar leer que en tu IBC viene que te gustan los gatos.

--Lance...

--¡Vamos! --lo interrumpí jalandolo del brazo para entrar al local.

El lugar era nuevo así que todavía no apantallaba lo suficiente, pero ver a Shiro ocultando su emoción me daba cierta sensación de haber ganado.

--¡Bienvenidos a Bastet café de gatos! --nos recibió una mujer muy linda con mucha energía-- ¿sólo son dos personas? --asentimos Shiro y yo--. De acuerdo, ¡por aquí! --dio un pequeño salto.

No pude evitar pensar que la chica era linda y tierna, pero pude notar como se ponía nerviosa a lado de Shiro.

《Genial. Estoy destinado a un hombre que me opaca en todo sentido》pensé desilusionado.

--Lance --escuché que me llamaban-- ¿en qué piensas? Hay que sentarnos --Shiro hizo para atrás una silla, ¿para mí?

--No necesitas hacer esto --dije sonrojado dejándome caer en la silla.

--No, pero quiero hacerlo --me sonríe.

No quise responder, ya estaba sintiendo suficiente vergüenza. La mesera se nos quedaba viendo atónita y no la culpo, las parejas del mismo sexo son raras de ver.

--Les dejo el menú... --se retiró rápido y no supe como interpretar esa reacción. Miré a Shiro y él parecía ignorar lo que sucedía a su alrededor.

Qué envidia.

--Dime qué se siente ser tan guapo --dije entre broma y verdad mientras tomaba el curioso menú que tenía forma de gato.

--No entiendo tu pregunta --respondió sin despegar los ojos de las hojas--. Mira qué curiosos nombres tienen estos platillos --me dijo divertido.

Bajé la mirada y reí al notar que era cierto.

Bebidas Purrrfectas para ti:
Rujido de León: jugo de naranja con agua mineral.
Bostezo de León: jugo de naranja sencillo.
Gatito dormilón: chocolate caliente.
Gato negro: café americano.
Gato rojo: tizana de frutos rojos.
Gato verde: té verde.
Gato amarillo: jugo de frutas tropicales.
Gato azul: smoothie de moras azules.

La lista seguía pero me detuve con la bebida que me recordaba a mi Blue.

--¿Ya decidiste? --pregunté a Shiro mientras iba a las páginas de los platillos que venían con otros nombres igual de curiosos.

--Mmh sí, voy a tomar el gato rojo y de comer --volteó la página--, paté de pescado --reímos los dos con ese nombre.

--Solo espero que no venga directo de la lata --bromee y Shiro rió de nuevo. Seguro fue por lastima, era un chiste malo, pero me gustaba escucharlo reír.

La mesera llegó con una energía diferente. Ya no se le veía sorpendida. Pidió nuestras órdenes y se retiró.

--Bueno, Lance, háblame de ti --Shiro apoyó sus brazos en la mesa y justo en ese momento un gato saltó hacia él. La sorpresa me hizo reír demasiado.

--Increible --los gatos apenas empezaron a acercarse curiosos y algunos a frotarse en nuestras piernas.

--No imagino a Keith en un lugar así --soltó Shiro de repente.

--¿Ustedes ya se conocían? --pregunté curioso y molesto a la vez. Keith no es un nombre que quería escuchar ahora.

Shiro parecía tomarse tiempo para responder.

--Algo así --se limitó a responder.

Las "respuestas" de este hombre me comenzaban a molestar.

--Eres de pocas palabras --dije seco.

--Siento que esto se debe tratar de ti --trató de calmar la atmósfera.

--Seguramente.

El silencio comenzaba a tornarse abrumador y algunos gatos se iban. Pero por fin fue interrumpido con la llegada de la mesera que tenía nuestras bebidas.

--Gato rojo para usted --se la extendió a Shiro--, y gato azul para ti --me dio la mía--. En unos momentos les traemos su orden.

Esta cita parecía ir de mal en peor. Tenía que improvisar algo.

--Me habías dicho antes que estudiaste en la misma academia que yo --dije, esperando que no sea otro intento de conversación destinado a morir.

--Sí, es cierto --me respondió Shiro con cierto brillo en sus ojos. Por fin.

--Me gustaría saber de la época de la Academia en tus años como estudiante.

Y así fue como Shiro comenzó sus largas anécdotas como estudiante aplicado y algo rebelde a la vez.

La comida llegó a la mesa pero no prestabamos atención, la conversación fluía de forma natural y agradable entre nosotros cuando coincidiamos con las mismas experiencias con ciertos maestros que aún seguían dando clases o el estricto directo que quería todo al pie de la letra.

La tarde pasaba y no nos dábamos cuenta, gatos iban y venían y algunos dormían en nuestras piernas. La comida no era una maravilla pero era buena para ser la de sus inicios.

Cuando apenas nos dimos cuenta ya era hora de cerrar.

La mesera parecía hasta incómoda por decirnos que ya nos teníamos que retirar.

--En serio lamento esto, pero ya es hora de que cerremos --dijo sonrojada. Shiro parecía apenas reaccionar.

--¿Tan tarde es? --miró la hora en su celular--. Increible, no me di cuenta.

Nos acercamos a la caja, tras un serio debate de quien debía pagar se decidió que se dividiría la cuenta a la mitad. Satisfechos nos dirigimos hacia la salida donde afuera se encontraba la mesera que nos había atendido.

--Gracias --dije por cortesía antes de que nos alejaramos y en eso la mesera nos detuvo.

--Solo quería disculparme por mi comportamiento hace un rato --su rostro se veía de un rojo intenso--. Es que no sabía cómo reaccionar, pero quiero decirles que ustedes parecen hacer una bonita pareja --sin siquiera dejarnos responder ella regresó rápido al interior del café.

--Eso no lo esperaba --dijo Shiro. Se veía algo atónito.

--No la culpo. Yo sigo sorprendido de tener que salir con dos hombres --me encogí de hombros y empecé a caminar.

--Lance --me alcanzó--, quiero disculparme por la actitud que tomé previamente.

--No es nada del otro mundo. Ya lo había olvidado --mentí.

--Es que... --Shiro sonreía--. Es que todavía no puedo creer que tú me hayas invitado a salir cuando se supone que el que se debe encargar de eso soy yo --ríe suavemente--. Pero de igual forma gracias, gracias por el día de hoy. Disfruté este tiempo contigo.

¡¿Cómo se supone que uno responde a ese tipo de comentarios?!

--Espero no incomodarte --dijo Shiro. Tal vez mi reacción era muy obvia.

--¡No, claro que no! --mentí de nuevo--. Es sólo que... Es sólo que esto lo hice con gusto, no hay necesidad de agradecerme si yo también lo disfruté --eso era verdad.

Shiro asintió y seguimos caminando en dirección a la estación del metro en silencio, pero esta vez sin esa sensación de incomodidad sino que ahora nos sentiamos bien acompañados.

--Dejame acompañarte a casa.

--Claro que no. Así está bien --recordé a mi padre culpandome por esto--. Debes estar cansado.

--Entiendo... -- en ese momento Shiro se inclinó hacia mí lentamente.

¿Un beso?

--¡De acuerdo! --extendí mi brazo para mantener una distancia segura entre nosotros--. Qué pases buenas noches, Shiro.

--Claro... --se quedó estático unos segundos y por fin estrechó mi mano--. Nos veremos pronto --. Me sonríe.

Me limité a asentir con la cabeza y voltearme rápido para regresar a casa. Shiro me acompañó dejándome a un par de cuadras, eso me permitía minutos de tranquilidad.

Evitando el interrogatorio de mis padres por fin pude llegar a mi cuarto. Cerré la puerta con seguro y suspiré hondo.

--¿En serio mi vida será así a partir de ahora? --me aterraba la idea.

Me dejé caer en mi cama y sentía que iba a dormir al instante, pero todavía tenía que hacer algo antes.

Tomé mi celular y el IBC de Keith, me pasé por alto toda su información y fui directo a sus contactos. No tenía cabeza para planear a donde ir.

--Aquí está --susurré.

Escribí un mensaje breve:

Lance
¿Quieres salir dentro de dos días?

Las ganas que tenías de mandar esto eran casi nulas. Ese chico parecía tener todo lo necesario para fastidiarme sin siquiera conocerlo.

Pasaron un par de minutos y recibí una respuesta:

Keith
Cómo sea.

--¿Qué demo...? --bloquee mi celular y lo dejé lejos de mí.

¿Cómo es posible que exista alguien tan molesto?

Me quedé dormido con el enojo que terminé teniendo una pesadilla donde me casaba con Keith.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro