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Capítulo 5

Después de la sección fotográfica, los tres fueron a comer helados. Naruto nunca pudo botar a Sasuke porque este no entendía sus indirectas, y al final tuvo que estar con él en toda la tarde. Fue una suerte que Itachi estuviera con ellos, él era tan amable y divertido que opacaba lo fastidioso que era el Uchiha menor. Cuando regresó a su casa, estaba tan feliz e irradiaba tanta luz que podía competir con el sol y ganarle.

Penosamente, al día siguiente tenía escuela. Y aun peor, Sasuke volvería a estar ahí para arruinarle lo que le restaba de vida normal. Pudo verlo sonreír en la entrada, y cuando chocó su mirada con las suyas, parecía un asesino absuelto. El rubio tragó duro antes de avanzar por las escaleras, rezando internamente que no le hiciera nada.

-Hasta que llegaste bazofia –rió el Uchiha, poniéndole cabe para que se cayera con todo y mochila. Los chicos que estaban en el pasillo empezaron a reírse del rubio, que terminó con los lentes rotos y una herida interna por los brackets que le habían hincado un poco del labio. Su mochila, que tenía su ropa de cambio, quedó completamente a merced de Sasuke, quien la agarró sin importarle que Naruto se lanzara a quitárselo-, vamos a ver qué es lo que traes el día de hoy.

El rubio empezó a sudar, ese día había llevado su ropa para la sección de fotos que volvería a tener porque Itachi había estado tan conmocionado que había llamado a otra línea de trajes solo para tener la nueva cara para los comerciales de la marca. Le había entregado una de las mudas, y le había dicho que tuviera mucho cuidado con ella porque si alguien más llegaba a verla antes del día del comercial, podrían meterse en muchos problemas y tendría que despedirlo.

-¿Qué es esto? –preguntó el azabache, sosteniendo la bolsa negra donde estaban los trajes. Naruto agradeció que no llevara la marca de la familia Uchiha en ella, o su secreto sería descubierto.

-Es ropa –respondió intentando mirar bien por los anteojos, que se encontraban entrecortados por estar rotos. El Uchiha busnó antes de lanzarlo al suelo y pisarlo, y al rubio parecía que se le rompía el alma.

-Ropa de un pobretón como tú no debe ser más que basura, un poco más de polvo en ellas no hará mucha diferencia ¿Verdad?

Lo que Sasuke no se esperaba, es que detrás estuviera Sakura con Hinata, quienes habían llamado al profesor de lenguaje para que mirara la escena. Kakashi abrió los ojos sorprendidos, y le gritó al azabache delante de todos antes de enviarlo a dirección, y al rubio a enfermería para que le pusieran algo en su labio que parecía que vomitara sangre. Hinata lo ayudó a pararse, y miró con odio a Suigetsu y a Karin quienes habían grabado todo el show para burlarse más tarde. Sakura se encargó de la cámara, se había acercado tanto a ellos que estos no se dieron cuenta cuando de una patada el artefacto cayó al suelo con un estruendoso sonido, rompiéndose en muchos pedazos.

-¡Maldita perra! –Gritó Karin-¡Esa cámara era una profesional, te costará tu patética vida pagarla!

-La basura sigue siendo basura, un poco de golpes en ella no hará diferencia ¿Verdad?

La enfermera le dijo que no podía hacer nada porque la herida era dentro de su boca, por lo que solo debía esperar a que el sangrado parara por su cuenta y quitarse los brackets removibles hasta que estuviera curado por completo. Hinata había logrado recuperar su bolsa de ropa, y se lo entregó mientras que el rubio lo metía en su mochila.

-Odio a los Uchihas –rugió la pelirosa-, todos son unos malditos diablos, deberían morir en el limbo lentamente y ser maldecidos a una cara fea por la eternidad.

Naruto negó con la cabeza, mientras se retiraba los lentes para guardarlos en la mochila:-No todos los Uchihas son como Sasuke, hay algunos dulces y tranquilos –ambas chicas giraron a verlo instantáneamente, y el ojiazul se dio cuenta de sus palabras-, digo –intentó arreglar- no creo que exista peor persona que Sasuke, superarlo es ya entrar a ligas mayores.

-¿Acaso conoces a otros Uchihas? –Burló Sakura, casi riéndose-, de tal palo tal astilla, como dicen, la manzana nunca cae tan lejos del árbol. Él debió aprender a ser tan estúpido de algún lugar, y no creo que en su familia le enseñen lo que es ser dulce y tranquilo.

Naruto no refutó porque no quiso dar más información, se quedó en enfermería el tiempo suficiente como para estar seguro que aún seguía teniendo apariencia de Naruto y no de Menma. Después de un buen rato, fueron a clases, donde el Uchiha no apareció en todo el día. Naruto pensó que con lo de la mañana todo su día estaría arreglado, pero justo cuando comenzó el receso, Sasuke lo había mandado a llamar con sus leales perros. Karin empezó a reírse de él cuando fue arrastrado por el pelinaranja, quien lo sostenía del hombro para que no corriera y se escapara de ellos.

-Esto es por acusarme maldito indígena –lo golpeó con un bate de béisbol justo en el estómago, y Naruto escupió sangre-, y esto es porque una de tus perras rompió mi cámara favorita –el siguiente golpe fue en su entrepierna, y Naruto volvió a ponerse rojo mientras se retorcía en el suelo.

Sasuke fue mucho más salvaje que otros días, lo golpeó tanto que el rubio faltó a clases lo que le quedaba del día porque no podía pararse. Estuvo llorando en el suelo todo el momento, ni siquiera se atrevió a pararse cuando escuchaba los gritos de Sakura y Hinata fuera del baño buscándolo. En la salida, recogiendo lo que le quedaba de dignidad, intentó pararse, pero sentía que tenía roto algún hueso. Su intercostal se había coloreado de un morado intenso, mientras que sentía que tenía algún hematoma en los epidídimos.

Pain casi entraba a la escuela a hablar directamente con el director sobre la salvajada que cometían sus alumnos, pero Naruto entre lágrimas le decía que no fuera, porque no quería que luego Sasuke quisiera cobrar venganza contra él. Agradecía tener a Menma, su otra vida que le permitía ser como realmente quería ser, una persona directa y sin temor a ser sarcástico con imbéciles.

-Menma –susurró Sasuke detrás de él intentando sorprenderlo, y el rubio de un golpe le dio justo en la nariz.

-Perdón –respondió en un sarcasmo-, te confundí con un maldito gilipollas y mi cuerpo se movió solo.

El azabache empezó a sangrar por la nariz mientras Naruto posaba para la revista. Quisieron tomarle también fotos de lencería, pero por culpa de sus nuevos moretones no pudo sacarse la ropa o de lo contrario lo despedirían por arruinar su cuerpo. Itachi aplaudía por las fotos, y el rubio se sonrojaba haciendo muchas más poses. El fotógrafo lo felicitó por la forma de moverse tan natural, mientras le daban un descanso de algunos minutos.

-Sal conmigo en una cita, solo nosotros dos –pidió Sasuke, tenía consigo un ramo de flores rojas y se las extendió a Naruto. El rubio miró las flores y una cólera inmediata le llegó, cogió el regalo y las lanzó al suelo antes de pisarlas y patearlas destruyéndolas por completo.

-Soy alérgico a las flores –mintió, aunque quería decirle que era un maldito desgraciado. El azabache casi se moría por intentar entregarle algo a lo cual era alérgico el rubio, se empezó a criticar por no saber más de su futuro esposo y se fue corriendo a comprarle algo más.

-Perdona a mi hermano –le dijo Itachi cuando se acercó a él después de que Sasuke se fuera-, no suele ser así, pero realmente le causas impacto. Es un buen chico cuando lo conoces a profundidad.

Claro, un buen chico al cual no me importa maltratar a Naruto, deliberó, haciendo una mueca de dolor por sus heridas.

Ese día Sasuke había vuelto con una caja de chocolates caros para dárselos a cambio de una cita, pero el rubio lanzó el regalo a la basura alegando que tenía que cuidar su figura. Esa fue la misma escena por varias semanas, el azabache todos los días le llevaba algo a cambio de una cita, y el rubio cada vez intentaba alejarlo más y más temiendo por su vida.

-Eres fastidioso –reventó semanas más tarde, cuando ya no pudo más-, y un maldito doble cara. Finges inocencia conmigo cuando en tu escuela maltratas a Naruto.

El azabache quedó sorprendido, y el perfume que le había llevado cayó al suelo rompiéndose. El sonido había retumbado en la sala, llamando la atención de todos los presentes. Justo ese día, a Itachi se le había presentado algo importante y no pudo ir, por lo que Sasuke era el representante de este. Los guardias de seguridad se acercaron, pero no intervinieron mientras el azabache abría y cerraba la boca buscando que decir:- ¿C... Cómo lo sabes? –susurró, haciendo puños con sus manos.

¿Cómo lo sabía? Se quedó quieto mientras el mundo corría a su alrededor, se había trabado tanto a lo largo de las semanas que no se había percatado de sus palabras. Naruto era lastimado, pero Menma no debería conocerlo, o al menos no debería tener conocimientos de aquello. Empezó a pensar en alguna idea que lo liberara de aquello, y tan solo intentó ser como Sasuke en un comienzo.

-Pedí que me investigaran sobre ti –respondió burlón, pero por dentro el corazón le latía a mil-, y me trajeron información de tu escuela. Contacté a Naruto para que me confirmara las cosas –se sintió raro decirse a sí mismo en tercera persona, y trago saliva para continuar-, y me mostró fotos de su cuerpo. Realmente eres un desgraciado.

No era del todo mentira. Se había tomado fotos a si mismo con su celular unos días antes para ver qué tan mal estaba, y se las enseñó al azabache para que él mismo comprobara lo que había hecho. Sasuke intentó negar el hecho de que él había sido el culpable, pero Menma lleno de impotencia empezó a decirle que encima de maldito, era un mentiroso.

-Es que deberías saber cómo es realmente ese chico –se excusó-, es tan... él, que merece ser golpeado y más.

Como detestaba a Sasuke, y como detestaba que este se hubiera enamorado de su otro él. Naruto se empezó a reír como si lo que el ojinegro hubiera dicho fuera la cosa más graciosa del mundo. Todos se habían quedado mirándolo, y el azabache empezó a botar al resto para que se metieran en sus asuntos.

-Naruto es mi primo lejano –rugió antes de dar media vuelta-, y yo era como él hasta hace tan poco. Me das asco Uchiha, desaparécete de mí vista.

Sasuke se quedó hecho piedra en su lugar, no sabía si quería correr hasta su casa y empezar a llorar porque Menma lo odiaba o ir a buscar al estúpido de Naruto para golpearlo mucho más y decirle que por su culpa su tan solo único sueño corría peligro de cumplirse. Naruto siguió posando en las fotos, sin más esta vez parecían mucho más forzosas las sonrisas y los movimientos. El fotógrafo estuvo pataleando para ver cuál de todas podría funcionar, porque ninguna era lo suficientemente buena como en el grupo anterior.

-Menma, sonríe más –le pidió cuando ya había tomado como veinte fotos y ninguna era buena-, antes de la pausa estabas bien, estas poses son muy forzadas.

-Lo lamento –respondió, intentando moverse como siempre. Recordó los momentos felices que tenía para sonreír como siempre, pero el recuerdo de las golpizas de Sasuke llegaban a él y todos los intentos de tener buenas fotos se iban por el caño. El fotógrafo pidió otra vez una pausa y le dijo a Menma que intentara relajarse.

-Todo por culpa del maldito Uchiha –pensó, queriendo golpear a medio mundo-, si tan solo jamás hubiera nacido, todos sería mucho mejor.

No lo vio en ese receso, y pudo concentrarse en pensar cosas bonitas para tener material en la sección fotográfica. El fotógrafo se extasió cuando vio que Menma volvía a ser natural y risueño como lo fue en un comienzo, y tomó fotografías a lo loco mientras Naruto posaba.

-Estas están perfectas –chilló de la felicidad, ya retirándose de la sala-, gracias a todos, ya tenemos la nueva imagen para la portada de los próximos meses.

Todos aplaudieron a Naruto y este se sonrojó, sonriendo mientras le mensajeaba a Pain para que lo recogiera fuera del estudio. Caminó hasta su camerino –el cual estaba vacío porque siempre les pedía a las chicas de maquillaje que se fueran- a cambiarse de ropa, alarmándose por encontrar la puerta abierta.

-¿Si dejo de golpear a tu primo, me darías una cita? –saltó Sasuke, y se arrodilló a sus pies en la entrada.

A Naruto más le preocupaba que viera su mochila e intentara abrirla, donde encontraría los cuadernos de la escuela, pero también estaba furioso porque nadie más que él podía entrar a su camerino después delas secciones. Pasó por su lado antes de patearlo para que se largara, pero Sasuke no se movió de su puesto. La propuesta le parecía tentadora, Naruto dejaría de ser lastimado y no se metería en problemas. Pero eso también significaría que Menma se debería sacrificar:-. En el hipotético caso –respondió toscamente-, de que Naruto me diga que tú dejaste de golpearlo... puede que acepte salir contigo –y Sasuke sonrió, le besó la mejilla, y salió del camerino.   

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Odio a este Sasuke, pero ya se me quedó así :v

Quise publicar en la mañana, pero nuevamente lo dejé sin cargar. Estaba tan apurada haciendo tareas que ni me di cuenta que mi teléfono estaba desconectado. Bueno, tengo que escribir otras obras, sean buenos y dejen muchos comentarios y votos.

Los leo la próxima semana.

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