¿Un skate Rosa?
Nos decidimos por la pareja ruiseñor. Con mucho entusiasmo empezamos a pintarlo. Jessy me indica que técnica debo utilizar, y por momentos ella lo hace; realmente tiene talento. Pintar es extremadamente relajado. Me doy cuenta que ella es una experta, se deja llevar, se pierde en ese lienzo blanco.
—¿Te dedicarás a esto ? —le pregunto.
—Humm —Deja de pintar para verme—, no lo sé. Pues, para ganar dinero pintando se necesita ser artista reconocido como Picasso, y pues, ya sabes es complicado —responde con cierto grado de madurez que me sorprende.
—¿Entonces que estudiarás? —Le alcanzo la paleta.
—Pues no lo sé —dice ensuciando em pincel con el óleo—, aún no lo he pensado. ¿Y tú?
—Humm tampoco lo sé.
Me doy la vuelta para seguir con la pintura y sin querer mancho el rostro de Jessy con el pincel que llevo en la mano.
— ¡Oye! —grita histérica.
—Lo siento no fue mi intención —trato de excusarme en vano.
Ella hace lo mismo con su pincel pintándome la mitad de la cara.
—¡Oye qué vengativa eres! ¡Te dije que lo hice sin querer! —grito molesto—. Pero si guerra quieres, guerra tendrás.
Le lanzo un pote de pintura que le ensucia toda la cara y el pecho.
Como era de esperar ella hace lo mismo. Intento escaparme pero la pintura alcanza toda mi espalda. Vuelvo por más y cojo muchas pinturas para ensuciarla mientras ella hace lo mismo. De tal modo nos pasamos el rato.
Es tan obstinada como yo, ninguno de los dos cede.
JESSY
Veo multicolor por las pinturas que llevo en la cara, y Thiago se ve igual. Estoy cansada de corretear, pero no perderé ante él, así que tramo un plancillo rápidamente.
—Me doy, me doy —digo entre resuellos, mientras me tiro al suelo.
El, triunfante se acerca y yo escondo bien el óleo.
—Al fin te rindes, yo gané —dice tendiéndome la mano. Yo le doy la mía y mientras intenta levantarme le lanzo el óleo en la cara, haciéndome explotar en risa.
—¡Tramposa! —grita histérico. Yo no puedo parar de reír.
—Hey, ¿qué pasó aquí? —Entra Jack entre risas acompañado de Sandra—. Ya me imaginaba que terminarían así.
—¿Te encuentras bien? —pregunta Sandra acercándose a Thiago.
—Sí, estoy bien —le contesta quitándose la pintura de la cara.
— ¿Y ahora qué hago? Mi mamá me va matar —digo preocupada mirándome lo sucia que estoy.
No hay ningún sólo espacio en mi cuerpo que esté libre de pintura.
—Eso debiste pensarlo antes de jugar de este modo —dice Thiago.
—Fuiste tú el que empezó. —Lo acuso con el dedo.
—Yo lo hice sin querer —trata de defenderse.
—Buen,o ya dejen de pelear. Será mejor que subas a bañarte. Ven, vamos a mi habitación —dice Jack jalándome de la mano.
— ¡Es mi habitación! —grita Thiago alcanzándonos—. No quiero que use mi baño.
—No sólo usará tu baño, también usará tu ropa —dice Jack riéndose.
—¿Qué? ¡Estás loco! —chilla Thiago molesto.
—Tú la ensuciaste, debes pagar por ello.
Paso mi mirada de uno en uno.
—¿Y qué hay de mí? Ella también me ensució. —Me mira con ojos de miedo.
—Sí, pero tú estás en tu casa, ella está en desventaja.
—Entonces dale tu ropa.
—Le daría, pero toda está sucia, así que tú le darás.
Thiago sólo refunfuña, mientras yo los veo divertida. Sandra decide ir a su casa.
Entro a la habitación de Thiago y utilizo su bañera, se siente realmente bien, demasiado relajante.
—¿Te has quedado dormida? —pregunta Thiago tocando la puerta del baño.
—Ahí voy.
Salgo en toalla, y me pongo la ropa que Thiago me dejó sobre su cama.
THIAGO.
Quiero asesinar a mi primo. Él y Jessy consiguen sacarme de mis casillas.
—¿Ya salió? —pregunta él subiendo las escaleras.
—No, aún no. —Me acerco a tocar exageradamente la puerta.
—¡No saldré! —grita Jessy desde el interior.
—¡Es mi habitación, te ordeno que salgas!
Empiezo a enfadarme.
—¿Qué ocurre Jessy? —pregunta Jack.
—Me veo espantosa.
—Ya eres espantosa —digo riéndome —. Voy a entrar —advierto mientras abro la puerta y Jack entra también.
—¡No! —dice ella cubriéndose el rostro.
Yo estallo en carcajadas.
Mi camisa le queda bailando y mi pantalón arrastra. Era de esperarse, Jessy es pequeña, con las justas y llega a mi hombro.
—No te rias —dice dándome una patada en la pierna. Jack intenta no reírse.
Salto en un pie.
—No tengo la culpa que seas pitufa —le digo burlón mientras me sobo la pierna.
—No soy pitufa, tú eres demasiado alto.
—Te ves linda —le dice Jack—. Solo hay que doblar un poco el pantalón y meter la camisa en él, además es sólo para que consigas llegar a tu casa.
—Uff, tienes razón. Adiós, me voy —dice mientras sale de mi habitación.
—No te molestes en devolverme mi ropa. Nunca más volveré a usarla —trato de hacerla enojar.
—¡No, por supuesto que no! Le haré una cama a mi perro con tu ropa —dice guiñando un ojo, consiguiendo que me moleste.
—La adoro —dice Jack aplaudiendo—. Soy su fan número uno.
—Son tal para cuál —digo mientras me meto a bañarme también.
JESSY
La semana se pasó volando. Me divertí pintando con los primos. Jack es muy bueno divertido. Thiago siempre creyéndose el superior. Pero de cualquier modo, me agradó pasar tiempo con él, después de todo no es tan espeso como pensé.
Le damos los últimos retoques a la pintura y nos apresuramos a llevarla al concurso. El chofer de Thiago es el que nos lleva.
THIAGO
Realmente quiero ganar este concurso, no tanto por el premio, sino por saber que puedo ser bueno en esto también. No tengo el talento de Jessy, pero no lo hago tan mal como mi primo. La técnica de Jessy es diferente, única, así que hay muchas posibilidades de ganar.
—Ojalá ganemos —dice Jessy cogiéndose una de sus coletas. Se ve niña con ese peinado, pero se ve bonita también.
—Llegamos —dice Jack bajando del auto.
Llegamos justo a tiempo. Las manos me sudan exageradamente.
Colocamos la pintura en el mostrador donde se encuentran las demás. El jurado pasa una por una viéndolas detalladamente. Luego de cinco pinturas al fin llega a la nuestra.
Jack le toma la mano a Jessy y ella me da la otra a mí. Dudo en cogerla pero lo hago y siento un tanto de tranquilidad al tenerla entre la mía, no quisiera soltarla nunca, se siente demasiado bien.
JESSY
Thiago me aprieta la mano como si fuera a escaparme, me siento protegida a su lado. Lo miro de reojo de vez en cuando, es como si existiéramos solo él y yo.
El jurado termina de observar las pinturas. Hace un conteo, de las evaluaciones y se apresuran a dar los resultados.
Nos apretamos las manos con fuerza, Thiago hace más presión en mi mano izquierda que Jack en la derecha, él es el más nervioso de los tres.
—Bien, tenemos los resultados —anuncia un sujeto Calvo.
—El tercer puesto es para... —Música de suspenso—. "El cielo estrellado".
Bien podemos ser el segundo o primer puesto o nada tal vez, me pongo más nerviosa.
—El segundo puesto es para... —Música de suspenso otra vez—. "El jardín."
Veo a Thiago que sonríe.
—Y el tan anhelado primer puesto es para... —Música de suspenso—. Recuerden que el primer puesto se lleva un skate y una beca de estudio en la prestigiosa escuela de "Bellas Artes".
—¿Por qué se demora tanto? —dice Thiago nerviosísimo.
—El primer Puesto es para... —La música de suspenso empieza a alterarme—. Es para... ¡La pareja ruiseñor!
Doy un fuerte grito de felicidad y sin darme cuenta estoy abrazando a Thiago y éste me alza dándome vueltas.
JACK.
Anuncian que nuestra pintura es la ganadora. Iba a abrazar a Jessy pero ya está abrazada de Thiago y éste le da vueltas sin parar. Claro es lógico, ellos dos hicieron la pintura, se sienten felices porque su trabajo ganó, es por ello que Jessy lo abrazó primero, ¿no?
THIAGO
Alzo a Jessy de felicidad, luego la bajo y Jack la abraza también, finalmente nos abrazamos los tres.
—Vamos a recoger nuestro premio —dice Jack.
—Nuestro, suena manada, es sólo mío —recalco—. Quizá lo comparta con Jessy ya que me ayudó un poco.
—¿Qué? —Se exalta ella—. Yo hice la mayor parte del trabajo.
—Humm, mitad mitad. Además me ayudaste porque estabas en deuda conmigo.
—Malo —dice ella haciendo sacándome la lengua.
Recogemos los obsequios. Hacen fotografías y volvemos a casa. Quedamos que Jessy se quedaba con la beca de estudio en la escuela de Bellas Artes y yo con el skate.
—¿Y yo con que me quedo? —dice Jack haciendo un puchero.
—Esta bien, te daré mi video juego —le digo.
Inmediatamente se pone contento. Bajamos del auto y ni bien entramos a casa me lanzo a abrir el empaque del sakate ante las miradas expectantes de Jessy y Jack. Ellos me ayudan a destruir el papel de forro y mis ojos no pueden creer lo que ven
—¿Qué diablos es esto?, ¿un sakate Rosa?
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