[ ☦ ]

Me desperté a las cinco y media y salí en silencio de la suite para ir al gimnasio de la planta baja.

Antes pasé un momento por el dormitorio de Minnie.

Dormía profundamente y lo más probable era que no se despertara antes de que yo volviera.

Rememoré la noche pasada:

Recordé la forma en que se fundió contra mí y su completa y absoluta confianza.

Esa experiencia había supuesto un punto de inflexión en nuestra relación.

A partir de ese momento ya podíamos empezar a ahondar un poco más en nuestros juegos.

Yo podía proporcionarle mucho más placer.

Le haría gritar de gusto más a menudo.

Cuando regresé a la suite, más de una hora más tarde, llamé al servicio de habitaciones y me di una ducha.

Antes de ir al salón, volví a pasar por el dormitorio de Minnie y le dejé una botella de agua fría y un par de ibuprofenos en la mesilla de noche.

Quizá se sintiera dolorido cuando se despertara.

Llamaron a la puerta justo cuando salía de su cuarto y fui a abrir la puerta.

Cuando se marchó el camarero, oí ruido de agua en el cuarto de baño de Minnie.

Perfecto.

Mientras esperaba, me senté a la mesa y desayuné.

No es que lo estuviera cronometrando, pero entró en el salón veinte minutos después.

- Ven a sentarte y a desayunar, Jimin.

Él lo hizo y empezó a comer.

- Suran y SeokJin quieren que Tae Hyung y tú estén en el spa a las nueve y media -dije- No estoy seguro de lo que tienen planeado, pero por lo visto no acabarán hasta por la tarde.

Él comió en silencio mientras yo me tomaba otra taza de café.

Me pregunté qué estaría pensando.

Estuve a punto de pedirle que pasara el día conmigo en lugar de ir al spa; yo me escabulliría del partido de golf y podríamos hacer algo juntos.

Pero entonces recordé que quería que pasara más tiempo con mi familia y cambié de opinión.

- Ven -le pedí cuando acabó de comer.

Fui hacia el salón y Jimin me siguió.

Me puse detrás de él.

- SeokJin y Tae Hyung saben lo nuestro. Me gustaría pensar que mi tía no, pero aunque lo sepa -le desabroché el collar- no hay motivo para airearlo.

Me puse delante y le anuncié:

- Recuperarás tu collar esta
tarde.

Minnie agachó la cabeza.

¿Le disgustaba que se lo hubiera quitado?

¿Quería llevarlo al spa?

¿Aunque le mirara todo el mundo?

¿Aunque mi tía se preguntara por qué
insistía en llevar aquel collar?

O quizá...

Era posible que no se lo quisiera quitar por lo que representaba.

Le levanté la barbilla y le miré a los ojos.

- Aunque no lleves esto, sigues siendo mío -le aseguré.

[ ☦ ]

JungKook me esperaba sentado en el vestíbulo.

O por lo menos me pareció que era él.

Llevaba una sudadera, gafas de sol oscuras y una peluca con rastas.

- Hey, hombre -dijo- Ya estás aquí.

- ¿Qué narices te has puesto?

- Voy de incógnito.

Eché una ojeada por el vestíbulo y nos miraba todo el mundo.

- Pues no creo que esté funcionando. Sólo pareces un jugador de fútbol disfrazado.

- Sí, pero ¿qué jugador de fútbol?

Arqueó las cejas.

- No lo sabe nadie y nadie ha venido aún a pedirme un autógrafo.

- Eso no significa que el disfraz esté funcionando. Sólo significa que estás asustando a la gente.

Sonreí.

- Pero ahora que yo me he acercado a ti, quizá empiecen a hacerlo más personas.

- Maldita sea.

Koo se quitó la capucha, lo que liberó unas cuantas rastas más.

- ¿Te has dado demasiados golpes en la cabeza durante el entrenamiento? ¿Qué estás haciendo aquí solo?

- Quería hablar contigo antes de irme con el resto del equipo y que tú
te fueras con NamJoon hyung.

Observé el espacioso vestíbulo del hotel.

En una esquina había unas cuantas sillas.

- Tengo veinte minutos.

Hice un gesto con la cabeza en dirección a la esquina.

- Vamos allí... ¿Qué ocurre? -le pregunté cuando nos sentamos.

- Ayer por la noche, Tae Hyung y yo...

- Quítate las gafas. No me puedo concentrar en nada de lo que dices con la pinta que tienes.

Koo se quitó las gafas.

- Tae Hyung y yo...

No tenía ni idea de qué iba todo aquello.

¿Le habría dicho algo Kim?

¿Habrían roto?

Y si ellos rompían, ¿cómo afectaría eso a mi relación con Minnie?

- ¿Sí? -lo apremié.

- Yo nunca había hecho nada parecido. Sólo estuvimos hablando, ¿sabes? Hablamos. Luego hablamos y luego hablamos un poco más.

Negó con la cabeza, como si no se lo pudiera creer.

- Él es increíble. Es distinto a todas las personas que he conocido. Y además está buenísimo.

Asentí.

Supongo que sí, que estaba bueno.

Siempre que te gustaran los pelirrojos.

Yo pensé en Minnie, en su precioso pelo castaño, las elegantes curvas de su cuerpo...

Para mí, Kim Tae Hyung no tenía ni punto de comparación con Park Jimin.

- Yo crecí observando a mamá y a papá -continuó Koo- Fui testigo de cómo se enamoraron NamJoon hyung y Jin hyung. Quiero decir que...

Se puso serio.

- Supongo que nunca pensé que encontraría lo que ellos tienen.

Yo sabía exactamente a qué se refería.

- Pero ahora -prosiguió- siempre que estoy con él tengo la sensación de que está justo ahí. Como si pudiera alargar la mano y tocarlo.

Negó con la cabeza.

- No sé, quizá debería hablar con Nam. Pero pensaba que si tú lo comprendieras. Si tú creyeras que es posible encontrar...

¿Por qué pensaba que yo sabía algo del asunto?

¿Yo?

Yo no estaba en condiciones de darle ningún consejo.

En especial sobre ese tema.

Estaba seguro de que ya lo sabía.

Yo no tenía conocimientos ni ninguna experiencia en relaciones.

Por eso las palabras que salieron de mi boca a continuación nos sorprendieron a ambos.

- Claro que pienso que es real -dije- Y sé que puedes encontrarlo. Y si lo has encontrado con Tae Hyung, no puedo estar más contento por ti.

[ ☦ ]

NamJoon me ganó jugando al golf.

Fue un partido muy reñido, pero al final, tal como le dije, todo el mundo sabía que los médicos nunca trabajan de verdad.

Se pasan todo el día jugando al golf.

Era normal que me ganara.

Después del partido, le pregunté si quería tomar algo.

No estoy seguro de por qué decidí hablar con él, quizá seguía sintiendo algo de naturaleza intensa después de la pasada noche.

O tal vez fuera porque Nam conocía mi estilo de vida y por fin tenía la sensación de que podía hablar con alguien próximo a mí.

No lo sé.

Creo que sólo quería hablar.

Minnie y yo habíamos quedado para cenar con él y SeokJin, pero aún faltaba mucho y no quería pasar todas esas horas solo en la habitación del hotel.

Y ahora, al mirar atrás, sé que esa copa que me tomé con Joon fue la peor y la mejor decisión que he tomado en toda mi vida.

Nos sentamos y, durante algunos minutos, yo estuve pensando cuál sería la mejor manera de sacar el tema sobre mis preferencias sexuales con él.

Y al final decidí ser directo:

- Minnie me comentó que conoces mi estilo de vida -dije, después de que el camarero nos tomara nota.

Él abrió los ojos como platos.

Era evidente que no pensaba que fuera a ser tan directo.

Me encogí de hombros.

- Quería dejarlo claro. No me quiero convertir en el rey desnudo de
los Hermanos Grimm.

NamJoon se recostó en el respaldo del reservado.

- Es un tema espinoso, Yoongi. ¿Estás seguro de que quieres hablar de eso?

- ¿Por qué no? No tengo nada que esconder. Pero deja que te pregunte una cosa... ¿Cómo te enteraste?

- Chae Rin vino a casa hace algunos meses.

Hizo una breve pausa y yo asentí.

- Creo que para ella fue muy duro romper contigo. Quería ver caras conocidas y, cuando nos vio, se derrumbó.

- Sabía que salir con ella no era tan buena idea.

- ¿Y por qué lo hiciste?

Yo arqueé una ceja.

- No vas a psicoanalizarme, ¿verdad?

Él se rió.

- Eres mi mejor amigo. No sería ético por mi parte que intentara hacerlo.

Esbozó una sonrisa.

- Aunque sería divertido.

- Cállate.

- Lo siento, no he podido evitarlo.

Se puso serio.

- ¿Por qué lo hiciste?

- Quería saber si podía llevar una relación «normal». Hacía mucho tiempo que no lo intentaba.

- ¿Cuánto tiempo?

Miró alrededor del bar, que estaba casi vacío.

- Escucha, hombre, no tienes por qué contestar nada que no quieras. Si me paso, me dices que me calle, ¿vale?

- Está bien -asentí- Yo estaba en Daegu. Había tenido algunas relaciones, nada serio ni muy emocionante. Yo no era un imán para las chicas como JungKook. Y tampoco conocí al amor de mi vida enseguida, como tú. Suran nunca decía nada, pero yo sabía que no le gustaba que pasara tanto tiempo solo.

- Nunca trajiste a nadie a casa.

- Nunca encontré a nadie a quien quisiera llevar. Por aquel entonces, yo tenía un amigo, Chan Yeol, que era un Dominante. Fui con él a algunas fiestas y pasaba el rato.

Cerré los ojos y recordé los viejos tiempos.

- Nunca miré atrás. Disfrutaba de esa forma de vida y la cosa fue creciendo hasta convertirse en una necesidad. Con el paso de los años, me he preguntado si mi infancia tendrá algo que ver con el asunto.

- Lo más probable es que no.

- Pensaba que no ibas a psicoanalizarme.

Nam levantó las manos.

- No es ningún análisis, es sólo lo que pienso.

- ¿Tienes mucha experiencia en esto?

- No, pero no creo que la muerte de tus padres tenga nada que ver. No creo que se trate de una única cosa. Lo que quiero decir es que, ¿por qué a algunas personas les gusta el verde y a otras el azul? Sólo es la forma de funcionar que tiene tu cerebro.

- ¿No crees que procede de alguna necesidad irresistible de controlarlo todo?

- ¿Y tú?

Pensé en la pregunta.

Pensé en el tiempo que había pasado con Chae Rin, con Ki Hyun y Soo Hyun.

Y con Minnie.

- No -le contesté con sinceridad.

- Pues ahí tienes tu respuesta.

Suspiré aliviado.

- Siempre había pensado que tenía algún problema.

- Ya sabes que no.

- Ya lo sé, ya lo sé.

Rebusqué entre los cacahuetes que nos había traído el camarero.

- Pero a veces es difícil.

- Pues últimamente no lo parece tanto -sonrió- Minnie y tú, ¿eh?

Incliné la cabeza y las imágenes de la noche anterior me torpedearon la mente.

- Él... Él es distinta a todas las personas con las que he estado.

- ¿Y eso es bueno?

- Eso es muy bueno.

Después de la noche anterior, nuestra relación sólo podía mejorar.

- ¿Es algo bueno de forma permanente?

- Joder, NamJoon, sólo llevamos juntos un mes. Dame un respiro.

- Vale, vale, vale.

Se metió algunos cacahuetes en la boca.

- Pero, ¿crees que tienen potencial?

- No lo sé. No sé si valgo para esto.

- ¿Ves eso? -preguntó- ¿Lo que acabas de decir? Creo que eso sí tiene algo que ver con tu infancia.

- Y este momento -contesté- Justo ahora, es cuando te digo que cierres la boca.

Sonreí para que supiera que no me había ofendido, pero que hablaba en serio.

- Lo siento. Es mi trabajo. Me cuesta desconectar, ¿sabes?

- No necesito un lavado de cerebro.

Pero él no me estaba prestando atención.

- Sólo es que cuando mi amigo adicto al trabajo nos presenta a una persona nueva, camina con un toque especial y sonríe todo el rato...

- Venga ya, Joon.

- ¿Y todos esos diamantes que lleva en el collar?

Arrugó la frente.

- No recuerdo que ninguno de tus otros novios llevara diamantes.

- Te lo he dicho en serio.

- ¿Y cuánto hace que lo conoces?¿Algunas semanas?

Me levanté.

- Está bien, está bien -dijo- Ya paro. Siéntate y acábate la cerveza.

Bebí un trago largo y me miré el reloj.

Aún era demasiado pronto para que los chicos hubieran acabado con su sesión de spa.

Maldita fuera.

¿Por qué había pensado que era una buena idea que Minnie pasara tanto rato separado de mí durante el fin de semana?

Mi cabeza volvió a la noche anterior.

Recordé cómo lo tuve entre mis brazos y le di tanto placer que gritó.

- Quería preguntarte una cosa -comentó Nam, sacándome de mis agradables pensamientos una vez más- ¿Qué pasó con aquél chico de m8 Universidad que te gustaba tanto? Me pregunto si Minnie le conocería.

Mi mente seguía embotada con pensamientos de la noche anterior.

Ése fue el único motivo que se me ocurrió después para explicar que admitiera lo que admití sin pensar.

- Era Minnie.

NamJoon dejó el vaso de cerveza en la mesa y se inclinó hacia delante.

- ¿De verdad?

- De verdad.

- Vaya.

Bebió otro trago y luego hizo girar la botella.

- ¿Y qué dijo cuando se lo contaste?

Empecé a sudar.

Demonios.

- Yo... Ejem... Y-yo -tartamudeé.

Joon arqueó una ceja.

- Le has explicado que estuviste encantado con él, ¿verdad?

- No exactamente.

- ¿Qué significa «no exactamente»?

- No podía decírselo mientras él estaba en la universalidad -expliqué- Por aquel entonces, yo ya era un Dominante y no quería corromperlo. Sabía que no podíamos mantener una relación normal. Ése es el motivo de que nunca me acercara a él.

- Pero eso fue hace seis años. Debiste de contárselo cuando... Cuando se convirtió en tu sumiso.

- Tampoco se lo dije entonces, no exactamente.

- ¿Qué?

Ya lo había admitido todo; ya no me quedaba ningún motivo para mentir.

- No se lo he dicho.

No añadí un «todavía».

No estaba seguro de que llegara a contárselo nunca.

NamJoon apretó los dientes.

- ¿Que no se lo has dicho?

- No. Y tú ahora no me vengas con charlas de la brigada de la
moralidad.

- Espera un momento.

Levantó una mano.

- Estuviste siguiendo a ese chico durante años...

- Yo nunca lo seguí.

- Es lo mismo.

Suspiró.

- Ya me imaginaba que no planeabas nada bueno, pero ahora... Joder.

- Mantente al margen.

- Y una mierda. No voy a fingir que conozco o comprendo todos los detalles de tu forma de vida, pero por lo que sé, la sinceridad y la confianza son dos de los aspectos más importantes.

- Exacto -dije- Tú no lo sabes, así que no intentes actuar como si
lo supieras. ¿Qué has hecho, leer algunos libros? ¿Buscarlo en Google?

- Pero lo que sí entiendo -continuó, levantando un poco la voz- es
que has engañado a Minnie.

- Yo nunca le he engañado.

- Lo estás haciendo cada segundo que pasa sin que le digas la verdad.

Tenía razón.

Nam tenía razón y yo lo sabía.

Estaba verbalizando mi peor temor.

Le estaba poniendo voz a las preocupaciones que me atormentaban cada noche cuando me iba a dormir.

«Te estás equivocando», decían esas preocupaciones.

«Díselo», insistían.

Yo las había ignorado y fingía que no las escuchaba, pero ya no podía seguir haciéndolo.

Así que hice lo único que podía hacer:

Reuní toda la furia que sentía contra mí mismo y la volqué en mi amigo.

- Cállate de una puta vez -le espeté- Tú no sabes nada. Nada. Todo va a salir bien...

- ¿Bien? -me interrumpió él- ¿Bien? ¿Crees que Minnie pensará que lo que has hecho está bien? Lo he visto, Yoongi. Y te he visto a ti. Ese chico está enamorado y si crees que todo va a salir bien cuando averigüe lo que has hecho...

- ¿Y quién se lo va a decir? ¿Tú?

- Pues quizá lo haga.

- No te atreverás.

- Ponme a prueba.

Nos quedamos mirándonos fijamente unos segundos con los cacahuetes y las cervezas en la mesa.

- No puedo hacerlo -admití por fin.

No podía.

Ya no.

Si se lo contaba quizá él me odiara.

¿Y estaba enamorado de mí?

Maldición.

Tenía que irme de aquel bar.

Tenía que pensar.

- No tienes elección -aseveró Joon.

- Claro que la tengo.

- Te quiero, Yoon, ya lo sabes. Pero no me puedo quedar de brazos cruzados viendo cómo le haces daño. Ya me equivoqué guardando silencio hace seis años. No volveré a repetir el mismo error.

- Dame tiempo -le supliqué, sintiendo que mi mundo se hacía añicos a mi alrededor.

- ¿Cuánto?

- No lo sé.

- Pues será mejor que te decidas.

Se levantó del reservado y lanzó unos billetes sobre la mesa.

- Si no, lo haré yo por ti.

- Maldita sea, NamJoon.

- Es la única forma.

Se quedó de pie junto a la mesa.

- Pero te guardaré el secreto. No le diré nada a Jin.

- Gracias por tanta consideración -repliqué, con una mueca.

- Algún día me lo agradecerás -dijo él y se volvió para irse del bar- Te veré en la cena.

Cuando se marchó, yo me tapé la cara con las manos.

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Dedicado a leyedora_de_whatpad_, sé que esperabas por que éste misterio sé resolviera...
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⚘ Atte. ⚜☦ Ðҽʋιℓ Ɱιɳ ☽⋆