Uncle II
Aiko
Me acecha.
Me acosa.
Puedo verlo como me observa desde el otro lado de la casa, mientras mi madre se desvive por su atención, el se centra en tener la mía, pero la verdad no estoy tan interesada en dársela, el día que robo mi primer beso, no negare que fue algo excitante, algo nuevo, algo prohibido, supongo que el cuerpo de mi tía ya estaba suficientemente frio como para que el hiciera lo que hizo.
Parecía una platica inocente, yo estaba planeando una salida con uno de mis compañeros de clases, tenia tiempo coqueteando conmigo y me parecía algo interesante, lejos del vacío que podían representar los hombres de mi edad. Pues muchos eran mas hormonas que personas, y yo solo los veía como animales en celo esperando una pareja para copular.
—Siento que alguien de tu edad este en este lugar, cuando se nota que tienes planes mas interesantes —se acerco a mi con un cigarrillo en la mano, yo solo desvié mi vista del teléfono para centrarme en él —¿Un chico?
—Al parecer.
—¿Novio?
—No, solo es una cita, pero las verdades me abruman ciertas cosas.
Se sentó a un lado de mí, yo estaba en el pasto afuera de la funeraria, me pareció curioso que no le diera importancia el ensuciarse su traje que denotaba que era bastante caro.
—¿Qué cosas?
—Los besos.
Dio una calada mas a su cigarrillo, haciendo una media sonrisa, mire en dirección a su mano, observando como el humo consumía el tubo de nicotina. Lo extendió hacia mi.
—Solo aspira un poco lento y no tragues el humo.
Tome el cigarro entre mis dedos, lo acerque a mi boca, aspirando como me lo había dicho, no inhale tan fuerte así que logre sostener el humo un poco antes de soltarlo con una pequeña tos.
—Casi, me sorprendería que te saliera a la primera —me quito el cigarrillo y volvió a fumar — ¿Qué es lo que no entiendes de los besos?
—No encuentro algún sentido al intercambio de fluidos por ese medio, supongo que debe causar una sensación agradable.
—¿Tienes 15 no es así? —asentí —es raro que a tu edad no te llame la atención el besar.
—No te confundas tío Jin, me llama la atención, solo que no entiendo cual seria la función en si, el demostrar afecto me parece una excusa vacía.
—Entonces piensa en el placer, besar es placentero, puede ser algo que parece simple, pero en realidad es un acto lleno de sensaciones distintas.
Le pedí el cigarrillo y esta vez volví a fumar más profundamente, no tosí nada esta vez, el apago la colilla en la punta de su zapato y lanzo de manera despreocupada. Se giro un poco hacia mi entonces me dejo un pequeño beso en los labios, el cual me tomo por sorpresa.
—Esto es solo un beso de familia.
—¿Cómo seria uno de verdad?
Entonces acuno mi rostro haciéndome abrir los labios con su pulgar sentí el movimiento ligero de él y el mío de manera torpe llevarse de manera tranquila, pero tan pronto su lengua entro al juego, comprendí lo que decía acerca de las sensaciones, en ese momento sentí cierto calor en mi vientre.
—¿Saldrás?
Mi madre quería hacer una charla, pero yo estaba mas entretenida rodando un chícharo por mi plato, la verdad siento que saben un poco horrible, pero los como de todos modos.
—Quiero ir a la feria a comprarme un algodón de azúcar, es mi único propósito, puede que también me coma un Hot dog, pero no planeo tardarme.
—Yo podría acompañarla —de nuevo si insistencia hacia estar conmigo —igual solo la llevo y espero cuando termine, prometo no avergonzarte.
—Puedo ir sola, es mejor te quedes con madre y la atiendas a ella, pero gracias de todos modos Tío.
Tome el chícharo con el tenedor para después meterlo en mi boca, mire a ambos adultos les di una sonrisa de labios apretados tomando mi plato para irlo a lavar.
—Déjalo mi niña, yo me encargo —la señora Cho me tomo del hombro.
—No me incomoda hacerlo, además me sirve de excusa para alejarme de la mesa.
Termine de lavar y secar mis cubiertos, subiendo a mi habitación para buscar algo cómodo para andar por los muelles, saque unas horquillas de las mariposas bufón, son azules, blancas y negras.
Tome un vestido del mismo azul que las horquillas para combinarlo, mis botines negros y salí con una pequeña mochila negra en la espalda y camine disfrutando del clima.
Lo primero que hice fue comprarme el algodón de azúcar más grande que encontré, adoro la manera en que se deshace en la boca llenando todas tus papilas gustativas con ese sabor de azúcar quemada, me pare en el mirador para poder disfrutar de la vista del mar.
—¿Aiko?
Mire hacia mi costado, encontrándome con los ojos negros de Lu Han, uno de los chicos de mi instituto, me sonreía de manera amable.
—Hola.
—Qué bueno verte, sé que cambiaste de número, pero no había podido conseguirlo, quería decirte que lamento mucho lo de tu padre.
—Gracias —metí otro pedazo de algodón a mi boca volviendo a mirar hacia el mar —casi no parece real nada últimamente, así que no me tomes a mal que no regresara tus llamadas.
—Es compresible, pero en verdad me alegra verte bien —movió un mecho de mi cabello —te vez muy bonita, ¿Viniste con alguien?
—No, en realidad vine sola.
—Perfecto, ¿Puedo acompañarte? Me debes una segunda cita.
—Supongo que está bien —le ofrecí de mi algodón de azúcar, el tomo un poco y lo metió a su boca —¿Quieres subir a la rueda de la fortuna?
Ambos pasamos una tarde agradable, tanto que se me nos fue el tiempo demasiado rápido, se hizo de noche y decidió acompañarme a casa.
—Me la pase muy bien el día de hoy.
—Increíblemente yo también.
—Tu casa queda algo apartada siempre del pueblo principal, ¿No te asusta caminar por aquí?
—Los árboles son reconfortantes, además la vista es preciosa por ellos, no creo que tenga que temerle a algo.
Tomo mi muñeca y me atrajo hacia él, me puso contra uno de los arboles empezando a besarme, le seguí el beso, pues sus labios se sentían bien, pero en cuanto sentí su mano debajo de la falda del vestido me incomode un poco, la verdad no me apetece perder mi virginidad en medio de un bosque y con un sujeto con el cual solo he salido un par de veces.
—Detente.
—Solo un poco —insistió en besarme —me encantas tanto Aiko, desde la primera vez que te vi no puedo parar de pensar en ti.
—Lu detente, me estas lastimando.
Trate de empujarlo pero es mucho más alto y fuerte que yo, sentí algo de terror, más cuando su mano estaba ya en el elástico de mi ropa interior, como pude logre meterle un punta pie, lo que lo hizo soltarme, intente correr, pero me tomo del cabello jalándome hacia atrás, perdí el equilibrio y me caí de espaldas dándome un golpe fuerte en el piso, sentí que se rasparon mis codos, esto a él no le importo pues subió sobre mi estómago.
—Tranquila esto será rápido, te gustará en cuanto empiece.
Le escupí al rostro, el me abofeteo, tenía más rabia que miedo en este momento, solo quería quitarle esa mirada de suficiencia en él, pero antes de que continuara, algo sujeto su cuello haciéndolo para atrás, mis manos fueron soltadas.
La figura tras de él, lo tenía ahorcándolo con una mascada, mire como trataba de zafarse, yo le sostenía el pecho para alejarlo lo mas de mí, pero la mirada de Lu Han era de desesperación, sus ojos estaban apagándose de apoco y cuando dejo de luchar bajo mis manos también sentí el cómo su corazón de detuvo, el cuerpo inerte cayo a mi lado.
La figura oscura tras de él fue iluminada por la luz de la luna, dejándome ver a mi Tío Jin extendiendo mi mano para ayudarme a levantar, me sacudió el cabello y el vestido.
—Todo está bien, estoy aquí.
Me coloco la chaqueta y me hizo caminar alejándome del cuerpo, mire una última vez a Lu Han para después fijar mi mirada en mi tío que miraba hacia enfrente como si no hubiera pasado nada, llegamos a casa y me metió al baño sentándome en la bañera, tomo el botiquín comenzando a limpiar los raspones en mis codos y piernas.
Nada más se escuchaban nuestras respiraciones, pero ninguno decía nada, después de que guardo el botiquín regreso tomando mi rostro dejándome un dulce beso en los labios.
—Toma una ducha, me encargare de lo demás.
En los días siguientes se reportaría la desaparición de Lu Han, sin nadie que lo hubiera visto por última vez.
SOLO UNA PARTE MAS.
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