Capitulo 2
@Junkooqueto- me ha convencido para empezar a subir la fic antes de diciembre. Espero que os guste el capitulo 2. Subiré cap cada jueves.
Capitulo 2 :
Cuando Jin se despertó todavía era de noche. La música resonaba en sus auriculares, señal de que probablemente se había dormido mientras escuchaba alguna de las canciones que abundaban en su lista de reproducción para días lluviosos.
Sí, era una de esas personas que creaban listas para casi cualquier cosa, ya fueran de música u orientativas. Le gustaba el orden pues creía que era la única forma adecuada de evitar fallos o problemas en el futuro cercano.
Sus pies tocaron el suelo y un escalofrío le recorrió el cuerpo debido a la baja temperatura del ambiente, la ventana de su habitación estaba abierta y aunque ya no llovía un pequeño rastro de gotas provocado por el chubasco de la noche anterior se extendía por el parquet cercano a la ya mencionada ventana. No se molestó en cerrarla pues aunque en el primer instante el viento que se colaba en la estancia hizo que su piel se erizase, le agradaba esa sensación de que el invierno por fin se acercaba después de mucho tiempo escabulléndose del calor abrasador del verano. Octubre estaba empezando y las temperaturas bajaban poco a poco adaptándose a la época del año que le correspondía.
Tras unos minutos en los que su mirada estuvo perdida en algún punto de su cuarto decidió levantarse. En la calle las luces comenzaban a mezclarse con los tonos grises de la mañana nublada, algunas nubes se movían rápidamente sobre el cielo debido a la brisa y cubrían los altos edificios con colores fríos a la par que oscuros.
Los murmullos se escuchaban a través de su pared y se pregunto si el nuevo amigo de Jimin seguía en su casa. No tardo en comprobarlo. Tan pronto como sus pies tocaron la alfombra blanca mullida del salón, sus ojos observaron el panorama y entró en pánico. Cerró las manos con fuerza mientras tomaba bocanadas de aire hasta lograr relajarse al menos un poco. Usar la cocina suponía un peligro que quería evitar pero su compañero parecía realmente entretenido viendo como el chico le cocinaba algo probablemente dulce a juzgar por el olor a canela que ya impregnaba todas sus fosas nasales.
-Ji… Jimin -habló con la voz entrecortada - ¿Por qué has dejado que cocine aquí?
-¿Es él? - preguntó el chico dándole una mirada a su amigo. Jimin asintió y se levanto para caminar hacía Jin.
El amigo de Jimin era menudo, no muy alto y con el cabello negro como el carbón. Sus manos eran grandes, sus dedos largos y su piel tan blanca que Jin podía observar los detalles del color de las venas de este desde la entrada del salón.
-Ahora que vas a empezar una terapia tendrás que enfrentarte a los miedos irracionales. No puedes vivir toda una vida pidiendo pizzas o pollo por mensajería.
-Yo no veo el problema en asegurarme de que la casa no explote. Las cocinas son peligrosas… mucha gente muere al cabo del año por simples detalles como olvidarse de cerrar el gas.
-No Jin. Lo peligroso es que haya tardado tanto en decidir ponerle solución a tu problema. Sabes que eres como mi hermano, a pesar de tus fobias siempre me has cuidado. Así que déjame cuidar de ti un poco a partir de ahora. No puedes vivir protegiéndote de cada cosa que te rodea- Jimin miró hacía Jin con ojos suplicantes antes de seguir hablando- Él es Yoongi – añadió girándose para señalar al chico que estaba concentrado en la cocina, este solo levantó la mano para saludar y volvió rápidamente a lo suyo – A partir de hoy vamos a usar la cocina y vas a tomar el autobús mas a menudo. Caminar no es malo pero simplemente necesitas olvidarte del miedo a los transportes.
Jin negó, tenía sus motivos para huir de todo transporte con la más leve posibilidad de accidentarse.
-Estoy bien siendo como soy. No sé cuál es el problema de ser precavido. Y no me gusta la forma en la que usa la sartén, alguien terminará quemándose. Mira toda esa mantequilla burbujeando cada vez que pone algo sobre ella.
-Tú no eres precavido – habló Yoongi – Tu eres un fatalista, lo que significa que por muy absurdos que sean tus miedos vas a seguir pensando que tienen todo el sentido del mundo. Un fatalista siempre ve el lado negativo, si algo bueno le sucede se preocupa, si se sube a un coche siempre piensa que este se estrellará, si cocina… cree fielmente que algo explotará o se quemará. – el chico mantuvo la mirada fría lo cual combinaba perfectamente con su voz perezosa y borde. Por alguna razón a Jin no le desagradaba, no al menos si lo tenía que comparar con otros amigos de Jimin. Puso atención una vez más sobre el chico antes de volver la mirada hacía su casi hermano y compañero de piso.
-¿De dónde lo has sacado? - preguntó - ¿Es psicólogo o algo?
-De la universidad y no, en realidad estudia música o algo por el estilo en la misma facultad en la que se imparte danza contemporánea. -Yoongi chasco la lengua en forma de desacuerdo - Trabajamos juntos en la cafetería.
Jin asintió tomándose un momento para percibir como la nueva persona frente a su mirada cerraba el gas y servía bruscamente en una bandeja lo que parecían ser tortitas o un intento de ello. Llevó la mano al plato para hacerse con una sin poder evitarlo y ante la mirada del amigo de Jimin sopló antes de probar el dulce, se relamió y volvió a hablar.
-¿De dónde vienen los ingredientes? Nunca compramos utensilios o cualquier otra cosa para la cocina a excepción de bebidas.
-Ayer hice la compra – respondió Jimin – pensando en tu terapia y en que en algún momento podré hacerme mi propio desayuno o comida sin miedo a que te escapes de casa.
Jin aceptó las palabras de Jimin y aún preocupado tomó asiento en una de las sillas que rodeaban la barra de la cocina. Observó los movimientos de su amigo entorno a su nueva conquista, había algo diferente en la manera en que hablaban. No solo coqueteaba, su compañero parecía bastante interesado en impresionar a Yoongi por mucho que este último lo ignorara; le hablaba de sus progresos en la academia o de cómo durante mucho tiempo él también se intereso por la música. Sintió ganas de preguntarle al respecto pero no de forma directa.
-¿Entonces… vosotros dos estáis saliendo o solo es acerca del sexo? – la pregunta fue quizás más lineal y directa de lo que había deseado.
Jimin se atragantó con la bebida y clavó la mirada en Jin como advirtiéndole de que había hablado de mas.
-Sexo – respondió Yoongi con tranquilidad – No podría estar en una relación con un chico. No me malinterpretéis, soy del todo bisexual o al menos me da igual con quién follar mientras que no sea yo el empalado, pero supongo que a mis padres no les agrada demasiado la idea de ver a uno de sus hijos compartiendo la vida con otro hombre y de todas formas las relaciones son algo que no me planteo a largo plazo. No me gusta depender de otra persona para vivir mi vida.
-Ojala yo pudiera pensar así – respondió Jin antes de llevarse a la boca otra de esas tortitas para a continuación alabar su sabor con un sonido reflejo.
El reloj marcaba las ocho cuando tras una corta charla Yoongi abandonó la casa con un casco de moto entre sus manos. Jin pensó que si Jimin se juntaba demasiado a él acabaría en un hospital pero deshechó la idea, su amigo no era de esos que repiten dos noches con la misma persona.
-Así que pasivo… Creí que te gustaba esa mierda de dominar.
-No. No voy a hablar de eso contigo. Joder eres prácticamente mi hermano mayor. Aunque diré en mi defensa que fue la primera vez que deje que un tío metiese algo en mi culo y no me desagradó del todo. -Jimin frunció el ceño repentinamente incómodo por el tema de la charla - Ahora me iré a duchar ¿a qué hora tenemos que estar en el edificio de ayuda social?
-A las diez… pero insisto en que puedo llegar andando. - Jin sonrió al ver a Jimin prácticamente escabullendose por el pasillo - Deberías pensar lo de ser versátil entonces, parece la opción más completa para tí.
Jimin ignoró las palabras de su amigo y volvió la mirada hacia el suelo siendo del todo consciente de lo mal que podría salir la idea de adentrarse en una carretera principal con una persona que le tiene miedo a los coches o al tráfico en general. Sin embargo, la sensación de que las cosas mejorarían para Jin si la terapeuta era tan buena como decían las críticas superó cualquier duda.
—Insisto, te llevaré en coche.
Por otra parte , Namjoon fruncía el ceño ante el café que su amigo Hoseok le había pedido. Estaban sentados en la terraza de una pequeña cafetería cercana al lugar en el que tendría lugar la terapia de grupo a la que sus padres lo habían animado a acudir. El cielo empezaba a engriceserse de nuevo haciendo que las personas aumentasen la velocidad de sus pasos. Él sujetaba un libro entre sus manos, ese tan subrayado y deteriorado.
-Susan Green, psicóloga además de escritora de análisis psicológico reconocida mundialmente visita Seúl con el objetivo de implantar sus nuevos métodos de terapia en grupo. Este no es el primer lugar que visita pues desde el pasado invierno ha ido dejando constancia de sus eficaces hazañas en toda Europa. Su terapia esta dirigida principalmente a personas con problemas en lo tocante a vivir su vida de una forma segura o poco dolorosa… ¿Me estas escuchando Namjoon? - el mencionado alzó la cabeza del libro que sostenía y le dió una sonrisa a su amigo – Parece que la mujer es noticia. Quizá tus padres tengan razón, puede que te sirva de algo la terapia. Según he leído estuvo de Erasmus en Corea durante su época de estudiante y por ese motivo ha seleccionado Seúl como una de las ciudades en las que impartirá su terapia de grupo de varios meses.
-Al menos ya no intentas venderme uno de tus libros de auto-ayuda. ¿De veras hay personas que se creen lo que escribes?
Hoseok suspiró en alto y le dió un sorbo a su café pensando bien lo que responder. Aunque generalmente desprendía positividad el último mes estaba siendo demasiado duro como para seguir con su carácter habitual.
-Ayudo a muchas personas con esas palabras. Soy el doctor esperanza – dijo con una gran sonrisa fingida adornando su cara – Y me han llamado para dar alguna conferencia así que diría que no todo lo que escribo es mierda. Esa Susan Green no es nadie a mi lado.
Namjoon levantó una ceja haciendo que su amigo bajase la mirada.
-Cada vez vendo menos. Mi editorial esta empezando a plantearse dejar de publicar lo que escribo. Era más fácil cuando estaba en un buen momento. Y por alguna razón ya nadie me toma en serio como psicólogo.
-Pensé que tenías superada la ruptura con Mina.
Hoseok repiqueteo con sus dedos sobre la mesa con nerviosismo.
-Oye. Sé que no entiendes eso de sufrir por una relación pero cuando vives durante dos años con una persona que se despierta cada día a tu lado cuesta acostumbrarse a la soledad. No quiero volver con ella, lo único que quiero es dejar de sentirme solo cuando estoy en casa.
-Cómprate un perro. No, ni se te ocurra comprar un animal, adóptalo. Te será mucho mas fiel que un ser humano y a diferencia de lo que pasaría con una pareja no tendrás secuestrado tu pene de por vida. Ser soltero no es algo malo pero parece que todo el mundo vive pensando en encontrar a una persona ideal.
Hoseok levantó la mirada de nuevo para mirar a su amigo. Le daba pena pensar en que quizás Namjoon nunca entendería el significado del amor, el tener ganas de besar, abrazar y hacer feliz a alguien recibiendo lo mismo a cambio.
-Eso es porque no has encontrado a la persona que te haga sentir en casa con solo abrazarte. Y no me digas que sueno como una mala autora de clichés románticos.- Namjoon cerró la boca, era justo lo que quería decir - El amor se acaba y la pasión se pierde con el paso del tiempo, sin embargo mientras dura es algo increíble. Cuando lo entiendas seré yo el que se ría. Me gustaría verte echando de menos a tu pareja, preocupándote de su salud, acostumbrándote a su presencia y sintiéndote solo cuando ella o él ya no este… en general me gustaría verte sintiendo algo amigo.
Namjoon dió un sorbo al amargo café, odiaba ese sabor y aún así se lo estaba bebiendo. Esa podría ser una buena metáfora de su rumbo en la vida.
-Siento muchas cosas, entre ellas aversión hacia las relaciones amorosas. Yo intento comprender que necesites sentirte la mascota de una chica como Mina, acompañándola y ayudándole en todo pero tú ni siquiera tratas de asimilar que yo soy feliz teniendo la libertad de hacer lo que quiera sin dar explicaciones.
Hoseok suspiró una vez más. Él lo único que entendía era que Namjoon estaba solo y aunque lo negase eso pesaba sobre sus hombros. Su amigo no era feliz aunque tratase de fingir que sí.
-Se te hace tarde -respondió finalmente - ¿Necesitas que te acompañe?
Namjoon negó con la cabeza y posó sobre la mesa el dinero exacto del coste del café. Miró a su alrededor buscando el edificio de ayuda social y finalmente emprendió el camino hasta este despidiéndose.
En el proceso sus pies pisaron muchos charcos adrede mientras se preguntaba mentalmente si aún estaba a tiempo de cambiar de opinión, pero antes de lograr decidirse ya se encontraba escribiendo sus datos en el formulario y colocándose una pequeña pegatina con su nombre en el pecho como todo un digno niño de parvulario. Lo intentaría. Iría unas semanas y después lo dejaría con la escusa de que no le servía de nada.
Cuando entró en la sala sus ojos se clavaron en las sillas colocadas a modo de círculo, le recordaba a las películas americanas. A esas escenas en las que por algún motivo unos desconocidos se contaban sus problemas y secretos. Todavía le costaba entender que los demás escucharan atentamente y felicitasen progresos que más bien parecían mentiras.
-Bienvenido, siéntate con el resto – habló la mujer de cabello rubio que sostenía una libreta. Se imaginó que ella sería la famosa Susan Green. Su aspecto no detonaba profesionalidad, de su pelo rubio rizado colgaban algunas cintas de colores envueltas en trenzas mal echas. Su vestimenta era ancha, de colores vivos, llevaba calcetines tricolores hasta las rodillas y zapatos de distintos modelos, uno amarillo mientras que el otro negro. Por algún motivo a Namjoon le gustó su aspecto pintoresco.
Al percibir que llevaba unos minutos observándola se movió rápido sentándose en la primera silla libre que observó. A la izquierda de la psicóloga.
-Parece que solo queda un sitio libre – habló la mujer – es más de lo que esperaba teniendo en cuenta que no soy una eminencia en este país…
La puerta de la sala se abrió con fuerza chocando contra la pared y volviendo a cerrarse. Solo unos segundos después Jin asomó su cabeza avergonzado por la misma, pidiendo permiso con los ojos para unirse a la terapia.
Todos sonrieron a excepción de Namjoon el cual estaba ocupado mirando su teléfono.
-Siéntate – habló Susan – empezaremos las presentaciones.
Jin asintió y tomó asiento a la diestra de la psicóloga. Solo pasaron dos mínutos y empezaba a causarle rabia el chico que miraba su móvil mientras los otros se presentaban.
“Se supone que es una terapia de grupo” -pensó – “Parece creerse mejor que todos nosotros”
-Te toca – un chico posó su mano en el hombro de Jin animándole a hablar.
-Hola… soy Jin. No sé muy bien porque estoy aquí…no creo que necesite ayuda pero mi compañero de piso se empeño en que lo intentase. En el instituto uno de los orientadores me definió como fatalista, una persona que prácticamente no conozco también lo hizo esta mañana así que supongo que soy eso, un fatalista, sea lo que sea… y… la verdad, tengo un gran problema con las personas que ignoran a los demás. -Jin suspiró antes de alzar su voz - Eso va por ti idiota. Deja el maldito móvil mientras estoy hablando.
Namjoon levantó la mirada en ese momento y la clavó en los ojos del desconocido que lo había regañado.
Jin se removió incomodo mientras Namjoon le sonreía. Este entendió que la persona sentada justo delante suya estaba del todo molesto por su comportamiento de indiferencia lo que le resultaba gracioso.
-Como quieras – se limito a responder – Te prestaré atención Jin, puedes estar seguro de que no te quitaré los ojos de encima
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro