capítulo dos
❛ SE LA PIDIÓ A ELLA ❜

El estómago de Percy dio un vuelco extraño. No esperaba algo como eso, así que su sorpresa fue enorme y poco grata. Estaba esperando la petición habitual, no era la primera vez que llegaba el mismo chico pidiéndole prestada una pluma de las que él siempre traía consigo.

Pero Broderick Nott jamás llegó a su puesto con su usual nerviosismo y desesperación por no tener con qué escribir, por el contrario, cuando vio al muchacho levantarse de su asiento, se sintió esperanzado, ilusamente creyó que iría derechito a su lugar en busca del objeto que los unía desde hacía un par de meses; no fue así, no ese día en particular.

── Beth ── llamó el moreno a su amiga. La Gryffindor lo miró, expectante.

Percy, el cual se había convertido en un espectador más y no el protagonista como siempre lo había sido, pensó que la muchacha no era muy amable con Broderick.

── ¿Tienes una pluma que me prestes? Es que la mía... la rompí sin querer mientras escribía.

Era verdad. Sus manos estaban algo manchadas de tinta, incluso había un poco en su pómulo izquierdo. Elizabeth Thomas era la mejor amiga de Broderick desde su primer año, no pasaban la mayor parte del tiempo juntos debido a que no estaban en la misma casa, como les habría gustado a ambos, pero seguían manteniendo una estrecha relación.

¿Por qué eso debía de importarle a Percy? Ellos dos no eran cercanos, no eran amigos y por mera casualidad se conocían. Percy lo daba por sentado, él no significaba nada en la vida de Broderick Nott y era entendible.

¿Pero por qué dolía tanto? No le encontraba sentido a su sentimiento de disgusto, se sentía incómodo consigo mismo por estar pensando que era mejor que Elizabeth, pero para ser honestos ¿En qué era mejor?

── Creo que tengo una de sobra ── musitó mientras alzaba su morral y lo dejaba sobre la mesa. Broderick rezaba internamente con que sí tuviera una para prestarle, se la devolvería al final de la clase.

Lo cual era curioso porque cuando era el pelirrojo quien se las prestaba, jamás las regresaba y el chico no se las pedía de vuelta, lo cual era muchísimo más sospechoso que el no devolverlas a su dueño.

── ¡Sí! La encontré ── se emocionó la chica ──. Toma, no tienes que dármela de regreso, nunca lo haces de todas formas.

── ¡Claro que las regreso!

── No, no lo haces, ni siquiera cuando se trata de...

── Bueno chicos, tomen asiento ── el espectro de Binns apareció por la pared en la que se encontraba el enorme pizarrón.

Broderick: Lo amo señor Binns, adópteme.

Elizabeth: Tendría que llevarse a Theodore también.

Broderick: Él se sabe cuidar solo.

El moreno sonrió, había sido salvado por un fantasma. Le arrebató la pluma a su amiga y se regresó a su lugar, justo detrás de Percy Weasley que parecía demasiado desanimado, más que otros días. Y era obvio, le había pedido la pluma a ella.