SILENCE
La rigidez en KyungSoo era notable, en su mente gritaba y decía muchas frases que su boca no podía modular. Mientras JongIn sonreía con pequeña incomodidad.
Su estómago gruñía, claro que lo hacía pero no quería acercarse a ese sujeto. Tampoco quería compartir alimentos con él y mucho menos sentarse frente a esa mesa. Su estómago seguía gruñendo y JongIn le invitaba a comer con su mirada, pero su cuerpo no respondía. Sólo respondió cuando su acompañante se levantó de su asiento para dirigirse a él, a lo que su cuerpo respondió automáticamente con huir del lugar.
Se alejó con destino a la sala, revisó que todo estuviera intacto y en su lugar correspondiente. Todo parecía cuadrar, nada faltaba, pero había un pequeño bulto envuelto sobre el sofá, bulto que resultó ser su preciada manta. La tomó, sacudió y se encerró con ella en su habitación.
La seguridad que le daba esos hilos era inexplicable, se sentía en todas las estaciones, olía flores y disfrutaba del casi olvidado sabor del té de hierbas. Podía sentir caricias en su cabello y nudillos trazar sus mejillas. Era una experiencia completa la que atravesaba cuando se envolvía en es manta.
"Descansa colibrí, ya mañana volarás"
Sus ojos se cierran lentamente, como los telones que vagamente recuerda. Sueña, sueña, cae.
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Su estómago dolía en demasía, necesitaba beber un poco de agua tibia e ingerir algo ligero. La madrugada se prometía calma y tenebrosa, pero al menos podía escabullirse entre las sombras solitarias y no encontrarse con ese sujeto que por cierto, ya debía haberse marchado.
Bajó escalón por escalón, procurando ser más silencioso que un ratón. Entró a la cocina con la intención de hervir agua y beberla, pero encontró el plato de comida ya rechazado en la misma con una bolsa de plástico cubriéndola. Algo hincó.
Se dispuso a hacer lo que debía. Solo estaba esperando que el agua hirviera, ya tenía un poco de fruta picada que podía disfrutar, estaba bien. Pero parecía que el plato le reprochara. Como si le pidiera se comido y disfrutado, pero se quedó ahí. Mientras él bebía su tibia agua, el plato se congelaba en la fría madrugada.
Lavó lo usado, se preparaba para irse nuevamente al encierro, pero un bichito curioso le indicó que paseara por la sala. Seguía tan normal como siempre, sólo que el sofá volvía a tener un bulto, un bulto tembloroso que trataba de acurrucarse a cada momento. Le sorprendió.
Lo ignoró.
Su rutina había cambiado un poco, ahora pasaba sus horas dentro de su habitación, no había mucho que hacer, pero prefería estar en ese lugar. Sus madrugadas significaban un ataque a la cocina y a su biblioteca. Comía un poco y llevaba frutas a su habitación. Lo mismo pasaba con los libros. Poco a poco se iban amontonando en su habitación y seguía observando al invasor retorcerse en el sofá. Lo extraño era verle con ropa diferente y sin un dejo de barba. Los días habían pasado, supone que algo ha debido estar haciendo mientras él se mantenía en su habitación.
Las madrugadas también le servían para poner la basura en el tacho de la calle y correr rápidamente a su casa. Arreglaba un poco su vivienda y rezaba para no despertar al intruso. Eran hazañas que nunca se había permitido, pero en el fondo, era un poco divertido.
La comida seguía apareciendo en la mesa. Ahora era acompañada de notas con saludos y pedidos de consumir los alimentos mas todo era obviado. A veces se detenía unos minutos para mirar al sujeto que residía a fuerza en su casa. Trataba de encontrar maldad en su rostro dormido, pero solo lograba encontrar paz, paz que él no tenía. Hasta hallaba inocencia en sus duros rasgos. No podía decir mucho porque los lobos pueden disfrazarse de ovejas y atacarte en la yugular cuando menos lo esperes y ya no quiere recibir más golpes. Sin embargo, las pequeñas muestras de preocupación hacia un extraño como él le dejaban anonadado. Claro,el intruso quiere algo de él, o mejor dicho, de su familia, por eso tanta amabilidad, Claro, no debía dejarse engañar. Después de todo, todos pueden ser camaleones y cambiar sus colores de acuerdo a sus intensiones.
Así dejó pasar más días, noches y madrugadas. Albergaba tristeza de por sí, pero en esta ocasión el peso había incrementado.
No fue hasta una madrugada fría, demasiado fría, que entabló una conversación después de muchísimos días.
Kyungsoo había bajado como lo acostumbrado hasta la cocina. La cautela se pintaba en toda su composición corporal, las mismas acciones se repetían , pero al dar la vuelta algo no cuadraba. JongIn estaba sentado disfrutando de una botella de jugo de uva.
Incómodo.
KyungSoo dejó sus manos suspendidas en el aire y JongIn se quedó a medio beber su jugo. El primero tragó la poca saliva que tenía y el segundo bajó lentamente la botella hasta posarla en la lisa mesa. Se quedaron mudos por un tiempo, al menos hasta que JongIn decidió aclarar su garganta y decir;
-La señora que deja lo víveres dejó un nota. Dice que por favor te alimentes correctamente. Al menos no soy el único que lo piensa. Y... ¿parece que nadie va a venir, verdad? ¿Se mudaron a otro lugar? Bueno, eso explicaría el deterioro del jardín y la casa, por fuera. ¿Podrías decirme a dónde fueron?
KyungSoo odia las mentiras, por más que sean "piadosas" o "blancas", son mentiras al fin y al cabo. Lastimosamente JongIn no sabía que la señora de los víveres le importa absolutamente nada el bienestar de KyungSoo. Sólo le interesa el dinero que Albert le deposita por sus servicios y el costo de los víveres. Sintió decepción.
-Mira, no tienes porqué desconfiar de mi. Si quieres podemos dejarlo estipulado en un papel.
JongIn sacó de su bolsillo una pequeña libreta, pequeñísima, y un bolígrafo. Escribió algo que no pudo leer desde su distancia, pero el bolígrafo dejó de moverse para que sus miradas se encontraran y JongIn le preguntara su nombre con una suave voz llena de amabilidad. Fue inesperado y casi obligatorio responder en un susurro; "K-kyungSoo...", el bolígrafo volvió a moverse hasta luego verlo garabatear y adherir el papelillo en el refrigerador.
-¿Ves? Este es un contrato escrito a puño y letra. Si no cumplo hasta puedes demandarme. Solo quiero saber la dirección, no es mucho. ¿Puedes darmela?
Leyó cada letra escrita en ese diminuto papel, pero a fin de cuentas, las personas se lastiman una a otras y él sólo quiere algo de su persona. Si le quita el velo de una buena vez, se podrá marchar de su casa y él seguirá viviendo en la "paz" que había perdido desde que llegó.
"Yo, Kim JongIn, prometo no hacerle daño a KyungSoo"
-¿Conoces el cementerio?- dijo el bajo- Ahí debes ir.
Y KyungSoo volvió a desaparecer al cerrar la puerta.
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Hola, ¡¡¡no ha pasado mucho esta vez!!! Espero que la lectura no haya sido aburrida. Ya se que es lentísimo, pero de momento a otro se acelera. Créanme. De hecho, dirán, ¿Qué estás haciendo Beevit?
Por cierto, hace unos días me preguntaron por FOOLS y bueno, ese escrito ahora vive en mi memoria xD Y hablando de escritos. Este, FOOLS Y MYM están por cumplir un añito ;;y aún no están terminados. PAAAAARDON. GB ya tiene un año, al igual que WAIH. Voy a hacer una fiesta, así que traigan tamalitos.
Gracias por leer y espero que nos encontremos en otra oportunidad.
Saludos~
PD: Perdón por no dejarles música. Es que no se puede poner porque cuando quiere reproducir, no se escucha ni se ve y bueno, lo siento.
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