Heejin POV

Pasé demasiado tiempo tratando de averiguar qué hacer. Tenía que haber algo mal en mí si pasaba días pensando en Hyunjin.

Incluso estaba esperando la lección de Jaehee esta tarde solo para poder distraerme con Sejeong. No haría nada con ella esta noche. Eso era algo de lo que estaba absolutamente segura.

De acuerdo, dije eso la semana pasada, pero ahora tengo una chica que me interesa.

Desafortunadamente, ni siquiera tenía su número para llamarla y Hyejoo se negaba a darme algún tipo de información de contacto. Apestaba. Estaba atascada y no sabía qué hacer.

La puerta principal de la tienda se abrió y levanté la cabeza. Tan pronto como mis ojos se posaron en Jiwoo caminando hacia mí, mi rostro se iluminó. Estaba tan feliz de que volviera semanalmente. Nuestras lecciones era mis favoritas.

"Hola", dije con una sonrisa. "¿Estás lista? Tengo un nuevo libro para que lo leas hoy".

Ella me devolvió la sonrisa. "Estoy muy lista."

La seguí a la sala de práctica. Mientras armaba su clarinete, le conté mi dilema sobre Hyunjin. "¿Cómo puedo convencer a alguien de que quiero salir con ella y que no me estoy simplemente conformando?"

Jiwoo se rió. "Tócale una canción".

"¡Sí! Espera... es sorda... Sin embargo, usa audífonos, y pasaron cuarenta minutos de conversación antes de darme cuenta."

"Entonces descarta la idea de la canción. Necesitas algo más".

Negué con la cabeza, suspirando. "Sí. Lo resolveré, supongo. Pero toquemos algo. Tu madre me mataría si estuviera pagando para que solo hablemos de mis problemas".

Nuestra lección terminó demasiado pronto. Antes de que me diera cuenta, Jiwoo estaba empacando y yo la llevaba al frente de la tienda.

Haseul se me acercó de inmediato. "Tu lección de las 3:30 fue cancelada".

"Oh, gracias a Dios", exclamé. Con razón no las vi esperándome. Jiwoo y Haseul me miraban de forma extraña, así que sentí la necesidad de explicar: "Ahora no tengo que tener sexo esta noche. Es genial".

"Sí, mejor me voy de aquí", dijo Jiwoo, avanzando poco a poco hacia la puerta. "Te veré la próxima semana." Sin más por decir, salió de la tienda.

"¿Qué voy a hacer ahora? ¡Tengo todo este tiempo libre!"

Haseul se burló. "¿Tu trabajo, tal vez?"

"Oh, cállate, Haseul."

Empecé a revisar el papeleo en el escritorio, tratando de averiguar si había algo que pudiera hacer. Haseul deambulaba por los pasillos, fingiendo reabastecer los estantes. ¿Por qué a veces mi trabajo era tan aburrido?

Finalmente, comencé a pensar en Hyunjin nuevamente. Definitivamente quería invitarla a salir, pero no sabía cómo.

"Oye Haseul" La llamé.

Asomó la cabeza por uno de los pasillos para mirarme. "¿Qué?"

"¿Cuál es la forma más romántica en que alguien podría invitarte a salir que no involucre música de ninguna manera?"

"No lo sé. No es una propuesta de matrimonio. Solo invítala a salir".

"¿Por favor?" Rogué. Incluso hice un puchero con mi labio. ¿A qué ha llegado mi vida? "Necesito algo grande. Solo pedirlo no será suficiente".

Haseul caminó hacia mí, apoyándose contra el otro lado del escritorio. "Está bien. Poesía. Escribe un poema que venga de tu corazón. Eso es lo que yo haría y, honestamente, no parece ser tu tipo de cosas".

Cogí un trozo de papel de la impresora. "Oh, definitivamente lo haré".

Haseul negó con la cabeza y se alejó de nuevo, eligiendo no comentar sobre lo loca que probablemente parecía en ese momento. Si me veía loca, entonces estaba loca. Acepté ese destino hace mucho tiempo.

Probablemente también debería haber aceptado el hecho de que era la peor poeta del mundo. Pasé una hora mirando el papel. Ya no estaba en blanco, pero las únicas cosas escritas en él habían sido tachadas repetidamente. No podía hacer esto.

Finalmente, al final de mi turno, lo logré. Probablemente era horrible, pero sabía que no podría encontrar nada mejor. Lo único que tenía que hacer ahora era encontrar a Hyunjin.

Tan pronto como regresé a mi apartamento, estaba llamando a Hyejoo a gritos. Ella fue quien me puso en contacto con Hyunjin, sabría dónde encontrarla de nuevo.

Hyejoo estaba, por desgracia, en la ducha. Y, por supuesto, había cerrado la puerta del baño. Así que tuve que quedarme afuera de la puerta hasta que saliera.

Pasaron otros diez minutos antes de que abriera la puerta y procediera a casi tropezar conmigo.

"Jesús, Heejin", exclamó, agarrándose a la pared con una mano y su toalla con la otra. "¿Qué demonios estás haciendo?"

Salté. "¿Sabes el número de Hyunjin?"

"No."

"¿Sabes dónde vive? ¿O trabaja? ¿O cualquier lugar donde pueda encontrarla?"

Hyejoo negó con la cabeza e intentó pasar a mi lado, pero la detuve. "Por favor, Hye. Necesito hablar con ella."

"¿Por qué?"

Gruñí. "¡Porque quiero invitarla a salir! ¡Quiero salir con ella! No me importa si dejó la banda cuando era una niña o si es prácticamente sorda o lo que sea. Solo quiero conocerla".

"Aww, finalmente estás creciendo".

"¿Eso significa que me dirás dónde encontrarla?"

"Déjame vestirme primero y tal vez".

Había olvidado por completo que solo llevaba una toalla. Apartándome de su camino, la dejé entrar en su habitación mientras esperaba ansiosamente que terminara. Nunca antes había estado tan impaciente por nada en mi vida. Ni siquiera podía dejar el pasillo frente a su puerta. Literalmente estaba sentada en el suelo esperándola.

"Hyejoo..." me quejé después de cinco minutos. "¡Hyejoo, Hyejoo, Hyejoo, Hyejoo, Hyejoo! ¡Olivia!"

"¡No me vuelvas a llamar así nunca más!"

"¡Entonces me escuchas!"

Hyejoo abrió la puerta de su dormitorio y afortunadamente estaba vestida. "Eres demasiado intensa".

Me puse de pie. "Por favor, ayúdame a conseguir una novia para no molestarte todo el tiempo. Solo dime dónde trabaja o algo. Yo haré el resto del trabajo. Lo tengo todo planeado".

Hyejoo suspiró. "Ella trabaja en la panadería que está justo al lado de la oficina de correos. ¿La conoces?"

Tuve que pensar por un momento antes de que la imagen del lugar apareciera en mi mente. Sonreí. "Sé exactamente dónde está. ¿Trabajará mañana?"

Hyejoo asintió con la cabeza y no esperé ni un segundo antes de que mis brazos la rodearan en un abrazo. Para eso están las mejores amigas.