Especial de Halloween. 👻🔮

Ya sé que es un poquito tarde... pero aún así lo quería hacer :3

—No estoy seguro de esto. —Confesó con nerviosísimo.

—Relájate un poco, todo saldrá bien. —Restó importancia sobre el asunto que aquejaba al rubio.

—Hablo enserio Hyung. ¿Qué tal si intenta tocarlas? O si pregunta como ¿por qué mi cola se mueve tan naturalmente?

—Dios mío Jimin, yo mismo lo acompañe a comprar las orejas de su disfraz y ya te dije que vi muchas iguales a las tuyas: igual de reales y suaves. Además, no eres el único híbrido de la ciudad, hay muchos chicos como tú que son cantantes o estrellas de cine. ¿Acaso piensas que de esa forma nadie querría ponerse una prótesis falsa para esta ocasión? Es una fiesta de disfraces, nadie sospechara.

—Pero...

—Nada de peros, irás sin esos estúpidos gorros y dejarás que te vea como realmente eres al menos una vez. —Suspiró, se había exaltado un poco. —Dios, llevan juntos un buen tiempo y aún no se lo has confesado, creo que mínimo deberías intentar decírselo hoy, no podrá hacer una escena es una fiesta de su trabajo. —Se giró y lo miro con severidad. —Ahora dime, ¿crees que debo acomodarme el cabello de otro modo? Jamás había tenido dos colores al mismo tiempo.

Suspiró resignado, aunque no muy convencido. —Creo que luces genial Hyung, aunque aún no entiendo de qué es tu disfraz.

—Duh, una realmente mejorada versión de Cruella de Vil. —Él rubio solo se dedicó a mirarlo lleno de confusión. —¿Ciento un dálmatas? —La misma expresión. —Oh vamos Garfield, tienes que dejar de salir y quedarte más en casa, te falta saber sobre el arte de las películas para niños.

Jimin sonrió por sus adentros, sabía exactamente en qué consistía el disfraz de su mayor, todo gracias a Jungkook que le había compartido aquel dato después de haberle pedido información sobre el traje que portaría Seokjin, todo con el propósito de mandarla a su primo y que esta buscará una manera de combinar su disfraz con el del repostero.

Ambos caminaron con calma hasta la gran residencia de la cual provenía una música estridente y pegadiza, que había provocado que él menor de los dos comenzara a bailar incluso sin percatarse, sin embargo, él más alto si lo había notado. La puerta estaba abierta, dejando observar a la gran multitud que bailaba, bebía y se divertía, claro, sin contar a los que se encontraban en la terraza.

—¿Deberíamos tocar?

—Por supuesto que no Jimin. Namjoon nos invitó personalmente y podemos entrar si queremos. —Se mostró seguro al sujetar su mano y obligarlo a entrar en aquella adornada residencia que se encontraba repleta de persona que lucían espectaculares disfraces, Seokjin era así y eso era algo que Jimin admirará firmemente, incluso si sabía que él chico de cabellos castaños llegaba a ser realmente indeciso. Sobretodo si se trataba de Kim Namjoon.

Caminaron entre la multitud por un par de minutos, hasta que una peculiar botarga de pollo llamó la atención de ambos chicos, haciéndolos sospechar de inmediato que se trataba de su amigo él bailarín.

—¡Hoseok! —El fuerte llamado de Jin captó su atención.

Jimin había sonreído ante el grito de su primo al saber lo poco que le importaba que las demás personas se giraran a verlo.

—¡Al fin llegaron!

—Se ven geniales. —Comentó su mejor amigo y compañero de trabajo, quien vestía una extraña ropa perteneciente a su superhéroe favorito, aunque los "músculos" que llevaba debajo causaron una gran risa de su parte.

Hoseok los recibió con una sonrisa, comenzando a conversar con Seokjin sobre los difícil y divertido que había sido conseguir aquella gran botarga de pollo.

Hablaron de muchas cosas, sobre los disfraces y las situaciones que se presentaron en la vida de cada uno durante el tiempo que no habían logrado verse. Después de un rato todo fue interrumpido por un estupefacto repostero el cual se pasmó al notar como él chico que llevaba pretendiéndolo por meses se había acercado con un disfraz de dálmata, él cuál consistía en una pijamada que parecía encajar a la perfección con el suyo. Sin duda alguien tendría que darle una buena explicación. Y ese, no sería Jungkook.

Los cinco disfrutaban de la conversación, riendo y escuchando atentamente cada una de las anécdotas y relatos. Todo marchaba tranquilo, hasta que una peculiar risa llamó la atención de él minino. Puede que la música se encontrara en su máximo esplendor, pero para Jimin era de lo más sencillo averiguar a quien correspondía aquella muestra de felicidad.

Se alejó con discreción de todos sus amigos, comenzando a buscar y caminar entre empujones y personas que no terminaban de bailar a su alrededor.

Aquella fiesta había sido organizada por el primo de Jungkook, quien era su "cuñado", o al menos así era como Jimin había decidido llamarlo al enterrarse de su enamoramiento por él chico que fingía ser su primo.

Durante un par de minutos caminando logró divisar unas lindas orejas de cachorro, las cuales sabía que su novio usaría.

"Yoongi".

La sonrisa de Jimin se congelo y disminuyó a los segundos, preguntándose quien rayos era ese chico que se había atrevido a mirar de aquella forma a su novio. Aunque claro, Jimin no se pondría celoso por nada, él conocía a la perfección cómo soltar una sonrisa dulce y una mirada coqueta, él mismo había utilizado ese método con su Hyung.

¿Quien rayos era ese chico? ¿Por qué no portaba un disfraz? Y si lo hacía, ¿Quién demonios era? Es decir, solo usaba una camisa blanca y una chamarra de cuero con pantalones oscuros, claro que no contaría el extraño y clásico peinado que se encontraba utilizando.

Empuñó sus manos y frunció sus labios, comenzando a caminar con rapidez hacia su novio y aquel chico que usaba unas orejas más oscuras que la suyas.

Poco a poco cuando comenzó a reducir la distancia lo supo, aquel chico era el famoso Kim Taehyung, quien se encontraba protagonizando uno de los mejores dramas del momento. Jimin era su fan, después de todo aquel joven era un híbrido justo como él.

Se detuvo a una corta distancia y tragó, era realmente bonito, incluso con todo ese producto en el pelo lucia realmente impresionante, aún más en persona que en televisión.

—¿Jimin? —La neutral voz agitó su corazón.

Sus orejas se movieron y su cola se crispó con ligereza, corrió hasta él chico que se encontraba portando ropa amarilla y orejas de perro color café, quien le recibió gustoso entre sus brazos.

Beso tras beso fue recibido por un feliz Yoongi, quien sujetaba la diminuta cintura que pertenecía a la persona que más amaba.

En un momento nada importo, los celos se desvanecieron y solo pudo pensar en lo mucho que su Hyung lo amaba, porque no importaba cuantas veces él se sintiera celoso o creyera que no era suficiente, ya que Yoongi siempre lo elegiría a él, al chico con él que comenzó a bailar incluso si no era muy afín con aquel hobbie, al minino al cual le consiguió una bebida con el pretexto de salir de aquel lugar, a la persona que ahora frente a todos era su novio, con la cual había hablado toda la noche entre risas y sonrojos.

Jimin era feliz, disfrutaba de un abrazo y una tranquila despedida con un duradero beso sobre su frente delante de aquel establecimiento en el que fingía vivir.

Él sentía que todo era Perfecto Justo como estaba.

Lastima que más adelante las cosas podrían cambiar un poco y solo un poco.

Yui-Chan. ❤️