Decimoprimer Jugada.

—Al menos abre y dile que no iras. Son las diez de la mañana y quiero lograr dormir un poco más.

—No pienso bajar. —Repitió por tercera vez.

—Lleva tocando el timbre desde hace una hora, tú me levantaste para arreglarte. ¿Ahora quieres arrepentirte?—Se quejó él mayor, comenzaba a realizar una gran rabieta.

—Mentira, dejó de tocar la puerta cuando le gritaste que no podría volver a traerme al trabajo si no paraba. —Se cruzó de brazos el pequeño felino.

—Ambos interrumpieron mi sueño reparador y estoy comenzado a impacientarme. —Suspiro ya un poco cansado por la actitud que sus amigos estaban tomando. —Mira, Puedes ir a rechazarlo delicadamente o darle otra oportunidad, salir con él a conocer un poco más la ciudad y cumplir tu cita soñada.

Seokjin sonrió, ya que él rubio parecía estarlo meditando.

—Le dire que estoy cansado. —Soltó con un suspiro.

Acomodo delicadamente su pequeño gorro gris y se dirigió hasta el último piso, donde la puerta principal se encontraba siendo testigo del atroz maltrato hacia el pequeño timbre de la entrada.

—Escucha, Jin está molesto y...-

Una enorme cabeza perteneciente a una botarga de un animal el cual no lograba descifrar se encontraba Justo frente a la puerta, sosteniendo un pequeño cuaderno con la frase. 

"Lo están esperando"

Una pequeña sonrisa se dibujó sobre sus labios, observando como aquella enorme cabeza comenzaba a señalar hacia las solitarias calles.

—Yo nunca dije que iría. —Soltó, cruzándose de brazos y tratando de verse firme ante su decisión. —Me rehusó a volver a dirigirle la palabra.

En pocos segundos el extraño sujeto se encargaba de sujetar su muñeca y arrastrarlo con por toda la ciudad, soportando los chillidos y quejas de él menor, teniendo que imponer algo de fuerza cuando éste trataba a de sujetarse de algo.

—¿Te he dicho que esto es ilegal? —Comentó ya bastante alterado.

—¡Esto es en contra de mi voluntad! —Gritó, causando un gran escándalo.

—Seguro eres alguno de sus extraños amigos, pero sabes, él es todo un gruñón grosero. Todo este tiempo quise ser amable y que él lo fuera conmigo, pero lo único que conseguí fue que me gritara. —Comenzó a patalear ligeramente. —No es un buen Hyung, apenas y me habla y siempre me pone trabajo más pesado que a Kookie. ¡Y a demás a él si le sonríe!

—Siempre piensa que prepara el café más delicioso de el mundo y no es así, siempre saben igual de amargos y tienes que hecharle demasiada azúcar para que tenga algún sabor, su sonrisa "encantadora" no es tan maravillosa como él cree... bueno si lo es pero él no debería ser tan egocéntrico, quizá si dejara de repetir siempre que tiene mucho "Swag" las bobas clientas no perderían hasta tres horas ahí solo para verlo atender de mesa en mesa. Pero sobretodo debería dejar de ser tan burlón, mira que no tendría nada de malo que se tomara lo que le digo con seriedad al menos una vez. Y no te he dicho nada de sus piernas de pollo...-

Enmudeció con rapidez al notar al resto de personas a su alrededor, y como él sujeto le daba la espalda, deshaciéndose de la enorme cabeza, aún sin girarse a verlo.

Sin embargo, para Jimin eso no resultaba necesario, podía reconocer ese pequeño y delgado cuello incluso en la oscuridad, observando la delgada figura frente a él. Entonces lo supo.

Su rostro enrojeció en microsegundos, sintiéndose totalmente avergonzado sobre todo el berrinche que había realizado desde que salió de la cafetería.

Y a pesar de eso, resultaba un tanto gracioso la peculiar expresión en el rostro de Yoongi, la cual demostraba que había golpeado directamente su orgullo.

Yui-Chan. ❤️