Jimin siente el calor en sus mejillas como un simple reflejo, sonriendo ante la tibieza que recorre su espalda y brazos, regocijándose de felicidad al saber que es a causa del lindo abrazo que Yoongi le brinda.

Suspira y olvida su situación por unos momentos en los cuales él mayor deposita suaves besos sobre su nuca, mientras se deja sostener con firmeza y se aferra a esos brazos que lo hacen sentir seguro.

La luna brilla y parece palpitar con cada segundo que transcurre de aquella mágica y tranquila noche que los acompaña en un delicioso silencio, aumenta su tamaño conforme pasan los minutos y cada vez se muestra más brillante y única.

La vista por la mañana era refrescante, pero conforme anochecía la temperatura bajaba y es así como aquellos cuerpos comenzaban a templar gracias al frío que los abrazaba en un gélido beso.

El rubio decide recargarse por completo en el pecho de aquel hombre, permitiendo que la tranquilidad lo invadiese y los besos de su novio sobre sus mejillas fueran su única ancla sobre aquel suelo que comenzaba a sentirse irreal.

Sentía a su cuerpo flotar por encima de la nieve y a través de las fuertes ventiscas, permanecer al lado de la persona que amas realmente podía ser liberador. El sentimiento se volvía más fuerte y más intenso conforme pasaba los días a lado de Yoongi, haciéndolo preguntarse si esa era la máxima capacidad de amor que podía otorgar, notando que su sentir aumentaba cada día más.

Medito un momento aquella situación y se preguntó si era prudente confesarle la verdad al escritor, aquella que lo inquietaba constantemente y de la cual, muy pese a sus intentos, no podía ignorar.

Jimin había nacido con un lado felino, de el cuál siempre había estado orgulloso, claro, hasta que se había enamorado y por alguna misteriosa y quizá estúpida razón, había comenzado a creer que aquellos serían la causa de penumbra y dolor en su vida. Imaginando por una fracción de segundo, que estas peculiaridades de su persona desaparecieran y así, lograría ser alguien relativamente normal, aquella que en ocaciones sentía seria digna de Yoongi.

Y mientras se deslizaba entre los delgados brazos para así poder besar con tranquilidad a su chico, su mente divagaba extensamente por su imaginación, donde creaba distintas situaciones en las que Yoongi le rechazaba gracias a su verdadero ser.

¿Sería posible amar tanto a una persona que te perdieras en el camino a ti mismo? Jimin pensó que si y eso, no le gusto. Él siempre supo quien era y lo que deseaba en la vida, sintiéndose decidido a revelar su naturaleza ante la persona que decía amarle. Podía parecer un paso muy rápido pero en realidad llevaba meses meditándolo, concientizándose de el no poder seguir más tiempo con aquella mentira.

Pero quizá en otro momento y en otra situación, una donde la única persona que conocía cada parte de él estuviese presente. Necesitaba sentirse apoyado, pero al menos ya estaba decidido, después de todo aún existía la posibilidad de que nada cambiase en realidad.

—Que date a mi lado. —Suplicó con la mirada sumergida en los ojos contrarios.

—Me mantendré a tu lado mientras la vida me lo permita, porque incluso si tuviese opciones a la vista, nada me haría dudar de mi amor por ti y de lo mucho que deseo continuar contigo a mi lado.

Ambos chicos unieron sus frentes y disfrutaron de lo tibias que estas se encontraban a apresar de la baja de temperatura corporal que deberían estar sufriendo, sonriendo a la par gracias a la euforia que les recorría sin piedad.

Enamorarse parecía ser más complicado de lo que había imaginado, pero mientras aquellos delgados labios le mostraran esas lindas encías rosadas en una bella sonrisa, creía poder soportarlo. Era hora de sincerarse frente al espejo y aún más importante; compartir aquel secreto que en realidad, desde un principio, nunca debió serlo.

Me gustaría que me dijeran el nombre de alguna canción que les guste y les haga sentirse inspiradas, me serviría mucho para continuar con la historia. UuU

Yui-Cham. ❤️