› Epílogo
[Di que morirías por mí, morirías por mí
Y si no puedes, entonces tal vez miente por mí, miente por mí]
Jaebum.
—Maldición, recuérdame jamás volverte a mandar traer cafés —gruñó Jinyoung tomando su café matutino desde el gran ventanal que aproximaba por su rostro.
—Entonces ve por ellos la próxima vez —reí.
Desde hace un tiempo que vivimos en Canadá por proyectos empresariales, hace más de dos años que no sé nada de ella, dos años en donde tuve que ir por obligación a terapia para poder controlar los arranques de decepción autoreclamada por mí.
—Vale, vale, ganaste la pelea —respondió él, con su enojo evidente y sus ganas de tirar todo por la borda.
Alcé mis hombros restándole importancia al tema, Jinyoung siempre se convierte en una persona jodida –por alguna extraña razón– y su temperamento sube por las nubes, eso claro porque más allá de ser el jefe de un importante negocio, sus cosas personales siempre le sacaban de mal juicio todo lo malo.
—Por cierto —me señaló— tienes que estar pendiente, porque la otra semana iremos a París.
—¿En serio?
—Sobre eso —murmuró— bueno...Dahyun nos invitó a su pasarela, por eso iremos, espero no te incomode.
—No, claro que no —resté mucha importancia al tema.
Claro que mi superación estaba en eso, en dejar ir a las personas.
Mi lección de vida fue el hecho de jamás haberme visto tan involucrado emocionalmente con una persona, de cómo abandoné todo lo correcto, lo moral y lo que se considera realmente correcto, por alguien más, cómo lastimé a otra persona por impulsos egoístas, de cómo ignoré algo que no debe ser normal en una relación, y que por el hecho de la falta de confianza fue lo mismo que rompió abruptamente la relación.
“No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”, diría que esa frase me revolvería todo dentro de mi ser, pero para ser honestos, no comparto el hecho de posesividad, aún sabiendo el contexto de la frase, pero en cierto punto jamás tuve a la chica, porque por mí y por ella, ambos caminos estarían diferentes y faltantes por recorrer.
—Genial, ahora si me disculpas, iré a retocarme, debo lucir genial.
—Siempre luces así, no veo el motivo tan especial, Jinnie —moví el café, que literalmente estaba tibio, odiaba el clima tan frío de Canadá.
—Gracias, me halagas, pero si no sabes el motivo, no digas nada —Jinyoung salió de mi vista apresurado de verse correctamente.
Jamás entendí su afán de verse bien en todo momento, pero eso no era algo que le podía discutir, así es él, y simplemente amaba cada faceta por la que pasaba.
Si bien, todo dentro de mí fue diferente desde aquel momento donde mis últimas palabras hacia ella fueron algo duras, jamás le quise lastimar, pero todo dentro de mí dio un giro, y ahora con certeza puedo afirmar el daño emocional que le haces a otra persona.
Ambos fuimos el villano de una historia la cual no siempre fue feliz, ambos nos lastimamos, y ahora me arrepiento de haber pasado un infierno, y lo único que con mayor seguridad puedo decir es que todo lo que le deseo a Jennie es la mayor de las felicidades.
Sonreí tontamente, tomando mi café, suspiré mirando un punto ciego de allí.
Ahora me sentía como un tonto adolescente a punto de dejar todo el pasado, supe lo que pasó ese verano, y me lastimó, sí, pero debo seguir, y no por ella.
Porque todo en la vida pasa por algo, y ahora, teniendo un camino diferente, siendo una persona con otra perspectiva, lo único que me queda hacer es seguir sobreviviendo en un mundo lleno de angustia y desconsideración, donde los sueños de las personas están ligados a los deseos incógnitos ajenos.
Mi relación con Jennie fue eso; un deseo ahogado de tener a alguien, y ahora debo dejarla ir, porque es lo mejor para mí y para ella.
—¡Jaebum, deja de ver ese café y mueve tu trasero aquí! —exasperó él.
—Ya voy —reí por lo bajo.
Y de eso se trata la vida, ¿verdad?; sólo es un circo del cual tienes que fingir si quieres adaptarte, donde el amor, es igual de valioso que el dinero, donde puedes llegar a joder a las personas, pero la única diferencia del amor, es que ese es tan reciclable y lastima mucho más.
Porque aquel verano pasado descubrí que estaba arraigado a otra persona, y descubrí qué tan vulnerables son nuestros corazones siguiendo el camino al cual te asigna la vida, el típico sabor al cual debes estar acostumbrado, y yo ya estaba acostumbrado al normal sabor americano extra cargado.
«Una tosca realidad de soledad que golpea tristemente a una persona, a tal punto de no desear nada más, sólo un vacío existencial donde nadie lo puede sacar...un simple vacío.
Como el mismo insípido y típico café americano.»
FIN.
[Nacimos para estar solos, pero, ¿por qué seguimos buscando el amor?]
Waaaa, al fin llegamos al final de esta historia, creí que no la terminaría por lo extenso del anterior capítulo, pero valió la pena ndkwkd.
Espero que les haya gustado la historia tanto como a mí me gustó adaptarla.
Cuidense, ¡nos vemos en otra adaptación!
Chimmy 👑💞
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