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꒰Verano pasado꒱
La desilusión, el saber que a quien amaste toda tu vida, y que toda su relación podría peligrar hacía que todo se volviera un gran problema e incluso algo tedioso. Ahora sólo quedaba un desolado Jaebum con tantas dudas en su cabeza que muy probablemente no tengan algún tipo de respuesta.
Las pequeñas gotas de sangre en su puño y nudillos por golpear a su hermano le hicieron abrir sus ojos, ¿en qué punto todo se volvió oscuro?, maldición, odió golpearlo pero si pudiera lo volvería a hacer, y todo esto era por Jennie, todo lo que hacía era por ella y si eso implicaba golpear a su hermano, lo haría cuantas veces pudiera.
Nublado por su excepticismo y su falta de empatía en esta situación, miró levemente sus manos, le ardían demasiado al igual que sus pómulos y muy posiblemente su labio y nariz hubieran sangrado por los golpes que recibió.
¿Qué se supone que debe hacer?, no sabía nada sobre primeros auxilios, y por supuesto que no sabía cómo tratar una herida, muy mal momento para haber negado el curso que dieron en la preparatoria hace unos años.
Ahora, iba al hospital, o tenía que explicarle a Jennie su estado y de cómo por un ataque de ira golpeó a su hermano y precisamente él ya sabía su secreto, pero no podría alegar porque todo sucedió cuando ambos estaban dándose un tiempo, maldición, y claro que le dolía el hecho de saber que ella no tiene la confianza para contarle este tipo de cosas, muy mal por aquí.
Tal vez se arrepentirá después, pero lo de menos es llamarla, necesitaba el tacto de Jennie, y eso lo volvía loco por más que lo negara.
Tomó su teléfono y marcó su número, sólo esperó algunos segundos y la dulce voz de Kim lo recibió.
—Hola, Jae, ¿cómo estás? —Jennie saludó, se escuchaba el bullicio de afuera, seguro que estaba en su casa.
La verdad estoy mal, pensó Jaebum.
—Nini —hubo una pequeña pausa, donde Jaebum soltó una aguda respiración—, estoy bien, claro que sí. Nini, ¿te puedo pedir un favor?
—Oh, claro que sí, dime, ¿en qué te puedo ayudar? —la voz de Jennie transmitió algún tipo de paz, por más raro que eso pueda sonar.
—¿Podrías traer algunas cosas de primeros auxilios?, y ese tipo de cosas —expuso Jaebum, hubo un gran momento de silencio, en ambas partes— no preguntes, sólo te necesito, Nini.
—Dame quince minutos, ya llegaré, más vale que me expliques qué demonios sucede —finalizó la llamada.
¿Y ahora qué?, ¿qué se supone que le diría? Tal vez fue la peor decisión que tomó, pero se sentía muy necesitado de ella y temía que este comportamiento lo lastimara aún más y todo se volviera un ciclo vicioso del que no saldría.
Pero de algo estaba seguro; amaba a Jennie más que a nada.
Jennie estaba mirando un punto fijo mientras llevaba algunas cosas que compró con urgencia para su novio, ¿qué demonios estaba pasando?, ¿había cometido un crimen?, era jodidamente improbable pero no estaba descartando la idea.
Tomó la bolsa y subió las escaleras, tocó levemente la puerta esperando que ésta se abriera, Jaebum que parecía molido a golpes, abrió la puerta.
Se veía mal, estaba mal en pocas palabras.
—Jae, maldición —Jennie abrió paso por el apartamento, dejó su abrigo en el sofá y agarró la bolsa donde compró las cosas para ayudarle con su cuerpo.
Jaebum sólo la miró, lo único que necesitaba era de su tacto, en un leve impulso la tomó de su rostro para dejar un beso lleno de emociones, el sabor de la sangre se mezclaba con la pasión de Jaebum al besarla, maldición, jamás se vio tan necesitado de ella, y eso le dolía como el demonio.
Tal vez era el hecho de que ambos estaban en una cuerda floja en donde no sabían a qué deberían aferrarse, una vez se separaron de su arrebato, Jennie se dispuso a ayudar al mayor con su rostro.
Tomó un frasco con espuma para limpiar sus pómulos y después algo de alcohol para desinfectar la herida.
—Supongo que me debes una explicación —habló esta vez untando su piel y soplando sobre las heridas para que el ardor no hiciera lo suyo.— Jae, al menos dime que no estás en problemas tan graves.
—No debes preocuparte por nada —explicó él, sintiendo las caricias— aunque no se le podrían decir así.
—Entonces debo ignorar el hecho de que me llamas, llego y estás golpeado hasta en tus manos, dime entonces, ¿por qué no debería estar preocupada? —alzó un poco más su voz, esta vez estaba algo irritada de la situación.
Jaebum soltó una áspera respiración, tenía que serle honesto, pero no podría contarle toda la verdad de golpe.
—Golpeé a Yoongi —admitió con cierto orgullo en sus palabras— ¿eso quieres oír?
Jennie se sintió aprisionada, ahora el ambiente estaba tenso y sabía que cualquier palabra podría desatar alguna tormenta a los dos.
—¿Sólo porque sí? —preguntó esta vez.
—Descubrí que hizo algo que no debió hacer, y que indirectamente me involucró a mí y sólo no quería participar en esto —tomó una pausa— pero supongo que deberías saberlo.
—¿De qué estás hablando?, ¿acaso no confías en mí? —se sentía como un ratón al que aprisionan con cada palabra que sale de su boca.
—Claro que confío en ti, se supone que tú también deberías hacerlo —Jaebum de la nada se paró, asustando a la menor que veía cada vez más su derrota.— ¡Dime, Nini, ¿confías en mí?! —gritó esta vez, buscando que de una forma u otra recibiera cualquier cosa del cielo.
—Claro que confío en ti —Jennie se paró también de allí, apoyando su mano en la mejilla del mayor— pero por Dios, debes calmarte, hacerle daño a Yoongi no va a solucionar el maldito problema que tienes con él.
Tal vez porque eres el problema, Jennie.
Aprisionado de sus emociones, ahora se sentía mal, esto no estaba bien de ningún modo.
—Jennie, sólo vete —Jaebum soltó la mano que se encontraba en su mejilla.
Ahora un nudo se estaba formando en los dos.
—No te quiero aquí, vete antes de que haga algo de lo que después me arrepienta —se volteó de allí, y tomó el abrigo dejado en el sofá.— Te amo, pero debes irte, después te escribo y prometo explicarte mejor las cosas —avanzó hasta su cuerpo, le colocó su abrigo y dejó un leve beso en su mejilla.
—Te amo... —susurró Jennie para los dos.
Quería gritar y llorar de la impotencia, se odiaba a sí misma y no podía hacer nada, a menos que quiera acabar su relación personal.
Jennie salió de allí una vez más, estaba confundida, pero si Jaebum estaba así, ¿cómo se encontraba Yoongi?, ahora estaba preocupada por él, sabía lo impulsivos que eran los dos y sentía cierto remordimiento de saber que de cierta forma fue su culpa toda esta situación.
Tal vez estaría cavando aún más su tumba, pero tenía que asegurarse de saber que Yoongi estaba bien, tomó su teléfono indecisa de saber si era lo correcto en esta situación.
—Yoongi... —susurró una vez más, ahora Jennie sabía que posiblemente él también estaría llevado como el demonio.
¿Por qué tenía que ser así?, cada palabra que salió de la boca de Jaebum tenía razón, él siempre confió en ella, pero simplemente Jennie se negaba a compartir su secreto tal vez por sentirse mal consigo misma.
Porque en tu vida, tienes dos personas, el amor que jamás olvidas y tu alma gemela, y ahora esto era un ciclón que estaba tomando más fuerza de la necesaria.
Este capítulo se dividirá en dos partes, la siguiente será más extensa.
Sí, me emocioné con las actualizaciones.
Chimmy 👑💞
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