CAPITULO 8: POSTRES SABOR VERDAD.
POV KYUNGSOO
En dos semanas esto de la boda debería de terminar, había sido poco el tiempo pero los padres de Jennie nos tenían asfixiados. Ellos habían comprado ya el traje, habían comprado el vestido de Jennie y tenían todo listo. Me sentía mal, estaba teniendo un gran remordimiento pero no decía nada. Lisa y Jennie parecían felices. Yo estaba feliz con ellas.
Ya que mi felicidad tenía que depender de la de otros, había pasado días emocionales. Mi madre me había dicho que si quería me venía a acompañar, le dije que no. No podía dejar que perdiera sus vacaciones por venir a una boda falsa que ni se realizaría. Baekhyun me mostraba su apoyo pero no nos veíamos mucho por el trabajo, la pastelería y sus salidas con Chanyeol. Jennie y Lisa también trataban de apoyarme lo mejor posible, pero simplemente su felicidad las tenía en su mundo. Tenían los billetes de avión, tenía algunas maletas listas y en Europa tenían el lugar.
Seriamente me había estado planteando el irme un tiempo de Corea, estaba tan aburrido de estar aquí, desde hace dos años lo único que me retenía aquí era que me gustaba Jongin, JONGIN demonios, es imposible estar en paz si él está en todos lados. Reuniones, salidas, la prueba de mi traje ¿Qué falta? Dios, él me traía con la cabeza enredada. Nunca me había enamorado tanto, bueno solo me había enamorado dos veces pero enserio mi corazón es masoquista. Estaba tratando de olvidarle de verdad.
Volviendo a lo de irme, pues quiero ir a China, escuche que hay un excelente maestro de repostería oriental, Yixing se llama y quiero aprender más, mejorar y hacer de mi negocio algo bueno. Pensándolo bien será lo que haré, me iré a China y haré crecer mis conocimientos. Tal vez encuentre a alguien por allá.
Jennie y Lisa se pasaron por la pastelería en su cita de hoy, me observaban mientras preparaba un postre de pistacho que a la madre de Jennie le encantaba y me pidió. Estábamos platicando sobre lo que harían en Europa. Jennie estaba lista y en negociación con una empresa de maquillaje que la querían para modelo, además Lisa quien había conseguido su cambio a una empresa de Publicidad, tenían la vida resuelta.
Era triste el que ellas se tuvieran que ir de su hogar porque sus padres no aceptaban su amor, a mí por mi parte me encantaba siempre verla juntas, eran la prueba fehaciente de que el amor si existía, la manera en que se veían, eso era algo que también quería.
-¿Crees que tus padres me odien cuando todo se cancele?
Jennie automáticamente negó.
-Me odiarán a mí, por decepcionarlos. Pero ya no me importa, yo luché y les demostré que era lo que amaba, ellos no lo aceptaron. - Entrelazó la mano con Lisa y sonreí.
-Kyung, te buscan allá afuera.
-Claro, ahora voy - dije a uno de mis ayudantes. Tenía que vaciar la pasta en un refractario nada más.
-Nosotras enserio estamos agradecidas Soo, eres el mejor amigo del mundo. Lisa y yo jamás podremos pagarte lo suficiente
-Con que sean felices estoy bien - se miraron y se dieron un tierno beso en los labios.
-Yo personalmente, siento que no tendré toda la vida para darte las gracias porque amo a Jennie y lo sabes - terminé de vaciar la mezcla y me acerque a ella. - Espero que algún día sus padres comprendan cuanto amo a su hija y podamos contarles lo que tuvimos que hacer realmente por estar juntas. Gracias por fingir en esta boda y por dejarnos ser felices.
Derrame un par de lágrimas y las abrace.
-¿Es una boda fingida? - La voz que entró desde la puerta me dejó helado, levanté la vista aunque ya sabía quién era. - ¿Qué está pasando Soo? - Kai nos miraba expectantes.
-Jongin - susurré, nos habíamos metido en problemas.
Kim Jongin raramente estaba o pasaba por esta pastelería, es más pensé que jamás lo volvería a ver aquí, mi cabeza no podía asimilarlo. Así es, Kim Jongin lo sabía. Él sabía que estábamos fingiendo una boda.
Cuando Lisa pensó que lo mejor era explicarle el asunto a Kai y lo sentó en una silla frente a nosotros tres, él estaba tan blanco como el papel. Su piel normalmente bronceada ahora parecía de un tono verde.
Nos miró con los ojos abiertos mientras Lisa y Jennie daban sus argumentos para defenderse, ahora lo único que podíamos hacer era lograr que no nos delatara al menos por 15 días. Mis manos estaban sudorosas, no podía ignorar las miradas que Kai me daba de vez en cuando. No dejé de estar nervioso en ningún momento, me sentía ridículo ya que eso significaba que yo aún lo amaba o algo así, Kai lo sabía.
-Esperamos que nos apoyes Kai.
-Esto es una locura - Kai miraba a Lisa y Jennie de vez en cuando. - Pero no saldrá nada de mis labios - me miro entonces, aun no mencioné nada.
-Enserio es importante, si mis padres se enteran me encerraran en un internado o me venderán a un árabe - reí un poco, Jennie era tan imaginativa, rodó los ojos viéndome.
-¡Pero hasta tienen trajes de novios, enviaron invitaciones!
-Pero si no lo hacíamos ellos se iban a dar cuenta.
-Está bien, a mí no me corresponde decir nada. Es su secreto no el mío - sonreí por lo bajo. - ¿Puedo hablar contigo Kyungsoo? - Levante la vista con los ojos como platos, asentí.
-Nosotras nos vamos, gracias Kai. Y gracias Soo por el postre - se acercaron y me dieron un beso en la mejilla. Me despedí y les sonreí.
Kai me miro por unos interminables segundos mientras esperaba a que dijera algo, su escrutinio siguió mientras me retorcía bajo su mirada, me mordí los labios. Carraspeó y levanté la vista encontrándome con sus ojos por fin.
- Así que ¿No te vas a casar? - Negué sin decir nada - ¿Te comieron la lengua los ratones? - asentí. - Escucha yo solo vine a pedirte un favor, jamás imagine que iba a enterarme de esto.
-Yo sé que mentimos, lo siento. No queríamos hacerlo pero no nos dejaron opción.
-Pero hasta lloraste con tu traje, creí que estabas feliz por tu boda.
-En realidad estaba melancólico porque pensé que jamás usaría realmente un traje tan hermoso - una sombra de sorpresa surco sus ojos.
-¿Alguien más lo sabe?
-Baekhyun pero no se lo cuentes a Chanyeol por favor.- asintió. - ¿Qué era lo que me venias a pedir?
Kai me miro por unos segundos y resoplo.
-Ya no es necesario - dijo.
-Anda dime - insistí y asintió.
-Mi madre quiere hacerle una comida de cumpleaños a Krystal por su cumpleaños y me pidió que te pidiera un pastel especial - abrí mi boca un poco, claro, la novia de Jongin era la favorita de su madre.
-Claro que lo puedo hacer, no veo porque no.
-Y-yo... yo creí que sería incomodo -negué pasando saliva, claro que era incómodo. Quería poner chile en el pastel en lugar de chocolate.
-¿Por qué lo seria? Aun así me lo ibas a pedir.
-Pero pensé que te ibas a casar.
-¿Eso en que es diferente? -me miro de nuevo, se acercó un paso hacia mí, caminé ese paso hacia atrás.
-Quizá aún te gusto - me quedé con las palabras en la boca, me compusé rápido y solté una risita nerviosa.
-Para nada. Estoy bien, ya te olvidé - me seguía mirando, sentía que estaba estudiando mis movimientos. Sus ojos me estaban viendo el alma. - Eso no tuvo nada que ver contigo, fue un favor a mi amiga.
-Entonces ¿Por qué enviaste una invitación? - se acercó dos pasos más hacia mí, tan cliché como suena, choque contra la pared.
-Porque sería descortés no enviarla.
-O porque querías demostrarme algo.
-¿Y si así fuera qué? Además eso no cambia nada, tu eres heterosexual, te gustan las mujeres y tienes novia - caminó más cerca de mí, solo un paso y lo tendría encima.- Yo soy un maricón ¿Lo olvidas? - lo medito un segundo.
-La noche del baile - cerró el último paso, pase saliva audible mente, su aliento estaba en mi rostro - Yo aún te gusto - se aseguró.
-Deja de estar tan seguro - me molesté, me molesté porque era cierto y odiaba que tuviera razón.
-Pero es cierto, por eso me besaste - fruncí mi ceño.
-No, te besé porque estaba borracho, te he besado solo borracho porque sobrio no me atrevería. No me gustas estando sobrio. - Su cara se acercó a la mía, mi nariz choco con la suya. Estaba en problemas me estaba fundiendo con la cercanía, mis rodillas flaquearon.
-No parece - cerré mis ojos, se estaba acercando, estaba ansioso. Me iba a besar. Me quedé esperando un beso que jamás llego. Su aliento desapareció y abrí los ojos, ya estaba a tres metros de mí. - Le diré a mamá que llame para darte los detalles del pastel - asentí respirando con fuerza. Kai salió del lugar, y con él se llevó mi cordura.
Yo opino que el Kai ya anda bien raro.
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