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La curiosidad mató al gato.

La tarde corría pesada por konoha, arribando en su recorrido las luces del sol que acababa de ponerse. Entre las calles no se avistaba persona alguna, el cambio de horario indicaba una rápida oscuridad del entorno, donde únicamente se veía a un precioso perrito con chaleco caminar de manera risueña.

Pakkun habia salido a pasear, aprovechando la extraña pero ventajosa flojera de su dueño, Kakashi Hatake, quien se negaba a abandonar su cama antes que la pareja con quien compartía su vida, Minato Namikaze.

-Kashi, son las ocho de la noche, aun es bastante temprano para acostarnos. - regaño el rubio a su ex alumno, recibiendo una mirada divertida. 

-Nunca es demasiado pronto para "acostarnos" sensei.- indico con todo el doble sentido del mundo, sin causar ningún efecto en el ojiazul que pareció no comprender. 

-Claro que si, si lo hacemos ahora no podremos dormir bien mañana, nuestro reloj de sueño se desajustara.- aclaro sabio, haciendo sonreír al peliplata sobre la cama. 

A veces le encantaba esa inocencia que desprendía Minato, siempre tan lleno de candor. 

-Bueno, ¿Que se le ocurre hacer? - pregunto dejando de lado su faceta pervertida.

-Pues...- el astro dorado toco su propio mentón con la mano, pensando en algo.-; hay algunos deberes, por ejemplo, tenemos un poco de ropa y los recipientes de la comida que hice hoy.

El Hatake bufo aburrido. No es que fuera un completo vago que no hiciera su aseo diario, es solo que siempre llegaba el momento en que una persona no quiere hacer nada que no sea descansar y ese día, para Kakashi, era hoy. 

-¿No hay más opciones? Alguna que no tenga que ver con tareas - indagó con esperanza provocando una sonrisa radiante en el contrario.

-Me temo que no. 

El albino se quejo de nuevo, cerrando los ojos al sentir la presión de los labios de Minato en sus mejillas y parpados. 

-Podemos ayudarnos para acabar más rápido.Yo haré los trabajos de fuera y, como creo que no tienes intensión de salirte, puedes realizar los del interior, ¿Que dices?- la sonrisa apareció de nuevo, iluminando la medianamente oscura habitación y subiéndole los ánimos al albino. 

-De acuerdo.- contestó afirmativamente, sabiendo que ante un gesto como ese jamas podría negarse. 

-¡Estupendo! - exclamó el mayor, levantándose de un brinco y tomando la escoba de la entrada.-; regreso pronto.

El ojidispar lo observo salir con alegría, estirándose cual gato antes de ponerse de pie y arreglarse la ropa, decidido a comenzar con la recamara. 

Mientras el más joven arreglaba ese cuarto, el relámpago se encargaba de limpiar el jardín a gran velocidad, recogiendo las gracias de los perros de su compañero de vida.

El ex ambu observo a su maestro por la ventana, sorprendido de su viveza y decidiendo que hacerle las cosas difíciles no estaría mal. ¿Qué? ¡Le negó un buen sueño! Eso merecía, mínimo, un poco más de esfuerzo. 

-¡Jutsu de invocación! - anunció una vez terminados sus sellos, dando lugar a una gran nube de polvo de la que emergió un bulldog con collarín de púas que respondía al nombre de Buru.

-Hola.- saludó el dueño acariciando la cabeza de su niken, mimándolo un poco como solía hacer con ellos. Luego de veinte largos minutos por fin recordó el motivo principal de su llamado, pidiéndole un favor al perro quien lamió su mano saliendo al patio de manera obediente.

 El cuarto hokague se encontraba arreglando los últimos detalles de sus deberes, cuando vio venir de manera divertida a uno de los ocho grandes amores de su estudiante.

-¡Hola Buru! - hablo contento recibiendo al can que caminaba hacia el, desemparejando la tierra que tanto le había costado aplanar. Aun así, se arrodilló para revolver su pelo, sonriendo al ver como el noble ser se acostaba a sus pies.

-Aw que lindo.- opinó encantado, abrazando a la invocación que simplemente se levanto y camino hasta la esquina del patio dejando al hombre con un aura depresiva.

-No se como lo hace Kakashi, nunca se quedan conmigo. - se quejó antes de ponerse de pie.- ; por lo menos ya ter-

Su boca se abrió grande y el espíritu le cayo por los suelos al ver semejante desastre a su alrededor, todo producto del movimiento de ese gran niken que ahora movía la cola feliz de haber servido a los deseos de su amo.  

El ninja de la mascara rió, sacudiendo sus manos al terminar su tarea en la pieza que compartían.

-Bien, solo faltan los problemas iniciales. Necesito un vaso de agua. -se dijo a si mismo, trasladándose a la cocina de manera simultanea en que Minato entraba en la habitación.

-No puedo creer que acabara. - externo un rubio lleno de tierra, volteando al no ver a nadie. - ¿Kakashi? 

Giró el rostro buscándolo sin resultados, enfocándose en la puerta de baño. 

-Necesito una ducha, luego le preguntare porque Buru me odia.- concluyo como todo un genio, sacudiendo su cabeza de manera afirmativa y entrando a la regadera minutos después.

El  niveo regreso a la recamara, tumbándose boca arriba y rodando un par de veces antes de tomar asiento, combatiendo imperiosamente con su flojera.

-Um...¿debería lavar la ropa o los trastes primero? El lavadero esta muy lejos...

Al tiempo que pensaba esto, el agua mojaba la piel tostada del otro, que se aseaba con premura. No solía tomar baños largos, mucho menos teniendo la necesidad de desahogarse con su querido peliplomo. Por esta razón no se había detenido a buscar ropa, enrollándose la suave tela a las caderas para cubrir lo necesario. 

El rubio salio del cuarto de baño con una toalla a la cintura , ajeno a los pensamientos del menor. Kakashi, listo como siempre, volvió sus ojos al atrayente torso desnudo del trigueño, sonriendo de medio lado.

-Definitivamente, me han dado ganas de lavar - comentó divertido, paseando descaradamente la vista por los cuadrantes del abdomen canela, haciendo a su pareja sonrojarse con ferocidad.

Tan pronto pudo procesar lo que pasaba, Minato se tapó con ambas manos, regresando deprisa al baño no sin antes tomar un conjunto de los cajones.

-¡No me mires así! - chilló avergonzado tras la puerta, escuchando una sensual risita del peliplata.

-Oh, vamos sensei. Era una broma. Además, somos novios, no tiene porque sentir pena.

-¡No me importa! ¡No mires! - el Hatake contuvo otra carcajada al oírlo quejarse, recargando la espalda contra la pared. Minato era demasiado adorable.

-Bien, esperare a que este listo.

-Bueno...- respondió no muy convencido, retirando la tela para secarse y comenzando a calzarse la ropa.

El albino esperaba en la misma posición, imaginando a su ojiazul vestirse con un enorme rubor, pensamiento que llamo su atención a tal grado que miro el pestillo indeciso.

Se encogió de hombros segundos despues, tomándolo para abrir la puerta con suavidad.

-¡¡KAKASHI!!

El grito lo hizo parar en seco, volviendo inmediatamente a su postura original con los cabellos de punta.

Misión fallida.

Pero un Hatake nunca se rinde, no sin saciar sus deseos de saber.

Se puso de rodillas, gateando hasta quedar frente a la puerta y enfocando su vista en el orificio del cerrojo.

Cuando la imagen entre el vapor parecia aclararse un destello rubio llego a su retina, cegándolo por  valiosos segundos, sin darle tiempo a reaccionar cuando la puerta se abrió de golpe tirándolo al suelo.

-¿Me estabas espiando, Kakashi kun?.- la voz rasposa golpeó sus oídos, haciendo vibrar su columna vertebral.

-N-no

-Oh, claro que lo hacías...- afirmo el cuarto sentándose entre sus piernas y tomándolo por la cintura.

-¡Que no! - rebatió lo más seguro que pudo, mordiendo su labio para no suspirar por el toque.

-La curiosidad mato al gato, Kakashi kun.

-¿Y usted va a matarme? - se burlo divertido, notando el brillo de los azulados orbes junto a un beso en su cuello.

-No, que va...- las manos del Namikaze lo sujetaron  por las caderas, levantándolo hasta la cama, unos metros mas atrás. -; voy a hacer algo mejor...

El ojinegro se coloró al sentir la lengua de su novio en su mejilla, delineando luego sus labios.

-Así no tendrás porque espiar...

Arrancó de un tirón su chaleco, levantándole la camisa.

-S-sensei

-Me mentiste Kakashi y hasta que no confieses ...- las palmas recorrieron su torso níveo, sacándole un dulce sonido. - ; te tendré que castigar...

El nombrado trago duro sin saber como sentirse ante esas palabras.

Tal vez si habia llegado muy lejos, lo presintió al ver como el astro solar se deshacía de su capa.

Iba a ser una larga noche...

¡Hola! Quisiera agradecer a todos su lectura y seguimiento, con una disculpa por mi época de fantasma. Tuve problemas para actualizar, así que como evasiva les tengo esta parte medio traviesa xd (y una imagen bien recibida de Minato, aunque a Kakashi no le guste esto)

Kakashi: exacto >:v

Si, bueno, todos sabemos a donde va a terminar esto 7u7

Decidme, ¿Creen que Minato lo haga confeasar o Kakashi aguantara el "castigo"? 7w7

Si os gusto regalenme una estrellita :3 

En caso de que no, ¡Vengan los tomatazos! 

PD: Se que debo muchas continuaciones pero mi cerebro no suele hacerme caso y hace lo que se le da su real gana :"v . Ahora que tenga algo de tiempo le obligare a cumplir con sus obligaciones xd

¡Muchas gracias por leer!

Shuyaneko~  

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