En una mañana tranquila, en la cual la vida cotidiana iba continuar tal y como estaba escrita.

En ese momento fue cuando todo cambio, pues nadie pudo explicar lo que paso a continuación.

La CNN estaba trasmitiendo a toda la nación, pues un vórtice de fuego y caos empezó a alzarse en el cielo de Los Ángeles.

Todas las personas solo pudieron dirigir su mirada hacia el cielo, pues un cuerpo luminoso empezó a salir de aquel vórtice.

Por un segundo todos sintieron una paz comparable al nirvana, pues aquel cuerpo desprendió una calidez divina.

Pero esa tan hermosa sensación no duro, ya que finalmente lograron ver todo el panorama completo.

El cuerpo que estaba cayendo estaba siendo devorado por criaturas sin explicación alguna, nadie podía describir la clase de monstruos que estaban saliendo desde aquel abismo.

De repente una parvada de seres voladores comenzó a salir de este vórtice, acompañando al cadáver del ser celestial.

Estos empezaron a cantar en coro una oración divina:

"Padre nuestro, que ya no estas en los cielos. Maldecido sea tu nombre, llévate consigo su reino. Que no se haga tu voluntad ni en el cielo ni en el infierno. Déjanos comer tu carne en este día, castiga a los pecadores, como así nosotros éramos castigados por ellos. Déjanos caer en la tentación y libramos de todo tu mal. Amen."

Fue un canto que se logro entender en cada idioma de la tierra, incluso los animales que solo se arrastraban pudieron entender aquel canto.

Pero cuando todo se vio perdido, de entre el centro de toda la ciudad apareció un grito infernal.

Las llamas salieron del mismo averno mientras que este levantaba una espada flameante, con la que apunto a todas las criaturas que devoraban el cadáver celestial.

-¡Malditos sean estos paganos que osan comerse el cuerpo del padre, el hijo y el espíritu santo! ¡El infierno castigara a estos seres tan asquerosos que osan tocar mi reino prometido!

De repente un ejército de humanoides carmesís salieron desde las fosas del averno, así iniciando una guerra con aquellos seres luminosos y monstruosos.

Junto a ello, del cielo aparecieron mas seres sin explicación en sus formas. Solo dando a emitir una emisión de cientos de alas.

Ese fue el inicio... del apocalipsis.