Aún falta para que las vacaciones de verano terminen.... estoy muy nerviosa, ya que este será mi último año en la preparatoria. Pero lo que más me pone aún más nerviosa, es que, en dos días, iniciare a trabajar con los chicos de purple flames... eso no me lo esperaba, pero bueno, lo que sí es algo seguro, es que no se si voy a poder trabajar con ellos sin que me ponga nerviosa y más, sabiendo que es iori quien me pone nerviosa, esa mirada tan penetrante y esa aura que desprende, me ponen aun más de nervios... sinceramente, no sé si fue buena idea aceptar este trabajo, bueno.... mientras me paguen todo está bien, sirve que pueda juntar más para mis estudios.

Capitulo 7

Narra mariana

Era de mañana, otra semana que empieza, una última carta de mi hermano, diciéndome lo mucho que me quiere y de lo emocionado que esta de pronto poder regresar a casa, ya que dentro de poco es el aniversario de nuestros padres y.... bueno, lo que más me da gusto, es que pronto volverá a casa.

Hoy iré al estudio de grabación a ayudarlos con las canciones para su siguiente álbum y la verdad es que estoy muy emocionada, solo espero que ya se les haya olvidado sobre su "guitarrista misterioso" o estaré en graves problemas.

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Flash back

- ¡¿qué, que?!

-seré la nueva letrista de la banda

- ¡¿qué, que?!

-que voy a...

- ¡ya te escuché!

-entonces ¿para qué preguntas?

-lo que quiero saber es...-tomo un respiro y siguió- ¡¿en qué demonios estabas pensando?!

-solo pensé que sería divertido en....

- ¡¿qué, que?!

-solo hasta que las canciones sean aprobadas y...

- ¡¿estas loca?! ¿No se te ocurrió en consultármelo a mi primero?

-perdón... es solo que

- ¡¿sabes lo que me hará tu hermano si se entera de lo que hiciste?!

-meh-levantando un poco los hombros con desinterés.

-mariana, tu hermano es bastante temperamental

- ¿no crees que estas exagerando?

-tu hermano es del tipo de sujeto, que golpea todo el equipo de futbol, solo porque te encerró una vez en tu propio casillero-gael caminaba por toda la sala recordando todo lo que el hermano de mariana hacía, mientras se abrazaba así mismo- ¿recuerdas a danny kapinski?

Marina hacia como si tratara de recordarlo-nop

-el sujeto era de tercero de preparatoria y cuando tu hermano se enteró que él te había empujado de los columpios cuando tenías diez años, fue a su escuela y lo golpeo, lo dejo tres semanas en el hospital con un brazo roto, las costillas fracturadas y otras heridas más, por fortuna nunca supieron quien lo había golpeado, pero...-soltando una pequeña risa al recordarlo, pero luego tomo su postura y siguió hablando-ese no es el punto, el punto aquí.... es-tomándola de los hombros- ¿Qué vas a hacer para que nadie más sepa que tú eres su letrista?

-supongo que ya se me ocurrirá algo

- ¡esto es malo, esto es malo! -poniéndose cada vez más nervioso.

-tranquilo.... además, que es lo que podría salir mal

Fin del flash back

Recién estaba saliendo de edificio cuando buscaba por las calles algún taxi que estuviese libre, recordé que antes de que saliera de la disquera, Ryuuzaki me había dado una tarjeta, en donde tenía escrita la dirección del edificio y otra, la cual era un pase para poder entrar sin ningún problema.

Apenas si había dado unos pocos pasos, cuando un auto que pasaba cerca de ella, freno de forma violenta, haciendo que las llantas del auto hicieran ruido y causando que ella se asustara y tirara su bolso de mano.

Un auto deportivo color rojo estaba a pocos centímetros de la acera dejándola un poco asustada-Marie...-la persona que conducía aquel auto, le había hablado, paso solo unos segundos, para que marie se diera cuenta de quien era el que la llamaba.

-i... iori-cuando lo vio, noto que este llevaba unas gafas de sol, muy parecidas a las que usaba alba-me asustaste...-tomando de nuevo su bolso del suelo, él no dijo nada, solo se limitó a bajar de su auto y caminar hasta donde estaba ella.

Cuando estaba frente a ella, noto que sus manos le estaban temblando de nuevo.

-deja de hacer eso-tomando un cigarro de su camisa-me desespera que hagan eso-viendo que ella se ponía de pie.

- ¡¿alguna vez te han asustado así?!-reprochándole lo que hiso- ¡¿no?! Pues... que bueno- caminando lejos de él-idiota, todavía de que me asusta, se enoja... pues que se cree-siguió caminando con los brazos cruzados, dejando a un pelirrojo confundido.

-será una mocosa, pero... una mocosa muy valiente-una sonrisa ladina se formaba en sus labios. Siguió a marie hasta alcanzarla a la vuelta de la esquina, aún estaba algo molesta, ya que golpeaba el suelo con la punta de sus zapatos y miraba hacia su reloj de pulsera cada cinco segundos.

-con esa actitud-tomándola por sorpresa-lo único que conseguirás es que cualquier taxista se asuste-soltando un poco del humo de su cigarro, mientras ella agitaba su mano, dando a entender que el humo del cigarro le molestaba.

-ja, ja... ¿no te habrás mordido la lengua? -dijo mientras miraba al lado contrario y con los brazos cruzados.

- ¿Qué?

-ah... olvídalo, pocos lo van entender-dándole la espalda.

Siguió esperando a que un taxi se apareciera por las calles, pero ninguno pasaba, desesperada, empezó a caminar lejos de donde estaba el pelirrojo. Mariana siguió caminando, llegando al final de la calle, pero justo cuando pensó que ya no lo veía, escucho que un auto se acercaba lentamente.

-que terca eres-dijo mientras acercaba su auto a ella.

Mariana simplemente lo ignoro y acelero su caminata, para luego detenerse en la esquina y notar que el auto del pelirrojo, había dado la vuelta, la puerta del copiloto se habría y vio que él solo tenía sus manos en el volante y tamborileaba los dedos contra el volante mientras miraba al camino- ¿Qué, no piensas subir? -a mariana no le quedaba de otra, ya que se le hacía (en cierto modo) incomoda toda esta situación, pero.... por otro lado, ya no gastaría en el taxi.

La puerta se cerró y con el cinturón de seguridad ya puesto, el auto comenzó a avanzar. Mariana estaba aun con los brazos cruzados y con la mirada al lado contrario, viendo cómo los edificios se alejaban conforme el auto avanzaba.

-lindo auto...-dijo mientras lo miraba de reojo y algo relajada, ya no tenía los brazos cruzados, ya que ahora estaban sobre su regazo mientras lo miraba de reojo, viendo como el viento revolvía algunos mechones de su cabello, lo cual lo hacían ver bastante bien, pero no solo era la única que miraba de reojo a su acompañante, ya que había momentos en los que él la miraba también de reojo, verla arreglándose su cabello y pasando unos cuantos mechones de su cabello tras su oreja.

Un silencio que era por demás incomodo se apoderaba de ambos, por más que trataba de encontrar algún tema de conversación, nada parecía ser una buena opción, pero el silencio tampoco lo era.

-eh.... ¿es un Ferrari? -fue lo único que se le ocurrió decir, ganas no le faltaban de golpear su cabeza contra el tablero del auto por preguntar semejante babosada (por no decir otra cosa).

El auto se había detenido en un cruce peatonal y la luz roja del semáforo parecía estar tardando una eternidad.

- ¿sabes algo de autos? -una pregunta poco convencional, pero que podría servir para poder romper el hielo.

-no mucho, pero mi hermano es fanático de los autos, desde que era pequeño, le gustaba coleccionar diferentes autos a escala-su mirada se iluminaba con cada palabra-su primer auto a escala, fue un Rolls Royce, modelo 1950-una ligera sonrisa se escapaba de sus labios, ese gesto basto para que yagami la mirara con cierto interés, no tanto porque ella supiera los modelos de autos o por que le comenzaba a decir los diferentes tipos de autos, sino porque cada que hablaba, una chispa de felicidad iluminaba su rostro y lo haca querer seguirla escuchando.... de no ser porque otro auto detrás suyo, comenzaba a hacer ruido con el claxon, indicando que el semáforo había cambiado de luz.

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Estando ya en el estudio, todos estaban ya a la espera de la que sería su nueva letrista, pero todo ese silencio, fue interrumpido por una pequeña discusión dentro de la oficina de ryuuzaki.

- ¿Qué tanto le estarán diciendo a ryuuzaki?-preguntaba kaoru, quien estaba de chismoso y con la oreja pegada a la puerta.

-no lo sé, pero debe de ser algo muy importante-ryoga estaba recargado en la pared, pero aun preocupado de que ni siquiera yagami había llegado, pensando que llegaría tarde, otra vez, como era su costumbre.

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Ryuuzaki acababa de tener una llamada, el problema ahora, era que además de necesitar las siguientes canciones para el siguiente álbum, debía también buscar a un reemplazo para kyosuke, pero el problema aquí, era que aun querían a ese chico misterioso y siendo honesto, aun no sabía ni en donde madres localizarlo o saber si uno de ellos se había comunicado con él.

Estaba tan estresado en esos momentos, que apenas si había escuchado que tocaban la puerta de su oficina.

-adelante-la puerta se abrió y vio a mariana entrar a su oficina y con un pequeño cuaderno en sus manos.

-hola, buenas tardes-marie entro en la oficina- ¿puedo hablar con usted señor Daisuke?

-claro, pero mejor...-recargándose sobre su silla-llámame Ryuuzaki... está bien que soy mayor que tú, pero-riendo un poco para no hacer tan incomoda la situación-si me dices "señor"-haciendo comillas con los dedos-me haces sentir muy viejo-ambos rieron y mariana podía sentir que podía hablar sin tanta formalidad-háblame de tu

-bueno, ryuuzaki-mariana un poco ya relajada-es que quería hablar contigo sobre algo importante-no estaba segura si decirle o no la verdad acerca de alex, pero....

.....

El teléfono comenzó a sonar-espera un momento-ryuuzaki tuvo que tomar la llamada- ¿diga?... ¿Qué...? -la mirada de ryuuzaki cambio a una de preocupación-está bien... veré que puedo hacer.... no, por lo que se, yagami no ha hablado con él o, eso fue lo que él me dijo, pero...bien, hablare con los demás.... si, yo les comunicare lo que suceda.... está bien-la llamada termino-lo siento, pero lo que tengas que decirme, tendrá que esperar, necesito que vengas conmigo a a sala de juntas-mariana se levantó de su asiento y camino detrás de él.

Estando frente a una gran puerta de cristal, vio que ryuuzaki entraba y haciendo señas para que mariana también entrara, al entrar noto que, en medio de la habitación, estaba una enorme mesa de cristal y alrededor de esta, había algunas sillas.

No paso mucho tiempo, cuando los demás estaban también llegando a la sala de juntas, cada uno tomaba asiento.

-caballeros...-hiso una pausa y miro a mariana- y señorita jones, los llame porque tengo algo importante que decirles

- ¡oh bravo, vuelven las despedidas de solteros! -gritaba con emoción kaoru, mientras giraba sobre su propia silla al momento que levantaba sus brazos.

-¡¡¡siéntate bien que aún no he terminado!!!-grito ryuuzaki mientras ponía ambas manos sobre la mesa.

-bien, el asunto es...-un ligero suspiro escapaba de su boca mientras miraba a todos con seriedad-es que aún quieren que ese chico misterioso este con nosotros-al oír eso, mariana no pudo evitar ponerse un poco nerviosa, las manos le comenzaban a temblar y su mirada ahora estaba decaída, yagami noto eso, pero prefirió no decir nada, seguía sin entender el por qué se empeñaban en que contrataran a ese chico.

-pero ni siquiera sabemos en donde vive...-dijo ryoga.

-no, pero seguro...-ryuuzaki se levantó de su asiento-yagami sabe algo-al decir esto, este ya estaba detrás del pelirrojo y con los brazos cruzados.

Yagami lo miraba un tanto molesto, cosa que mariana había notado, por lo que decidido hablar-ah... yo les puedo decir en donde vive-todos miraron a mariana, quien estaba ya de pie-pero.... necesito hablar asolas con ryuuzaki.... por favor-por extraño que parezca, a yagami no le había gustado del todo que ella quisiera habar con ryuuzaki asolas, pero intento mantener la compostura.

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Estando ya ambos en la oficina, mariana comenzó a decirle la verdad acerca de alex y del porque no quería que nadie más supiera lo que tenía que decirle.

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Ambos salieron de la oficina, ninguno decía nada, ambos estaban ya en la sala de juntas, no había pasado mucho tiempo, pero conociendo al pelirrojo, ryuuzaki pensaba que este ya se había ido ya que no es alguien de mucha paciencia, pero para sorpresa suya y la de los demás, este aún estaba en su asiento, pero con los brazos cruzados, mientras que los otros dos, trataban de no hacer nada que lo molestara.

-bien, veo que se están divirtiendo-dijo ryuuzaki-pues bien-mirando a la chica junto a él-espero que te sientas cómoda y.... espero con ansias de saber cuáles son tus ideas para las siguientes canciones-ryuuzaki estrecho su mano con la de mariana para luego dejarla con los tres chicos.

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Estando ya en el estudio, los tres estaban junto a sus instrumentos, mariana estaba sentada en un pequeño sillón y con su cuaderno.

- ¿te diviertes?-kaoru estaba frente a mariana.

-hey.... pues, algo así-mariana había dejado su cuaderno-tengo aquí un par de canciones y.... la verdad no se si sean tan buenas-mostrando su cuaderno algo apenada.

- ¿puedo verlas? -extendiendo su mano, a lo que ella le entregaba su cuaderno. Kaoru tomo el cuaderno mientras se sentaba en el suelo frente a mariana.

Ambo seguían hablando de lo más tranquilo, de no ser, por cierta persona que los miraba de lejos un tanto molesto.

-y.... será mucho preguntar ¿Cuántos años tienes?

-17 aunque pronto cumpliré los 18

- ¿qué día es tu cumpleaños? -la voz de ryoga se había unido a la conversación.

-es el 15 de diciembre

- ¡que emoción, adoro ese mes!-djo kaoru mientras saltaba del suelo con los brazos extendidos.

-tendrás que disculparlo, es un tanto inmaduro, pero.... es buena persona

- ¡oye! -ambos reían por su reacción que no notaron que el pelirrojo y estaba junto a ellos.

-si ya terminaron de hacer sus estupideces-los tres lo miraron algo asustados-tal vez quieran ponerse a ensayar, en vez de perder el tiempo

La diversión había terminado (al menos por hoy), habían pasado ya dos horas y media y tanto mariana como kaoru estaban aun juntos, ambos estaban sentados en el suelo y cada uno con el teléfono en mano, de vez en cuando reían de cada cosa que miraban en sus teléfonos.

-y.... ya está

-igual yo-ambos estaban intercambiando números telefónicos-será bueno hablar con alguien de forma normal

-te diré algo... mis amigos son en gran parte hombres, son muy pocas las chicas con las que hablo y en la escuela, casi no tengo amigas con quien hablar y.... me cuesta trabajo hablar incluso con chicas de mi edad

-me imagino que, siendo una chica tan bonita, tendrá a un sinfín de chicos tras de ti

-pues.... -por alguna razón, a yagami le interesaba escuchar su respuesta-ahora mi único interés, es el de poder aprobar mi examen de admisión a la U

-o sea.... Que ¿no tienes novio?

-pues no.... el ultimo chico con el que estuve pues.... resulto ser un idiota posesivo-dijo con total desinterés-todo un toxico.... tuve problemas cuando terminamos, el sujeto estaba a nada de hacerme algo-mariana relataba lo que había pasado mientras hacía ligeros movimientos con las manos, como si tratara de describir cada situación.

- ¿y que paso? -pregunto kaoru.

-fui yo quien lo golpeo en el último momento-comenzando a reír- ¡le di una patada en los huevos! -volviendo a reír con más fuerza y dejando escapar unas cuantas lágrimas.

- ¿...? -kaoru no podía decir nada, como era posible que ella, teniendo una apariencia tan dulce ¿fuera capaz de semejante cosa?

-luego de eso-dijo, mientras trataba de contener su propia risa- ¡lo empujé haca un charco que había cerca de nosotros y le escupí en la cara! -mariana volvía a reír a carcajadas.

-recuérdame nunca hacerte enojar

-no creo que sea para tanto.... estuvimos saliendo como por dos meses y medio

- ¿y de donde lo conocías?

-cuando estaba en secundaria... pero como te dije, por el momento no estoy saliendo con nadie

Ambos regresaban a terminar lo que estaban haciendo en un principio, mariana aún seguía con su sonrisa al recordad lo que había hecho hace años, mientras que kaoru aun no podía salir de su impresión.

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Ya era tarde y mariana tenía que regresar a su casa, pronto tendría que cambiarse para esta noche.

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Durante dos días, mariana les mostraba sobre las canciones que ella había escrito, pero aún faltaba sobre la música, era algo complicado, pero esos dos días habían sido de mucho trabajo, el componer las canciones había sido bastante divertido (al menos para ella). Pero aún faltaba alguien.... y ese alguien, era alex, ninguno sabia sobre lo que habían hablado ryuuzaki y mariana, pero.... puede que pronto lo sepan.

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Un taxi se estacionaba y de este bajaba un joven de complexión delgada y cabello color castaño, llevaba consigo una mochila de color cafe.

-bien.... a trabajar-fue lo último que dijo antes de entrar y ser recibido por ryuuzaki, quien estaba frente a la puerta.