Capitulo 20 Luna de sangre parte 3
Una pluma negra caía junto a su rostro, el graznido de un cuervo fue lo que alerto a lo demás.
Más y más plumas negras caían sobre ella, mientras uno de ellos se quedaba junto a ella; alguien se acercaba, pues había visto la parvada de cuervos acercarse en gran cantidad y reunirse junto al cuerpo de la chica que yacía inconsciente, viendo como estos la custodiaban, como si la quisieran proteger de algo o.... de alguien,
Capitulo 20 parte 3
Lobo solitario
El aullido de los lobos era cada vez más fuerte, ellos estaban cerca y parecía que era una gran manada de lobos los que se acercaban y en medio de todo, una figura delicada y frágil corría por la vereda del bosque, tenía que correr más rápido o los lobos la alcanzarían... quien estaba corriendo por el bosque, era una niña pequeña, portaba un vestido color rojo; el cansancio la estaba venciendo y pronto ya no le quedaran fuerzas para seguir corriendo, intento seguir corriendo, pues los aullidos se oían cada vez más y más cerca... pero de repente, ella cae al suelo y uno de ellos, el líder de la manada, la confronta y muestra las fauces de sus colmillos, la niña grita al ver que este es un lobo bastante grande y que fácilmente la puede matar.... el lobo abre sus fauces y mostrando sus enormes colmillos, la pequeña niña, suelta un grito de miedo...... su grito se escucha y de inmediato, mariana despierta asustada y con la respiración agitada y sudando frio al sentir ese sueño tan real, las manos le tiemblan y siente el latido de su corazón ir rápido.
Para cuando logra tranquilizarse, nota después que esta sobre una gran cama y de hermosas sábanas blancas de seda que cubren su cuerpo, la habitación está en penumbra, pero la luz de la luna poco a poco ilumina el lugar; mariana buscaba su celular y lo encuentra sobre una mesita de noche, viendo que eran exactamente las 8;30 de la noche y que ha estado inconsciente por dos horas y media. Al tocar su rostro, nota que tiene un par de curitas en su rostro, uno en la mejilla derecha y el otro en el puente de su nariz, al querer levantarse de la cama, mariana no puede evitar sentir un dolor en sus piernas, pues al ver con la luz de su teléfono, ve que también tiene curitas en algunas partes de sus piernas y otras pequeñas heridas en los brazos, las cuales eran meros raspones por la caída........ recordando por fin lo que había pasado.
Estremeciéndose por esos recuerdos que la volvían a su mente y sobre todo... recordarlo a él. Cuando ella se levanta, trata de buscar un interruptor de luz e iluminar la habitación, pero al encontrarlo, se da cuenta de que no hay electricidad, por lo que, armándose de valor, camina fuera de la habitación con sumo cuidado y con su celular, ilumina el pasillo, solo para darse cuenta, de que aún seguían algunas cosas tiradas. Mientras caminaba por los pasillos, escucho el crujir de la madera quemándose en el fuego y al llegar a las escaleras, noto que había una luz, algo tenue, pero que lograba iluminar parte del pasillo, bajando despacio fue que logro ver una sombra más y que al llegar al último escalón, fue que se asomó por la puerta de la habitación y vio al dueño de la mansión.... Iori.
Al verlo, este se percata de la presencia de la chica, quien se asusta y solo lo ve como el pelirrojo se acerca a ella, mientras sus manos y piernas le temblaban, pues aún tenía miedo de que se repitiera o mismo de hace unas horas.
Estando cerca, fue que se dio cuenta que ella lo miraba con miedo y que cuando estaba a nada de estar frente a ella, vio como la chica daba un paso hacia atrás- ¿Qué sucede? -la chica no responde y simplemente retrocede hasta estar cerca de la puerta principal- ¿piensas irte tu sola? -pregunto yagami.
Mariana sigue sin decir nada, desviando la mirada, pues las lágrimas aun caían por su rostro, al cerrar los ojos, es como las imágenes vuelven a asustarla y haciendo que ella no pueda controlar su llanto; yagami la mira y con pasos lentos, es como se acerca a ella y la toma entre sus brazos.
Narra iori
Al tenerla junto a mí, es que puedo sentir como su cuerpo tiembla, el silencio que hay en la habitación, hace que escuche con claridad sus sollozos, pero poco a poco, su cuerpo se relaja.
- ¿ya estas mejor? -pregunto con calma, pues no quiero asustara más de lo que ya está. Ella asiente con la cabeza, sin siquiera mirarme a los ojos, a lo que poco a poco la suelto y miro como se aleja un poco de mí.
Estuvimos en silencio por un par de minutos, hasta que un maullido nos trajo a la realidad, pues junto a nosotros estaba aquel gato gris; mariana lo vio y se inclinó para tomarlo.
-gracias... -mirándome aun con el rostro enrojecido-por cuidarlo...
No dije nada y simplemente, tome las llaves de mi auto; salimos del lugar, no importándome que ni siquiera me moleste en cerrar bien las puertas de la mansión, pues.... nadie se atrevería a venir a esta propiedad y menos a estas horas.
La tuve que guiar hasta mi auto, por suerte no estaba lejos, pero no quería que se lastimara, pues las luces que debían iluminar el camino principal estaban apagadas; la ayude a subirse para luego subirme y salir del lugar.
La única luz, era la de los faros de mi auto, el cual por el empedrado del camino hacían ruido contra los neumáticos, haciendo del trayecto mucho más incómodo.
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Llegando al edificio eveergren, yagami la ayudo a bajarse del auto, ella simplemente le dio las gracias y subió por los escalones, despidiéndose de él y dándole las gracias de nuevo por cuidar del gato, abriendo la puerta principal y entrando sin ningún ruido.
Cinco días después de semejante experiencia, mariana estaba escribiendo algo en su libreta, pues aun después de lo que paso, no había podido dejar de escribir ciertas frases que le podrían servir para la última canción que le faltaba.
Nadie entendía por qué, pero mariana haba cambiado su actitud, pues cada que ella estaba cerca del pelirrojo, intentaba de todo para que nadie se alejara de ella o simplemente, ella hasta trataba de no cruzar palabra con él, también, cuando alguien le preguntaba sobre los raspones que tenía en la cara y en sus rodillas, ella decía que no era nada que simplemente se había tropezado con algo camino a su casa, intentando siempre de cambiar el tema.
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Saliendo del edificio, mariana se había ido sola, despidiéndose de los demás, bueno, casi todos; caminando sola hasta la siguiente parada de autobús, pues aún tenía cosas por hacer antes. Esperando hasta que llegase su transporte, matando el tiempo mirando su celular y viendo muchas de las cosas que sus amigos compartían en redes sociales.
Unos pasos se escucharon cerca, mariana no tenía idea, pero alguien más estaba caminando hasta donde ella estaba.
Flash back
Solo había pasado un día, yagami aún había tenido que ir a la mansión, pues tenía que despejar su mente de lo que sucedió la noche anterior; pues no se sacaba de la mente, la imagen de mariana asustada.... las flamas brotaban con furia de sus manos, destrozando cuanto objeto tenía para poder entrenar y reduciéndolos a cenizas.
Su celular sonó, pensando que pudiese ser su padre, estaba por destrozarlo (otra vez) pero al ver que era una llamada de ryoga, contesto- ¿Qué quieres? -pregunto de mala gana.
- ¿está todo bien?
-solo di lo que quieres, estoy ocupado
-solo te llame para saber cómo estabas....
-estoy bien ¡¿satisfecho?! Ahora déjame, que no estoy de humor
-b.... bien... es solo que.... mariana se preocupó mucho por ti ayer que me pidió tu dirección y....-al oír eso, fue como reacciono de golpe.
- ¡¿qué hiciste, que?!
-que le di a dirección de la mansión que tu familia tiene en esta ciudad...-yagami no dijo nada, solo se limitó a escucharlo por teléfono-me dijo que tú la llamaste pero que tu voz se escuchaba algo rara-fue en ese momento cuando yagami reacciono.
Fin del flash back
Con las manos dentro del bolsillo, yagami camino hasta donde se suponía, mariana tomaría el autobús.
-aún debe de estar.... su autobús aún no pasa-pensó mientras se acercaba lentamente.
-mariana...-la chica tomo su teléfono del suelo, notando que sus manos le comenzaban a temblar.
Mirando de cerca, fue que la noto nerviosa, pues al intentar acercarse a ella, fue que vio que ella dio dos pasos hacia atrás, alejándose de él y caminar lo más rápido que podía, alejándose de él lo más rápido que podía.
Flash back
El día que paso todo, yagami estaba entrenando, pues tenía que hacerlo ya que pronto se acercaba la fecha para un torneo, para el cual había sido invitado; hasta ese punto, todo estaba bien, pero algo lo perturbaba, pues desde hacía días, había visto a la pecosa salir muy seguido con el idiota de alba, cosa que al principio no le importo, pero de solo ver como este la trataba con tanta confianza y que ella se sonrojaba con solo estar cerca de ese sujeto, le hacían hervir la sangre.
La furia lo invadía, haciendo cada vez más y más violentos sus ataques, pues el fuego que brotaba de sus manos era cada vez más grande; yagami entro en un estado de furia incontrolable, pues cada que cerraba los ojos, creía poder verla a ella, a lado de ese sujeto y en más de una ocasión, su mente le jugaba una mala pasada, pues le hacía creer que ella estaba junto a ese sujeto, viendo como este la tomaba entre sus brazos, acariciando cada parte de su delicado cuerpo, besando sus labios pintados de carmín mientras ella gemía de placer .y decía entre gemidos, el nombre se ese idiota.
- ¿por qué te preocupa? no me digas que te estas enamorando de ella-otra vez esa voz...-vaya que eres patético.... pensar que el heredero del clan de la luna se está dejando llevar por sus emociones.... -era imposible ignorar esa voz, era extraño, pues según él, ya no tenía que haber quedado nada de "él" después de que lo vencieron hace tres años-acaso quieres que te recuerde lo que le paso a...
Intentando controlar lo poco que había quedado de su maldición, trato de controlarse, pues un seguía escuchando esa voz.... la misma que escuchaba cuando entraba en el disturbio de sangre y que le incitaba a llegar a un punto en el que su poder era incontrolable.
Cuando logro concentrarse, busco su teléfono e intento llamara a la chica... hasta ese punto, todo estaba bien, de no ser por que poco a poco, comenzó a toser y al colocar su mano sobre su boca, vio que de nuevo era sangre; intento controlarse, pero cuando escucho la voz de mariana llamándolo y preguntándole si estaba bien, este intento decir algo, pero su voz se distorsionaba cada vez más que tuvo que terminar la llamada.
Fin del flash back
Mariana se alejó lo más que pudo de él, intentando perderse entre el mar de gente que había a esta hora; pensando que tal vez lo había perdido, fue que se dio cuenta que estaba equivocada, pues al dar la vuelta en una esquina, fue que choco contra él.
-bien... fue suficiente-la chica lo vio algo asustada, pues parecía estar viendo al mismo demonio que vio hace días.
Lejos de donde estaban, había una parte en donde no era muy transitado, por lo que era momento de aclarar ciertos puntos.
-bien... ahora me dirás-acorralándola contra la pared-que demonios sucede contigo...-tomándola del mentón y haciendo que lo viera a los ojos
Ella sigue sin decir nada, pues sus ojos están cerrados y con la mirada baja, teniéndolo cerca y con miedo de que este vuelva a ponerse violento frente a ella. Una lagrima resbala por su mejilla, cayendo y viendo que su cuerpo tiembla.
-y.... yo...-mariana estaba por hablar, pero un sonido la distrajo.
- ¡las manos donde las pueda ver! -un sujeto apuntaba con un arma al pelirrojo, mariana noto que el arma estaba apuntando a la cabeza del pelirrojo; un sujeto desalineado estaba junto a otros dos que lo acompañaban y que también traían armas, solo que estas, eran navajas.
Yagami tomo a la chica contra su pecho, pues lo que menos quería, era que ella saliera lastimada-muy valiente con esa arma -dijo el pelirrojo al momento de observar a ambos lados.
-y lo dices así nada más-cargando el arma-entreguen lo que tengan y tal vez-haciendo una seña a sus demás compañeros-no les hagamos tanto daño...
Analizando bien la situación- ¡agáchate -la chica obedeció y de un movimiento rápido, tomo al sujeto del brazo, por reflejo, había apretado el gatillo, haciendo que la bala se proyectara y diera contra la pared, noqueándolo por completo y arremeter contra los dos que quedaban, uno de ellos había salido corriendo, mientras que el otro, había tomado a la chica y amenazándola con la navaja- ¡aléjate! Si no quieres que se muera-teniendo la navaja muy cerca de su cuello.
- ¡miserable!...
Mariana estaba a merced del otro sujeto... tenía que hacer algo, pero ya!!!
El sujeto creía haberle ganado, pues pensaba que ella no podía hacer nada... no fue sino hasta que ella, de un rápido movimiento, logro enterrar sus uñas en el brazo del sujeto, quien, por instinto, soltó el arma, arrojando a la chica contra el suelo y lastimándola.
Lo que ella había hecho, le dio la oportunidad de golpearlo, hasta dejarlo inconsciente.
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Caminando ahora con mariana sobre su espalda, fue que ambos salieron del lugar.
Hace unos minutos
- ¿estás bien? -extendiendo su mano.
Mariana extendió la suya y poco a poco la tomo-gracias...-al levantarse fue que noto que, debido a la caída, había abierto su herida en la rodilla, la misma que se había hecho cuando se calló en el camino boscoso-ouch... creo que no-mariana soltó una pequeña risa. Al sacudirse la ropa, fue que yagami se hinco frente a ella, quien estaba más que confundida-eh.... ¿Qué haces?
-te llevare a que te cures esa herida
-pfff no es para tanto... solo es un raspón, nada más-mariana no quería que se preocupara por eso, pero él seguía insistiendo, por lo que ella acepto y acercándose poco a poco, fue que rodeo sus brazos en el cuello de pelirrojo y se apoyó sobre su espalda.
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En el mismo bosque ella había visto en sus sueños, la pequeña se encontraba frente al enorme lobo que abría sus fauces y mostraba sus afilados colmillos, pero el lobo, lejos de hacerle daño, solo quería que le ayudara a retirar un pedazo de corteza de árbol que tenía entre sus colmillos y que le lastimaba, la pequeña se acercó y le ayudo a quitárselo, cuando termino, el lobo movía su esponjosa cola de felicidad y le daba pequeños lengüetazos en agradecimiento.
La pequeña reía y veía que los demás lobos se acercaban a ella; la manada de lobos la llevaban a su pueblo, que era de donde pertenecía, siendo llevada por el líder de la manada sobre su lomo y siendo custodiado también por sus camaradas. Al bajarse del lobo, estos la siguieron hasta la pequeña cabaña, en donde sus padres la esperaban, la pequeña, junto con sus padres, se despedían de los lobos mientras estos se alejaban poco a poco, adentrándose una vez más en el bosque.
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