Four.
El día esperado.
Con cuidado se quitó de encima del cuerpo femenino que lo veía con una pequeña sonrisa.
—Como me encantas...
Murmuro la rubia tomando la sabana para cubrirse el cuerpo lleno de marcas rojas y mordidas, Draco no evito sonreír con arrogancia tomando la camisa blanca que tenía suaves manchas de labial con ayuda de magia las logro eliminar dejándola como nueva.
—Y tú a mí, Cher.
Le lanzo un guiño comenzando a vestirse, miró el reloj en la muñeca izquierda soltando un gruñido al ver la hora, a pensar y lograría dormir unas cuantas horas antes de tener que arreglarse para ese esperado día:
El día de su boda con Amber Burke, algo que estaba previsto desde hace años y que el mundo mágico esperaba con curiosidad, dos grandes familias que estarían unidas dando inicio a una nueva generación de sangre puras.
—Draco... ¿Realmente te tienes que casar con esa tonta?
Inquirió la menor con un pequeño puchero hablando con superioridad.
—Cher, ya hemos hablado de esto, por favor...aún te seguiré viendo, solo...entiéndeme, no puedo dejar a Amber...
Si le preguntaran a Draco que sentía por Amber, él no sabría responder, cierta parte la amaba y la deseaba, pero otra parte tenía un deseo más fuerte por la rubia que estaba en la cama frente a él, estaba dividido.
¿Sería demasiado egoísta seguir con las dos?
Hasta ahora nadie sospechaba de la relación que mantenía con la prima de su prometida, ambos eran demasiado discretos logrando ocultarlo por más de un año.
Cher era lujuria pura, demasiado sexy y con cualquier cosa lograba provocarlo, era evidente que terminaría cayendo ante ella, resultaba tan tentadora como un dulce para un pequeño niño; un dulce que él podía tener con tan solo una mirada.
Por otro lado; Amber una mujer dulce e inocente, sumisa que cumplía con todas sus fantasías sexuales dejando que tuviera el control por completo y brindarle una gran calidez que provocaba un aleteo en su estómago.
Las dos caras de una moneda, la moneda que Draco Malfoy deseaba para siempre, no quería tener que elegir solo a una, quería ambas y haría todo lo posible para obtenerlo.
Claro que estaba siendo egoísta, pero desde chico le enseñaron a obtener lo que él deseara y así era su forma de vivir.
—Entonces... ¿Nos vemos en la boda?
Cher había aceptado esa relación sabiendo lo poco que le podía ofrecer Draco, era un secreto, pero en el fondo solo tenía un objetivo:
Tener todo lo que Amber tenía.
Desde chicas fueron como hermanas, con la gran diferencia que Amber Burke era la niña dorada, siempre resaltando, siendo la nieta consentida y creciendo en una familia de sangre pura y millonaria que podían brindarlo todo, nunca tuvo dificultades en la vida, algo que Neumann no consideraba nada justo, porque su prima no lo merecía, no sabía aprovecharlo con esa actitud de estúpida, ni siquiera era tan lista como ella lo era, y si era necesario empezaría por quitarle a la persona que más amaba:
Draco Malfoy.
Uso toda su inteligencia para impresionarlo, logro saber lo que le gustaba y le molestaba para volverse la mujer perfecta para él, claramente le oculto que su padre era un squibs y siempre utilizo el apellido de su madre: Salma Neumann, una bruja de sangre pura, que para su desgracia no tenía tan buena solvencia económica.
Lo único que necesitaba, era lograr que Amber le cediera todos los bienes a Draco, se encargaría de deshacerse de su querida prima, y obtendría lo que siempre soñó.
—Cúbrete esas marcas —señalo con el mentón las que adornaban su cuello—, nos veremos en unas horas.
Malfoy se acercó a ella para depositar un suave beso en los labios que tanto le encantaba probar, era tan embriagante, pero, tuvo que juntar todas las fuerzas posibles para separarse y alejarse dejándola completamente sola.
[...]
Termino de hacer el nudo de la corbata para tomar los gemelos de oro sobre el mueble junto a la cama y colocarlos en los puños de la camisa blanca, inhalo una gran cantidad de aire al sentirse nervioso, no todos los días se casaba con... ¿el amor de su vida?
No estaba seguro de llamar a Amber de esa forma, tal vez sí, pero al pensar en eso llegaba el recuerdo de Cher... ¿podría tener dos amores en su vida?
Realmente Draco, sentía que no dañaba a nadie o bueno, no se daba cuenta del gran daño que podría causar si descubrían ese pequeño secreto, siempre se consolaba con repetirse una y otra vez que era un Malfoy, y los Malfoy siempre hacían lo que querían y obtenían todo con solo quererlo, según él, era parte de su naturaleza.
Aparte, miles de hombre tenían dos o hasta más mujeres en sus vidas...
¿Por qué él no podría?
Mientras solo tuviera hijos con su esposa, todo estaría bien.
—¿Ya estás listo?
La puerta se abrió dejando ver a una castaña de ojos azules que lo observaba con curiosidad.
—¡Eris, te he dicho que toques la puerta!
Riñó el rubio viendo a su amiga, Eris Donnovan, la única persona que conocía sus peores secretos, y a pesar de todo seguía a su lado tratando de siempre aconsejarlo lo mejor posible.
—Deja de hacer drama, princesa.
Paso las palmas de sus manos sobre el vestido morado alisando los pliegues mientras se sentaba en la cama y veía al hombre frente a ella.
—Eso es una falta de modales, Eris —se sobo el puente de la nariz y tomo el saco negro que, hacia juego con el pantalón del mismo color, el traje se atenuaba bien a su fornido cuerpo, resaltando los músculos de la espalda y brazos, el color causaba que la piel se viera más pálida y el cabello casi blanco —...pero, si, ya estoy listo.
—¿Llevas los anillos?
Draco mostro una pequeña caja negra, la chica asintió de manera positiva.
—¿Dejaste lista las reservaciones para la luna de miel?
—Evidentemente lo hice...
Se estaba frustrando ante tanta pregunta que resultaba obvia pues había sido demasiado meticuloso con esas cosas.
—¿Te encargaste de Cher? —Malfoy enarco la ceja—...sabes que no estoy de acuerdo con esa relación que tienes...pero, espero que al menos hayas hecho lo posible para que ella no haga ninguna escena que te arruine la boda.
—Hable con ella, sabe muy bien su lugar —se encogió de hombros—, no hará nada para arruinar este día.
—Espero tengas razón —acepto la mano que le ofrecía su amigo para ponerse de pie y dedicarle una linda sonrisa—...felicidades...
—Gracias.
Draco no era muy expresivo, pero ella sabía que le agradeció de corazón ya que su mirada se suavizo por algunos segundos.
Sin detenerse a conversar salieron de la habitación que le habían asignado al Malfoy en la misión Burke, donde se celebraría la boda.
Al terminar de bajar las escaleras, Draco distinguió que el salón principal estaba hermosamente decorado en tonalidades blancas y plateadas brindándole un aire de elegancia, los elfos y mayordomos llevaban a los invitados al jardín donde sería la ceremonia.
—No puede ser...
Escucho la voz de Eris detrás de él, y se dio la vuelta para seguir la mirada de su amiga y toparse con el problema, maldijo por lo bajo al ver lo que su amante llevaba puesto.
—Más te vale solucionarlo...ese vestido dejara mucho de qué hablar.
Draco por primera vez le dio la razón, así que asintió y se acercó a grandes zancadas a la mujer rubia.
Cher usaba un vestido de un color demasiado parecido al blanco, incluso era largo dándole el aire de ser ella la novia, incluso hasta su maquillaje era algo natural, todo lo contrario, a como siempre lo usaba, y estaba casi seguro que ese estilo lo vio en algunas de las revistas que Amber le mostro cuando escogía el vestido y todo lo necesario para la boda.
Draco se fijó que nadie los estuviera viendo y la tomó de la muñeca obligándola a caminar al cuarto de servicios donde algunas veces descansaban los elfos, había dos a los cuales miro con asco para correrlos de ahí y darles la orden de que no dijeran nada y se alejaran de ahí.
—¿Me puedes explicar porque demonios utilizas eso?
Cher enarco la ceja al verlo cerrar la puerta y reconoció su tono, estaba molesto.
—¿Qué? ¿Esperabas que viniera desnuda o qué?
Draco la miro con ira en los ojos grises apretando la mandíbula.
—Cher, sabes a lo que me refiero...tu vestido...pareces la...
La rubia sonrió dándose cuenta que logro su objetivo.
—¿La novia? —Draco la miraba con seriedad y ella se acercó pasando las manos lentamente por su torso, él trago un poco de saliva al sentir sus caricias, eran suaves y sentía como si los finos dedos quemaran por encima de la ropa — ¿A caso no me veo bien?
—Cher...por favor — murmuro sin evitar cerrar los ojos al sentir los húmedos besos de la más baja sobre su cuello, en algunos momentos succionaba rozando los dientes con su sensible piel —...estoy por casarme...
—Falta más de media hora —con maestría bajo la mano por el abdomen para llegar a la bragueta y acariciar formando círculos invisibles —...podríamos aprovecharla...Amber aún no estaba lista...
—Te detesto tanto...
Susurró dejándose envolver por la sensual voz y las calientes caricias que aumentaban su deseo cada vez más.
❂❂❂
Amber se miró en el espejo para sonreír a su propio reflejo, le gustaba como se veía, el velo caía delicadamente cubriéndole el fino rostro, no podía creer que por fin hubiera llegado el día más feliz de su vida.
La puerta de la habitación se abrió dejando ver a un hombre castaño con algunas canas en el cabello.
—¿Estás lista, cariño? — se acercó acariciándole los hombros —, te ves demasiado hermosa, ___ —los ojos se le cristalizaron viendo a su hija con el vestido de novia, ya no era más una niña pequeña si no una mujer apunto de contraer matrimonio —... no te imaginas cuánto.
—Gracias, papá —sonrió dulcemente dando la vuelta para abrazarlo —...estoy algo nerviosa, como me gustaría que mamá estuviera hoy.
—A ella le hubiera gustado ver lo hermosa que estas — alzo el velo para ver sus brillantes ojos jade —, eres tan parecida a ella, mi amor.
—Siempre has dicho eso.
—Bueno, basta de sentimentalismos — limpio las rebeldes lagrimas que escaparon de sus ojos —...ya es hora, está por iniciar la ceremonia —dejo un casto beso sobre su frente —, seguramente Draco te estará esperando.
—Sí, vamos.
Amber entrelazo su brazo con el de su padre para salir de la habitación, y recorrer el oscuro pasillo de la mansión Burke, la boda se celebraría en el gran jardín trasero seguramente ya habría muchos invitados ya que ambas familias pertenecían a los sagrados veintiocho por lo que era demasiado populares en el mundo mágico.
Antes de llegar a la puerta que daba vista a la cocina por donde la novia se dirigiría al altar para no toparse con Draco, Mason se detuvo.
—Olvide mi reloj en la habitación —soltó el brazo de la menor y le lanzo una mirada de disculpa —, espérame unos segundos en lo que regreso ¿sí? —informo dándole una mirada de disculpa—. No tardo nada.
—Sí, papá, no te preocupes, yo espero.
La cobriza vio como su padre subía de forma rápida las escaleras, se sentía demasiado nerviosa, pero al mismo tiempo feliz, por fin se casaría con su amado Draco, todos esos años de espera valieron la pena.
Quizá todo el mundo consideraba a Draco Malfoy una mala persona al igual que su familia, pero después de la segunda guerra mágica ellos habían cambiado por completo, eran otras personas y especialmente el rubio menor, era tan amoroso con ella, la trataba como si fuera toda una princesa cuando estaban a solas, algunas veces era algo seco, pero su personalidad siempre fue así, tampoco haría mucho por cambiarlo ya que se enamoró de él siendo así.
Escucho algunos ruidos extraños que llamaron demasiado tu atención, parecían ser jadeos y respiraciones agitadas como si alguien estuviera haciendo ejercicio o siendo torturado por algo, sin pensarlo camino unos cuantos metros para llegar al cuarto de servicio donde a veces los elfos domésticos dormían.
Al abrir la puerta un jadeo de sorpresa escapo de sus labios y los verdes ojos se llenaron completamente de lágrimas sintiendo su corazón romperse en miles de pedazos para después ser pisoteado una y otra vez hasta volverse polvo, no creía lo que estaba viendo.
La rubia estaba recargada de la pared con el vestido arriba de la cadera, mientras él la sostenía de la cintura y se encontraba con el pantalón y bóxer en el suelo.
—No...no....no —musito Amber con la voz cortada a punto de romper el llanto — ¡Ustedes no!
—¡Amber! — Draco observo a su prometida con arrepentimiento — ¡Amor, puedo explicarlo!
—¡¿Explicar qué?! — las calientes lagrimas escurrían por su rostro — ¡¿Qué estas cogiendo con mi prima?!
El Malfoy se separó de la morena para acomodarse los pantalones mientras ella se arreglaba el vestido.
—Amber, estas confundiendo las cosas...has visto mal — trato de excusarse Cher con una sonrisa inocente —...Yo nunca te haría eso.
—¡¿Y lo que acabo de ver que es, Cher?! — grito y al ver que Draco se acercaba a ella se hizo hacia atrás — ¡Estaban cogiendo en mi propia casa y el día de mi estúpida boda! ¡Los dos son unos malditos traidores!
—Amber, por favor, cálmate — pidió Draco siguiéndola —, no hagas un escándalo, los invitados ya han llegado.
—¡¿Un escándalo es lo que te preocupa?! — la cobriza se quitó el velo con furia — ¡Te acabo de encontrar engañándome y el maldito escándalo es lo que te preocupa! ¡Merlín, eres un vil cínico! — le aventó con furia el velo al pecho — ¡No sabes cuánto te odio!
—Amb, por favor no seas dramática — pidió Neumann acercándose mientras ponía los ojos en blanco —...solo fue una vez, no es para que te alta...
La rubia no pudo terminar de hablar porque la fina mano de Amber Burke termino en su mejilla izquierda dejando una marca rojiza.
—¡Y tú eres una maldita zorra! ¡Eres mi prima, como mi hermana y te metiste con mi maldito prometido! — le dolía el pecho como si la acabaran de apuñalar, quería que todo fuera un sueño y que las dos personas en las que más confiaba no la hubieran traicionado de esa forma — ¡Confié en ti! ¡Varias veces te abrí las puertas de mi casa, te apoyé en todo! ¡Eres una maldita perra desagradecida!
—¿Qué está pasando? — Narcissa Malfoy se acercó viendo la escena, su futura nuera sin velo y llorando, Draco con una mirada de arrepentimiento y labial en la cama, Cher se encontraba despeinada y varias marcas rojas adornaban su cuello — ¿Qué son todos esos gritos?
—¿Qué está pasando? — pregunto de forma ironía Burke — ¡Tú estúpido hijo se acostó con esta maldita zorra! ¡Y tienen el cinismo de decirme que me tranquilice!
—Por Merlín —musitó Narcissa sin creer lo que decía —, los tres cálmense, la casa está llena de invitados y reporteros del profeta, así que vamos, después de la ceremonia se arreglaran, son cosas que pasan en todos los matrimonios.
Pidió al ver como algunos curiosos comenzaban a acercarse debido a los gritos y sollozos de la cobriza que se encontraba completamente destruida.
—¿Crees que va a haber una boda? — la mujer con vestido de novia se quitó la sortija de compromiso — ¡Yo no pienso continuar con esa estupidez! ¡No voy a tolerar que Draco me haya engañado!
—¿Cómo que ya no va a haber boda? — Mason Burke termino de bajar las escaleras viendo a su hija tan alterada — ¿Qué demonios le hiciste a mi hija, Malfoy?
El mayor tomo de las solapas del saco a Draco, Narcissa y Cher trataron de detenerlo, Amber observo a todos por última vez para dejar el anillo y salir corriendo de la gran mansión, ella no podía tolerar más estar ahí, no en ese lugar donde descubrió algo que ojalá nunca hubiera pasado.
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