Otra vez sentía que se ahogaba.
Las penumbras lo abandonaban.
Y aunque la oscuridad le aterraba.
Era donde seguridad hallaba.

El aula se hacía más grande.
Amenazando con aplastarlo.
A medida que avanzaba.
Sentía que no podría controlarlo.

Solo serían unas palabras.
Vacías y memorizadas.
Pero la lengua se le paralizaba.
Al verse atrapado en un mar de miradas.

El monstruo lo acompañó
Sobre sus hombros y por detrás de sus ojos.

Temía lo que no podía saber.
Pensamientos que no podía escuchar.
Rechazos que no podía desviar.
Que lo orillaban a esconderse bajo el sofá.

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Nota de Autor

El reto consiste en escribir un poema que refleje la ansiedad.

-Dalila Garramuño.