FINAL
2 años y medio después
Después de la batalla por el control de la ciudad y la liberación de la misma las cosas empezaron a ser diferentes, la gente de la Periferia y de Chicago empezaron a construir una nueva vida sin barreras que los detuvieran, la gente podía entrar y salir sin problemas.
Todos intentaban seguir con sus vidas en este nuevo mundo que se les estaba presentando, para algunos era una nueva oportunidad de comenzar desde cero y para otros no les era tan encantadora la idea de vivir en un mundo sin facciones pero al final todos se acostumbran -o eso parecía-.
—¿Estas listo?—Kai apareció a lado de Tobias tomando su mano
—creo que sí—le contestó con una media sonrisa y nerviosismo en su tono de voz
Hoy era el día en que Cuatro había tomado la decisión de esparcir las cenizas de Tris, por sugerencia de Kai decidieron que lanzarlas desde la tirolesa de la antigua Osadía era una buena manera de honrar su memoria así que en estos momentos ambos estaban en la azotea del piso noventa y nueve a punto de lanzarse al vacío.
Kai ayudó a Cuatro a ponerse su arnés y acomodarlo en el cable, podía notar que no estaba del todo convencido de querer despegar sus pies del edificio pero sabía que estaba siendo lo más valiente que podía para enfrentar su miedo a las alturas, por Tris.
—te veo del otro lado—dijo Tobias
—te veo del otro lado—se acercó a darle un beso para después lanzarlo no sin antes escuchar sus gritos por la adrenalina
El trayecto que recorría era de aproximadamente veinte minutos, realmente te ayudaba a distraerte y a despejar tu mente de cualquier problema que tuvieras, a Kai le gustaba mucho ir ahí desde incluso su iniciación en Osadía le parecía un lugar increíble con vistas hermosas.
Dos años después de todo lo que ocurrió finalmente encontró la paz que tanto había buscado junto a Tobias, la carta de Aris lo motivó a querer formar una vida junto a la persona que amaba y Cuatro también quería lo mismo con Kai, así que finalmente después de tantos años podían estar juntos.
Desde entonces decidieron moverse a un lugar donde pudieran iniciar una nueva vida de pareja y desde hace dos años y medio viven juntos y básicamente su relación era justo como se la habían imaginado pero mucho mejor.
Los gemelos seguían en contacto y más unidos como hermanos, uno trabajaba en la Periferia como ayudante en el gobierno mientras que Kai tenía empleo en el despacho de abogados que habían puesto sus padres y donde le iba de maravilla por ser uno de los mejores de la ciudad.
No pasó mucho tiempo para que Kai se enterara de lo que hizo Eric de usar en él el suero de la memoria pero ya había sido demasiado tarde cuando fue a buscarlo a Milwaukee, básicamente el Eric que conoció por tantos años había desaparecido y entendió su decisión de no decirle nada, así que para no interferir en esa decisión, de igual manera se alejó de él aunque seguía recibiendo novedades sobre él gracias a su hermano.
Finalmente todo parecía que en la vida de Kai estaba en orden y después de mucho tiempo estaba siendo feliz de verdad, no solo a ratos, ya esa felicidad que tanto estaba buscando había llegado y quizás era la recompensa de tantos años de sacrificios y de pérdidas. Así que ahora aprovechaba todo lo que podía por sus amigos que no pudieron llegar a este punto.
Después de esperar lo suficiente para que Cuatro llegara al otro lado, se colocó de igual manera el arnés y sin dudarlo un segundo se lanzó de la tirolesa, mientras el viento soplaba con fuerza sobre su rostro y el atardecer le acompañaba haciendo que el cielo se pintará de un hermoso color naranja.
Cerró los ojos mientras sonreía disfrutando de su viaje, realmente nunca pensó que el haber elegido quedarse en Osadía lo llevaría a todo esto, era inevitable que no se pusiera a pensar que si hubiera tomado un camino diferente o diferentes decisiones no estaría donde está ahora. En este mundo hay muchas formas de ser valiente. A veces, la valentía implica dar la vida por algo más importante que tú o darla por alguien. A veces implica renunciar a todo lo que has conocido o a todos los seres queridos por un bien mayor.
Pero no siempre es así. A veces no es más que apretar los dientes para soportar el dolor y el trabajo de cada día, y así caminar poco a poco hacia una vida mejor.
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