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hello stranger

11,3 K palabras
School!AU, soft, schoolcharacter, strangerstolovers, happy ending.

—moodboard de la historia:

Para Jisung, la privacidad y el espacio personal lo son todo. Su círculo de amigos es realmente reducido debido a eso, con sólo dos amigos le basta y le sobra para prosperar en la vida. Que respeten su espacio es demasiado importante para él. Sus padres en ocasiones le reprochan aquella cualidad extremista de su parte, porque, si bien lo normal es que el espacio personal sea respetado entre todos así como las cosas privadas queden en eso, exactamente, en privado, valga la redundancia. Él llega a ser demasiado evasivo con el contacto físico o muestras de afecto.

Y no lo culpen, la sociedad es bastante basura en estos tiempos y el querer no confiar en desconocidos o, incluso, hasta conocidos y personas que crees amigos, le parecen lo correcto. Ni tan siquiera sus propios amigos se le acercan, tampoco sus padres. Necesita un espacio de, al menos, medio metro con las personas para sentirse cómodo y en comfort.

Sin embargo, tiene un problema en su vida que odia en demasía en estos últimos meses. Quizás debido a su falta de relación física con las personas, así como tener un reducido círculo de amigos cercanos (como ya se ha dicho) y una mala relación con una gran mayoría de sus familiares que no sean sus padres: tiene pánico social.

Y el problema no es ese en realidad, no se relaciona mucho con extraños. Pero, desde que el auto de su padre se averió, y no ha podido llevarlo a reparar debido a complicaciones que ha tenido en su trabajo. Su madre, por otro lado, usa también el auto de su progenitor, por lo que es lo mismo. Entonces actualmente debe tomar el trasporte público para ir a la escuela. Y he ahí el problema.

Las personas en el bus están demasiado cerca, sobretodo si debe ir de pie. Donde se rozan sus brazos con los impropios y puede sentir el aliento de los extraños en su oído, oler el sudor y los perfumes repugnantes. De cualquier manera, es asqueroso todo, le causa falta de aire y temblores idiotas por estar cercano a desconocidos.

Por eso prefiere levantarse más temprano cada día y tomar el autobús de las 7:15 a.m, donde siempre hay asientos vacíos y una cantidad de personas más reducidas. Entonces siempre se sienta en el mismo lugar, abre la ventanilla a su izquierda y se concentra en su música la mayor parte del tiempo. Y es que en la parada después de la suya, sube un muchacho de su instituto y busca siempre asiento a su lado. Su corbata es de color entero, lo que indica que está en su último año. Y, por alguna razón que desconoce, desde que toma el bus en las mañanas para ir al instituto, el castaño y de algunos pocos centímetros más bajo que él, toma asiento a su lado como si de amigos se tratasen cuando en realidad, ni tan siquiera sabe su nombre. Y no quiere saberlo, de hecho. No es necesario ni relevante en su vida.

Y no sabe por qué, exactamente, aquel muchacho se sienta junto a él todas las mañanas. Pero, entre sus conjeturas principales están las siguientes; que el chico sabe que es de primer año y, por eso, quiere molestarlo y buscar cualquier excusa posible para acercarse a él y encontrar la forma de causarle problemas. También está que el chico es un psicópata enfermo y sólo está buscando una forma de seguirle. Bastante tenebroso la verdad. Parece loco, pero, en su mente, todo tiene sentido.

Aquella mañana no es la excepción, tras unos pocos minutos de trayecto en el autobús, y una parada después de la suya, el bus se detiene y por la puerta entra el muchacho de cabellos castaños claros— obviamente teñidos—. Lo busca con la mirada unos cortos segundos porque enseguida lo encuentra. Él no puede evitar tragar duro porque se siente nervioso, el chico realmente le parece extraño, un rarito. Aún así, lo sonríe con calidez pese a dedicarle una mirada de miedo y disgusto. Desagrado también. Realmente no lo entiende, piensa que es bastante claro con sus expresiones de desagrado y entonces no sabe si el muchacho es un poco idiota y no entiende acerca de lenguaje corporal básico. O, por el otro lado, prefiere evadir su incomodidad y todo le da lo mismo porque es en serio un psicópata.

Tras unos pocos pasos, el castaño está a su lado y, como de costumbre, le dedica una sonrisa grande. Le pregunta si está ocupado y, como si no supiera que, indirectamente está reservado para él porque él mismo se lo ha otorgado, y además, sus amigos no toman el autobús. Él niega con la cabeza y quita su mochila. Después de entender que el chico siempre lo persigue para sentarse junto a él en el bus, deja su mochila reposar en el asiento vacío a su lado para ver si de esa forma, el muchacho entiende que no quiere su presencia a su lado. Deja la bolsa reposar en su regazo y se dedica a pasar de canción porque no ha escuchado nada desde que el castaño ha entrado por la puerta. Entonces llega Maniac de Conan Gray, y él no puede evitar sonreír porque le gusta demasiado esa canción.

Disfruta de su melodía y su letra, le ha pedido a su tío que le ayude a traducirla para poder entenderla y porque a su tío se le da bien el idioma. Entonces, casi en un murmullo porque sus auriculares no lo dejan escuchar bien el ruido exterior, A sus oídos llega algo dicho por el muchacho. Si no mal entiende es «Esa es una buena canción». Y no puede evitar emocionarse, y es que a Sunghoon y a Heejin no les gusta ni la canción en sí ni el artista. Entonces su emoción supera su pánico y antes de que se de cuenta ya le está comentando algo al respecto.

— Estoy de acuerdo.

Suena en un susurro, bajito y grave por su tono de voz. Un poco avergonzado, todos esos meses se ha pasado ignorando casi por completo al muchacho (y recalca «casi» porque han tenido interacciones como aquella de preguntar por el asiento a su lado), sin embargo, ahí está ahora, concordando con respecto a la opinión de la canción.

El castaño lo mira, ligeramente sorprendido, no lo puede negar, si fuera él, también lo estaría. Y por una cosa de inercia, su mirada también recae en el contrario, apretando sus labios suavemente ante la incomodidad y también un poco de nerviosismo. Tras unos cortos segundos, escasos en verdad, el muchacho le sonríe suavemente. Con esa misma sonrisa dulce que le dedica en cuanto se sube siempre en el autobús y pide asiento a su lado. Es imposible que no trague duro, se siente un poco incómodo, pero la opinión que el chico había tenido sobre una de sus canciones favoritas había sido realmente importante para él. Creía que era el único que escuchaba a aquel artista cuando sus canciones eran una joya. Todos estaban más bien concentrados en sus idols y la música que ellos hacían. A él, eso no le gustaba.

Entonces ahora empieza a reproducirse Talking To The Moon de Bruno Mars y el muchacho a su lado sonríe y vuelve a comentar respecto a la música, ahora diciendo que esa canción le gusta demasiado y que la voz del cantante está a otro nivel. Que el sentimiento que trasmite es tan profundo y lo hace tan bien que en ocasiones siente que le falta alguien. Y él concuerda eufórico porque le pasa lo mismo, sonríe con alegría y, tras pensárselo un poco mientras que muerde sus labios, le ofrece uno de sus auriculares.

El castaño se sorprende, seguro que ha creído que su conversación ha llegado hasta ahí, porque realmente nunca hablan y de hecho, es la primera vez que Jisung deja que escuche su voz. Y se siente un poco avergonzado porque le parece que su trato hacia el chico ha sido bastante descortés y poco agradable de su parte, entonces espera que el muchacho no crea que él es un hipócrita por sus acciones realizadas.

Para su angustiado ser, el castaño toma el auricular ofrecido con una sonrisa en sus labios y con entusiasmo se lo lleva a la oreja correspondiente, dejando que la música pasara y ambos disfrutaran de ella.

El resto del trayecto la pasan de aquella forma, y aunque en su interior se está muriendo de los nervios porque técnicamente está hablando con un completo desconocido, la música parece ser su mayor preocupación y el tema al que gira su conversación. Distintos artistas y canciones son escuchadas, algunos desconocidos para el castaño a su lado pero que Jisung no duda en recomendarle. Se siente atrevido, pero a la misma vez espontáneo. Está enfrentando su pánico social de alguna forma u otra, y no sabe exactamente si es porque van hablando de un tema que le interesa o porque el muchacho ha insistido tanto en tomar asiento junto a él en el bus que ya le inspira confianza.

Realmente no está seguro de la respuesta, pero por el momento lo deja pasar y se permite no cuestionarse todo su comportamiento y las acciones que está haciendo así como las decisiones que está tomando porque sabe que finalmente se va a arrepentir y aquello conllevará a que aquella relación extrañísima que tienen se torne incómoda y él no quiere eso. Porque entonces los trayectos en el autobús serán lo peor que habrá pasado en su vida y tendrá que ir caminando y su escuela queda lejísimos de su casa. No gracias.

Ya ha hecho el primer movimiento, ahora es mejor no arrepentirse.

Cuando el autobús se detiene en la parada que les corresponde bajar, la situación se hace incómoda. El muchacho de castañas hebras se levanta primero y seguidamente lo hace él. Y aunque intenta caminar a su lado, no tienen una relación estrecha por lo que andar junto a él se le hace incorrecto. Por lo que prefiere mantenerse unos pasos detrás, escasos, la verdad. Que se sepa que su presencia está ahí. Como es obvio, ya no comparten auricular para ese momento, y es aquello lo que lo hace precisamente una interacción poco llevadera y grata. Ninguno habla. Para nada lo hacen. Ni tan siquiera un simple sonido sale por ninguna parte. Y eso lo pone demasiado nervioso. Para colmo cree que concentrarse en la música en ese momento podría parecer descortés y que no le está prestando atención en lo absoluto cuando en realidad es todo lo contrario porque toda su cabeza está maquinando algo con respecto al castaño del que aún desconoce su nombre.

Nunca creyó que llegar a su escuela le pareciera tan maravilloso y que podría hasta rezar porque el momento se diera, pero ahí estaba; agradeciéndole al mundo que finalmente el trayecto había concluido y eso conllevaba a la separación del muchacho. Una caminata nunca le había parecido tan incómoda en su vida. Y es que cuando Jisung ignoraba olímpicamente al muchacho, se concentraba en su música e iba pasos por delante. Muchos. Apresuraba su caminar en su máximo esplendor para evitar que, a ojos ajenos, ellos podían estar relacionados.

Y en realidad ese es un hábito que tiene, le gusta caminar por detrás o bien, por delante de las personas para evitar que la gente se haga una idea equivocada de las relaciones porque podrían malinterpretar todo. Incluso si lo que piensan los demás no debería de importarle, tal como dice su amiga. Pero en el fondo sabe que por mucho que él intente deshacerse de esos pensamientos, o ignorar a las personas a su alrededor, será completamente imposible.

Su mente no se lo permite y esa es la razón por la que piense demasiado las cosas y eso mismo sea lo que lo lleve a no actuar en algunas ocasiones porque piensa que lo que hace es incorrecto. Entonces la mejor opción que ve es no actuar en lo absoluto y permanecer callado o sin hacer nada. Estúpido, sería como lo clasificaría su amigo.

Niega con la cabeza tratando de espantar todas las ideas que se han cruzado en ella en menos tiempo de lo que pueda querer y mucho más si es sobre los consejos de sus amigos que, aunque son ciertamente útiles, por ahora no ha decidido aplicarlos y prefiere ignorarlos hasta que sean de utilidad.

Entonces, como necesita consejo y que le digan que sus acciones no fueron las incorrectas, le dice enseguida a sus amigos sobre su suceso inesperado y que realmente siente que debe ser mencionado. Y sus reacciones son exactamente las que esperaba o incluso más conmocionadas. Heejin se sorprendió eventualmente, como si la interacción en sí le pareciera algo que debía suceder desde hace un buen tiempo.

Por otro lado, Sunghoon frunce el ceño, extrañado de todo lo que ha hecho. Y es que ambos saben de su personalidad y sus características particulares con respecto a los extraños. Y aunque su pelinegro amigo tiene una reacción más humana y la que sería más aceptada o esperada por una persona.

Por otro lado, la castaña fangirlea con aquello como si fuera lo mejor que ha hecho en su maldita vida cuando en realidad, no lo es. Al menos no desde su perspectiva.

— ¿Al menos ya sabes su nombre?— Heejin parece realmente emocionada por la situación y eso lo sorprende. Sí, esperaba emoción de su parte, una reacción así. Pero no especialmente agudizada como la que estaba recibiendo.

Su rostro muestra una mueca, desconcertado por lo que ha dicho. ¿Por qué exactamente tendría que saber eso? Solo fue una cosa de un momento. Ni tan siquiera sabe si pasará mañana. Quizá hasta el muchacho nunca más aparece porque cree que ha sido un hipócrita y listo y nunca más lo vaya a ver.

Niega con la cabeza despavorido, como si aquello fuera lo más obvio del mundo y la chica estuviera soltando idioteces y cosas sin sentidos que, sinceramente, aquello no estaba muy lejos de la realidad.

Ahora es la muchacha quien hace una mueca, confundida. Su cabeza se inclina sobre un solo lado, en sus labios hay un puchero y sus ojos están entrecerrados. Extrañada.

Rápidamente cuestiona, desesperada. Es como si inevitablemente, no parara de pensar que algo más podría surgir a partir de aquella simple y banal conversación. Incluso podría parecer hasta aburrida para alguien más. Sin embargo, ahí estaba, prácticamente reprendiéndole por no preguntar un dato tan simple como su nombre o su número de teléfono.

Y sus ojos se expanden cuando dice aquello para posteriormente achicarse y mirarla con un rostro de duda y explicación de por qué mierdas si tan siquiera ni ha preguntado su nombre, le pediría su contacto. Simplemente era algo sin sentido.

Cuando Heejin intenta dar una explicación, mostrar sus argumentos, abre su boca para luego cerrarla y quedarse callada unos segundos. Pensando en qué decir. Entonces Jisung asiente con frenesí ante la falta de comentarios de la castaña porque sabe que se ha dado una respuesta ella misma y que todo es simplemente más simple y banal en la vida real que como su cabeza lo imagina.

Sunghoon a su lado parece divertido con la situación en sí, lo sobrelleva mejor y parece tener un pensamiento parecido al suyo. Donde no le da tanta importancia pero que le pareció interesante mencionarlo más que nada porque ha sido él quien le ha seguido la conversación. Él perfectamente pudo haber ignorado lo dicho por el castaño y hacerse el sordo, pero no. Quiso mantener una conversación sobre un tema en común y que parecía ser del agrado de ambos.

Al final, el debate termina porque Heejin se ha quedado sin argumentos y él ha ganado fácilmente. Jisung queda complacido porque ha logrado retener a su castaña amiga tan simplemente que lo sorprende. Y es que la chica en sí tiene un carácter fuerte y un ego elevado y que no deja que nadie lo pisotee.

Heejin se queda en silencio mientras van a su salón en el segundo piso porque pronto comenzará la primera hora de clases y ellos, al ser los chicos y, de hecho, Sunghoon ser su primo, siempre la acompañan. La chiquilla es pequeña y fácilmente puede ser mal tratada por sus compañeros debido a su baja estatura. Entonces siempre caminan con ella en medio de aquellos dos postes con patas y es como si tuviera dos guardaespaldas. Aunque la verdad es que lo más probable es que sea la castaña quien defienda a ambos chicos de algún ataque de cualquier cosa en vez de al revés.

En realidad, aquella formación era más bien para que su amiga no fuera pisoteada, porque es que si ello llegaba a suceder, probablemente la muchachita se buscaría un problema gordo y sin sentido por agredir a un compañero.

Es cuando van de camino hacia el lugar ya mencionado que lo ve. Aquello le sorprende, lo hace demasiado y es eso lo que lo lleva a detenerse en seco y quedarse atrás. Cuando Sunghoon y Heejin lo llaman por haberse detenido en tiempo y espacio, él debe negar con su cabeza, deshaciéndose de sus pensamientos.

«Es normal que lo encuentres aquí, Park Jisung, están en el mismo instituto», se dice a sí mismo, señalándose lo obvio ante su tonto ser.

Sin embargo, cuando el muchacho de castañas hebras cruza mirada con él cuando vuelve a retomar su paso, su mano se levanta ligeramente y la mueve con lentitud, saludándolo con la misma sonrisa que todas las mañanas le suele dedicar. Por vergüenza a dejar al otro en esas, vergonzosamente levanta su mano y la mueve ligeramente con un sutil sonrojo en sus mejillas y la cabeza baja, saludar al muchacho le daba demasiada vergüenza por todas sus conductas.

Continúa su camino con sus dos amigos, rezándole al Dios en el que no cree que ninguno de los dos haya notado aquello. Sin embargo, como otra muestra de inexistencia de que aquel ente venerado por muchos, no existe, Heejin suelta un leve chillido que lo hace sobresaltarse, al igual que a su alto como pelinegro amigo.

— Jisung-ah, ¿acaso el chico misterioso y simpático del bus, es él? ¿Es Na Jaemin?— la muchacha parece sorprendida. Incluso, puede que esa palabra le quede corta para describir su emoción en aquel momento. Entonces, sutilmente, asiente para la pregunta de Heejin. Y se lleva un «Increíble» de su parte. Como si fuera algo extraordinario.

— Si ese es su nombre, pues es un sí— su tono sale despreocupado. Quitándole importancia al alboroto y dramatismo que Heejin le estaba haciendo a la situación.

Heejin suelta un soplido, aún no pudiendo creer aquello. Decidiendo a explicarse posteriormente—. Na Jaemin es muy popular entre los de tercero y segundo— menciona, mientras continúan de camino a su aula—. Está en el salón junto al mío. Desde primero estuvo en el equipo de fútbol de la escuela. Sin embargo, el año pasado sufrió una lesión y tuvo que dejarlo. Por eso los de primero apenas le conocen— explica con cuidado, haciéndole entender a su primo y a su amigo el asunto. Aún así, para los dos muchachos aquello seguía sin parecer la gran cosa—. Aunque ha cambiado mucho desde que eso pasó. Antes solía ser más carismático y conversador. Ahora rara vez lo veo hablando con alguien más que no sea su amigo, Lee Jeno, el vicecapitán del equipo de fútbol.

Para Jisung aquello suena surrealista, incluso le causa gracia y no puede creérselo porque aquello no se parece para nada al chico que todas las mañanas le dedica un saludo especialmente agradable. Entonces cree que Heejin está exagerando— como suele suceder en realidad— y prefiere no prestarle atención y pensar que esos rumores son todos falsos.

El resto del día, se la pasa pensando en aquella idea absurda que se tenía del tal Jaemin y de cómo a partir de quizá unas palabras sin sentido hacen que lo que se piensa de una persona pueda ser lo erróneo. Y le molesta que Heejin haya caído en eso al creer en todo lo que se decía. No todo era lo que parecía y que las personas se dejaran llevar por los comentarios y falacias, le parecía tonto. Él consideraba que debía juzgar a una persona de acuerdo a su personalidad y a las interacciones que tenían con él.

Lo más probable es que muchos se dejaran llevar por lo dicho y muy pocos se atrevieran a hablarle y ver realmente cómo era el muchacho en cuestión.

Le molesta que la gente sea tan ignorante y se deje llevar tanto por los comentarios o lo dicho por cualquiera como si aquello fuera la verdad absoluta y definitiva. Por eso prefiere no confiar tanto en la sociedad, y que sus dos amigos y su familia sean las únicas personas en las que decida entregar su confianza no parece exagerado.

Y no sabe por qué, exactamente, es que le da tantas vueltas al asunto si hasta ahora el muchacho le ha parecido completamente insignificante, como ya se ha dicho. Conjetura que quizás es por las personas y la situación más que por el chico en general. Sin embargo, alrededor de toda la tarde, tal y como se dijo, su cabeza da vueltas alrededor del tema como si conociera a Jimin (no recuerda si ese es el nombre en realidad. Es muy malo para recordar nombres) de toda la vida.

Incluso, cuando regresa a su casa, con los auriculares puestos con el volumen de la música a tope mientras camina de regreso, su mente sigue concentrada en ello. Y aunque le parece extraño, sólo espera que mañana tenga un buen día y eso significa no tener nada que ver, nuevamente, con el muchacho de nombre que ya no recuerda.

Pero como él es una persona tan poco suertuda, al día siguiente el muchacho de castañas hebras vuelve a tomar asiento a su lado y ahora, intenta hacer una conversación con él, dándole los buenos días y preguntando si había dormido bien. Y porque le da pena dejar al chico sin una contestación y además, porque sería muy grosero, teniendo en cuenta que fue él quien ayer intervino primero al hacer lo que hizo.

Entonces, con su voz ronca y grave, le responde—. Sí, gracias por preguntar— tras dejar unos cuantos segundos de silencio porque no sabe qué decir, se decanta por lo más simple y básico pero respetuoso—. ¿Qué tal usted, sunbenim?

Y el muchacho le responde cálidamente y se sienta a su lado mientras continúa entablando una conversación en la que un principio se sintió incómodo pero que, de cierta forma era divertido escuchar al chico parlotear acerca de su agitada noche y como finalmente terminó durmiendo como un bebé.

Entonces los días van pasando y dan por terminada la semana y aquello conlleva a que el muchacho de castañas hebras la salude todas las mañanas en el autobús y ahora quiera integrar una conversación a su rutina matutina. Y como aún le da vergüenza y se siente un poco incómodo, se dedica la gran mayoría del tiempo a escuchar lo que Jaemin (Heejin se ha encargado de recordarle el nombre varias veces porque, o bien lo olvida o menciona a alguien completamente distinto) dice durante una gran mayoría del trayecto y sólo se dedica a agregar algunas cosas en determinados momentos.

También cuando se siente un poco más confiado y cree que no es algo que llegue a molestar al mayor, le ofrece uno de sus auriculares y escuchan música durante el trayecto. Dejando que las voces de Conan Gray, Bruno Mars, Taylor Swift, Olivia Rodrigo y otros artistas llenen el espacio que en ocasiones suelen ser parloteos. Y Jisung no sabe si impresionarse por la cantidad de artistas que tienen en común o si debería tener miedo porque hasta parece irreal. En ocasiones, aún sigue creyendo que Jaemin es una especie de acosador raro. Y en todas las ocasiones que le ha mencionado aquella idea loca suya a Heejin y a Sunghoon, ambos se echan a reír —sobretodo la primera— porque, según ellos, es una tontería y sería todo demasiado planeado. Además, la muchacha agrega siempre que Jaemin es un buen chico, y que aunque no ha compartido demasiado con él, las veces que lo ha hecho ha parecido ser alguien agradable.

Y ciertamente él puede creerlo, desde un comienzo el chico le daba sonrisas cálidas como saludo incluso si él hacía una mueca. Sin embargo, ahora es mucho más amistoso y le saluda en los pasillos con la mano en un movimiento ligero, o una sonrisa aparece en sus finos labios hacia su persona. Alguna que otra vez, sobretodo en los horarios de almuerzo han compartido un corto saludo, pequeños momentos donde preguntan sobre cómo va yendo su día y pequeñeces como aquella pero que de alguna manera u otra resultan agradables.

Por lo que termina por concordar con sus amigos: Jaemin no es un acosador o algo parecido. Sólo es un muchacho agradable y amistoso que por cuestiones de gustos musicales parecidos se quiso acercar a su persona.

Y aunque en algunas ocasiones la presencia del chico le sigue pareciendo especialmente incómoda y que del todo no llega a sentirse en confianza, se llega a adaptar a ello que incluso cuando el auto de su padre llega a ser reparado, él quiere seguir tomando el transporte público porque quiere compartir más con Jaemin.

Con el paso de las semanas, sus conversaciones se vuelven más amenas y ya no tan triviales, sino que hablan de gustos e intereses y opiniones un poco más serias con respecto a algún tema del que se esté hablando en redes sociales. Jisung también se va sintiendo más cómodo y en comfort con el paso del tiempo y ya no sólo agrega algunas oraciones, sino que ahora es quien, de vez en cuando, empieza las conversaciones y ya comienza a soltarse y mostrarse con más naturalidad en ciertos momentos.

En algún punto, Jaemin incluso llega a acompañarlo hasta la puerta de su salón y luego va escaleras arribas para llegar al suyo, es entonces que Sunghoon le comienza a mencionar cosas como que esa relación ha avanzado más de lo que alguna vez pensó que lo haría y él no puede no estar de acuerdo con ello porque aquello era extremadamente cierto. Pero cree que es algo para bien.

Sin embargo, como ya se dijo, sus interacciones no van más allá de su viaje matutino en el transporte público y algún rápido momento y saludo en los pasillos. Por eso, cuando Jaemin se sienta enfrente suyo un día que Heejin ha ido a almorzar con sus amigas y Sunghoon está enfermo por lo que lleva sentándose lo que va de semana solo y de vez en cuando con su pequeña amiga, se sorprende en poco. Generalmente lo ha visto en la hora del almuerzo con su amigo y el equipo de fútbol en una mesa que al parecer está reservada sólo para ellos incluso si no tiene una etiqueta que así lo diga. Ellos simplemente la ocupan y nadie más lo hace porque ahí va el equipo de fútbol. Punto.

Una sonrisa grande se le es dedicada y él sólo llega a encogerse porque le da mucha vergüenza que le vean con alguien como Jaemin, quien según lo que ha compartido Heejin, lo hace ver como algo que simplemente se ve antinatural. Él tan poco sociable que hasta podría llegar a parecer desagradable y antipático y Jaemin todo lo contrario: tan encantador, brillante y parlanchín que a veces cree que el chico puede hablar hasta por los codos.

Entonces en sus mejillas aparece un sutil sonrojo que no pasa desapercibido para Jaemin, quien enseguida añade después de un energético «¡Hola!» un «¡qué tierno eres!» y aquello lo hace sonrojarse nuevamente por lo que su mirada decae en su bandeja observando su almuerzo con total detenimiento.

— Hola, sunbenim— logra decir cuando cree que su cara ya no arde y el tono en sus mejillas ya no es visible. Durante unos cortos segundos, todo se queda en silencio y lo único que se escucha es el sonido de los palillos en las bandejas de sus compañeros y en la propia así como el murmullo de las conversaciones en la cafetería. Segundos en los que Jisung se cuestiona así mismo sobre preguntar aquello por lo que estaba curioso, por lo que, de la manera más sutil que puede, hace la pregunta— ¿Puedo hacerle una pregunta, sunbenim?— cuando Jaemin asiente con aquella sonrisa en sus labios, Jisung se detiene una vez más a pensar sobre aquello. No quería ser indiscreto o grosero, pero su aparición allí era inexplicable y bastante repentina. Y teniendo en cuenta como eran sus compañeros y en cualquier escuela en sí, el rumor de que el grandioso Na Jaemin se había juntado con un cualquiera de primer año llegaría a los odios de todos más rápido que chisme en una peluquería. Por lo que, más que ser maleducado, creía que estaba siendo cauteloso.

— ¿Y bien, Jisung-ah?— el muchacho lo incita tras su minuto entero de silencio, deteniendo su masticar y observando su rostro expectante por que preguntara lo que sea por lo que estaba curioso.

— ¿Por qué...? ¿Por qué se ha sentado aquí, conmigo?— su tono sale vacilante y confundido, curioso pero ansioso por saber la respuesta que Jaemin tendría para darle porque es que todas las posibles que él formula en su cabeza no tiene ningún sentido para su persona. Sus ojos están en los contrarios, incluso si el contacto visual no es algo que practiquen numerables veces (por no decir que nunca), eso sólo demostraba la intensidad del menor al querer una respuesta a su incógnita.

Y quizás la respuesta sea más predecible y simple de lo que piensa porque Jaemin lo mira confundido, como si ya no fuese obvio. Parpadea reiteradas veces y su cabeza se inclina ligeramente hacia un lado, extrañado.

— ¿Que por qué? Porque somos amigos, ¿no?— y decir que aquello no le sorprende sería mentirse a sí mismo, porque es que lo hace. Lo hace demasiado. Sí, tenían una relación bastante sólida y recurrente así como marcada en esas últimas semanas, sin embargo, no creyó que Jaemin lo consideraría un amigo. Además, él tampoco se había planteado su relación con el muchacho de esa forma. Más bien ni le había dado vueltas al asunto porque simplemente catalogó al chico como «el desconocido ya no tan desconocido que se sienta junto a mí en el autobús y que nos gusta la misma música» o algo por el estilo.

Pero que el de castañas hebras lo haya hecho ver de aquella forma, se sintió, de alguna forma, distinto, e incluso hasta correcto. A lo largo de su corta vida, ha creído que las amistades se forman después de un largo camino de interacciones y después de que un estrecho vínculo se haya formado. Así como sucedió son Sunghoon, al que conoce desde pequeño porque ambos fueron juntos a clases de ballet. O con la misma Heejin, a quien en un principio le costó relacionarse con ella porque él era demasiado tímido y la chiquilla tan habladora que era obstinante en algunas ocasiones. Pero míralos ahora, tal parecen ellos los primos y no Sunghoon y la fémina.

Ahora es él quien parpadea contadas veces ante lo que Jaemin dice: ¿Acaso ellos podrían considerarse así? Quizás eran más bien conocidos que tenían gustos similares en la música y nada más. Pero entonces, ¿por qué quería ser su amigo?

¿Por qué aquel muchacho de radiante sonrisa estaba llegando a romper los distintos esquemas que había trazado durante sus diecisiete años de vida? ¿Qué era aquello, un amigo o un enemigo? ¿Acaso Dios, o era el mismísimo Diablo?

«Pff, ni que creyeras en Dios, Jisung» burla en los íntimos espacios de su mente, donde si no hubiera sido porque Jaemin lo llama varias veces, dándole señales para que regrese a la Tierra, se hubiera quedado un buen tiempo analizando eso que ha dicho el muchacho durante una mayor tiempo.

— Sí, supongo que somos amigos— dice finalmente, bajito y apenas audible, como si le diera vergüenza, pero para Jaemin es suficiente y lo demuestra con la gigantesca sonrisa que aparece en sus labios.

¿No se cansará de sonreír tanto? Él cree que para él sería imposible sonreír constantemente como lo hace el muchacho, mucho menos con tanta brillantez y entusiasmo.

— Además— el castaño comienza a hablar nuevamente después de unos segundos de silencio donde se han dedicado a comer únicamente. Entonces Jisung no sabe por qué está empezando por aquello si no han tenido una conversación, por lo que lo mira atento, esperando a que continúe para saber qué es lo que Jaemin quiere agregar—, te he visto toda esta semana solo durante el almuerzo. ¿Le pasó algo a tus amigos?

El que Jaemin haya prestado suficiente atención a su persona durante aquella semana mientras él está en la cafetería de la escuela, le hace replantearse sobre aquella teoría suya sobre el muchacho siendo un psicópata, pero luego mira su rostro y le parece imposible. Pero aquel bicho sigue en su cabeza durante mucho tiempo.

Pero luego lo piensa mejor, el muchacho lo observa porque han compartido mucho en las mañanas y tienen gustos muy similares, es lo normal. Probablemente Jaemin hasta quiso acercase a él antes durante aquel descanso en los pasados días y no pudo hacerlo por cualquier cuestión, quizás porque no encontraba el momento adecuado.

¿Entonces cuando estaba con sus amigos le estaba prestando atención a él? ¿Aquel era el sentimiento de sentirse especial porque alguien quiera tu atención? ¿Por qué le gustaba tanto?

Termina asintiendo ante la pregunta del mayor despacio y luego se dedica a explicarle lo que le pasa a Sunghoon y sobre Heejin habla también, y Jaemin agrega que recuerda a la chica y que además es muy graciosa y agradable, y que su tamaño le hace gracia también. Y Jisung no puede evitar reírse porque su amiga tiene ciertos complejos con respecto a su altura y Jaemin prácticamente se está burlando de aquello, por lo que promete no contarle sobre ello cuando le informa el descontento de la castaña si le dice aquel comentario.

Y mientras se pasan el resto del almuerzo hablando sobre cualquier cosa— mayormente música porque es algo que a ambos les gusta demasiado—, Jisung puede sentir una sensación cálida inundar su pecho, demasiado bueno para parecer verdad. Es tan tranquilo y agradable todo que Jaemin le sigue sin parecer una persona real. Cada vez aquella descripción que le dió su amiga sobre el castaño le parece más y más irreal y alejdada de la realidad que le sorprende. Ciertamente Heejin es alguien que suele llevarse mucho por los rumores pero también le gusta contrastar la información para tener una opinión propia, y que haya descrito a Jaemin de una forma incorrecta le parece tan extraño de su amiga, y eso sólo lo hace preguntarse si el chico es así de amable y cálido únicamente con cualquiera o si todo lo que dicen es cierto y en verdad no habla mucho con quien sea y tiene un trato especial para él.

Pero es que tan siquiera pensar en la segunda opción es ridículo; Jaemin parece tan bueno, tan amable, un ángel caído del cielo, que todo lo que Heejin dijo parece falso e incoherente. Por lo que nuevamente, prefiere creer que todo son rumores que la gente inventa y están distorsionados y fuera de la realidad.

Sin embargo, sí hay algo que le sorprende: el hecho de que Jaemin lo vuelva a acompañar al día siguiente en el almuerzo. O el mismo lunes, después de que Sunghoon mejorara y se incorporara nuevamente a la escuela, ya no sólo caminan juntos en cuanto se bajan del bus, sino que también lo acompaña hasta su salón, y para su amigo la presencia de Jaemin se le hace extraña, por lo que enseguida pregunta y Jisung se dedica a contarle la historia completa de la semana en la que se ausentó. En el almuerzo el chico le vuelve a dedicar un saludo y una sonrisa, e incluso les pregunta si se puede unir a ellos. Y aunque Sunghoon no parece molesto por recibirlo, sí se le hace especialmente cuestionable, pero lo que más le sorprende es la sonrisa que Jisung muestra en sus labios. Bastante amplia y sincera.

Al principio Sunghoon no habla mucho, su amigo es parecido a él en cuanto a personalidad. Ambos bastante introvertidos. Sin embargo cuando agarran confianza son bastante abiertos, se muestran totalmente como son. Por lo que, con el paso del tiempo y los días— donde por supuesto Jaemin se une a ellos en el almuerzo— ve que su amigo interactúa más con el muchacho dos años mayor y eso le gusta. Pero también es extraño, él sólo había tenido de amigos a Sunghoon y Heejin y esta última porque era prima de el primero, como ya se había dicho. Y como esas amistades surgieron de pequeños, todo había sido bastante espontáneo y simple, sin complicaciones porque ellos no entendían de la vida y era tan sólo unos críos.

Entonces no está del todo seguro de cómo debería actuar. Por lo que cuando Jaemin le pide su número, se pone nervioso. Están tomando más confianza que ya hasta se piden el número de contacto, eso implica, como era de esperarse, algunos mensajes y llamadas telefónicas. Y es extraño porque él tiene una lista de contactos bastante restringida; sus padres, sus dos amigos y parientes con los que tiene una relación más cercana. También tiene el número de la madre de Sunghoon por si acaso. Nadie más. Añadir a Jaemin se siente fuera de lugar, completamente indiferente a su persona pero de alguna forma u otra le gusta. Es nuevo y diferente, una nueva experiencia.

Por eso cuando recibe el primer mensaje de Jaemin esa misma tarde preguntado si había llegado bien a casa porque se habían ido juntos en el autobús de la tarde. Y no puede evitar sonreír cuando se está cambiando el uniforme escolar por una ropa más cómoda mientras lee y relee el mensaje una y otra vez. Escribe rápido una respuesta y la envía mientras termina de ponerse un suéter para después recostarse en su cama esperando una respuesta a la misma pregunta que le había hecho Jaemin a su persona. Y llega en menos de dos minutos y eso le sorprende, Jaemin estaba al pendiente de su respuesta o simplemente estaba en su celular, sí, sí. Seguro era lo segundo y él se estaba imaginando cosas.

Pero entonces Jaemin le vuelve a escribir sobre otro tema; «¿Has visto el nuevo álbum de Kim Woosung?», decía. Rápido mueve sus dedos escribiendo una respuesta hacia el muchacho. Y el resto de la tarde se la pasan hablando sobre el tema en cuestión y sus derivados, porque aquello hace que terminen hablando sobre su cierto rechazo hacia las empresas de idols porque son realmente asquerosas y temas parecidos.

Entonces, cuando se siente cómodo y con la suficiente confianza, se atreve a preguntar sobre los rumores que Heejin le ha contado que habían por ahí sobre su persona. Espera no parecer metiche y no incomodar a Jaemin porque ese no es su objetivo, sólo siente curiosidad y cree que ya han llegado a un punto donde puede preguntar eso.

Incluso Jaemin se da cuenta que está siendo confiado y le deja en claro en un mensaje que le gusta que se interese mucho por él (lo cual logra sacar un sonrojo en su persona). Y Jisung cree que puede sentir la voz y tono de Jaemin como si estuviera junto a él.

Y aunque pensó que el muchacho iba a cortar el tema en ese momento, le llega un mensaje larguísimo sobre todo aquello. «Ciertamente hay rumores sobre mí, como de todos los miembros del equipo de fútbol. Pero la gran mayoría son falsos. He escuchado que ahora soy muy tenebroso y mi único amigo es Jeno porque "supuestamente" fue gracias a los del club que me lesioné. Y aunque lo entiendo, porque ando mayormente con Jeno, no es cierto. La mayor parte del tiempo ignoro esos comentarios, aunque hay días donde me coge de bajón y me los tomo por lo que llegan a afectarme incluso si así no lo parece».

«Aquella fue una etapa difícil para mí porque el fútbol era algo con lo que despejaba mi mente. El salir lesionado me afectó, no podía pasar la misma cantidad de tiempo con mis amigos ni los momentos divertidos. Y aunque pudiera ir a los partidos no era lo mismo. Fue un tiempo difícil, y gracias a la música fue que pude sobrellevarlo mejor. Supongo que por eso soy tan dependiente de ella ahora jajaj».

Decir que está conmovido es poco porque siente un gran agradecimiento hacia Jaemin por compartir aquello tan importante de su vida. Él sólo quería saber si los rumores eran cierto o falsos porque para él era imposible creer eso— y tenía razón—. Pero Jaemin se había abierto con él y eso lo emocionaba como hacía que su corazón revoloteara extrañamente porque eso significaba confianza.

Ya no es sólo la tarde, sino que el inicio de la noche también conversan durante horas y horas, y no es hasta que su madre lo llama para que le ayude con la mesa que él se da cuenta de la hora y el tiempo que Jaemin y él llevan conversando. Entonces se despide quedándole un mal sabor de boca porque quería seguir hablando con el mayor pero sus obligaciones van primero. Lastimosamente.

Pero aquello no importa mucho cuando a la mañana siguiente se vuelven a ver en el autobús y comienzan a parlotear acerca del álbum que ayer Jaemin le había recomendado porque enseguida tuvo un tiempo, Jisung se puso a escucharlo. Y el muchacho de castañas hebras estuvo contentísimo de haber sido escuchado y mucho más de que al menor le hayan gustado tanto las canciones que componen el álbum de uno de sus artistas favoritos. Por lo que el resto del camino se la pasan escuchando música de aquel artista llamado Woosung desde el celular de Jaemin.

Y Jisung no sabe porqué exactamente, pero comienza a sentirse nervioso alrededor de Jaemin conforme pasan los días, ya no sólo por hablar con él y ver qué tiene para decir, sino de tan sólo verlo sus manos comienzan a sudar y en su pecho una sensación de calidez y comfort se hace presente. No puede evitar sonreír más seguido cuando está con el muchacho, pero es que Jaemin es tan ocurrente y divertido que es imposible no esbozar, mínimo, una sonrisa. Es extraño porque nunca se había sentido así, ni tan siquiera cuando Sunghoon y él se conocieron o cuando Heejin comenzó a hacerse su amiga, aunque ciertamente él estaba demasiado pequeño como para recordar aquellos momentos. Pero de algo está seguro, para nada se compara con aquello que está sintiendo.

Estar junto a Jaemin se ha vuelto tan agradable y placentero que es hasta necesario, e incluso si nunca ha ingerido alguna sustancia, se atreve a compararlo con una droga. Sólo quiere más y más de él porque cree que no puede cansarse de estar junto al muchacho dos años mayor.

Ya son varios los meses en los que se lleva sintiendo de aquella forma, entonces, con la duda carcomiendo su cabeza, le deja saber la situación a su amiga —sólo porque Sunghoon es igual de idiota que él cuanto a sentimientos respecta— porque no está seguro de qué pueda ser aquello. ¿Acaso Jaemin se está convirtiendo en un buen amigo suyo? ¿Tanto así que podría llegar a integrar sus círculo de amigos íntimos? ¿O era algo diferente?

Es cuando Heejin suelta un grito ahogado que se asusta porque piensa que a la chica le ha pasado algo mientras come de su helado. La ha invitado a salir al centro comercial porque hacía un tiempo no salían ellos dos juntos por la escuela, además, Sunghoon esa tarde tenía que ayudar a su padre en su tienda de vinilos.

Jisung mira a la chica preocupado, preguntado si está bien, ofreciéndole una servilleta para que se limpie el helado que está cayendo derretido en su mano. Y es que la castaña se ha quedado congelada— «y nunca mejor usada aquella palabra porque estamos tomando un helado... En fin, concéntrate Jisung»— durante un minuto entero mientras mira a la nada misma después de lo que ha dicho.

Heejin vuelve en sí después de limpiar su desastre, asegurándose que su vestido nuevo no se haya manchado con gotas de helado. Sonríe satisfecha, sin embargo, aquella sonrisa dulce en su pequeña amiga cambia a una pícara y jocosa, un poco molesta y que sólo se muestra cuando Jeon Heejin está tramando o pensando en algo.

— Jisung-ah— y su llamado es tan pausado y calmado que el nombrado sólo puede asustarse y entrecerrar los ojos, sospechando—, ¿no será... Que a tí te gusta Jaemin?

Y ahora es él quien se queda en blanco durante un tiempo (sin embargo, es menor que el que Heejin se ha quedado en trance), y cuando lo vuelve a repetir en su mente una y otra vez, no puede evitar echarse a reír de manera suave mientras muestra todos sus dientes en el proceso. Incluso tiene que apoya su cabeza en la mesa porque no quiere que los echen del sitio por armar un escándalo, pero es que Heejin ha dicho algo graciosísimo. Probablemente lo más divertido que ha dicho en todo el tiempo que llevan de amistad.

Pero su risa cesa cuando la castaña no parece divertirse en lo absoluto y sólo lo mira con un puchero en sus labios y una mirada desaprobatoria por su reacción.

— ¿No era una broma?— cuestiona en cambio, mirándola perplejo durante unos segundos hasta que la chiquilla niega con la cabeza.

— No. Estoy casi segura, Park Jisung. No, estoy totalmente segura; a tí te gusta Na Jaemin y esa es mi declaración final sobre el tema. Caso cerrado.

Y la muchacha parece tan seria al respecto que Jisung piensa a creer que en serio Heejin no está bromeando. Pero prefiere dejar la situación de lado porque aquella respuesta es más ridícula que se teoría de Jaemin siendo un acosador psicópata. Por eso se dedica a disfrutar del resto de la tarde con su amiga y dejar el tema que tocó atrás. Ya le diría tiempo para eso la próxima vez que viera a Jaemin.

Sin embargo, eso no parece ser pronto porque el lunes después de aquel sábado en la tarde, cuando espera ansioso a Jaemin en el mismo lugar de siempre para que escuchen juntos la nueva canción de Conan Gray, Memories, el muchacho de tercer año nunca aparece. Suben personas, más de la cantidad normal, pero ninguna es Jaemin. Incluso otro muchacho del instituto le pregunta si el asiento está ocupado, y él quiere decir que sí, que lo está, pero Jaemin siempre sube en aquella parada sin importar qué. Por lo que niega sin tan siquiera contestarle verbalmente y el chico toma asiento a su lado mientras la canción de su cantante favorito se reproduce. Cree estar teniendo una especie de deja vu, sin embargo, se siente diferente. Y eso no le gusta.

Para sumarle más tragedia al hecho, la letra de la canción se apodera completamente de él y lo hace sufrir una y otra vez con lo especialmente identificado que se siente con ella. Son varias las veces en las que mira su celular en busca de un mensaje de Jaemin avisando que no vendría y por qué no lo haría. Pero ese texto jamás llega.

Y su vida parece monótona y simple durante no sólo una, sino dos semanas en las que el chico no aparece. A su mente llegan pensamientos como «¿Se habrá cambiado de escuela? No, no tiene sentido que lo haga a mitad del año» «¿Entonces se habrá mudado? ¿Ya no vivirá en Seúl?» Incluso piensa en preguntarle al tal Jeno, el supuesto amigo con quien era uña y carne, pero le daba demasiada vergüenza hacerlo porque no conoce al chico en lo absoluto y no iba llegar a ahí y decir algo como «Ehm, hola, quería saber qué pasa con Jaemin y tú pareces saberlo. Oh, muchas gracias por tu amable respuesta. Adiós, chico que nunca le he hablado en mi puta vida»

Agh, ¿por qué todo era tan complicado? ¿Acaso Jaemin no pensaba en llamarlo o siquiera textearle? Ellos solían hacer eso durante horas cada día y ahora el chico parece haberlo olvidado, o simplemente ya no quiere hablarle. ¿Pero por qué? Jisung no le ha hecho nada, ¿o sí? No, no lo cree.

Y su decaimiento es tan obvio que sus amigos hasta están preocupados por él y varias veces han insistido en querer preguntarle al tal Jeno— sobretodo Heejin—, pero él se niega rotundamente y asegurar que no es eso lo que lo tiene en ese mal estado sino la etapa de exámenes que pronto se acerca. Y aunque sabe que su mentira no es creíble en lo absoluto porque tanto Sunghoon como Heejin lo miran con ojos entrecerrados, pero prefieren no hacer nada antes que hacer algo que le siente peor.

Es ahí que Jisung entiende, por primera vez en sus cortos años de vida, lo que es extrañar a alguien con aquella magnitud. Incluso le parece extraño para sí mismo porque nunca le había sucedido por lo que comienza a analizarse a sí mismo. Y lo primero que se le viene a la mente son las palabras de su amiga «¿Acaso no te gustará Jaemin?», niega con su cabeza con frenesí, espantando aquella idea intrusiva que su amiga le ha metido y que no tiene sentido en lo absoluto. ¿O quizás sí? ¿Es por eso que extraña a Jaemin entonces? ¿Es por eso que la presencia del mayor le hace tanta falta casi tanto como la música? Porque entonces, y sólo entonces, las cosas comenzarían a cobrar un poco de sentido y tal vez, y sólo tal vez, la idea de Heejin no le pareciera tan descabellada como en aquel momento.

Entonces el que se sienta tan solo incluso si está rodeado de personas en el autobús tiene sentido, o el rápido latir de su corazón cuando estaba cerca del muchacho así como sus ansias de verle tendrían una explicación más lógica que el simple hecho de estarse volviendo amigos. Pero entonces, ¿por qué tenía que darse cuenta de que le gustaba Jaemin ahora que no sabía qué había pasado con él o si tan siquiera lo volvería a ver otra vez?

Decir que sufre es recalcar lo evidente, Jaemin ha desaparecido sin dejarle rastro alguno. Sin tan siquiera avisarle que se iba o qué le había sucedido al menos. Para Heejin y Sunghoon es complicado ver a su amigo de aquella forma, por lo general Jisung no es alguien que muestre sus emociones, sin embargo, con aquel muchacho al que estuvo ignorando durante semanas y semanas pero que luego resultó ser muy apegado y alguien con quien había desarrollado cierta conexión, cierto lazo que era extraño de ver si conocías a Park Jisung.

Es en una mañana de día jueves en donde el sol se esconde tras las nubes anunciando que llovería pronto, sin embargo, aunque cualquier adolescente o niño rezara durante horas y horas para que sucediera en tempranas horas de la mañana para no asistir a la escuela, como era de esperarse, aquello nunca sucedió. El bus iba un poco lleno aquel día, seguro aprovechando antes de que comenzara a llover. La monotonía en aquel transporte público lo absorbió en su totalidad y la tristeza de no tener a aquel muchacho alegre a su lado lo hacían apretar los labios.

Los exámenes ya han pasado y eso lo hace despreocuparse y desestresarse un poco sobre la tensión que se carga la escuela. En almuerzo no hay más que parloteos de estudiantes y un frío que recorre los pasillos porque ya ha comenzado a llover. Sunghoon le está hablando sobre una película que vio ayer y eso lo mantiene entretenido durante varios minutos, sonriendo de vez en cuando en cuanto su amigo le menciona una parte graciosa.

Pero entonces, no sabe si su mundo entero se derrumba o si los monótonos colores grises que compusieron su vida durante aquella dos semanas y media comienzan a esfumarse con lentitud dándole paso a su colorida persona. Allí, en la mesa del equipo de fútbol, junto al vicecapitán, está él. Sonriendo bien grande por algo de lo que el equipo entero parece estarse riendo. Entrecierra sus ojos durante varios segundos, ajustando mejor su vista para estar del todo seguro y no pensar que ahora está comenzando a ver alucinaciones. Pero sabe que es real en el momento en que Jaemin lo observa y le sonríe mostrándole sus perfectos dientes- probablemente porque la presión de su vista en el cuello del chico fue demasiada.

Su corazón comienza a latir desenfrenado nuevamente y de pronto pierde el apetito, su cerebro se bloquea y no atina a hacer nada más. Todo a su alrededor desaparece, incluso su amigo quien parecía hablarle sin cansancio hasta que finalmente desiste y le pregunta qué le pasa (o al menos eso es lo que cree oír muy a lo lejos, como si hubiese algo que impide que escuche a Sunghoon) entonces ve a Heejin sentarse junto al otro Park, y es ella quien se percata donde permanece su vista durante ya varios minutos. Entonces cree que su amiga entiende— porque no le ha comentado en lo absoluto que en realidad tenía razón y que ahora está seguro de que le gusta Jaemin— y es por eso que el silencio predomina durante el resto del almuerzo, no sabe tampoco si Heejin le está diciendo algo a Sunghoon, pero no le sorprendería y sería lo más probable y prospenso a suceder.

Jaemin parece igual de ensimismado que él porque su contacto visual prevalece durante los pocos minutos que quedan para que finalice el almuerzo. Y es por culpa de la campana que aquel momento en donde sólo eran ellos dos se rompe, cada uno siendo arrastrado por sus propios amigos hacia el salón de clases. No hay un solo momento en donde siquiera puedan saludarse porque ni Sunghoon, ni Heejin, ni el vicecapitán del equipo de fútbol lo permiten. Por lo que cuenta los segundos para el término de clases aquel día, y las clases de la tarde se le hacen terriblemente tortuosas y además, agotadoras mentalmente. Por lo que llega a perder la noción del tiempo para cuando van en su última hora de clase en la tarde. El tiempo parece infinito y que nunca se va a acabar. Pero el timbre suena y todos los estudiantes se amontonan en la puerta para salir como si quedarse un solo segundo más ahí los haría perder la cabeza.

Y aunque él tiene prisa, prefiere que los demás salgan antes y procurarse de que nada se le queda. Además de que es una pequeña estrategia para ver a Jaemin por los pasillos de camino hacia la parada de autobuses. Pero su jugarreta no le sale bien así que camina junto a Sunghoon bastante desanimado porque piensa que ya no verá a Jaemin, al menos no ese día. Espera a que la madre de su amigo venga a por él y luego Jisung parte hacia su destino con pasos lentos.

Pero nuevamente se queda asombrado por lo que la vida tiene preparado para él cuando ve a Jaemin sentado en el banco de la parada de buses con los pies extendidos, viéndose demasiado aesthetic mientras escucha música reproducida a través de sus auriculares. Y nuevamente sus palmas comienzan a sudar y en su estómago hacen aparición las mariposas que tanto ha escuchado mencionar. No puede evitar apretar los labios y la correa de su mochila porque está demasiado nervioso. Tenía algo en mente que podría salir, probablemente, muy mal. Su paso para llegar al muchacho es demasiado lento pero a él le parece especialmente acelerado, no ha preparado nada y eso lo pone de los nervios. Pero cree que es lo mejor.

Rompe completamente el espacio personal que él mismo odia que evadan cuando se sienta junto al chico esperando que de esa forma lo note. Por supuesto que lo hace, la presencia de Jisung no podría pasar desapercibida para Jaemin, por lo que enseguida se deshace de sus auriculares y le dedica un rápido saludo con su sonrisa amplia acompañando el gesto. Como siempre. Pero a Jaemin le sorprende la indiferencia del menor así como la falta de emoción por su reencuentro. Él creía que ya habían superado esa etapa, incluso, Jisung ya se mostraba abierto y bastante conversador (dentro de lo que cabía y en comparación con un principio, sí, Jisung estaba parlanchín), hasta irrumpía el espacio personal que él mismo solía dejar. Entonces su ceño se frunce, entre preocupado y extrañado.

Y cuando está por emitir palabra, listo para preguntar qué le sucedía, el menor se le adelanta en el acto. Decir que no está sorprendido y enternecido por la pregunta que realiza el chiquillo y el tono que emplea sería mentirse a sí mismo. Necesita incluso apretar sus labios para evitar soltar un grito ahogado porque el muchachito a su lado es demasiado tierno, también aprieta sus manos ya que si no lo hace, podría invadir de más el espacio personal del chico al lanzarse sobre sus mejillas. Y aunque Jisung parece un poco molesto, su rostro demuestra también preocupación y eso le da gusto. Aunque recuerda que el muchacho no sabe nada del motivo de su desaparición y ellos no han podido hablar apropiadamente. Por lo que lo entiende y se siente culpable, pero tampoco es como que él haya podido hacer mucho en la situación en la que estaba.

— ¿Qué fue de tí estas semanas?

— Sobre eso...— el que Jaemin parezca nervioso lo hace ponerse también de esa forma, sin embargo, nota una pizca de vergüenza en su tono. Pero no está del todo seguro porque nunca ha sido bueno analizando bien a las personas—, tuve un pequeño accidente— y enseguida el rostro del menor muestra su cara de sorpresa y preocupación, él asegura que no fue nada demasiado grave mientras intenta calmarlo—. Me caí mientras montaba bici, no fue demasiado pero me hice un esguince— una risita entre vacía y divertida sale de sus labios, como si no estuviera orgulloso pero la situación le hiciera gracia a la misma vez—, también rompí mi celular. No pude caminar durante dos semanas y debía hacer reposo. Lo siento, no tuve una forma de avisarte o algo por el estilo, quizás...

Y cuando está por continuar parloteando sin parecer tener un fin para detenerse, Jisung lo detiene, divertido porque era la primera vez que veía a Jaemin tan nervioso. El chico siempre se mostraba confiado y seguro de sí mismo, como si las opiniones de los demás no le interesaran demasiado.

— Está bien, entiendo. Al menos ya estás aquí— Jisung pudiera parecer tranquilo, pero por dentro se estaba muriendo de los nervios y arrancándose los pelos por parecer cortante incluso si esa no era su intención—. Te extrañé.

Y aquello queda en el aire. Hay un silencio de por medio largo y tendido que hace las cosas incómodas porque Jaemin no dice nada, sólo se queda observándole durante varios minutos y eso lo pone nervioso. No sabe qué decir, cómo excusarse porque aquello ha salido solo y sin tan siquiera pensarlo o pasarlo por un filtro antes de soltarlo. Comienza a intentar decir algo, de hecho, su garganta aboga por sacar las palabras y la excusa pero nunca salen, se quedan atoradas y sólo hacen que se quede en total vergüenza frente al chico.

Jisung daría lo que fuera por poder esconderse en cualquier sitio en ese mismo momento, o mejor aún: ¡Que la Tierra se lo tragase y lo llevara hasta su núcleo! Sí, aquella parecía una idea fenomenal pero irrealista y que definitivamente no se iba a cumplir. Entonces desiste por completo de intentar justificarse porque es una de las cosas más sinceras y directas que le ha dicho al muchacho en todo aquel tiempo que ellos dos llevan conociéndose.

Había salido desde lo más recóndito de su alma.

Pero cuando Jaemin habla, las mariposas hacen aparición nuevamente en su estómago y otra vez, no puede evitar sentirse nervioso y mucho más por lo que sale de sus labios.

— Yo también te extrañé, Jisung-ah.

Y puede sentir que todo se detiene en ese preciso momento, el tiempo, las personas, el espacio. Solamente son ellos dos y nada más existe, nada más tiene importancia y eso es lo que lo hace ser precisamente un momento más especial.

Por lo que cree que es el momento indicado, es la hora de dejar salir todo lo que tiene para decirle al muchacho al que hace unos meses ignoraba por completo. Y le da miedo porque aquello puede llegar a echar al caño su amistad, pero necesita expresarse y desahogarse y dejar de guardar aquella confesión que tiene para dar. Sabe perfectamente que Jaemin puede rechazarlo, que puede incluso hasta parecerle desagradable verlo de aquella manera y que utilizará la excusa de «sólo te veo como amigo». Para él eso no le parece mal, al contrario, le parece lo mejor si quiere apartarlo porque cree no poder lidiar con sus sentimientos, y él lo entenderá perfectamente porque no es idiota, pero necesita hacerlo.

Necesita sacar todo aquello de su pecho—. Jaemin hyung, tengo algo que decirle— empieza suave, incluso si no tiene absolutamente nada pensado quiere buscar las palabras correctas para expresarse—. Verá, con el paso de esta semanas, he logrado darme cuenta de algo... La verdad... Tú... Yo...— Jisung necesita tomar aire para poder decirlo, necesita respirar y calmarse, sino, nada iba a salir bien—... Me gustas, Jaemin. Me di cuenta estas últimas semanas. Se sentía tan vacío sin tí que empecé a cuestionarme las cosas y me percaté que, efectivamente como dijo Heejin una vez, me gustas. Y si te lo estoy diciendo en este momento es porque no quiero que estemos mal, al contrario, está bien si me rechazas pero sólo quiero seguir siendo tu amigo. Incluso pudo entender por qué me rechazaría entonces no estaría molesto pero yo solo...

Sus palabras se ven cortadas por la voz ronca de Jaemin, sorprendiéndole sus comentarios y la tranquilidad con la que los dice.

— Jisung, deja de parlotear por un momento— se apresura a decirle, tranquilizando al más joven por su apresurado como nervioso ser. Buscando la confianza que necesita para decir sus palabras, sin embargo, lo logra y de hecho, sale con más tranquilidad de la que alguna vez pensó—. Tú también me gustas, y mucho. Creo que desde la primera vez que escuché tu voz, algo comenzó a removerse en mí.

Si era sincero, Jaemin esperaba otra reacción de parte del menor más que un silencio. Esperaba algo, simplemente no sabe qué, pero algo. Sin embargo, Jisung parecía que se había quedado en pausa, meditando en su mente. Completamente encerrado en aquel espacio.

Tenía sospechas, tenía dudas, de que aquello era una broma y Jaemin estaba jugando con su persona. Al menos eso es lo primero que piensa, pero enseguida recapacita: es Jaemin. No tendría porqué mentirle, ¿o sí? Se lo piensa, medita en las probabilidades y posibilidades de que sea correspondido- que lo es, supuestamente-, y le parece imposible. Impensable. Como si él no mereciera aquello. Y siente mucho no confiar en Jaemin, de cierta manera lo hace, pero su personalidad y desconfianza hacia las personas lo hacen ser así justamente por eso: porque no quiere salir lastimado. Teme ser sólo un juego para el contrario cuando él va en serio.

Él no quiere a Jaemin para experimentar, sino para disfrutar y aprender de él. Para ser una mejor persona porque cree que Jaemin puede brindarle todo aquello sin ningún esfuerzo porque es alguien fantástico incluso si ha pasado por malos momentos. Porque eso le demuestra que todos, absolutamente todos, tienen malas rachas en su vida y tiempos difíciles, para Jaemin fue cuando sufrió su lesión un año atrás.

Pero no entiende porqué si el mayor ha podido abrirse y confiar en él, él mismo no puede hacerlo. ¿Tendrá un problema psicológico que tratarse?, ¿está mal desconfiar tanto? ¿Por qué si sabe que Jaemin es bueno, no puede creer que le guste? Parece demasiado incierto e irreal ser correspondido.

— ¿En serio?— y no puede evitar preguntar. Es algo involuntario y teme que Jaemin piense que está dudando de él, porque realmente no lo está, sino más bien duda de sí mismo y sus capacidades. No se cree digno.

— Por supuesto, no te mentiría o jugaría contigo, Jisunggie— asegura, casi como si pudiera leer su mente, entonces se pregunta si él es tan transparente o si simplemente Jaemin puede leerlo con facilidad—. Realmente me gustas. Y si tú sientes lo mismo... Ehm... Entonces... Tú y yo, bueno, pues, creo que podemos ser algo más que amigos. Sí te parece bien, por supuesto.

Y Jisung cree que ese día Jaemin está mostrando su parte más nerviosa y desconfiada, logra ver a un Jaemin nervioso y que no está seguro de sí mismo por lo que es nuevo pero fresco, de alguna forma le parece tierno y lo hace sonrojarse por lo que ha dicho. A lo que, por supuesto, acepta con un asentamiento casto porque le da demasiada vergüenza.

Entonces, como ambos están incómodos porque están avergonzados a más no poder, no hablan el resto de los quince minutos en los que esperan el autobús, y cuando el transporte llega, Jaemin paga por los dos ya que es el primero en subirse de los dos.

Nuevamente el silencio reina y es un poco incómodo pero logra esfumarse en cuanto comparten audífono con una playlist que tenía Jisung a la cual había llamado «hello stranger» ya que comprendía canciones que le gustaban a él y a Jaemin y las cuales había descubierto gracias al muchacho dos años mayores cuando comenzaron a hablar en un principio y que le resultaban fantásticas. Y cuando el chico de cabellos castaños le toma la mano durante la mitad del trayecto no puede evitar sentir su corazón acelerado y sus manos comienzan a sudar por lo que él quiere retirarlas, sin embargo, Jaemin parece reticente a no dejarlo ir. Y eso lo pone nervioso y avergonzado.

Se siente extraño más que incómodo, la confianza no es poca pero así parece. Y cuando Jaemin se va y la soledad lo rodea, se adentra entre sus pensamientos mientras la música lo acompaña en un compás suave.

No sabe qué pueda resultar de esto, parece extraño y fuera de lugar pero a la vez tan correcto e indicado que le parece mentira, nunca esperaba tener una relación tan rápido si a él le preguntaran. Se imaginó que en la universidad encontraría a alguien que finalmente le gustase realmente porque a lo largo de su corta vida no había tenido sentimientos por nadie, y más que considerarse un asexual, lo definía más bien como alguien al que nunca le había llamado la atención otra persona o simplemente no se había puesto a pensar sobre ello en toda su vida. Pero Jaemin llegó a romper sus barreras y estructuras de vida desde un primer inicio. Incluso si su entrada fue forzada, ahora está contento de que el extraño desconocido del autobús le dijese «hola» todas las mañanas.
















N/a: llevo como dos meses o más (creo) escribiendo este one shot porque apenas tenía tiempo y escribía párrafos por cachitos de mi tiempo. Ahgg, fue muy estresante, pero me gusta el resultado porque siento que es un poco confort y tal uwu me gusta que la situación quede a medias, generalmente suelo dejar los finales de one shots super abiertos para que los lectores imagen lo que se les venga en gana y bueno, me gusta que sea el proceso de cómo se enamoran (más que nada Jisung lol, quizás algún día deba hacer un spinoff desde el pov de Jaemin :])

Sinceramente esta idea surgió a partir de que en mis inicios del insti, cuando estaba caminando hacia mi home bien agustita, atrás de mi había un chico escuchando Maniac de Conan Gray que es una de mis canciones favs y yo tenía ganas de hablarle pero no pude porque soy INFJ y bueno, al menos lo hice realidad con un fic Jaesung lol.

En fin espero que les haya gustado, pronto estaré de vuelta con Merry Bad Ending, es que ando en exámenes, (sólo me queda uno wiii) por lo que pienso regresar pronto ùwú. Nos leemos próximamente!!

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