Palpitar
Al parecer aún hay esperanza para mí, para mi corazón indiferente. Algo extraordinario pasó no hace mucho: lo escuché palpitar de nuevo. No podía creerlo, pensé que el artefacto amargo que guardo en mi pecho ya no podía funcionar y que sus días de palpitar desenfrenado habían culminado.
Me sorprendí.
¿A qué se debe esta extraña sensación? Me pregunté en aquel momento, sin embargo, la respuesta era tan obvia y evidente que me taché de estúpida en aquel instante. No me sorprendió que se tratara de ti, caminando en mi dirección.
En el momento en que te vislumbré, aparté la mirada, como si hubiese algo mucho más importante que necesitara mi atención. No me di cuenta que desperdicié segundos al no mirarte y que más tarde me arrepentiría de mi torpeza.
Sé que me notaste.
Me miraste con cierta extrañeza, no te culpo, de haber sido al contrario la situación, yo también me habría mirado así. Pero ese no es el punto... Por fin, después de meses en silencio infinito y desesperante, escuché algo provenir de mi pecho, un latido errático, como si mi corazón quisiera escapar para ir a tu lado.
Ciertamente, lo contuve, ya había pasado vergüenzas suficientes por un día.
Pero ahí estaba, de nuevo presente, clamando a gritos mi atención y, mucho más importante, la tuya. Era inimaginable, durante meses le rogué a mi corazón que volviera a la vida pero hizo caso omiso, procuró ignorarme y proseguir con su silenciosa huelga.
Con tan solo mirarte, encontrarnos frente a frente, fue suficiente para que despertara de su sueño autoimpuesto y decidiera, sin consultarme, enamorarse de nuevo.
Aunque está vez ocurrió algo diferente, esperé un momento después de que nos cruzásemos y volví la mirada sobre mi hombro.
Lo noté y mi corazón también.
Tú mirada y la mía se encontraron en medio de la distancia.
¿A qué se debe esa complicidad?
(Mayo 24 del 2018)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro