Capítulo 6.
Soy invisible, simplemente porque la gente se niega a verme.
—Ralph Ellison.
—En resumen... Aún no tenemos nada. —Isagi volvió a sorber de su gaseosa luego de suspirar con resignación. Nikko se veía molesto, apuñalando con el tenedor un camarón que quedaba en su plato.
—No puedo creer que no me dí cuenta de algo tan obvio. —murmuró.
—Ya supéralo de una vez. No es para tanto, a cualquiera le puede suceder. Yo tampoco lo había pensado y soy mayor que tú.
—Tu incompetencia no me hace sentir mejor.
—Pequeño imbécil... —Isagi siente que su ojo izquierdo tiembla ligeramente debido a la molestia. Lamentablemente ya todos están acostumbrados a los arrebatos repentinos del integrante menor del equipo junto a su nulo respeto ante la autoridad en ocasiones. —Solo intentaba ayudarte.
—Lo sé. Y lo siento, pero es que detesto que el anciano me lo haga ver todo como si fuera demasiado sencillo y yo un idiota por no verlo. —Se quejó Ikki.
—Estoy seguro que no te lo dijo así, simplemente te lo tomaste de la peor manera posible como haces cada vez que Karasu te corrige.
—Detesto que lo haga.
—Sí, pues es tu jefe. Entre tus opciones solo te queda aguantarlo, pedir un traslado a otro equipo o esperar hasta que se jubile, lo cual no pasará pronto. —comentó Yoichi removiendo lo poco que quedaba en su vaso, riéndose un poco. —Pero hablando seriamente, él no lo hace en mal plan. Honestamente se está tomando muy a pecho el enseñarte algo, Nikko. Deberías agradecerlo. Cuando el nuevo era yo, él no me hablaba para más que hacer una lista detallada de cada uno de mis errores al final del caso.
—¿Quieres decir que es indulgente conmigo?
—Quiero decir que Karasu es un cabeza dura que finalmente entendió que puede ser una mierda todo el tiempo o hacer el intento de ayudar a los agentes a mejorar, lo cual no es su obligación pero es lindo ver que lo está intentando. No seas tan duro con él.
—¡Él se mete conmigo!
—Es el jefe, puede meterse con cualquiera de nosotros si quiere. Además, el buró lo ama. Reemplazarían a cualquiera de nosotros sin dudar si así lo quisiera él.
Yoichi solo estaba siendo honesto, en parte, siente que Ikki es demasiado arrogante y Karasu no es mal sujeto pero es ciertamente extenuante hasta cierto punto debido al egocentrismo que tanto lo caracteriza.
—Oigan, que descaro. ¿Tanto costaba esperarme para comer?
Kurona los sorprende, apareciendo por la puerta de la oficina que ocupan con un par de bolsas de comida.
—Tardaste una eternidad. —Le responde Isagi.
—Habría llegado antes de no ser por tu pequeño encargo. —contesta, entregándole una de las bolsas. —A Raichi no le hizo nada de gracia desviarse del camino para comprar la comida del "Maldito imbécil".
—¿Aún sigue con eso?
—Oh, ahora está incluso peor. Está súper convencido de que Itoshi es el culpable. —comenta Ranze, sacando su almuerzo de la bolsa. —Fue un paseo productivo, tengo la teoría de que la persona que dió aviso ayer para que llamaran a emergencias para salvar a Leiko fue el mismo asesino.
—¡¿Qué?!
—Así como lo oyen. La persona que llamó fue la trabajadora de la tienda del frente porque un corredor le dió aviso de que oyó algunos gritos, y a menos que Leiko gritara con un megáfono era altamente improbable que el ruido escapara de esas paredes.
—Eso cambia el perfil. —dice Nikko.
—¿Siquiera teníamos uno? —Isagi se sacude el cabello ligeramente frustrado. No tenía sentido desesperarse, pero por el momento, sentía que estaban dando vueltas sin llegar a ningún maldito lado.
—Bueno, deberíamos empezar a trabajar en uno. En base a lo poco que tenemos. Al menos, no es necesario sacarlo al público debido a que el sospechoso está en custodia. —dijo Kurona para luego meterse una cucharada de arroz a la boca.
—¿Por qué suenas tan seguro de eso?
—No estoy seguro, pero tenemos los videos de la cámara de seguridad de la tienda. Sí mi teoría es cierta, podríamos tener al asesino captado en vídeo. —contesta con las mejillas algo llenas, Ikki hace una mueca de desagrado antes de hablar:
—Eso sería demasiada suerte. Hasta ahora el asesino ha demostrado ser altamente organizado. ¿Ser capaz de cometer tres homicidios sin dejar huella para simplemente dejarse captar por la cámara de un tienda de conveniencia? Suena incluso un insulto para esa clase de persona.
—Es cierto, pero no podemos descartar la posibilidad de que sea cual sea su "misión" la haya completado ya.
—Sigue siendo inconsistente. Este sujeto ha demostrado un control abrumador en la mayoría de sus pasos. De dejarse atrapar, lo haría por todo lo alto, no huyendo como rata. —dijo Nikko afirmando con completa seriedad su punto.
—Viendolo así, ¿No atraparon a Itoshi demasiado fácil entonces?
—Bueno, para eso estamos aquí. Desde el segundo en el que decidieron tercamente probar a toda costa que Itoshi es el asesino sin abrir la posibilidad a algo más el criterio de esta comisaría fue puesto en duda. —chistó Ikki con cierta molestia mientras los otros dos le hacían gestos para que baje un poco el tono de su voz.
—Nikko tiene un buen punto. —Isagi se lo concedió, ya que a él tampoco le cuadraba esa teoría de la rendición. Y además, Rin por más idiota que fuera, aunque le daba la sensación de que le estaba mintiendo, no lo creía del todo culpable. —¿No sería más probable que la dejara viva por algo más? Se arriesgó demasiado para salvarla. Debió tener sus razones para mantenerla con vida, otra cosa en su lista de pendientes, por eso huyó.
Kurona se encogió de hombros, tomando un trago de su gaseosa antes de hablar:
—Solo era mi teoría, pero es cierto. Me inclino más por la suya. Escuchar al rubio gritón tanto tiempo debió afectarme.
—Ok, pero la base de tu teoría es buena. Vamos a centrarnos en eso. —comentó Yoichi. —Él la quería con vida ¿Por qué? Ya había asesinado antes y virtualmente era el plan perfecto hasta ahora ¿Qué cambio? ¿Por qué dejar con vida a la persona que vió su rostro?
—De acuerdo. Ya que olvidamos la teoría del crimen de odio, la teoría de una venganza podría cobrar más fuerza si recordamos el mensaje que se escribió junto a los cuerpos. “Esto es justicia” Indudablemente no fueron víctimas de oportunidad, eso lo sabemos, cazó a cada uno de ellos y al dejar esa burla, deja en claro que es un narcisista que ciertamente cree que lo hace es correcto. Eso da a entender que nuestras víctimas podrían no ser blancas palomas como hemos pensado.
—El forense me dijo que las puñaladas fueron realizadas en lugares puntuales, causó daños pero no realizó ninguna herida que fuera mortal de inmediato. Hasta la puñalada fatal en el corazón, Leiko fue la única que no recibió "El golpe de gracia". —explicó Kurona. —El asesino quería que sufrieran.
—No les quitó ninguna de sus pertenencias, no cubrió sus cuerpos de ninguna forma y los dejó probablemente en la misma exacta posición que tuvieron al momento de morir. No intentó ocultar sus identidades de ninguna forma lo cual es una muestra de un inexistente remordimiento. —comentó Isagi, mirando a un punto vacío para concentrarse. —¿Tenían marcas de ataduras?
—Para nada, pero las quemaduras en las fosas nasales debido al uso de cloroformo es una prueba de la gran cantidad que usó. Pudo aprovechar el momento de letargo que tenían para empezar con la tortura, para cuando empezaban a reaccionar realmente ya tendrían las muñecas y los tobillos rotos, si no es que las puñaladas también.
—El cloroformo es anestésico hasta cierto punto. ¿No le quitaría el chiste a la tortura que no sientan tanto dolor? —preguntó Nikko.
—El control...
—¿A qué te refieres, Isagi?
—No solo el dolor físico es traumático, también el dolor emocional. Aunque sea anestésico, no lo es tanto, además de que más allá de la confusión, las víctimas tendrían la suficiente consciencia para al menos entender lo que sucedía, y el simple hecho de no tener el control suficiente sobre sus cuerpos para evitarlo también es doloroso. —explicó Yoichi. —Más allá de ejercerles dolor físico, quería dejar en claro que él era el único con el entero control de la situación. Dejar en claro que ellos estaban atrasados y no tenían oportunidad de hacer absolutamente nada.
—Es un asesino organizado, pero no lo entiendo ¿Por qué la dejó con vida si ella lo vió?
—A Leiko literalmente le amputaron ambas manos. Tardará años en volver a caminar si es que tiene la suerte de recuperarse lo suficiente para volver a hacerlo y eso sin contar toda la recuperación que conlleva las puñaladas que recibió. —dijo Isagi con una expresión algo sombría. —Ella no tuvo suerte, él quería que ella tuviera que vivir con eso.
—Maldita sea. —Kurona pasa las manos por su rostro, ligeramente sorprendido por lo que escuchó. —Es un maldito monstruo.
—Tiene todo el jodido sentido pero sigue sin encajar el porqué mierda se dejaría ver. —comenta Nikko golpeando la mesa con su puño con cierta frustración. —Ni siquiera la lógica de "que vea quien le ha hecho daño" cuadra. ¿Por qué se dejaría atrapar de forma tan patética?
—Supongo que tendremos más respuestas al ver el vídeo de la cámara de seguridad. —responde Isagi, soltando un suspiro. Kurona parece a punto de decir algo, pero niega con la cabeza quedándose en silencio, sus compañeros no le insisten al respecto. —Por ahora, necesito que llamen a Bachira para que busque toda la información que sea posible sobre las víctimas y si existe alguna clase de relación con Rin. Sin importar lo que sea, incluso si solo se vieron una sola vez, necesitamos saberlo, porque sea o no el culpable, está involucrado de alguna forma en todo esto. Y hasta ahora es lo único sólido que tenemos.
Sus compañeros asienten, Kurona dice que llamará a Bachira apartando la comida a un lado, alegando que perdió algo del apetito mientras que Nikko se aleja para llamar a Karasu a regañadientes para decirle de los últimos descubrimientos y darle aviso de que verían el vídeo en cuanto vuelva.
Isagi entonces se marcha, tomando la bolsa que Ranze le trajo con el almuerzo para Rin. Esperaba de forma optimista que la impresión que tenía Itoshi de él mejorara lo suficiente para que así empiece a ceder y ayudar en lugar de solo darle vueltas a todo lo que decía.
Sus pasos se frenan ligeramente cuando nota que la puerta de la sala de interrogatorios se encuentra ligeramente abierta. Su mano derecha va de forma casi automática hasta la funda de su arma, aunque no la saca, solo se mantiene en posición mientras se acerca lentamente.
—¿Por qué no simplemente aceptas que eres culpable? Es obvio que estás metido en este crimen. —pregunta con tono burlón una voz que no logra reconocer.
—¿Para qué? ¿Para ahorrarles el maldito trabajo y hacerse los héroes? —Reconoce esa voz. Rin suena altanero y molesto. —Si quieren que me pudra en la cárcel al menos gasten su tiempo y esfuerzo intentando inculparme.
—No hará falta, eres una rata de alcantarilla. La víctima dijo tu nombre, así que sin dudas ya tienes un pie tras las rejas. El jefe no te dejará ir. Nunca pierde un caso.
—Dile entonces a tu maldito jefe que no me pierda de vista, porque mi nombre estará escrito en su primera derrota. —La voz de Rin es burlona, luego puede oir el sonido de lo que parece ser un escupitajo, seguido de una maldición y un golpe. Yoichi abre la puerta justo a tiempo para ver a un hombre de cabello negro muy corto agarrando del cuello de la camisa al Itoshi, quien tiene el rostro inclinado hacia un lado con una sonrisa casi enfermiza.
—¿Qué mierda estás haciendo?
—Este maldito imbécil me escupió. —respondió con molestia el oficial.
—Se lo merecía. Este maldito imbécil me estuvo molestando, agente. —Itoshi lo dice con un tono inocente, claramente burlándose del oficial, aunque un pequeño hilo de sangre cae por su labio. —¿Por qué son tan inútiles aquí y no mandan gente competente a hacer su trabajo?
El oficial volvió a sacudir al sospechoso por el cuello de la camisa, aunque esté se mantuvo dócil con una sonrisa altanera. Isagi jaló de forma brusca el brazo del oficial para apartarlo de Rin y evitar que le hiciera algo más.
—¿Qué carajos te pasa? No tienes el derecho de tratarlo así.
—¡Es un jodido criminal! ¡Y me faltó el respeto!
—Eres un oficial de policía, no un maldito niño. Es sumamente patético que recurras a la violencia bajo una excusa tan barata cono que te trató mal. —contestó Isagi, dándole un empujón para apartarlo, casi podía sentir la sonrisa altanera del Itoshi detrás de él. —¡Controlese! Porque me importa una mierda como funcionan las cosas aquí, pero desde este momento ni usted ni nadie en esta comisaría tiene el derecho de tocarle un pelo mientras éste sea mi interrogatorio.
—Este no es su caso. No tiene derecho de quitarme la autoridad así frente a...
—Este es nuestro caso desde el momento que llegamos aquí. Deme la llave. —Yoichi le extendió la mano, frunciendo el ceño. El oficial frente a él dudó. —¡Deme la llave de las esposas ahora!
Finalmente se las entrega, y el agente solo se cruza de brazos luego de recibirlas.
—Su nombre.
—Gurimu Igarashi.
—Bien. Ahora lárguese de aquí. Y tenga por seguro que tendrá una queja por su actitud tan deplorable. —dijo el agente haciendo un gesto con la cabeza en dirección a la puerta, mirando de mala forma al oficial mientras se alejaba. Suspiró, girando para ver en dirección a Rin quien ¡Sorpresa! Sonreía otra vez. —¿Estás bien?
—Todo bien. No es como que sea la primera vez que me tratan así aquí.
—¿Te han detenido aquí antes?
—No es como que sea especial, pero sin dudas no soy la persona favorita de nadie aquí. —responde, acariciando sus muñecas con la punta de los dedos al momento que Yoichi lo liberó de las esposas. —Es imposible trabajar en el distrito rojo sin el riesgo de parar aquí. Simplemente, te empiezan a ver de forma sospechosa en general, incluso aunque no hagas la gran cosa.
—Los prejuicios son una mierda.
—He tenido que vivir con ellos un largo tiempo, en cierto punto te importa así como usted dice, una mierda.
—Estas sangrando. Iré por el botiquín para...
—No es necesario. —Rin lo dice de forma abrupta, tose ligeramente para disimular y se limpia la comisura de la boca con sus dedos. —Me mordí el labio cuando me golpeó. No es la gran cosa. Viviré.
—Al menos ponte algo frío para que rebaje la hinchazón. —contesta Isagi sin intención de llevarle la contraria cuando dejó por un segundo a traslucir que no quería quedarse solo otra vez. El agente sacó una de las botellas de té de la bolsa y se la extendió. Itoshi la aceptó, haciendo justamente lo que se le había indicado. —Lamento no haber podido evitarlo. No sabía que...
—No importa. Ya le dije, no es la primera vez que sucede.
—¡Eso no está bien! Él no tiene ningún derecho de tratarte así, Rin. Eres un humano y...
—Culpable ante sus ojos.
La voz de Rin lo interrumpe, Yoichi se queda con todo su discurso de humanidad y derechos atrapado en su garganta mientras ve la indiferencia casi antinatural en los gestos de Rin mientras saca su almuerzo de la bolsa.
—¿Disculpa?
—Soy culpable ante sus ojos. No importa lo que diga, no importa lo que haga, ni el cargo del que se me acuse, soy culpable ante los ojos de cada oficial en esta comisaría y eso solo me convierte en un criminal para ellos. —expresa. Levanta la vista un segundo de su plato, lo mira a los ojos, y a Isagi le está empezando a dar escalofríos la forma tan pesada que tiene de mirarlo cada vez. —Una escoria que no sirve para nada más que ser un estorbo.
—No eres un estorbo, Rin. No eres una escoria. No eres...
Un criminal. La palabra queda atrapada entre sus dientes mientras se muerde la lengua, porque no lo sabe. Maldita sea, sabe que Rin está metido en toda esta mierda porque hay demasiadas pistas como para hacerse el ciego y fingir que no, porque las casualidades a veces no son tan simples y en estos casos cada pieza que sea capaz de encajar aunque no lo parezca forma parte del complicado rompecabezas de la verdad. Y no tiene ninguna prueba, nadie aquí la tiene para decir que Rin es el culpable, más allá de una mano ensangrentada que lo señaló pero de la cual ahora está empezando a sospechar aunque sea solo por una teoría pero tampoco tiene nada con que defenderlo. Nada que salde una base que pueda decir "es inocente". Yoichi no tiene nada más que su intuición la que no puede procesar que ese hombre frente a él sea el culpable.
—Pero para ellos lo soy, agente. Y eso es más que suficiente para hacer esto.
A Isagi entonces se le encoge un poco el corazón. Y no es que sea un iluso todavía, por supuesto que sabe que esa clase de situaciones suceden, pero es la primer vez en su años ejerciendo que tiene la desgracia de verlo de frente. Aunque suene ridículo porque él es un interrogador y a veces han tenido que recurrir a la fuerza para hacer hablar a alguien, pero nunca así, no de esta forma y mucho menos sin las pruebas suficientes.
—Lo lamento.
—Eres tan adorable. ¿Por qué te disculpas? —La sonrisa de Rin vuelve a su boca una vez más y podría decir que está es la más sincera que ha visto en horas. —No me hiciste nada.
—Pude detenerlo de haber llegado antes.
—No eres de aquí. No sabes lo que sucede, así que no podías haberlo esperado. —dice, intentando restarle importancia. —Además nunca se las he dejado fácil. Yo también me golpearía por ser tan imbécil.
—¡No es así! Ellos son oficiales, maldita sea. No deberían caer en esa clase de bajezas.
—Tan dulce y tan lindo, agente. Me sorprende que esté en este cargo siendo que le duele tanto lo que sucedió. ¿No es esto para usted una pequeñez comparado con todas las injusticias que ve cada día?
—Quitarle valor a algo como esto es la raíz del problema. No está bien que degraden la existencia de nadie ni que se crean con la autoridad de hacer algo tan bajo. —contesta Isagi con el ceño fruncido. —Hacer algo como esto, solo los convierte en la misma mierda de persona que dicen estar deteniendo.
—Solo soy yo, uno más cayendo por un sistema que no verá por alguien que a nadie le importa. —Rin lo dice con indiferencia, llevándose una cucharada de su arroz a la boca con indiferencia. —Si lo hace sentir mejor, ya le había dicho que es el único que me ha tratado bien por estos lares. Así que puede estar seguro de que usted no es ni de cerca la misma mierda que las personas de esta comisaría.
Itoshi le sonríe ligeramente como su realmente creyera que sus palabras habían logrado reconfortarlo cuando lo cierto es que no era así en lo absoluto. Yoichi solo suspiró, apretándose el entrecejo con la punta de los dedos mientras suspiraba. Debía ignorarlo, Rin tenía razón cuando lo dijo de que no era algo extraño que sucediera, por supuesto que ya se había encontrado con cosas así pero no dejaba de ser algo que simplemente le enfermaba.
Sus ojos se desviaron entonces hasta el borde de la mesa donde estaba la carpeta con las fotografías que le dejó antes de salir, lo tomó entonces entre sus manos bajo la curiosa mirada del menor.
—¿No lograste reconocerlos?
—Me da mucha pena decepcionarlo, agente. Para este punto, honestamente quiero darle cada respuesta, pero tristemente no tengo ninguna que pueda satisfacerle ahora mismo. —responde Rin, tomando un sorbo de su té. —Creo haberlos visto en algún momento pero no es nada claro. Llevo todo el maldito día escuchando sus nombres y es cierto cada vez que les dije que no los conocía. Y pues, ya notó que ni siquiera sus rostros logro reconocer.
Itoshi sigue hablando con ese tono demasiado formal, y rimbonbante con las palabras pulcramente seleccionadas para sonar refinadas, aunque ahora no se escucha con un tono burlón, despertando así una nueva duda en la mente de Isagi, debido a lo poco común de ese dialecto tan estrafalario.
—Está bien. No puedes obligarte a reconocer a personas que probablemente no hayas visto nunca.
—Aprecio su comprensión.
—¿Por qué hablas de esa manera?
Rin parpadea confundido.
—¿De cuál manera?
—Así tan formal y... No sé como describirlo ¿Antigua?
Su rostro ahora muestra una expresión de sorpresa, pasando con rapidez a una que no puede entender del todo si se trata de vergüenza o vana tristeza. Muerde ligeramente la punta de la cuchara antes de hablar:
—Me lo inculcaron en la casa hogar donde estuve más tiempo. Desde los nueve hasta que ya lo sabe, me tuve que ir. —comenta como si no fuera realmente importante, huyendo del contacto visual que mantenían para ver ahora en dirección a su plato. —¿Sabía que los niños huérfanos tienen una probabilidad más alta de desarrollar problemas con la autoridad? Ja. La mierda de ese lugar me persigue hasta hoy.
—¿Fue un lugar malo? —Tantea el agente al ver el cambio de actitud en su acompañante.
—Preferiría tener que dormir en la calle otra vez que volver a ese maldito lugar.
Lo dice con una seriedad que es abrumadora, Yoichi entonces tiene un presentimiento que le perturba ligeramente y es el hecho de pensar que ni siquiera ha oído una cuarta parte de toda la mierda que ha vivido Rin.
—¿Por qué?
Y la curiosidad mató al gato, o en este caso lo dejó encerrado, porque la ligera abertura que había conseguido en la muralla que Rin ha plantado frente a él volvió a cerrarse.
—No es algo que le deba importar. —contesta con frialdad. Apartando lo poco que le quedaba de comida a un lado. —Perdí el apetito.
—Lo siento. Tienes razón, no debería meterme más allá de lo que deberíamos estar hablando ahora. —Aunque lo cierto es que cuando alguien era acusado de algo, la privacidad era lo que menos importaba. Incluso lo más mínimo podía llegar a importar, y sí realmente no habían investigado sobre el pasado de Rin hasta ahora era por el simple hecho de que apenas se estaban amoldando a la situación, pero ciertamente ahora investigar más allá era una prioridad. Y lo mejor sería oírlo de él, pero lo que menos le ayudaría ahora mismo sería llevarlo a un límite que pondría en riesgo todo su avance. —Pero aún así, seguimos estando en un interrogatorio así que...
—Ya le dije que no tengo más respuestas que usted quiere. Maldición. ¡Soy inocente y no tengo la culpa de que esa desgraciada dijera mi nombre!
Aunque su voz se elevó, Itoshi mantuvo las manos contra la mesa de metal inclinandose ligeramente hacia su dirección. Isagi no se sintió amenazado, aunque cualquiera podría decirle que debería volver a esposar a Rin, decidió no hacerlo.
—Bien, entonces ¿Por qué crees que te acusó?
—No lo sé.
—Oh, vamos. Debes tener alguna teoría. ¿Alguien que tenga algo en tu contra? ¿Un enemigo?
—¿Qué soy? ¿Un maldito villano de películas como para tener enemigos? —contestó como si fuera una estupidez, Isagi se sintió algo avergonzado, siendo que lo primero que pensó en decir fue "Cliente" pero eso sería muy obvio respecto a lo que sabían sobre el trabajo del menor.
—Solo es un decir. Simplemente una persona que tenga algo en tu contra. Alguien que preferiría tenerte fuera del camino por alguna razón.
Rin lo miró con intensidad, inclino la cabeza y no dejó de observarlo en silencio por largos segundos. Yoichi es un agente, por supuesto que sabe como ocultar sus emociones, pero no por eso, significa que las personas que interroga no puedan ser también excelentes leyendo la situación.
—Ah, es que ya lo sabe. —dice el menor chasqueando la lengua. —Debí habermelo esperado. Creí que mis clientes eran buenos ocultando su rastro, pero no me sorprende en absoluto su inutilidad. ¿Lo agregaran a la lista de cargos que se me acusa?
—La prostitución no es ilegal. Y por lo que vimos que la razón de la transferencia se especifique como "Pago por entretenimiento" que es lo bastante ambiguo como para ser aceptado y no acusarte de falsificación.
—Es la verdad con palabras bonitas. —comentó con una risa divertida.
—No es algo especialmente lindo...
—¿Me llamará ramera, agente? —pregunta, tamborileando sus dedos contra la mesa. Puede ver por la piel que se escapa de la tela de sus guantes que tiene cicatrices prácticamente en todos los dedos. —No sería la primera vez que me lo dicen.
—Oh, ¿quién sería yo para burlarme de eso? No creo que lo hagas por mero placer.
—Realmente el placer es lo menos que obtengo de esto.
—Lamento escucharlo.
—Lamento yo que usted se entere. Oh, agente. Ya no me va a mirar con esos bonitos ojos que me creían un chico inocente.
—Tu inocencia es justo lo que está en duda desde que llegaste a esta mesa.
—E incluso así pude sentir que tenía una oportunidad con usted ¿O no?
—¿Realmente lo crees? —contraataca, ignorando deliberadamente la insinuación oculta en sus palabras.
—Se vale tener esperanzas. —responde, encogiéndose de hombros. —Sin esperanzas no habría sobrevivido tanto tiempo.
—Con lo que ganas, no creo que te cueste vivir actualmente.
—Oh, créame. Ni todo el dinero que gano, vale lo que tengo que aguantar. —contesta entre dientes. —Y realmente de entre los dos. Más inocente me parece que es usted, si realmente cree que me pagan por mi cuerpo nada más.
Isagi lo mira entonces inclinando la cabeza.
—Supongo que le pagan por...
—Silencio. Es increíble lo que un hombre le puede contar a una puta de una noche. —La sonrisa en su rostro hace que Yoichi se sienta extraño. —Aunque al final de cuentas, los que gimen como putas realmente son otras personas.
Hay un pequeño recuerdo que llega al cerebro de Isagi, las palabras de Bachira en otra llamada que antes del almuerzo. “¿Por qué crees que le pagan tanto? Tiene un culo fabuloso, pero no le pagan por entregarlo, si entiendes lo que digo".
—Igualmente debe ser un trabajo arduo.
—Por supuesto que sí. —responde, apoyando la barbilla en la palma de su mano. —¿Es esto relevante para la investigación?
—Depende ¿Crees que alguno de tus clientes pudo haberte inculpado?
—Lo dudo. Hay más peligro para ellos conmigo en prisión que libre. Sí quisieran deshacerse de mí podrían haberme matado y ahorrarse problemas.
—¿Por qué?
—Por lo que sé. Elegiré salvar mi trasero antes que el suyo mil veces, si es necesario hablar para conseguir un trato, me importa entonces una mierda ser un soplón.
—¿No es peligroso que lo admitas?
—¿Vas a acusarme con ellos, agente? ¿Debería tener miedo?
Isagi no puede evitarlo, y ríe ligeramente por el tono asustado tan falso en la voz de Rin, haciendo su voz fina de forma casi ridícula.
—Tiene una risa sumamente linda, agente.
—Eres divertido aunque no lo creas.
—Me alegra que se tome de buena manera lo que le digo. Me burlo de los policías, pero ciertamente se toman de la peor forma lo que digo casi todo el tiempo.
—Ciertamente es culpa del lugar.
—Debí procurar que me arresten en lugares con mejor ambiente laboral.
Isagi se cubre la boca con la mano para no reír, y mirando a Rin quien se ríe, de una forma honesta que es realmente bonita. Y quiere que se siga riendo así, que la mueca tan distorsionada se desaparezca y que honestamente no termine pagando por algo que no cometió si es cierto eso que le dice.
—Quiero ayudarte, Rin. Pero ¿Me vas a permitir hacerlo?
El de ojos turquesa deja de reírse, conecta sus miradas una vez más, la melancolía se apodera de su expresión y ahora, el muro parece haber abierto la puerta para Yoichi una vez más.
—Señor policía, hace mucho que dejé de esperar cualquier cosa buena de parte de la vida. Ruego me disculpe cuando le digo que no puedo creerle fácilmente cuando dice que quiere ayudarme.
—No soy un policía.
—Lo sé, pero eres lindo cuando te molestas por eso.
[...]
¡He vuelto! Y perdón por la tardanza, que está vez sí fue justificada.
Hice Verano (que es ver clases el primer mes de vacaciones para poder adelantar materias en la universidad) y pues, ya saben, en un mes intentan ahogarte de información. No avisé nada porque ya había hecho esto el año anterior y no fue tan exigente. Así que no contaba con que me tendrían colapsada de tarea, y sin quejas porque yo solita me metí en esto.
¡Pero ya terminé! Así que volvemos con nuestro horario habitual.
¿Alguna teoría que se les ocurriera en la larga pausa? ¿Culpable o inocente?
De ahora es adelante es caída libre hasta la verdad porque estamos a la mitad de la historia y ya se los he dicho varias veces pero no pierdo nada con recordarles que esto va a doler y causar varios malos sentimientos al estilo "¿Qué mierda pensaba la autora?" O esa es la meta (no que piensen que estoy loca, solo que los dejé aturdidos al menos).
¡Muchas gracias por leer!
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