Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 29

Vuelvo hasta mi casa a recoger la moto. Después de hablar con Hugo me siento frustrado al no haber obtenido nada que pueda interesarme, espero que esta noche me consiga algo más de información sobre toda esa gente.

Tengo el tiempo justo para llegar hasta el hotel donde me han citado, porque al estar en los primeros distritos se me va más de media hora de camino.

Me tomo este tiempo para pensar en todo lo que hemos hablado, todavía no sé qué hacer con respecto al tema del exnovio de Aria, pero supongo que cuando tenga la información que necesito sabré como manejarla.

No voy a involucrarme directamente con él, eso podría meterme en muchos problemas y no es que vaya ligero de ellos. Y también porque no pienso arriesgarme a que me separen de ellas.

Le doy varias vueltas a la cabeza a lo otro que no ha dejado de rondar mi mente desde que el maldito niñato lo ha dicho. «Es tu novia, y la quieres» por supuesto que la quiero. Más que a nada en el mundo, pero es algo que todavía no le he confesado, tengo miedo de su reacción. No quiero que lo vea precipitado. O que esas palabras lleguen a asustarla. Apenas llevamos una semana en este rol y no puedo cagarla con ella.

Conduzco entre las calles de la ciudad dejando atrás barrio tras barrio.

Me pregunto cómo sería vivir en uno de estos, donde la pobreza no abunda tanto y la delincuencia no se ve cada día.

Me pregunto cómo sería vivir tranquilo sin más preocupación que el ir a un trabajo normal, que mis hermanas tengan una vida totalmente adecuada a su edad. Un buen colegio, amigas, una casa bonita y el dichoso perro.

Que Aria cumpla su sueño de ir a la universidad. Es una prioridad para mí que lo haga, aunque tenga que esperar algunos años para ello.

Ahora que estoy cerca del distrito 1, se me viene a la cabeza la loca idea que me comentó Aria el viernes. He de reconocer que al principio no la tome en serio, de hecho, no creí que me lo estuviera planteando de verdad.

Pero su cara me decía todo lo contrario.

Aparco la moto en el parking del gran hotel donde se hospedan los mafiosos del robo de las naves.

Están en la décima planta.

Sin duda, esta es de menor categoría que la vez pasada, claro que ahora no tenemos que estar más de diez tíos dentro de ella, y supongo que no necesitan tanto espacio para hacer lo que he venido hacer.

Llamo a la puerta y uno de los gorilas que tienen por guardaespaldas me abre. Entro, observando todo a mi alrededor y veo a los dos jefes en una mesa redonda. Me invitan a sentarme frente a ellos y lo hago.

—Bienvenido muchacho —habla el más mayor de los dos—. Supongo que ya echabas en falta el dinero que te debíamos.

—Sí, señor —contesto—. No hice esto por amor al arte —bromeo, pero no parece que a ellos les haya hecho mucha gracia el chiste con doble sentido hasta que rompen a reír y uno de ellos se levanta.

—Me gustas, eso ha sido bueno. El humor nunca está de más y no tenemos suficiente —habla en un tono amistoso—. Queríamos proponerte algo muchacho —me palmea el hombro un par de veces.

—No me interesa —lo corto antes de que siga hablando—. Solo he venido a por mi dinero.

Esto me mosquea, me pareció escucharlos hablar de mí el día que estuvimos aquí durante tanto tiempo, antes de hacer el trabajo, pero no esperé que fueran a proponerme algo en serio.

—Muchacho insolente —chasquea la lengua y yo trago saliva, pero no me acobardo, estoy acostumbrado a tratar con este tipo de gente y no voy a dejarme enredar—. Ni siquiera nos has escuchado.

—No lo necesito. Hice este trabajo por una deuda personal que tenía con West —les aclaro para que vean que en ningún momento me interesó el trabajo—. Dejé todo esto hace años, no puedo volver porque tengo asuntos personales por los que responder.

Punto. No voy a contarles nada más.

—Hay muchacho... ¿tú sabes la cantidad de dinero que podrías ganar?

—No me importa —sentencio.

El hombre que sigue sentado en la mesa me pasa un sobre bastante abultado. Lo miro con desconfianza antes de cogerlo y abrirlo.

La cantidad me sorprende y me ofende a partes iguales. En un vistazo rápido puedo contar más de cinco mil dólares, más de lo que tienen que pagarme. El hombre que sigo teniendo de pie junto a mí me sonríe con arrogancia, detecto al momento sus intenciones, pero no estoy dispuesto a venderme.

Abro el sobre y saco todo el dinero y lo pongo sobre la mesa, cuento que haya exactamente los cinco mil que me pertenecen y dejo el resto. Los hombres me miran con incredulidad sin saber que hacer.

No quiero que tengan ese poder sobre mí, ni que me vengan luego reclamando el dinero que me han dado de más, no necesito más que el acordado en su momento y así está bien para mí.

Con su permiso salgo de la habitación y me dirijo al ascensor, lo espero porque está ocupado, segundos más tarde la puerta se abre y ante mi aparece Tano. No lo he vuelto a ver desde aquel día. Y al igual que yo, imagino que viene a cobrar el resto del dinero.

Me hago a un lado para que pueda salir y le digo:

—Por lo que veo sigues vivo.

—Ya sabes lo que dicen, bicho malo nunca muere —se encoge de hombros y una vez ha salido completamente del ascensor yo entro en el.

No le contesto, solo me quedo mirándolo y el hace lo mismo. Un asentimiento de cabeza es lo único que recibe de mi parte y cuando me lo devuelve aprieto el botón del ascensor a la planta baja.

Cuando estoy junto a la moto miro la hora en el móvil. El reloj marca las ocho y cuarenta y dos minutos, llamo a Aria para ver que quieren cenar.

Ella responde al primer tono.

—Hola chico guapo —contesta.

—Hola linda. Ya voy para casa. Llamaba para saber si queréis que compre la cena.

—Eso estaría bien, espera y les pregunto a las chicas que quieren.

Espero unos minutos mientras las estoy oyendo debatir entre elegir unas comidas u otras. Aprovecho para echar un vistazo a mi alrededor para ver si hay algún restaurante que me llame la atención, ya que el hotel se encuentra en un lugar donde hay muchas oficinas cerca y por eso los locales de comidas abundan en esta zona.

—Amor, ya se han decidido quieren comida china.

—Perfecto ¿Os pido lo de siempre? —les pregunto aun sabiendo lo que ya quiere cada una.

—Sí —contesta ella—. Mira a ver si hay galletitas de la suerte y compras también.

—¿Alguna cosa extra más? —pregunto con diversión.

Vuelve a preguntar a mis hermanas y después de unos largos segundos vuelve hablar.

—Helado con ositos de gominola por encima ¡ah! y no tardes tenemos hambre.

—Está bien, llegaré lo antes posible —me río—. Besos para mis chicas.

—Besos para nuestro chico —contesta ella y colgamos.

Abro la puerta de casa y lo primero que me encuentro es a tres chicas con la cara negra, una toalla liada a la cabeza y en albornoz. Sentadas en el sofá y comiendo palomitas de maíz.

Varios son los pensamientos que se me vienen a la cabeza, como preguntarme ¿Qué demonios hacen con esas pintas? y como no puedo huir de mi mente sucia, es preguntarme si Aria estará totalmente desnuda debajo de la única prenda de vestir que le veo puesta.

Oh santo cielo... sacudo mi cabeza aturdido.

Las sigo recorriendo con la mirada y veo que llevan algodones entre los dedos de los pies, se han pintado las uñas de color rojo al igual que las uñas de las manos.

—¿Pensaba que esta noche no os ibais a disfrazar? —bromeo.

Las tres giran la cabeza al oírme hablar, estaban tan concentradas viendo la película de Rompe Ralph que ni se han enterado que había entrado en casa.

—Pensábamos que tardarías más en llegar —contesta Aria pero apenas puedo entenderla porque eso que lleva en la cara ya lo tiene seco y no puede vocalizar bien—. Ya nos quitamos esto, pon la mesa mientras nos ponemos el pijama.

—Vais a tener que dejar de ver tantas películas os dan muy malas ideas —bromeo al ver en el portátil las imágenes de montones de bolas de helados con ositos de gominola y muchos más toppings por encima.

Se van hacia el cuarto de baño corriendo mientras yo pongo toda la comida en platos y saco la bebida, no tardan mucho en salir y mis hermanas se van a su habitación a ponerse el pijama al igual que Aria, pero yo me acerco todo lo rápido que puedo hasta mi novia antes de que se meta a la habitación para susurrarle:

—¿Estás desnuda ahí dentro? —le hablo al oído mientras doy un pequeño tirón al cordón que rodea su cintura, el único obstáculo que me impide verla como su madre la trajo al mundo.

Pero este no llega a soltarse.

Noto como se estremece y me coge por los antebrazos para sujetarse, parece que mi comentario ha despertado pensamientos sucios en ella.

Bien, ya estamos en igual de condiciones.

—Solo tienes que deshacer el nudo para comprobarlo —acaricia con su nariz la mía y roza con sus labios los míos, dando un pequeño estirón a mi labio inferior hasta que este se suelta de sus carnosos labios.

Oh joder, cuánto me gustaría hacerle de todo en este momento, pero mis hermanas están a punto de salir.

Aun así, no puedo evitar tocarla.

Le acaricio con la yema de mis dedos el muslo y voy subiendo despacio acariciando y siendo consciente de cada trozo de piel que recorro notando como se le eriza el vello allá por donde mis dedos van pasando, su respiración empieza a ser agitada, al igual que la mía.

La deseo, joder si la deseo, más que a nada en este puto instante.

—Erick... —jadea—. Las chicas, ellas...

—Lo sé —gruño y la beso.

Pero mis dedos no se detienen y siguen subiendo más allá de las caderas levantando a su vez el trozo de albornoz que me va molestando. Voy abriendo hueco entre la tela y ella para poder seguir con mis caricias más allá, hasta todo lo que ella me permita.

Mi mano se cuela completamente y desaparece de mi vista, palpando a ciegas su cuerpo y haciendo un recorrido por toda su cintura, me deleito con toda ella, jugueteo con su ombligo está empapado en sudor, doy la vuelta por la espalda hasta llegar a su nalga derecha la que más a mano tengo y le doy un suave apretón, ella suelta un gemido que me hace perder la cordura, me acerco a ella aun con mi mano sobre su piel suave para volver a susurrarle:

—No sabes las ganas que tengo de verte sin esto puesto —le robo un beso. Ella parece tan hipnotizada por el momento que solo gime en respuesta—. Sin nada en realidad. Totalmente desnuda —beso—. Solo para mí —arrastro con mis dientes su labio inferior—. Únicamente mía.

—Erick... —me mira excitada y suspira dejando caer su frente a mi pecho, derrotada—. Me estás matando.

Saco la mano, despacio, justo en el momento en el que mis hermanas salen al salón. Van a sus sillas a sentarse para cenar, por suerte sin prestarnos atención a nosotros que seguimos en el mismo sitio sin movernos.

Ella separa su frente de mi pecho y me mira. Tiene la piel ardiendo y tanto el cuello como la cara del mismo color que su precioso pelo, suspira un par de veces antes de hablar.

—Te-tengo que... volver al baño —tartamudea, está, saliendo del trance en el que estaba sumida. Y poco a poco parece que vuelve en sí—. Dame cinco minutos y cenamos.

—Tómate el tiempo que necesites, amor —le beso la frente—. Yo también necesito recomponerme de este momentazo.

Me sonríe echando un vistazo a mi entrepierna antes de alejarse para encerrarse en el baño.

—Ahora salgo enanas —les digo, para que no vengan a buscarme.

Entro a mi habitación y cierro la puerta. Necesito también unos minutos al igual que ella, tengo la erección más potente que haya tenido nunca y tengo que bajarla tan pronto como me sea posible, no puedo salir al salón de esta forma, mis hermanas no necesitan verme de esta manera.

Trato de calmarme y de pensar en otras cosas. Doy vueltas por la habitación, abro la ventana y saco la cabeza para que el aire frío me dé en la cara, pero el calentón que llevo encima es tan abrasador que seguro que me lleva más de cinco minutos relajarme.

Aria llama a la puerta y pide permiso para entrar, no puedo volver a quedarme a solas con ella con solo esa bata de por medio. Abro la puerta para salir ya con mis hermanas y para dejar que ella se ponga el pijama. Pero cuando paso por su lado me coge de la muñeca y sin que mis hermanas lo oigan me dice:

—Lo que ha pasado hace un momento... —se queda en pausa un segundo, antes de volver a hablar. Pero ahora se alza con los pies para hablarme más cerca—. La próxima vez que suceda, no va a terminar así. Eso ha sido cruel.

Y entra a la habitación dejándome como un bobo y con la puerta cerrada en las narices. Trago saliva por lo menos tres veces y mi pobre entrepierna vuelve alzarse como un mástil. Aprovecho que mis enanas están viendo la tele para ir corriendo al sofá y sentarme, eso disimulará bastante la erección, lo suficiente para relajarme y que vuelva a quedarse en reposo.

Me distraigo con la conversación que están teniendo mis hermanas entre ellas, porque tener al lado a mi increíble novia y ver cómo me lanza miradas poco sutiles y nada inocentes va a dejarme sin cordura.

Terminamos de cenar hace mucho y ahora estamos viendo la segunda película.

—Príncipe —bosteza mi hermana—. Llévame a la cama, tengo sueño.

—Vamos —la dejo en el suelo para poder levantarme porque la tenía tumbada sobre mí—. ¿Enana tú también? —pregunto a la otra gemela que no responde porque se ha quedado dormida encima de Aria.

Tomo en brazos a Lucy mientras Nora viene andando de la mano con Aria. Las dejamos a cada una en su cama y nos despedimos de ellas hasta mañana deseándoles como siempre buenas noches y dulces sueños.

—Voy al baño primero —anuncia Aria.

—Tranquila amor, no tengo que entrar, te espero en la cama.

Ella asiente y se encierra en el baño. Entro en mi habitación y me acomodo en la cama. Ojeo el móvil porque tengo muchos mensajes de mis chicos, esta noche es la más fuerte de todas al ser el día de Halloween y encima siendo en sábado.

No pasan muchos minutos cuando la puerta se abre con Aria entrando y cerrando la puerta detrás de ella. Eso se me hace extraño, pero la veo a ella tan tranquila que enseguida dejo de darle importancia.

—¿Ocupado? —pregunta sentándose entre medias de mis piernas y apoyando la espalda en mi pecho. Es una posición que ya hemos tomado por costumbre antes de dormirnos.

—No, amor, solo miro los mensajes. Hugo estaba hablándome de la fiesta en la que está hoy que se celebra junto con otra a la que no va, pero que tiene ojos y oídos en ella.

—¿Andy no está en las fiestas?

—No, supongo que estará con Mara —hago una pausa al recordar que no sabe de ella—. ¡Mierda! Me olvidé de contarte. Tiene novia, la he conocido esta tarde —sonrío feliz, por él.

—Oh vaya... eso es genial —gira su cabeza y la inclina ligeramente hacia arriba para encontrarse con mis ojos—. Por qué es genial, ¿no?

—Sí amor, muy genial, ya le he dicho que nos la tiene que presentar oficialmente. Por lo que cualquier día tendremos alguna comida o cena con ellos.

—Me parece bien, ya tengo ganas de volver a verlos.

Dejamos de hablar y cada uno sigue a los suyo con el móvil. Yo hablando con mi gente que me están dando parte de todo lo que está pasando y de cómo van las cosas. Y ella veo que está leyendo en el móvil en una app de esas de libros.

No tengo sueño y ella parece muy concentrada leyendo también, pero la noto algo incomoda, no deja de removerse y acomodarse más sobre mí. La oigo suspirar y de pronto se gira para verme de nuevo.

—¿Ocupado? —me extraña que lo vuelva a preguntar, por eso pongo toda mi atención en ella dejando el móvil a un lado de la cama.

—No. Para ti nunca —sonrío—. Cuéntame.

—Lee esto —me da su móvil justo por donde quiere que empiece a leer.

Y lo que leo me sorprende y me enciende. La miro y ella no ha dejado de mirarme un solo segundo desde que he empezado a leer. Trago saliva por lo explicito que es el texto. No he terminado la escena cuando me quita el móvil y lo deja junto al mío.

Levanto una ceja y extrañado la miro.

—Quiero... quiero que me hagas lo que acabas de leer. O que improvises, me da igual.

¿Esta insinuando lo que creo que esta insinuando?

—¿Estás segura? —pregunto en un punto en el que si me dice que no. Va a matarme.

—Pocas veces he estado tan segura como en este momento —se endereza y se pone casi a la altura de mi cara—. Quiero que me toques, Erick. Quiero que termines lo que has empezado antes.

Y sin más explicaciones la beso, la devoro, me la como entera hasta saciarme.

++++++++++++++++++++

AHHHHHHH Espero que os haya gustado!!!

El próximo capitulo es +18

Gracias por leer!!!!

¡¡¡¡¡¡¡Que tengáis un día Fantabuloso!!!!!!!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro