𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐔𝐍𝐎
𝐃𝐈𝐒𝐓𝐑𝐈𝐂𝐓 𝟗
Llevaba días interno. No sabía cuanto tiempo llevaba con exactitud ya que al estar recluido en una habitación sin ventanas y una puerta reforzada se le hacia imposible lograba ver la luz del sol.
Le habían llevado varias veces comida, solo la dejaban y escuchaba como la deslizan hasta estar cerca de él pero en ninguna ocasión llegó a probar la comida, se sentía débil e indefenso pero tenía miedo de que en aquellas comidas hubiera algo como algún sendante, droga o en el peor de los casos, veneno.
Estaba débil, su cuerpo después de tratar de gritar por ayuda, golpear las paredes he incluso, intentar de acorralar a la persona que le dejaba comida ya no podía más, solo quería descansar.
Pero no queria, no quedaría quedar aún más indefenso, pero su cuerpo ya no daba al igual que su mente.
-Saquenme de aquí, por favor. -pidió en un susurro, sus ojos poco a poco cerrándose- Por favor...
(...)
Habían pasado dos semanas.
Dos semanas luego de haber caído inconciente en aquella blanca habitación, donde había pasado dos días completos en una camilla en la enfermería del lugar. Después de aquellos sucesos todo había cambiado para Jeongin, la cárcel donde se encontraba no era más que un internado de niños problemáticos o con conductas extrañas, un internado en donde todos sus "eestudiantes" eran por no decir mucho, niños que luego de ser secuestrados o llevados por sus propios padres eran obligados a beber pastillas diariamente, y llevados a una habitación aún más grande que era llamada "la sala de prácticas".
Por suerte no había sido llevado allí, Jeongin siempre fue tranquilo y luego de aquel incidente y de ver como salían los demás chicos de aquel lugar, con la vista perdida, temblando y con varias quemaduras en sus sienes se concentró en mantenerse sereno y dejar que creyeran los guardias que él ya estaba amaestrado.
Mordió su labio, bajó la cabeza y siguió caminando con su bandeja de comida hacia la mesa en el medio de la cafeterías, los chicos sentados ahí le dieron espacio y lo saludaron con un breve movimiento de cabeza. Esos tres, tenían algo extraño, más de lo normal en ese lugar, sus ojos eran más vivos y de vez en cuando a uno de ellos, el más robusto y musculoso lo había visto sonreír, pero no sabía si era real en verdad después de todo, luego de tantas drogas que le suministraban cada noche al prepararse para dormir aún le afectaban aunque el tratara de esconderlas en la funda de su almohada.
-Hola.
Aguantó su respiración al escuchar aquella voz suave hablar a un lado de él, levantó la mirada de su puré de papas y divisó al chico de cabello negro que lo miraba de reojo.
-¿Es a mi...?
-Habla con cuidado, niño. Y no me mires, ve tu comida y solo asiente o niega a lo que te pregunte. ¿Esta claro?
Volvió su mirada con suavidad a su comida y asintió, llevando otra cucharada de arroz a su boca para disimular.
-Eres nuevo aquí, no tienes mucho tiempo ¿verdad?
Negó.
-¿Tus padres te trajeron?
Sus cejas se fruncieron con tristeza y negó, removiendo el arroz. Un silencio se extendió luego de eso, podía escuchar las pisadas de los demás que se movían hasta sus mesas o los guardias que se paseaban con tranquilidad por los pasillos.
Levantó un poco la mirada y se encontró al trío mirándose con duda entre ellos, uno de ellos asentia mientras que el otro solo se mantenía al margen, mirando con aburrimiento el lugar, o eso era lo que hacia creer a los demás por que sus ojos se miraban alertas a pesar de su postura aburrida.
Sintió removerse al pelinegro y volvió a tener la mirada en su comida, esperando por otra de sus pregunta.
-¿Viniste por tu cuenta?
Volvió a negar, no entendía aquellas preguntas. Tal vez sería algun juego del director del lugar para que fallara, pero los chicos se miraba demasiado alertas para que fuera así.
-¿Quieres huir de aqui?
-¿Hay una salida? -preguntó devuelta, no quería tener esperanzas en algo que solo eran palabras al aire.
-Claro que si, aunque todo esté resguardado. Te he visto por mucho tiempo, niño. Se que no eres igual que los demás en este lugar. -lo escuchó beber de su agua y suspirar- Tienes conciencia. No te he visto pasar a la sala de prácticas en ningún momento por lo que no tienes el cerebro fundido.
No sabía hasta donde llegaría el pelinegro, ¿a él también lo habían secuentrado?
-Te propongo algo, niño.
-¿Qué cosa?
-¿Estas dispuesto a ayudarnos a salir de aqui?
Después de un largo tiempo levantó la mirada pero no observó a ninguno de los chicos en la mesa, observó a los demás en el lugar, caminando de manera mecánica y sin vida en los ojos, y no lo dudo cuando asintió con suavidad.
-Estoy dentro. ¿Que tengo que hacer?
(...)
Lo primero que tenia que hacer sería no tomar las pastillas que les daban, cosa que ya hacia pero había logrado saber de Bangchan que hacían en su organismo. Aquellas pastillas lo dejaban sin fuerzas y su función sería mantener a todos con sus músculos dormidos, además de darle mucho sueño. Los drogaban aún más para que no tuvieron ni voz ni voto en sus desiciones y que no pudieran interactuar más de lo necesario con los demás.
Por lo que también mientras no las tomara tendría que fingir que estas hacían efecto para que no lo tuvieran en el foco de atención los guardias ni mucho menos en director.
-Tienes que ser cuidadoso con todo esto, Jeongin. No puedes decirle a nadie más sobre esto o sinó van a matarnos. ¿Entendiste?
-si... ¿hay más chicos que quieres huir?
-A parte de Han, Changbin y yo, hay cuatro chicos más. Y no serán más.
-¿Por que? Podrían llegar más como yo que estén sin el lavado de cerebro y podríamos ayudarlos, como ustedes están haciéndolo conmigo.
-¿Acaso no lo entiendes aún? Todo esto es peligroso, reclutar a más chicos sería aumentar la probabilidad de que nos atrapen y nos maten.
-Pero...
-No. Escucha bien esto, Jeongin, sinó hubiera sido por que Changbin te había estado vigilante y se encariño contigo esta conversación no se estaría dando. Así que deja de insistir y sientete afortunado con esta oportunidad.
Su mirada fue hasta Changbin y este solo observaba su comida con timidez, un tenue rosa se extendía por sus mejillas.
-Esta bien.
-Nos reuniremos mañana con Felix para que sepa sobre esto y los pasos a seguir para que todo avance bien, en menos de tres semanas tenemos que salir de aqui como sea.
Caminaba con sus ojos somnolientos y con seriedad por los pasillos para despistar mientras ubicaba el lugar que se había hecho su habitación en poco tiempo, había un ducha y dos camas, ya que compartía cuarto con uno de los chicos zombies.
Al llegar entró con cuidado, inspeccionando con la vista la cama arriba de la suya y al encontrarla sola dejó su porte somnoliento y se fue directamente al baño, no escuchaba moviendo ahí por lo que supo que su compañero todavía estaba fuera. Sabía que llegaría pronto así que aprovecharía cada momento solo y sin ninguna cámara que lo mantendría vigilando.
Quince minutos después salió de la ducha secando su cabello azul con una toalla, se colocó el uniforme limpio de camisa y pantalones blancos que todos llevaban y se terminó por acostar en la cama de abajo.
Estaba a nada de dormir cuando escuchó como la puerta se abria y su compañero ingresaba con paso ligeros, entraba al baño y después de ahí, el sonido del agua cayendo. Luego de eso, se durmió.
No supo como ni cuando paso, pero luego de lo que pensó serían segundos sintió una mano en su boca y un cuerpo arriba de él, abrió los ojos alarmado y observó en la oscuridad la sombra de que creía su compañero de habitación.
-Shh. Deja de moverte, niño zorro.
Hizó un sonido amortiguado con su boca y trató con más fuerza de quitarse aquel cuerpo de encima, logrando que su compañero apretada aún más el agarrare en sus muñecas y apretara sus muslos para no dejarlo moverse más.
-Supe por ahí que alguien quiere huir... Enserio lo haras ¿eh?
Con solo esas palabras Jeongin quedó congelado en su sitio.
ODDINARYZONE 2024
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