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𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝑜 𝒳𝒳𝒱𝐼

[+3k ;u;]



Capítulo 26: Reflekta

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Chat me ayudó a ponerme de pie sobre mi balcón.

—Gracias gatito, de verdad esta noche fue inolvidable— coloqué un mechón de mi cabello detrás de la oreja mientras lo miraba.

—Al contrario, gracias a ti, princesa. Me has hecho el chico más feliz del universo— extendió sus brazos sonriente.

Solté una risa. —De acuerdo, de acuerdo, entiendo. De hecho, yo soy la más feliz en estos momentos— bajé mi mirada, con una leve sonrisa en mi rostro. —Literalmente, yo te he conocido desde hace (tiempo que llevas viendo la serie). Ni en mis más locos sueños creí que... Existiera la posibilidad-

Chat me abrazó repentinamente, haciendo que me callara.

Ma chère, si tuviera el poder de ahorrarte ese tiempo, hubiéramos podido conocernos mucho antes...— Me miró con firmeza, levemente... ¿Culpable? (¿Culpable de qué?).

—N... No me digas que te sientes culpable porque en todo ese tiempo siempre quise conocerte pero no tenía la oportunidad... ¿O si?— Él desvió la mirada, arrepentido. —Oooooh gatito— lo vi con ternura y besé delicadamente la punta de su nariz, atrayendo su atención. —Lindura, no eres culpable de nada. Lo único que importa es que ahora podemos formar nuestro propio destino... Juntos... Como tú dijiste— coloqué mi mano en su mejilla.

El rubio sonrió con alivio; sin embargo, rápidamente cambió su expresión a una coqueta. —¿"Lindura"?— Se acercó peligrosamente a mi rostro con mirada de 7u7.

—¿Acaso quieres que mienta?— Me crucé de brazos. Mi respuesta lo dejó atónito y retrocedió un paso. Lo vi divertida. —Para mí, eres la perfección hecha realidad— el oji verde se sonrojó violentamente y se llevó una mano a la boca. Me carcajeé salvajemente por un tiempo, las lágrimas comenzaron a brotar, al igual que el dolor estomacal, característico al reírse mucho. —Ay no, jajajajajajaja. Ga- jaja- gatito jajajaja. Si esa es tu reacción al decirte la verdad, no me imagino qué pasará cuando te diga todo lo que opino de ti.

Me vio conmocionado. —M-m-m-a-a... ¡¿HAY MÁS?!— Alzó la voz, aún con el gran sonrojo.

—Ay, muchas cosas ¡wuuuuuuu!— Me tiré al piso.

—¿Debería asustarme?— Se me acercó lentamente.

—Nah, estoy loca— me puse de pie y mi expresión se tornó seria. —Es tu única advertencia, aún puedes escaparte. O si quieres puedes seguir siendo mi nov-

—¡Claro que quiero! Me enamoré de cada aspecto de ti. Y ya sabía desde el inicio que estabas loca— me guiñó el ojo. Besé su mejilla. —Entonces... ¿Qué más opinas de mí?

—Eso será para otro día, tengo sueño, y aún me falta gritar de la emoción, llamar a (M/A) y Nath, entre otras cosas.

—Entonces te dejo, preciosa. Hasta la próxima— susurró apegándome a él.

—Nos vemos— nos dimos un último beso y saltó de edificio en edificio. A la distancia se oían sus festejos, se notaba su felicidad. Inmediatamente mi rostro reflejó incredulidad. —No puede ser— susurré. —Soy novia de Chat Noir— abrí mis ojos como platos y me pellizqué múltiples veces. Me llevé una mano a la cabeza. —Esto no puede ser real, ¡esto no puede ser real! ¡Yo-!— Volteé hacia la Torre Eiffel. —... Es real— dije atónita bajando mi mano. Una sonrisa casi psicópata creció en mi rostro. —¡¡¡¡ES REAL ES REAL ES REAAAAAAAAAAAAAAL!!!!— Comencé a saltar repetidas veces mientras me aferraba del barandal.

—¡______! ¿Qué rayos? ¡Creí que ya estabas dormida y te encuentro gritando a las 11 de la noche!— Regañó mi madre al entrar en mi habitación. —¿Y esa ropa?— Me vio de arriba para abajo sorprendida.

—¡Mamá!— Corrí a abrazarla.

—¡Wow, hija!— Me regresó el abrazo sorprendida. —¿Qué te tiene tan feliz?

—Es un secreto— guiñé mi ojo mientras llevaba mi dedo a mis labios.

Mi madre suspiró. —¿Qué es lo que haré contigo?— Se cruzó de brazos. —¿No estás en la mafia, o si?— Preguntó asustada.

—¿Qu-? ¡No!— Negué rápidamente. —¡Tengo novio!— Exclamé dando un giro.

—Oh...— Estalló entre carcajadas. —Ajajajajajaja tú jajajajaja novio jajajaja si claro jajaja— continuó riéndose como foca retrasada.

—Wow, gracias, yo también te quiero— hablé con sarcasmo. —¿Qué clase de motivo tuviera que tener para mentir acerca de que yo tengo novio? Simplemente pudiera no contarte— razoné.

Mi mamá dejo de reírse y lanzó un grito ahogado. —Es verdad— se puso emotiva de repente. —Oh mi niña— corrió a abrazarme, mas bien, extrangularme.

—Ma- no respiro...

—Ups, perdón— me soltó y yo caí al piso >:'v —¿Y quién es el joven afortunado?— Preguntó con una mirada pícara.

—Aaaaaaah, si te lo digo no me creerás— rasqué la parte trasera de mi cabeza.

—Ay, no seas así. ¡Cuéntame el chisme! ¿Quién será mi futuro yerno?— Preguntó emocionada.

—¡Mamá! ¡Por Dios!— Me tapé la cara avergonzada, ganando unas risitas por parte de mi madre. —A Chat Noir y a ti les encanta avergonzarme— hablé molesta.

Ella palideció. —¿Acaso dijiste Chat Noir?

—Si. Creo que ya puedes sacar tus propias conclusiones.

—Ay, hija— habló con decepción. —¿Estás fantaseando otra vez con lo mismo? Ya suficiente que andes gritando "Chat Noir dame gataclismo".

—¡MAMÁ!— Grité ruborizándome. —No lo estoy imaginando...— Toqué delicadamente mis labios. Una sonrisa creció en ellos. —Chat se me declaró y le dije que si— susurré con tono soñador y la mirada baja.

Se llevó las manos a la boca. —¡Con razón estabas gritando como desquiciada! ¡Me alegro tanto por ti, mi cielo! ¡Felicidades!— Me abrazó nuevamente.

—Gracias mamá. Y ahora si me disculpas. ¡Le contaré a Nath y a (M/A)! Estoy segura que no me perdonarán si lo escondo por más tiempo— reí levemente.

—Está bien, mi amor— me besó la mejilla. —Dulces sueños y estoy muy feliz por ti.

—Gracias ma, descansa— se fue cerrando la puerta.

Como dije, llamé a Nath primero. Me alegó por la hora en que lo estaba llamando, pero al contarle la buena nueva se le pasó rápidamente el malhumor y comenzó a hacer ruidos de fangirl y a felicitarme como loco muy emocionado. Agradecida, le dije que lo dejaría dormir y él me advirtió que no me escaparía de contarle todo con detalle.

(Ahora a (M/A)) pensé sonriente y marqué su número. Costó que contestara, y al igual que Nath, primero me alegó de por qué volvía a llamarla temprano. Claro que se le pasó el enojo al enterarse. Comenzó a fangirlear.

—¡Y su ship se llamará ___Noir! O ¿prefieres Chat___?— Cuestionó.

—Da igual. ¿Y qué pasó con el LadyNoir? Ese es tu ship favorito— recordé.

—Lo amo y lo seguiré amando pero ¡¡LO QUE TE ESTÁ PASANDO ES PARA MORIRSEEEEE!! ¡¡IMAGÍNATE QUÉ SUCEDERÍA SI SE LLEGARAN A ENTERAR RICARDA, EL FANDOM Y AAAAHHHHHHHHH!!— Gritó, haciendo que separara mi celular de mi oído.

—¡Sssshhhhhhh! Aquí ya casi es media noche— hice un gesto apresurado con mi mano.

—¡¿A quién carajos le importa?! ¡Chat y tú son n-o-v-i-o-s!— Deletreó la palabra.

—Si, si y estoy que regocijo de la felicidad pero, ¡buenas noches!

—Hey no te atreva- —corté.

—Jejejeje— reí malignamente.

Hice mi rutina diaria para dormir, que no me molestaré en explicar, y me lancé a mi cama.

Lunes por la mañana, los pájaros cantan y yo me encontraba corriendo hacia la escuela. Me levanté un poco tarde porque al despertador le agarró no sé qué y no sonó. #LaHistoriaDeMiVida.

—______, que nos toman la foto hoy— habló Nath acercándose.

—Carajo, ¿era hoy? Pues ya que, igual no me hubiese podido arreglar más de lo que ya estoy porque soy ¡fabulosa!— Exclamé dando una vuelta.

El pelirrojo rió. —No lo niego. Vamos, su alteza. No deje a su caballero esperando— se señaló y extendió su brazo para que me apoyara en él.

—Se lo agradezco, señor— tomé su brazo y entramos a la escuela.

—Es mi trabajo, mademoiselle. Debo cuidar de usted mientras su príncipe no esté presente— siguió con tono educado.

Me reí levemente y asentí con la cabeza.

Fuimos con Rosita y Juleka a saludarlas.

—Saldré en la foto con Adrien— susurró emocionada Marinette, quien se encontraba a un lado de nosotros junto con Alya.

—Si, porque estás en la misma clase que Adrien— recordó la oji avellana.

—Al menos ustedes saben que estarán en la foto— nuestras miradas se enfocaron en una triste Juleka.

—¿A qué te refieres, Jul?— Pregunté.

—Siempre que intento tomarme una fotografía, algo sale mal, haciendo que no me vea— bajó la cabeza.

—Pero esta vez será diferente— animó Rosita.

—Si, no te preocupes Juleka, todo saldrá bien— habló Marinette, logrando una pequeña sonrisa de parte de la azabache con mechón morado.

El fotógrafo ajustó la iluminación y las bancas en donde nos sentaríamos. Procedió a llamar a cada uno de mis compañeros de clase. Chloe sin falta, hizo un comentario innecesario sobre quienes se sentaron al frente. Nos llamaron de uno en uno y con unas cuantas modificaciones:
Max, Marinette, Mylène, Alix y Rosita se sentaron al frente; Nino, Adrien, Juleka, Kim e Iván estaban en el centro de pie; y finalmente, yo, Nath, Alya, Sabrina y Chloe de pie en la banca de atrás.

—El destino nos quiere juntos— le susurré a mi amigo pelirrojo en plan de amigos.

—Eso parece, pequeña— susurró de vuelta.

—No soy ta-

Adrien me interrumpió al aclararse la garganta. Nath y yo volteamos rápidamente hacia la cámara en total silencio.

—Digan wisk- ¿qué? Oh no, lo siento chicos. La batería de mi cámara se acabó, iré por otra. No se muevan— habló el fotógrafo marchándose rápidamente.

Nath y yo intercambiamos miradas y nos encogimos de hombros.

—Señorita Bustier, ¿puedo ir al baño?— Preguntó Juleka.

—Claro, pero apresúrate— respondió con una sonrisa.

—Yo también necesito ir al baño, señorita— anunció Sabrina y corrió en la misma dirección de la oji roja.

(Fantástico, lo que faltaba, mmmmmm, ¡ya sé!).

—U-ugh— me quejé y coloqué mi mano sobre mi estómago.

Adrien, Nino, Alya y Nath me voltearon a ver.

—¿Qué te pasa, ______?— Cuestionó Nath levemente preocupado.

—Creo que el desayuno me hizo mal, siento que-— puse mi otra mano sobre mi boca y volteé hacia la señorita Bustier. —Señorita necesito ir al baño— hablé con tono apresurado y que reflejaba dolor fingido.

—Si claro, ve— dijo preocupada.

—No se preocupen por- ¡Ah!— Me fui corriendo en dirección al baño.

Entré con un portazo, y justo me encontré a Sabrina colocando la silla en la puerta donde está Juleka.

—¡Ah!— Se sobresaltó la pelirroja mientras se alejaba de la silla.

—¡Así te quería agarrar, puerca!— Exclamé enojada apuntándola.

—N-no, ya lo encontré así— trató de excusarse.

—No me sermonees— agarré la silla y la tiré a un lado para efecto dramático.

—¿Qué está sucediendo?— Preguntó Juleka abriendo la puerta del sanitario donde estaba.

—Por orden de Chloe, Sabrina quería atrancar la puerta con esa silla, dejándote encerrada para que te perdieras la foto— me crucé de brazos viendo a la culpable con el ceño fruncido.

—¿Qué?— Se sobresaltó la azabache y dirigió la vista a Sabrina.

—No es verdad, yo-

Alguien entró de repente, interrumpiendo a Sabrina.

—¡______!— Gritó.

Sabrina y Juleka se quedaron inmóviles.

Pestañé dos veces. —¿Qué rayo-?


P.O.V. de Adrien


(No me lo puedo creer. ¿Realmente era necesario que ______ estuviera junto a Nathaniel? Ya sé que es mi novia, bueno, novia de Chat Noir- ¡Es lo mismo! ¿Acaso ella se ve mejor a la par de ese pelirrojo que de mí?).

—Viejo, ¿qué sucede? Estás frunciendo el ceño. Ya tomarán la foto, sonríe— me susurró Nino.

Suspiré y traté de sonreír, sin conseguirlo. (¿Cómo quiere que sonría si mi novia está sonriendo al lado de otro?).

—El destino nos quiere juntos— oí susurrar a mi princesa.

—Eso parece, pequeña— susurró Nath.

Abrí mis ojos como platos. (¡¿Qué demonios?!) Exclamé en mi mente.

—No soy ta-

Me aclaré la garganta para detenerlos. Ambos voltearon rápidamente hacia la cámara. Suspiré aliviado.

—Digan wisk- ¿qué? Oh no, lo siento chicos. La batería de mi cámara se acabó, iré por otra. No se muevan— habló el fotógrafo marchándose rápidamente.

—¿Qué fue eso, Adrien?— Preguntó Nino.

—Se estaban acercando— respondí sin verle.

—¿Qué?— Lo vi por el rabillo de mi ojo. Mi amigo vio encima de él disimuladamente. —¿Estás así por ______ y Nathaniel?— Los señaló.

—Sshh, Nino— lo regañé.

Contestó con una pequeña risa. —Estás celoso.

—No, viej-

—U-ugh— escuché un quejido.

Inmediatamente volteé hacia mi querida ______, preocupado.

—¿Qué te pasa, ______?— Preguntó Nathaniel preocupado.

—Creo que el desayuno me hizo mal, siento que-— posó su otra mano sobre su boca y volteó hacia la señorita Bustier. —Señorita necesito ir al baño— habló apurada.

—Si claro, ve— respondió la maestra preocupada.

—No se preocupen por- ¡Ah!— ______ se fue corriendo en dirección al baño.

—¡______!— Alcé mi voz preocupado y corrí detrás de ella, ignorando las llamadas de Nino.

—¿Qué rayos piensas?— Habló mi kwami al salir de mi camisa blanca.

—En la chica que amo— dije con tono serio.

—Bien, pero no hagas nada extraño, recuerda que ella no es tu novia, es de Chat— habló un poco ¿preocupado?

—Chat y yo somos el mismo, así que es mía.

¡No Adrien!— Entré sin pensar al baño de las chicas.

—¡______!— exclamé preocupado.

Juleka y Sabrina se me quedaron viendo pero las ignoré y busqué a ______.

—¿Qué rayo-?

Me le acerqué rápidamente y tomé su mejilla con una mano, mientras que la otra la posé en su hombro derecho.

—¿Estás bien? Me preocupaste. ¿Te llevo a la enfermería? ¿Dónde duele?— Comencé a inspeccionarla en busca de algún signo que delatara el dolor que sintió hace rato.

—¿Qué- yo?— Su rostro mostró confusión.

—¿Qué está sucediendo aquí?— Entró de repente la señorita Bustier. —¿Adrien pero qué haces aquí? Este es el baño de señoritas— frunció el ceño y se acercó.

—Lo lamento, señorita. Pero ______ es una amiga muy querida para mí. No quería dejarla sola mientras se sentía mal— expliqué sin apartar la vista de mi princesa.

Ella no apartó sus preciosos ojos de los míos, y me veía con curiosidad, sorpresa y cierta inocencia. (Si pudiera, me la llevaría lejos ya mismo y probaría sus labios una vez m-)

Oí un suspiro, interrumpí mis pensamientos y dirigí mi vista hacia la maestra.

—Muy bien, pero alguien explíqueme qué está sucediendo. ______, creí que te sentías mal.

—Discúlpeme señorita. La verdad es que no me sentía mal— habló apenada.

—¿Qué?— Dijimos la señorita Bustier y yo al unísono.

—La verdad es que, escuché a Chloe susurrarle a Sabrina que fuera detrás de Juleka y le impidiera regresar para la fotografía. Yo tuve el presentimiento de que usted no me dejaría ir al baño porque ya hubiésemos ido 3 personas. Por lo que fingí mi malestar para confirmar mi sospecha. La cual fue acertada, atrapé a Sabrina atrancando la puerta en donde estaba Juleka con aquella silla— explicó ______.

—¡Sabrina! Después de la fotografía discutiremos tu castigo y el de la señorita Bourgeois— decidió la maestra.

—Si señorita— la chica de lentes bajó la mirada y salió del lugar a paso lento.

—En cuanto a ti Adrien, esta será una llamada de atención que no se vuelva a repetir.

—Se lo prometo, señorita.

Ella asintió y todos regresamos con el grupo.


P.O.V. de ______


Mi corazón no dejaba de latir a mil horas por segundo. Adrien no me ha soltado desde que entró en escena. Ahora está sosteniendo mi mano, y no parece que la quiera soltar pronto. (¡Aaaaaaaaaahhhhhhh! ¡SU MANOOOOOOOOOO!) Fangirleé en mi cabeza.

—Ey, ¿______?— Habló Juleka con timidez.

—¿Si, Juleka?

—Gr-gracias por lo que hiciste, si no hubieses estado ahí yo no-

—Tranquila— pasé mi brazo sobre sus hombros. —Mientras esté en mis posibilidades, yo te ayudaré— le sonreí.

Me devolvió el gesto y se adelantó para hablar con la señorita Bustier.

Adrien se acercó a mi oído. —Eres la persona más maravillosa que he conocido— susurró.

Un escalofrío recorrió mi espalda y me sonrojé levemente. Jalé mi mano con fuerza para que me soltara. Al conseguirlo, caminé frente a él.

—Yo pienso lo mismo, Adrien— desvié mi mirada, nerviosa. —Gracias por ir detrás de mí al pensar que yo estaba mal— le sonreí y le di un abrazo.

Él correspondió y seguimos caminando abrazados de lado.

—¡______!— Nath se acercó.

De pronto, el agarre de Adrien en mí se volvió más fuerte. Lo volteé a ver disimuladamente y le devolví el apretón. Me vio sorprendido. Pero solo le sonreí nuevamente y fui con Nath.

—¿Estás bien? Quise ir detrás de ti pero vi que el rubio se me adelantó— habló con tono un poco hostil.

—Ese rubio tiene nombre, y es Adrien— me molesté levemente.

—¿Y desde cuando te importa que sepa su nombre? No sabes si está planeando robarme a mi mejor amiga— se cruzó de brazos.

Mi enojo se fue inmediatamente. —Aaaaawwww, Nath— después de retomar nuestros respectivos lugares lo abracé de lado. —Tú eres i-rrem-pla-za-ble— resalté cada sílaba.

Él sonrió. —Opino lo mismo. Seremos mejores amigos para siempre ¿verdad?— En sus ojos apareció un brillo.

—Que infantil, Nath. Pero si, mejores amigos por siempre y para siempre.

Juntamos meñiques. —No habrá secretos entre nosotros.

—Y podremos confiar en el otro sin importar qué.

—Nos defenderemos mutuamente.

—Y nos apoyaremos en los momentos difíciles.

—Ilustramagnífico.

—Y Creativa.

—Juntos hasta el final— hablamos al unísono.

Nos sonreímos.

—Ustedes, la parejita de allá atrás— habló el fotógrafo. —Si ya terminaron, par de tórtolos, vean hacia la cámara.

Nath y yo nos sonreímos incómodos y nos quedamos quietos.

—Ahora si, digan wiski.

—¡No aceptaré que esa emo rara esté al lado de mi Adrien-boo mientras que Iván me está estorbando!— Reclamó Chloe.

La rubia comenzó empujar bruscamente a Juleka, quien se estaba resistiendo.

—Eso Juleka, no te dejes— alentó Marinette.

—Ugh, calla Dupain-Cheng. Igual, la foto estará arruinada con esta en ella, así que ¿por qué no mejor te largas?— Incitó la oji azul mientras señalaba a Juleka.

Yo me hice la insultada y me metí en la discusión. —Listen here, you little piece of sh-

—Tiene razón, yo no debería estar aquí. Ya he retrasado demasiado al fotógrafo y si me quedo no habrá foto que represente a la clase— habló Juleka con la cabeza baja. —Con permiso— salió corriendo.

—Oh no, señor Damocles, no podemos tomar la foto sin ella— dijo Marinette preocupada.

—Lo siento pero ya hemos retrasado al fotógrafo y aún le quedan 16 grupos, así que tendrá que ser sin su amiga— finalizó el director.

Todos de mala gana retomamos nuestros respectivos lugares y la foto fue tomada. Al dispersarnos, caminé junto a Nath.

—Me siento mal por Jul, ella merecía estar en la foto, más que Chloe— comenté irritada al chico tomate.

—Si, al final Chloe obtuvo lo que quiso y se puso junto a Adrien— Nath rodó los ojos.

—No importa ya. Prepárate— advertí seriamente.

—¿Para qué?— Me vio confundido.

—Para ver a Reflekta— mi rostro se oscureció para efecto dramático.

—¿Quién?

—Juleka akumatizada. Aún no podemos dejar la escuela— puse mi mano para pensar. —No es fácil tener una idea sin mi sillón para pensar— susurré, ganando una mirada "WTF" de mi amigo. —¡Ya sé!— Choqué mi puño con la palma de mi mano. —Sígueme.

—¿A dónde vamos?

—A ocultarnos dentro de los casilleros cerca de los baños.

—¿Qué? ¿Por qué no simplemente irnos a mi casa o la tuya?— Alzó una ceja.

—Porque sería sospechoso, Nath. No les puedo decir: "hey, a Juleka la akumatizaron y viene para acá, así que Nath y yo nos vamos para no ser víctimas de su furia"— lo vi con el ceño fruncido.

—Bueno, esta bien— subió la mirada dándome la razón. —¿Pero acaso los casilleros son la única forma?— Preguntó incómodo.

—La más segura, si— afirmé. —No te preocupes Tomatito, yo te avisaré cuando el peligro haya pasado ¿si?— Lo vi con cariño esbozando una sonrisa.

—Bueno, te sigo— devolvió la sonrisa más tranquilo.

Continuamos nuestro camino, hasta que una voz fuerte hizo que nos detuviéramos.

—¡¿Dónde está Chloe Bourgeois?!

Solté un chillido y me giré a Nath alarmada.

—¡Es ella, corre!— Susurré apresurada.

Llegamos a los casilleros y entramos en los 2 últimos del fondo.

—______, ¿puedes oírme?— Preguntó un poco asustado.

—Fuerte y claro Nath, tenemos que guardar silencio hasta qu-

El alboroto, gritos de ayuda y la risa loca de Reflekta se oían afuera.

(No puede ser que nadie se haya escondido aquí. Si tan solo le hubiese advertido a los demás).

La puerta del lugar se abrió de un portazo.

—Chloe~— cantó la voz. —¿Dónde estás rubia mal vestida?— Habló mientras abría los casilleros uno por uno.

Cada vez que oía que se acercaba, mi corazón se aceleraba y no dejaba de sudar. Coloqué una mano sobre mi boca para suprimir cualquier ruido.

(Me encontrará. Haré lo que sea para que no llegue a Nath) cerré mis ojos.

—¡Reflekta!

Los abrí ante la nueva voz. (¡Ladybug!).

—Ladybug, te mirarás bien con mi apariencia— escuché que la villana se alejaba.

(Agradezco que tenga esos tacones para saber donde está) sonreí para mí.

Ya no se oía ninguna voz. Solté un suspiro de alivio mientras resbalaba mi espalda contra el fondo del casillero hasta quedar sentada con las rodillas cerca de mi rostro.

—¿Nath, estás bien?— Susurré.

—Ahora si, gracias a Ladybug. Llegó justo a tiempo— exhaló.

—Si, no te preocupes. Ella la derrotará; pero mientras tanto, no dejaré que Reflekta te toque— dije con valentía para que se sintiera mejor. Sin embargo, no respondió. —¿Nath?— De repente, la puerta de mi casillero se abrió, revelando a Nath. —¡No es seguro salir!— Advertí.

Él me tomó de la muñeca y me sacó del pequeño espacio donde me encontraba y me abrazó.

—No es justo que digas eso, sabes que yo tampoco dejaré a Reflekta tocarte.

Alegría reemplazó la sorpresa de mi rostro y le regresé el abrazo.

Ambos nos sentamos a la par de los casilleros, platicando de cualquier cosa que se nos ocurriera.

—No se escucha ningún ruido, saldré a ver qué sucede— dije levantándome.

—¡Ni loco te dejo ir sola!— El oji turquesa se puso de pie rápidamente.

—Es mejor que solo convierta a uno de nosotros.

—¿Convertir? ¿En qué?

—Reflekta tiene el poder de transformar a cualquiera en una imagen idéntica de ella— expliqué y coloqué mis manos en mi cintura. —Además, si sigue aquí en la escuela, no quiero que te transforme, sobre todo por los grandes tacones que tendrías que usar— alcé la ceja sonriente y salí por la puerta antes que el pelirrojo pudiese protestar.

Tremendo susto que tuve al ver a la mayoría de los presentes convertidos en Reflekta.

—¡______!

—¡WA-! Ejem, ¿Rosita?— Ella no estaba transformada.

—Oh, estoy tan feliz que estés bien. ¿Y Nathaniel?— Preguntó viendo en diferentes direcciones.

—Gracias, y él está-

—¡______!— La rubia y yo giramos al chico que corría hacia nosotras.

—Aquí— hablé mientras me facepalmeaba.

—______, no quiero que te sacrifiques por mí, no te dejaré sola— habló el pelirrojo decidido.

—Aw, que lindos. Se nota que son mejores amigos— habló Rosita sonriente.

—Si, lo quiero mucho— despeiné a mi amigo, a pesar que él sea más alto que yo. —¿Pero a dónde se fue Reflekta?— Pregunté mientras que Nath trataba de librarse de mi agarre.

—Oh, es verdad. ¡Se perdieron el show!— Exclamó entusiasmada.

—¿Show?— Cuestionamos Nath y yo al unísono.

Rosita nos explicó todo lo que sucedió mientras estábamos en los casilleros.

—¿Así que Chat se convirtió en Reflekta?— Preguntó Nath sorprendido.

—¿Y él junto a otros convertidos atacaron a la verdadera Reflekta?— Continué.

—Básicamente.

—Creo que nos perdimos bastante— dijo Nath un poco molesto.

—Yo- espero que Chat esté bien— me crucé de brazos. —En especial en esos tacones mata pies— (que trauma).

Rosita y Nath rieron. —Como tu dijiste, todo estará bien— el pelirrojo me abrazó por el hombro.

Minutos después, vimos el montón de mariquitas que estaban regresando a las personas a la normalidad.

—¡Lo lograron!— Exclamé emocionada y nosotros tres chocamos los cinco.

Todos los alumnos estaban de regreso en la escuela, y el fotógrafo siguió con normalidad la rutina con los 16 grupos restantes. Marinette logró convencerlo para que nos tomara una foto en grupo en el parque.

Estaba conversando con Nath y vi a Chloe y a Sabrina detrás de un árbol. Chloe se fue enojada como siempre, pero Sabrina parecía querer aparecer en la foto.

Yo sonreí comprensiva.

—Espérame Nath, debo hacer algo— informé yendo en dirección a Sabrina, quien estaba dispuesta a irse.

—Pero la foto ya...

—¿Sabrina?— Pregunté posando una mano en su hombro. —Ven conmigo para la foto grupal— sonreí.

—¿Y-yo? ¿De verdad? Pero por mi culpa-

—Tranquila, ya está en el pasado. Y fue Chloe, no tú.

Ella sonrió y asintió.

—¡______!— Nath llamó preocupado.

—¡Carajos! ¡A correr!— Tomé de la muñeca a Sabrina y ambas corrimos hacia los demás.

Llegamos justo cuando el flash se disparó y en la foto ambas salimos corriendo con una sonrisa mientras que los demás nos miraban riéndose.

Al final todo salió perfecto. La maldición de Juleka fue rota y nos tomamos varias fotos con poses graciosas.

Juleka y Rosita me tomaron cada una de un brazo y vimos a la cámara.

Sonreí. —Ah por cierto, Chat y yo somos pareja— dije casualmente sin despegar mi mirada del objetivo.

—¡¿QUÉ?!— gritaron y al instante la cámara tomó la foto, capturando el momento.


Continuará...

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