Capítulo 18: El Mimo

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—¡¡¡¡Y ESTO SE VA A DESCONTROLAAAAAAAAAAAAAAAR!!!!— Entré corriendo y gritando a mi casa y me tiré sobre mi cama, rebotando en el proceso y terminando en el piso. —¡¡¡OH-HO!!!— Me quejé.

Estaba feliz porque iba a hacer una video llamada con un grupo de amigas, no son fans de Ladybug, pero conocen el show debido a moi. Justo en ese momento, mi celular sonó y me dirigí a él y vi quien me llamaba. Suspiré y contesté pero no dije nada.

—¿______? Sé que estas allí, s-solo... Escúchame— resonó la voz de (M/A).

—Hm...

—Yo...— Pausó y suspiró lentamente. —Perdóname... Vi el video... Que me mandaste. No sabías que grabaste por accidente parte de tu conversación con Chat ¿verdad?

Hice una mueca que reflejaba mi confusión y curiosidad. —¿Conversación?

—Si, eh, sobre Nath, estaba bien y que te prometió salvarlo... Y... Que te pidió que bailaras con él.

Mis ojos se abrieron como platos. —¡¿Qué?! ¿Cómo es posible? Estaba segura de que ya no estaba grabando yo- — me interrumpí al recordar que dejé caer mi celular por la impresión de aquel momento y no estoy muy segura si dejé de grabar o solo recogí mi celular rápidamente cuando escapé de la situación.

—Sé que te negaste y... Una fangirl, estando en sus sentidos, no rechazaría una petición semejante a la que él te pidió— continuó con un tono bajo. —Creo que... Te dije que te alejaras de él porque estaba celosa...

—(M/A)...— Susurré impactada.

—No, déjame terminar. Mis consejos y comportamiento fueron así no por temor a que cambiara la serie, bueno, en parte si tengo miedo a que eso pueda pasar pero; tenía envidia... ¡Tengo aún!— Suspiró nuevamente. —Recuerda que no eres la única que sueña con París— una lágrima resbaló por mi mejilla. —Perdón por ponerte presión. La verdad es que, si yo estuviese en tu lugar, no perdería ni un segundo y me le tiraría a Chat Noir encima besándolo múltiples veces— reímos por su comentario. —Eres fuerte, ______. Nunca olvides eso.

—(M/A), tus palabras me inspiran. Serás una gran escritora cuando seamos adultas— hablé con alegría.

—Gracias— pude sentir que ella sonreía.

—Te perdono (A/M/A), eres mi mejor amiga. Y te comprendo, entiendo tus celos. Tú deberías estar aquí, no yo-

—No digas tonterías, ______— me interrumpió. —Estás ahí por una razón desconocida, fuiste... La elegida.

—¿E-elegida?

—¿Quien sabe? Tal vez tú serás el motivo por el que Adrien y Marinette terminen juntos, o que la estúpida z*rra de Lila muera— ambas nos carcajeamos.

—No hagas teorías locas sobre mí, por favor, aún debo hablar con el maestro Fu— dije risueña.

—Oye... ¿Y si le cuentas la verdad a Adrien y Marinette? Así-

—¡NO! ¡Me creerían loca!— Exclamé.

—Bueno tal vez-

—Oh, espera (M/A), tengo otra llamada— vi la pantalla de mi móvil.

—Ya rugiste— contestó y puse la otra llamada.

—¿Qué hay? ¿Quién es? ¿Qué quiere?

—¿______? Hola, soy yo, Marinette.

—¿Marinette?

—No, soy Chloe, ¡si, Marinette!— Alzó la voz.

—Oye wey, relájate y come snickers.

—Oh si, eso ayuda.

—¡Dejen de hacerse las graciosas y cuéntale niña!— Regañó Alya.

—Uy, que delicada— dijimos la oji azul y yo al unísono.

—Bueno, como iba diciendo, el papá de Mylène hará una presentación de pantomimas hoy ¿quieres unírtenos?— Preguntó la azabache.

—¡Si! Suena interesante.

—Nos reuniremos debajo de la Torre Eiffel a las 6, no tardes ¿okey?

—Como diga mon capitán, ahí estaré.

—Jaja, super, hasta luego— colgó.

—¿Y quién era? ¿Adrien?— Preguntó (M/A), con un tono divertido.

—Nel amiga, era Marinette. Me invitó al show del padre de Mylène.

—Ah, o sea que estás en "El Mimo", bueno, suerte con ello.

—Ajá, gracias.

Continuamos charlando por un buen rato. Que bien se sintió hacer las paces con (M/A), realmente me hacía falta hablar con ella, es mi hombro de soporte, con quien puedo desahogarme sin temor a ser rechazada. No nos guardamos secretos, por eso no dudé ni un segundo en contarle sobre mi estadía en París.

Salí a caminar porque no tenía nada que hacer, no se me antojaba dibujar y mi madre me dijo que pasaba mucho tiempo en mi laptop, así que ¿qué remedio?

—Rayos ya me dio hambre— dije cuando un gruñido resonó de mi barriguita. Seguí caminando hasta que encontré un Café muy bonito. —Ahora que lo pienso, ya llevo unos cuantos meses aquí y no he salido a comer a un restaurante— entré al local.

—Bonsoir, señorita— saludó el chico de la caja registradora. —¿Qué es lo que desea?

—Deme un (tú sándwich favorito), un pastel de caramelo y té de durazno con hielo, por favor.

—Enseguida señorita— me guiñó el ojo y me fui a sentar en una de las mesas que estaban fuera del local.

Después de unos diez minutos, llegó el mesero con mi orden y devoré mi comida, elegantemente por supuesto, y pagué la cuenta. Me quedé sentada un rato más para terminar mi bebida.

—Que clima más perfecto el de hoy. Sin duda, París es hermosa de día y noche— comenté. Me levanté de mi asiento y me puse en marcha sin rumbo específico, hasta que vi a Ladybug en la plaza donde está el Louvre. —Hola Ladybug— saludé.

—¡Ah!— Del susto botó el celular de Alya al cesto de la basura. —¡Oh! ______, cuanto tiempo, bueno, si nos hemos visto pero no hemos conversado apropiadamente desde ¿Demoilustrador? O era ¿Cupido Negro? Em...— Ella siguió hablando rápidamente mientras la veía divertida. —...Y si, estoy aquí por ¿patrullaje?— Habló insegura.

—En ese caso, no te molesto más, hasta luego, Motitas.

—¡No!, que va, tú no me molestas, adiós (T/A)— se despidió con la mano.

—Je, nunca me había llamado así, eso es nuevo— susurré para mí misma y me dirigí a Théo, quien estaba dando volantes sobre el show del padre de Mylène. —Hey Théo.

—¿Eh? Oh, ______. Que agradable sorpresa— me saludó mientras le daba un volante a un señor.

—¿Interrumpo?

—Claro que no. Y dime, ¿qué haces por aquí?

—Paso el rato, hasta que te vi y quise saludarte.

—Gracias. Por cierto, ¿irás al show de esta noche?— Preguntó dándome uno de los volantes que estaba repartiendo.

—Sip, con unas amigas. ¿Tú hiciste el diseño?

—Si, fui yo— rascó la parte trasera de su cuello.

—Woa, eres muy- ¡AH!— Me interrumpí al ver al Mimo corriendo hacia nosotros.

—¡¿Qué sucede-?!

El Mimo cortó en varios trozos los carteles y volantes que tenía Théo con una espada invisible.

—HOLY SH*T!!!— Grité impresionada.

—¡Corre!— Exclamó Théo.

Ambos corrimos en direcciones diferentes.

—¿Acaso es...?— Escuché hablar a Ladybug con tono de sorpresa.

No puse atención a donde iba hasta que la bocina de un carro me hizo voltear rápidamente y parar mis pies a la vez que el carro frenó forzadamente frente a mí.

—¡Miércoles! Eso estuvo cerca— alcé la voz aún impactada.

—¡______!— Gritaron. Subí mi vista. (Aw, ¿por qué rayos siempre me lo tengo que encontrar a él?) Pensé. —¡¿Estás bien?!— Exclamó Adrien preocupado mientras se bajaba del vehículo y se acercaba corriendo a mí.

—Si, no te preocupes. Perdón por atravesármeles, es que hay un akumatizado luchando con Ladybug— señalé detrás mía, donde la pelea se estaba llevando a cabo. Adrien solo se quedó parado con una mueca de sorpresa. —Bueno, eh— dije para llamar su atención nuevamente. —Si me disculpas, voy a huir de aquí como una mariquita, chau- — me interrumpió una presión en mi muñeca. Volteé a ver qué era la causa y era la mano de Adrien. —¿Ángel?— Lo vi directo a sus ojos esmeralda con curiosidad.

El rubio guardó silencio y comenzó a correr, jalándome con él hasta que paramos detrás de un edificio.

—¿Estás herida?— Preguntó con tono bajo.

—No, pero ¿por qué me trajiste hasta aquí?

—Para alejarnos de la pelea, ¿a dónde tienes pensado ir?

—¿A mi casa?— Pregunté insegura.

—Bien, ve— se puso de pie. —¡Yo me aseguraré de que no hayan personas en el área!— Exclamó corriendo cerca de la pelea.

Suspiré. —Cuídate, mon petit chaton...— Y le lancé un beso, como pasó en el capítulo "Riposte".

...

Más tarde, me dirigí a la Torre Eiffel y llegué justo a tiempo. Me encontré con Alya, Marinette y Mylène. Yo me senté a la par de Mylène, y a mi izquierda estaba libre.

—Oh, que bueno encontrarlas aquí, creí que estaría solo— habló de repente el oji verde tomando el asiento junto a la azabache.

Claro que Marinette sonrió como lerda todo el tiempo y no dejaba de sonrojarse cada vez que le echaba una ojeada al rubio.

A mitad de la función, alguien se sentó en el asiento disponible junto a mí. Lo vi por el rabillo del ojo. —¿A-Adrien?— Susurré gritando. —¡¿Qué haces aquí?! ¿No estabas sentado junto a Marinette?— Cuestioné alarmada.

—Shh, veo mejor desde aquí— susurró y puso su mano sobre la mía.

—¡¿Qu-?!— Me sonrojé y fruncí el ceño. —¡Adrien!— Volví a susurrar.

—¿Te está gustando el show?— Evadió mi pregunta con una sonrisa sin dejar de mirar a los actores.

Yo suspiré y decidí no mover mi mano. Le eché una ojeada a Marinette, quien estaba buscando desesperadamente con la mirada al rubio. Hice una mueca nerviosa, tragué saliva y me recosté aún más en mi asiento. (Con suerte no atraeré la atención).

Continuará...

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