[¡Hola! Esta vez si publiqué lunes temprano \:D/ Y nop, no es un "Especial atrasado" simplemente era el capítulo que tocaba :P Whatever, ¡a disfrutar!]

Capítulo 15: Cupido Negro (Especial de San Valentín)

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—Pronto será San Valentín y quiero regalarle algo a todos los de mi clase. ¿Pero qué?— Hablé en voz alta mientras estaba sentada en mi sillón para pensar, bueno, mi silla para pensar. —Creo que tengo una idea— se me iluminó el rostro.

—O simplemente puedes hacer tarjetas personalizadas para cada persona— habló mi mamá, quien pasó enfrente de mi puerta casualmente.

—O puedo hacer eso— dije y me puse manos a la obra.

Saqué todos mis materiales de arte: tijeras, papel de colores, crayones pastel, acuarelas y mucho más. Me llevé como una o dos horas en cada tarjeta, porque tenía que encontrar el diseño perfecto para que cada una fuera de un color que identifique a la persona destinada y tuviera un patrón de la misma imagen en miniatura por toda la tarjeta, dicha imagen también debía de ser algo con lo que esa persona esté identificada. Junto a un mensaje especial en cada una.

—Ya— afirmé cansada quitándome el sudor de la frente.

Hice tarjetas para mi madre y mis amigos. La de mi mamá era roja con corazones de diferentes tonalidades de rosa y violeta, y tenía escrito:

"Te amo, mamá. Esta tarjeta no se compara con todo lo que has hecho por mí; pero quería dártela porque expresa mi agradecimiento. Siempre estaré aquí cuando me necesites."

Feliz día de San Valentín.

-______

—______, ve a dormir, mañana es San Valentín y apuesto a que no querrás llegar tarde después de haberte esforzado tanto en las tarjetas— mi mamá habló con tono cansado.

—¿Por qué? ¿Que hora es?— Pregunté y volteé a ver a mi reloj. —¡¿Medianoche?! C*rajo— exclamé y corrí a preparar mis cosas para el día siguiente como si fuese Flash.

Corrí tan rápido como pude y logré llegar a la escuela.

—Wow, párale a tu carro ______. Ya te pareces a Marinette— dijo Alya señalando a la susodicha, quien se encontraba con ella.

—Hey, ya sabes lo torpe que soy jiji— respondió la oji azul nerviosa e insultada a la vez.

Recuperé mi aliento y hablé. —Que bueno que las encuentro, quiero darles algo— expliqué mientras buscaba en mi mochila por sus tarjetas. —Feliz día de San Valentín— sonreí entregándoles las tarjetas a cada una.

—¿Eh? ______, no tenías por qué— dijo Alya sorprendida recibiendo una tarjeta anaranjada con un diseño de mariquitas.

—Es muy lindo de tu parte— comentó Marinette, tomando una tarjeta de color rosa pastel con un patrón de vestidos en el exterior de la tarjeta.

—¡Gracias!— Exclamaron al unísono y me abrazaron.

—De nada.

—Ojalá tuviéramos algo para darte a cambio— Marinette bajó la mirada y Alya asintió.

—No se preocupen, sus sonrisas son mi regalo— guiñé un ojo. —Debo ir a encontrar a Nath, nos vemos luego chicas— ambas se despidieron y comencé a recorrer el lugar en busca del pelirrojo. —Hey Nath— alcé mi voz cuando lo vi sentado en las escaleras dibujando.

—Hola ______— levantó la vista de su cuaderno.

—Feliz día de San Valentín— dije entregándole una tarjeta turquesa con dibujos de tomates en su exterior.

—Vaya, gracias (T/A). Déjame darte un dibujo como regalo— sonrió.

—Ya estás— accedí.

De pronto, cierto rubio se nos acercó a paso apresurado.

—Hola chicos, ______, tengo que decirte algo.

—¡Adrien! Justo a tiempo— cerré los ojos sonriendo.

—¿A tiempo? ¿Para qué?— Cuestionó confundido

—Para entregarte tu tarjeta— le di la suya, era de color verde pastel y tenía diseños de ángeles.

—¿P-Para mí?— Me miró sorprendido.

—Claro que si, ángel. La hice especialmente para ti, aunque eso lo sabes con solo ver el diseño de la tarjeta— sonreí divertida.

El oji verde se ruborizó levemente al leer el contenido. Algo relacionado con "espero que no te haya dolido mucho el golpe, de cuando caíste del cielo." (Realmente no se me ocurrió nada más que un diseño de ángel. Es que si le ponía gatos o queso sería muy sospechoso ¿no?).

—Gracias ______— contestó en tono bajo, similar a un susurro.

Entramos a la clase temprano, la señorita Bustier aún no había llegado, entonces aproveché para entregarles a todos sus respectivas tarjetas:

A Nino, una de color azul con diseño de notas musicales; a Iván, una de color negro con diseño de cráneos, claro que el mensaje estaba escrito con blanco para que lo pudiese leer; a Rosita le di una rosada con diseño de rosas rojas; a Juleka, una morada con negro; a Kim, una blanca con rojo; a Max, una verde con diseño de pixeles de videojuegos; a Mylène una verde limón con diseños de flores; a Alix una fucsia con círculos, semejantes a balones de deportes diferentes; a Sabrina una lila con patrón cuadrado, similar al de su chaleco; y finalmente, a Chloe, la cual era amarilla con diseño de abejas ;)

—Ugh, no quiero tu asquerosa tarjeta— dijo Chloe asqueada mientras tiraba a la basura la tarjeta que le di.

Yo solo me le quedé viendo a la tarjeta, justo donde decía: "...No eres tan mala ¿sabes?..." Con una mirada triste.

Nino puso una mano en mi hombro y negó con la cabeza sonriendo. Yo imité su gesto y nos dirigimos a nuestros respectivos asientos.

La señorita Bustier explicó la importancia del amor verdadero y que siempre derrota al odio. Yo miraba a Marinette, quien trataba de ver qué estaba escribiendo Adrien con tanto empeño. De pronto la maestra le preguntó a Adrien el tema de la clase, y él contestó correctamente, sorprendente en mi opinión.

El timbre sonó y Adrien arrugó la hoja en donde escribía hasta hacerla una bola de papel y la tiró en la basura, seguido a eso, salió del salón. Marinette se dirigió al bote de basura y metió su mano para sacar la hoja, consiguíendolo no sin recibir una burla de Chloe y Sabrina antes de que se fueran. Yo estaba aún en mi asiento y rápidamente me escondí detrás de mi mesa para oír lo que la azabache tenía que decir.

Tikki salió de la bolsa de Marinette. —No te enojes por ellas, no lo valen.

—Tienes razón, Tikki—desdobló el papel. —¿Una carta?— Comenzó a leer en verso.

Tus ojos preciosos son como tu cabello sedoso,

Hacen que pierda la noción de dónde estoy.

No puedo evitar verte y pensar: "¿Me amas o soy el único que siente el latido en mi pecho sonar?"

... Si aceptas ser mi novia, el chico más feliz del mundo sería,

pues sin ti a mi lado, siento que algo me han robado...

—¡Es un poema de amor!— Exclamó Tikki.

(Ese poema no sonó en nada a lo que la serie muestra, hum, no es para nada específico. Se podría referir a cualquiera, ¿con ojos preciosos como tu cabello se habrá referido a que ambos son del mismo color? O ¿que simplemente le gustan? Yo-)

—¡AAaaaaajajajaJAAAaaAhhh!— Festejó Marinette saltando múltiples veces.

Tikki la pellizcó demasiado fuerte, produciendo un grito de parte de la azabache.

Vi alejarse a la oji azul con Alya desde el frente de la clase mientras me apoyaba en el barandal y negaba con la cabeza.

—Me alegra que esté feliz.

—______, ¿en dónde estabas? Vamos— dijo Nath.

—Perdón, Tomatito— me disculpé mientras bajaba las escaleras.

Entré en mi habitación y me senté en mi silla giratoria dispuesta a hacer las tareas pendientes cuando un golpe en mi balcón hizo que volteara. Chat me saludó con una mano, yo sonreí abriendo ambas puertas y salí.

—Hola gatito, te estaba esperando.

—¿Tan ansiosa de volverme a ver, princesa?— Cuestionó con tono divertido.

—De alguna u otra forma sabía que vendrías— hablé volviendo a entrar en mi habitación y saqué la tarjeta que hice para Chat de una gaveta.

—¿Qué está haciendo, my lady?— Preguntó.

Asomé mi cabeza fuera de mi cuarto y luego salí completamente con las manos en la espalda. —Nada— dije en tono inocente. —¿Y tú por qué tienes una mano escondida detrás de tu espalda?— Pregunté curiosa tratando de ver detrás de él.

—No no no, princesa. Es malo espiar— sonrió.

—En fin. ¡Feliz día de San Valentín!— Exclamé con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Para mí?— Preguntó sorprendido. —Dos tarjetas de ella— susurró para sí.

—¿Qué?— Simulé no escucharlo.

—Quise decir, gracias, ______.

—De nada.

Guardó la tarjeta en su bolsillo. —Um, yo quería preguntarte algo— desvió la mirada.

—¿Mmm? ¿Qué cosa?— El chico rubio tomó mi mano y la besó.

—______, no sabes cuanto he esperado este momento— sonrió ruborizándose levemente.

Su acto me tomó por sorpresa y comencé a ponerme nerviosa.

—¿D-d-de qué hablas?— Tartamudeé.

De detrás de su espalda sacó... Un ramo de rosas y me las ofreció.

—¿Quisieras ser mi San Valentín, ma chère?— Inclinó su cabeza hacia un lado sin apartar sus ojos esmeralda de los míos.

Me llevé una mano a la boca. (Oh-oh, yo tenía... Razón...). —Chat yo-

—¡¡¡CUIDADO!!!— Gritó de repente, tiró el ramo de rosas y me abrazó girándome para que él quedara en el lugar donde yo estuve.

—¡¿Chat?! ¡¡¡CHAT!!!— Grité preocupada. Detrás de él se encontraba Cupido Negro volando.

(Le disparó a Chat). Abrí mis ojos como platos.

—Pre-ciosa...

—¿Chat? No te preocupes, todo estará bien. Solo debemos ir con-

—Tienes razón, todo estará bien— me soltó lentamente.

—¿Gatito?— Pregunté asustada.

—¡¡¡En cuanto no respires!!!— Alzó una mano dispuesto a golpearme.

—¡Ah!— Grité y me lancé fuera de su alcance, haciendo que él rompiera una maceta.

Movió su cabeza en mi dirección con una mirada que no expresaba cordura y su expresión furiosa hacía más notorio que sus labios eran de color negro.

Comenzó a caminar hacia mí, por lo que yo me apresuré a cerrar las puertas de cristal con llave.

—¡Abre ahora ______!— Exclamó con furia mientras golpeaba el vidrio.

Salí de mi habitación cerrando la puerta y mi madre me llamó la atención.

—¿Qué son todos esos gritos y golpes, ______?— Cuestionó preocupada.

—Mamá, tenemos que irnos, luego te explico.

—Per-

—¡Ya!— Exclamé con fuerza y corrí hacia ella, la tomé de la muñeca y salimos de la casa.

—¡¿Qué está sucediendo?!— Gritó conmocionada.

—Chat Noir y yo estábamos conversando en mi balcón, vino un villano akumatizado y le disparó una flecha a Chat, haciendo que el odio se apodere de él. El vidrio de las puertas de mi balcón no resistirán por mucho— no dejé de correr.

—¿Qué tu y Chat Noir QUÉ?— Preguntó atónita.

—Somos amigos ¿okey? Lo dej-

—¡______!— Llamó la atención el oji verde desde un techo. —Eres una idiota si creías que así me detendrías— sonrió malignamente.

—¡¿Cómo te atreves a decirle idiota a mi hija?!— Gritó mi mamá enojada empuñando su mano.

—Mamá, él está bajo los efectos del akumatizado. ¡Corre en la otra dirección!

—¡No te dejaré sola!— Habló firmemente.

—No, estando conmigo estarás en riesgo, ¡vete!— Exclamé.

Mi madre me miro preocupada y caminó hacia atrás cada vez más rápido hasta que comenzó a correr, lejos de la zona de riesgo.

Suspiré. —Chat. Hablemos. Sé que Ladybug no te presta la atención que tú quieres pero-

—¿Ladybug? Ella no tiene nada que ver en mi odio hacia ti— saltó del techo y aterrizó enfrente de mí.

—F*ck— susurré.

—Vaya, vaya, vaya. La ratoncita no tiene a dónde ir— se acercó.

—Esto no es justo, tú tienes superpoderes y yo am ¿mi ingenio? Aish, eso sonaba menos patético en mi cabeza— fruncí el ceño.

—Basta de charla. ¡Gatacli-!

Chat recibió un golpe en el estómago, mandándolo a volar.

—¡Vine justo a tiempo! ¡¿______ estás bien?!— Exclamó Ladybug con preocupación.

—¡Ladybug, gracias! Si no fuera por ti ahora estuviera hecha cenizas— sonreí.

—Vamos, Cupido Negro voló en esa dirección— me tomó de la cintura y nos fuimos balanceando en su yo-yo hasta estar enfrente de una fuente y ¿la mansión de Adrien? Okeeeeey.

—¿Por qué me necesitas?— Pregunté confundida.

—Recordé que una amiga me dijo que el amor triunfa sobre el odio— explicó.

—¿Ajá? ¿Pero yo que tengo que-? Oh, ¡OH! No te referirás a que-

—______, escúchame— me tomó por ambos hombros. —He visto la forma en que Chat Noir te mira.

—P-p-p-p-p-pero tú-él-yo no-

Chat Noir llegó al lugar y conversó con Cupido Negro.

—Bueno, tú atacas a Ladybug y yo a mi ratoncita— le dijo al villano con malicia sin dejar de verme.

—______, por favor. Ustedes se quieren. Hay química entre los dos, yo- ¡Ah!— Fue interrumpida por el ataque del akumatizado.

—Eso nos deja a ti y a mí— habló el oji verde tomando una pose para atacar.

Yo estaba aterrada, siempre Chat estuvo ahí para mí; pero ahora era lo contrario, él era el enemigo. Estaba congelada. Sin saber que hacer. Volteé a ver a Ladybug, ella asintió con una mirada seria.

—L-lo siento... Tengo que hacerlo— susurré para mí misma. (Perdóname (M/A), Marinette...).

Chat corrió hacia mí, pero esta vez no lo esquivé. Entonces, el rubio me tacleó y se puso sobre mí en cuatro patas. Yo cerré los ojos debido al impacto. Mis anteojos ya no estaban en mi cara.

—Siempre me he preguntado, ¿qué pasará si toco a una persona con mi Gataclismo?— Se preguntó a sí mismo e invocó su poder.

—Chat...— Puse mis manos en sus mejillas.

—¡¿Qué ray-?!

—Gracias por todo— susurré y lo atraje hacia mí, juntando nuestros labios.

(O...M...G!!!!!!!!! ¡¡¡SI ESTO ES UN SUEÑO, NO ME DESPIERTEN!!!) Gritó mi mente mientras continuaba con el beso, a pesar de saber que ya se había roto el hechizo, simplemente no podía dejar pasar esta GRAN oportunidad. Sentí como Chat sonreía e inconscientemente me atrajo más hacia él para profundizar el beso. Cuando nos quedamos sin aire nos separamos lentamente.

—Preciosa— susurró y juntó su frente con la mía.

—Gatito, estás bien— dije y lo abracé lo más fuerte que pude. Chat hizo lo mismo sonriendo de oreja a oreja.

—¡Ladybug Milagrosa!— Exclamó la chica motas.

Todo regresó a la normalidad. Ladybug se me acercó y me felicitó. Yo aproveché para darle la tarjeta que hice para ella, la cual, la superheroína aceptó encantada.

Chat tomó mis dos manos en las suyas y me dio una mirada que reflejaba ternura.

—______, antes de que me des-transforme, ¿aceptarías ser mi nov-?

Lo interrumpí. —Chat...— Separé mis manos de las de él y empujé las suyas suavemente lejos de mí. —No puedo, tengo secretos— mi tristeza se reflejó en mi rostro. —Hay muchas cosas que no sabes de mí. Y por ahora, debe quedarse así. No quiero que termines decepcionado— bajé la mirada.

—Princesa, jamás estaré decepcionado de ti— acarició mi mejilla.

—Mantén esa promesa...— Me fui corriendo del lugar con lágrimas en los ojos pero con una gran sonrisa. —Le gusto... Lo besé...— Murmuré para mí misma entre rápidas respiraciones.

P.O.V. de Chat

(¿A qué se habrá referido con "cosas que no sé de ella"?) Me pregunté mientras la miraba irse.

—Lo lamento, Chat— habló Ladybug con una mano en mi hombro.

—No, my Lady— volteé a verla. —______, es obstinada, como alguien que conozco— la vi con diversión.

—¿En serio, quién?— Preguntó la oji azul sin sospechar.

—Olvídalo— solté una risa. —Mi princesa... Quiero conocer sus secretos, y que confíe en mí. Tal vez así, podremos estar juntos en un futuro cercano— hablé viendo hacia el camino por donde se fue ______.

—Realmente la... Amas, ¿no es así?

—Si— volví a ver a la azabache.

—En ese caso... Te deseo lo mejor. Espero que ______ y tú terminen juntos. Como dije, hacen un buen par— extendió su yo-yo, marchándose.

—Mejor me voy también.

P.O.V. de ______

—Mamá, ¿estás aquí?— Pregunté al entrar en la casa.

—¡______!— Corrió a abrazarme. —¡¿Estás bien?! Me preocupaste mucho cuando Chat Noir te acorraló y-y-

—Tranquila, ma. No pasó nada. Al contrario, fue una aventura— le sonreí. —Todo está normal otra vez.

—Menos mal— suspiró.

—Estaré en mi habitación por si me necesitas.

Me detuve frente a mi puerta, tomé una bocanada de aire y entré. Solté un suspiro de alivio al ver todo como estaba, excepto, algo que llamó mi atención.

—¿Qué es-?

Salí a mi balcón y en el piso yacía el ramo de rosas que Chat me había ofrecido antes del ataque de Cupido Negro.

Me agaché para levantarlas. —Realmente, son hermosas...¿Huh?— Había una tarjeta entre las rosas.

"Para la chica que se adueñó de mi corazón"

-CN

Me sonrojé y solté un chillido de enamorada. —¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!— Grité muy feliz.

No me percaté de que (M/A) me estaba llamando...

Continuará...

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[No se desesperen mis querid@s lector@s, todo a su tiempo, todo a su tiempo ò//u//ó].