Jisung

Era lunes y odio los lunes, bueno, en realidad odio todos los días, detesto ir a la escuela pero lamentablemente yo no puedo hacer nada contra eso, me levanté y ordené mi cama, luego me fui a bañar y posteriormente me vestí, tomé las llaves del auto y la casa para ir a la universidad, no desayuné, lo iba a hacer en la cafetería de aquella institución.

El día había pasado normal, no tenía nada en especial, solo tuve unos conflictos con Felix, nuevamente, el estaba buscando a Jeongin y no iba a dejar que aquel pelinaranja le hiciera algo a mi bebé, todo iba bien hasta que siento un ligero dolor en mi estómago, no le hice caso a el dolor y seguí prestando atención a la clase.

Me encontraba caminando hacía la cafetería de la universidad con Jeongin cuando me detiene de la nada.

- Jisung, ¿cuando es tu celo? - me pregunta mientras veo preocupación en sus pequeños ojitos, y ahí es cuando me doy cuenta de lo que pasaba, había entrado en celo, por eso el dolor de estómago y el repentino calor, mierda, no tenía supresores a la mano.

- ¿Andas con supresores? - dije mientras me escondía detrás de él para que no se me acercaran los alfas, no quería estar con ninguno de esos alfas, solo quería uno llamado Lee Minho, más intentaba alejar aquellos pensamientos.

- No ardillita, no ando con ellos- me dice mientras me guía a el baño para que me calmara un poco y para que mi olor no atrajera más a los alfas.

- Que voy a hacer, ¡Justo hoy tenía que llegar mi maldito celo!- dije mientras me lavaba la cara para intentar disminuir la calor que sentía sin lograrlo ya que a cada segundo sentía que el calor se incrementaba.

- Vamos a la enfermería, talvez allí tengan supresores - me dijo mientras acariciaba mi cabello.

- Está bien, vamos - dije pero a el segundo después me arrepentí- no, mejor no, tu ve a buscarlos y yo me quedaré aquí, no quiero que los alfas me miren.

- Bueno ardillita, pero te quedas aquí y si un alfa se quiere pasar de listo contigo solo lo golpeas, ¿Entendido?.

- S-si - dije en un jadeo, estaba demasiado caliente y no lo podía controlar, solo quería que Jeongin trajera luego el dichoso supresor.

- Estás peor de lo que pensé, bueno ya vuelvo - dijo y sin más salió de aquél baño y se dirigió a la enfermería.

Estaba echándome agua nuevamente para intentar calmarme un poco cuando escucho una voz que me encanta, sin más suelto un jadeo inconscientemente por lo gruesa y oscura que salió su voz.

- M-minho, ¿Que haces a-aquí? - pregunté mientras me alejaba hasta chocar con la pared de el baño.

- Así que tú eres el que desprendía aquel delicioso olor - me dijo mientras se acercaba a mi- ¿sabes cómo estaban los alfas allá afuera por tu olor?, Nos estábamos volviendo locos - dice a centímetros de mis labios- tu olor nos trae locos - dice y sin más se lanza a besar mis labios cosa que correspondo gustosamente, luego baja a mi cuello sin más empieza a lamerlo y olfatearlo.

- No sabes lo exitado que estoy ahora cariño, tu olor es demasiado para mí - dice con una voz aún más ronca y oscura si es que eso era posible, suelto un gemido inconscientemente y el comienza a lamer mi cuello cosa que me volvía loco.

- S-sigue - dije sin pensar, realmente estaba mal, pero deseaba a aquel chico, lo quería dentro de mi.

- Te deseo tanto -me besó desesperado el cuello- eres mío Han Jisung, yo soy tu alfa, solo yo puedo tocarte y besarte, ,¿Te quedó claro?, Eres mío. - me dijo sin más me besó.

- S-soy tu-tuyo, de na-nadie más - dije aún más exitado, deseaba que me tocará y me follara sin piedad, de solo imaginarlo solté un gemido y el bulto en mis pantalones de hizo aún más grande y mucho más doloroso.

- Vas a saber lo que es follar - me dijo mientras me desabrochaba los botones de mi blusa- en cuatro - un gemido de me escapó cuando ocupó su voz de mando, no soy sumiso, más este chico hace que sea el Omega más sumiso de todos, estaba necesitado deseaba que estuviera dentro de mi cuánto antes.

- Follame de una maldita vez - fue lo único que puede decir antes de volverme un mar de gemidos al sentir sus manos colarse bajo mis pantalones, era exquisita la fricción entre sus manos y mi miembro. Todo era perfecto hasta que una voz nos interrumpe.

- Ardillita, encontré supresores - dijo aquella voz que conocía y que tanto amaba, más en este momento la llegué a odiar, ¡Mierda! Jeongin había llegado.

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Bueno eso es todo, lamento no poder actualizar antes.
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