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"Am I out of luck? Am I waiting to break? When I keep saying that I'm looking for a way to escape"



Daegu - 16 de mayo de 2008


Era un lunes por la mañana. Taehyung se encontraba en su casa, acostado en su cama mirando a la nada, pensando en todo.

No, en serio, era uno de esos días donde se sentía como si no estuviera realmente dentro de su cuerpo, como si le hubiesen puesto anestesia. Lo único que hacía era respirar.

Últimamente se había sentido adormecido, no había cosa o actividad que le produjese placer ni alegría, ni ninguna otra emoción.

Simplemente no sentía nada.

Su aspecto tampoco era el mejor, estaba delgado y algo pálido, tenía ojeras bajo los ojos y su cabello estaba opaco. No había tenido mucho apetito, por lo que sólo comía una o dos veces, el resto del día se la pasaba durmiendo.

Esa había sido su rutina las últimas semanas.

Seungmin se había mudado con su novia hace un par de meses, si él hubiera seguido viviendo en esa casa, seguramente se habría dado cuenta del estado en que se encontraba Taehyung.

Pero ya no era así, y Heechul no estaba tan pendiente de Taehyung como lo había estado Seungmin, así que él nunca notó nada fuera de lo común.

Los directivos del colegio de Taehyung habían tratado de comunicarse con Heechul en varias ocasiones, pero él no tenía tiempo para las tonterías de su hijo.

No obstante un día fueron tan insistentes que tuvo que salir del trabajo e ir hasta el despacho del director donde le esperaban varios profesores.

Le contaron sobre el extraño comportamiento de Taehyung desde que comenzó el año: sus notas habían caído en picado, se había metido en peleas en múltiples ocasiones, se había escapado del colegio un par de veces, y las últimas dos semanas ni siquiera había asistido.

Los educadores se hallaban perplejos, ya que Taehyung siempre fue un alumno sobresaliente. Hasta el año pasado se destacaba por ser responsable y tranquilo, y de repente se había vuelto un problemático, lo cual desconcertó a los profesores que lo conocían.

—¿Cómo van las cosas en casa, Heechul?

—¿A qué se refiere?

—Es extraño que Taehyung se comporte así tan repentinamente. A veces puede ser un indicio de problemas familiares o personales —dijo una de las maestras.

—He hablado con él para saber si le sucede algo, pero siempre ha dicho que estaba bien, lo cual estoy seguro, no es verdad —comentó el consejero escolar.

—No lo sé. En casa sólo estamos nosotros dos. Tal vez la mudanza de su hermano mayor lo afectó —Heechul se encogió de hombros.

—¿Eran muy unidos?

—Hmm... Algo así —respondió con duda.

—¿Cómo se comporta cuando está en casa?

—Uh... Bueno —vaciló —pues igual que siempre. Es decir, ya sabe cómo son los adolescentes.

—Hasta cierto punto es normal que los jóvenes manifiesten conductas rebeldes cuando entran a la adolescencia, pero ese no es el caso de Taehyung. Él ya tiene quince años y un historial impecable. Debe haber algo que lo hace comportarse de esta forma tan inusual —insistió otro profesor con los ojos entrecerrados.

Heechul comenzaba a sudar. Ellos parecían estar juzgándolo bajo esa máscara de cortesía.

—Hablaré con él. Me aseguraré de que vuelva a asistir a sus clases, con permiso —Heechul se levantó de su asiento y salió, dando por terminada la conversación.

Cerró la puerta de su vehículo con fuerza. Esa reunión lo había alterado un poco.

Estaba bastante molesto, pues la educación que Taehyung recibía no era nada barata. Había gastado mucho dinero pagando las cuotas del colegio y comprando todos los materiales que se necesitaban, para que el jovencito viniera a ser un ingrato.

Llegó a su residencia e ingresó en la casa echando humo, dispuesto a darle un buen discurso a Taehyung, por haberle hecho salir del trabajo sólo para escuchar a un montón de profesores quejarse por su mala conducta.

Abrió la puerta de su habitación y no lo encontró. "Este lugar es una pocilga" pensó mientras cerraba la puerta y se disponía a buscarlo en las demás habitaciones.

No esperaba encontrarlo en el baño hurgando en el cajón de medicamentos.

No tenía idea de que esos últimos días Taehyung había googleado sobre la sobredosis de los medicamentos que habían en su casa, pues quedaban algunos de Jongwoon y las pastillas para dormir de Heechul.

No sabía que a Taehyung le brillaron los ojos al darse cuenta de lo potencialmente mortales que eran las sobredosis de algunos, en especial la risperidona, la levomepromazina y ciertos barbitúricos que se usaban para el tratamiento de su hermano.

¿Estaba Taehyung realmente dispuesto a acabar con su vida? "Ya qué" pensó. No le importaba ni disfrutaba nada.

No tenía amigos y las únicas personas que parecían quererlo se habían ido, por lo que no era indispensable en la vida de nadie. Lo más seguro era que ni siquiera se notaría su ausencia.

Además tenía todas las herramientas al alcance de sus manos, así que ¿por qué esperar? No quería ahorcarse ni cortarse las venas, tampoco se animaba a empuñar un arma de fuego, así que la forma más viable eran esas pastillas.

Probablemente sólo se quedaría dormido y no volvería a despertar. La idea hizo a Taehyung sentirse aliviado.

Heechul se acercó sigilosamente y vio que su hijo ingería un par de pastillas mientras sostenía en su puño otras más. Pudo reconocer que algunas eran las medicinas de Jongwoon —que no se había acordado de desechar—, y otras eran las que él mismo consumía.

—¿Qué carajos haces?  —cuestionó de repente, asustando a Taehyung.

—Nada —musitó. Su voz se escuchaba ronca.

—¿Tienes problemas para dormir? Es irónico ya que al parecer te la has pasado acostado estas dos semanas —espetó —tus profesores me contaron que has sido un flojo y un problemático.

El menor ni se inmutó por la acusación de su padre. —No las quería para eso —dijo entre dientes, moviéndose lentamente hacia la puerta.

Heechul arrugó la nariz ante el desagradable olor. Taehyung olía como si no se hubiese bañado en días.

—¿Entonces?

No respondió. Salió del baño, parpadeando varias veces. La vista se le estaba nublando.

Heechul espabiló y finalmente pareció entender lo que estaba sucediendo. 

—¿Cuántas tomaste? —comenzó a revisar las tabletas y los frascos. Estaban prácticamente vacíos.

Taehyung no lo estaba escuchando, porque comenzó a sentirse mareado y a tener dificultades para respirar. Tambaleándose quiso ir a su habitación, pero tropezó y ya no pudo levantarse.

Heechul sintió que entraba en pánico mientras levantaba a su hijo del suelo y lo subía al automóvil para dirigirse al hospital a toda velocidad. Lo miraba de vez en cuando, y apretó el acelerador cuando notó que Taehyung estaba inconsciente.

Cuando finalmente llegaron, fue ingresado de urgencia y le colocaron una máscara de oxígeno e inmediatamente comenzaron con el procedimiento de desintoxicación.

Heechul le contó a los médicos sobre las pastillas que Taehyung había consumido. La dosis que había consumido era letal, pero gracias a que fue asistido enseguida y le aplicaron el tratamiento adecuado, pudo sobrevivir, afortunadamente sin secuelas.

Le hicieron muchas pruebas, y aparte de los efectos de los barbitúricos, Taehyung se encontraba con el peso un poco debajo de lo normal y un poco deshidratado, pero no tenía otro problema de salud físico del que preocuparse.

El médico recomendó a Heechul que llevara a su hijo a consultar con un profesional de salud mental, y así lo hizo.

Luego de unas cuantas citas y pruebas, el psicólogo en conjunto con un psiquiatra determinaron que Taehyung sufría de trastorno depresivo persistente, también conocido como distimia.

Lo que le había sucedido fue que tuvo un episodio depresivo mayor, por lo que debían de comenzar la psicoterapia y la medicación de inmediato.

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Seúl - El presente




Taehyung y Seokjin se habían vuelto a encontrar el siguiente fin de semana. Y el que le siguió, y el siguiente después de ese.

El azabache logró evitar encontrarse con Sungjae usando excusas de que era época de exámenes y que debía estar concentrado para prepararlos, o que realmente no tenía tiempo, o simplemente no revisaba los mensajes que el mayor le enviaba.

Estaban sentados en un banco del parque, tomando un descanso luego de haber pasado un rato trotando. Se habían encontrado por casualidad y Seokjin no dudó en aprovechar la ocasión para invitarlo a su casa, según él, muy ingeniosamente.

—¿Cómo es eso de ser audiófilo? —preguntó el menor mientras le daba un sorbo a su bebida isotónica.

—Disfruto mucho de la música, en especial cuando es de la calidad más alta posible —respondió el castaño, estirando las piernas y recostándose en el banco.

—¿Hablas del poderosísimo MP3 de 320kbps que escucho a diario en Spotify Premium?

—De hecho el MP3 es el tipo de audio más comprimido y con más pérdidas —sonrió con sorna.

Taehyung se enderezó —¿Me estás diciendo que estoy pagando por escuchar música de mala calidad?

—No es de "mala" calidad. Es de la peor calidad —dijo mientras se reía.

—¿Entonces cuál se supone que es una buena calidad? —preguntó, cruzando los brazos.

—Bueno, existen varios formatos que vienen en los CDs originales. Pero mis favoritos son WAV y FLAC. Sin embargo, uno debe tener los equipos de sonido y auriculares adecuados que soporten y reproduzcan esos formatos —respondió sereno.

—Wow, deben ser costosos.

—Lo son. Yo los compré de USA y Japón. Quizá un día puedas venir a mi casa... A escuchar música de buena calidad —miró de soslayo al azabache.

—Hm. —tragó saliva —tal vez este fin de semana pueda —dijo, tratando de sonar despreocupado.

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Era de noche, un domingo, cuando Taehyung fue a casa de Seokjin. La residencia era bastante amplia. Pero no era una casa sombría en lo absoluto, como esas mansiones gigantes que se ven en las películas de terror.

Estaba decorada con muchas fotos. De Seokjin con su familia, de él mismo de cuando era pequeño, de su graduación, con sus amigos, de sus mascotas... en fin, muchas fotos.

Mientras le daba el tour por la casa se encontraron con algunos juguetes de perro. Taehyung conoció a Jjangu, un perrito adorable, blanco y peludo. También conoció a Odeng y Eomuk, dos pequeños animales que el pelinegro no supo identificar a qué familia pertenecían.

Estuvo un buen rato pensando si eran una especie de ¿ardillas voladoras? Seokjin no pudo ignorar el evidente gesto de confusión en la cara de Taehyung y le explicó que eran petauros de azúcar, y que sus padres se lo habían regalado hace un par de años.

Taehyung vio como el castaño acariciaba a sus animalitos y cómo estos reaccionaban de forma muy tierna.

Sintió una especie de nudo en el estómago que decidió ignorar para seguir explorando la casa con la mirada. Por la ventana pudo ver  que había un patio, lleno de plantas de toda clase.

Se preguntó si tenía a alguien que cuidara el lugar, ya que el jardín estaba en muy buen estado. “Por supuesto que tiene un jardinero, Taehyung, el tipo obviamente es millonario” se dijo a sí mismo.

Luego de que Taehyung le haya preguntado cómo es que un hombre que vivía solo tuviera una casa tan grande, Seokjin le contó que era divorciado.

Taehyung se sorprendió mucho al oír eso. Es decir ¿qué clase de persona dejaría ir a alguien como él? "¿En qué rayos habrá pensado?"

—El jardín fue idea de mi ex. Ahora me alegro de que lo hayamos instalado, ya que me encariñé con las plantas. Le dan, no sé, un toque especial a la casa.

—Estoy de acuerdo con eso, el jardín se ve muy bien. ¿Tienes a alguien que las cuida? "hasta que lo preguntaste, estúpido"

—Sí, un jardinero viene una vez a la semana. Pero trato en lo posible de cuidarlas yo mismo —dijo con una sonrisa.

—¿Porque te recuerdan a ella? "¿qué mierda, Taehyung? Ya cierra la boca"

Seokjin lo miró un rato antes de responder —No. Lo hago porque me gusta hacerlo. Es relajante.

—Oh, claro. Fue una pregunta estúpida —admitió avergonzado.

—No lo fue. No te preocupes por eso. De hecho, puedes preguntarme lo que quieras, no te sientas apenado —puso su mano en el hombro del azabache.

El menor se tensó —¿De verdad no te incomoda? ¿No te incomoda lo que digo en general? A veces puedo ser un poco raro —lanzó una sonrisa de disculpa.

—En lo absoluto Taehyungie. Soy una persona muy difícil de molestar —sonrió de forma cálida.

Luego lo guió al cuarto donde tenía los artefactos para escuchar música.

—Wow, ni siquiera sabía la existencia de esta marca —dijo el pelinegro, rozando con sus dedos el equipo.

—Son aparatos de alta gama, sólo se encuentran en tiendas especializadas.

—Ya veo. ¿Y el precio?

—Casi 4.000 dólares —se rascó la cabeza. Probablemente Taehyung pensaría que era un rarito por invertir esa cantidad de dinero en un simple equipo de sonido.

Taehyung lo miró incrédulo. "Cosas de ricos" pensó. Prefirió no comentar nada al respecto, no quería que el castaño se sintiera mal por compartir con él una de sus aficiones.

Seokjin tomó un par de auriculares —que también tenían aspecto de ser carísimos— y los conectó por Bluetooth. Se acercó a Taehyung por detrás y le colocó los auriculares cuidadosamente. El menor podía sentir la respiración del castaño en su nuca. Sintió su piel erizarse ante el cosquilleo.

El mayor también se colocó otro par y ambos se sentaron hombro a hombro sobre la gruesa alfombra, recostándose a los pies del sofá, y Comfortably Numb de Pink Floyd comenzó a sonar.

Taehyung estaba hipnotizado, era la primera vez que podía percibir así los sonidos en una canción. La sensación era envolvente, y cerró los ojos dejándose llevar por la melodía.

Su cuerpo se relajó totalmente, y su cabeza terminó posandose en el hombro de Seokjin. El calor de su piel traspasaba la fina tela de su camisa. Se sintió muy bien la calidez del fuerte  hombro del castaño contra su mejilla.

Los dos solos de guitarra le dieron una especie de orgasmo auditivo, y cuando la canción llegó a su final, Taehyung se sintió como si hubiese tenido un viaje astral.

Abrió los ojos lentamente para toparse con él rostro de Seokjin a centímetros del suyo, con sus narices casi rozándose.

El castaño se había quedado mirando a Taehyung mientras este parecía estar en trance. El chico era hermoso. No supo en qué momento su mirada se posó en los labios en forma de corazón del azabache.

A Seokjin se le hizo agua a la boca y sin pensarlo, en algún momento acercó su rostro al del pelinegro.

El cerebro de Taehyung tuvo un cortocircuito. Se quedaron paralizados un momento, mirándose fijamente a los ojos hasta que uno de ellos se movió.


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Bueeeenas. 🤩

Gracias por seguir leyendo, gente linda. Y sí, también me refiero a los que no comentan pero siempre votan, sé quienes son. 👀❤️

Y bueno, eso. Un beso volador! 😘

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