
19
“Your words in my head, knives in my heart”
Seúl - El presente
—¿Quién eres? ¿Cómo sabes de mi pseudónimo? —siseó el azabache al teléfono.
—¿Te refieres a tu nombre de prostituta? No era precisamente un secreto —se burló el interlocutor.
—Escucha, si alguna vez tuvimos un encuentro y de alguna forma te hice daño, te ruego que me disculpes. Por favor, perdóname si te lastimé. Dime como puedo recompensarte. Sólo detén esto, Jimin no tenía nada que ver.
Se oyó una baja carcajada al otro lado de la línea—¿por qué lo haría? No sería divertido si fueras feliz.
—¿Qué es lo que quieres de mí? ¿Es dinero?
—No necesito dinero. Lo que quiero es que te retuerzas en el suelo como el gusano insignificante que eres. Quiero que te hundas en soledad y termines volviéndote loco —dijo la macabra voz.
—Estás enfermo. Sal de tu escondite y arreglemos esto como hombres, maldito cobarde —gruñó entre dientes.
—Bla, bla, bla... —bostezó —No te vuelvas a dirigir a mí como si fuésemos iguales, porque no lo somos. Y ahora dejarás de hablarle a tu amigo rubio o me encargaré de que no sea capaz de ponerse de pie nunca más. ¿Entendido? ¿O debería deshacerme de tu amiguito el de la bata para que finalmente lo entiendas? Baja al estacionamiento, ahora —exigió.
Taehyung sintió como el color abandonaba su rostro mientras se dirigía rápidamente al lugar. ¿Esto siquiera era real? Se sentía como una jodida pesadilla.
Fue avanzando por el enorme y silencioso lugar, fijándose que no había nadie más aparte de él, hasta que vio un par de siluetas en una esquina.
Eran dos hombres. Uno de ellos estaba parado, vestía completamente de negro y usaba un tapabocas y lentes de sol para cubrir su cara. Su cabeza estaba cubierta con una capucha. Una de sus manos sostenía un celular contra su oreja.
Y la otra estaba apuntando con una pistola a una inconfundible cabellera pelirroja oscura: Sungjae. El médico aún vestía su uniforme azul y se encontraba de rodillas, cabizbajo y temblando mientras sollozaba.
El sujeto que lo apuntaba bajó el teléfono, cortando la llamada. Taehyung hizo lo mismo mientras se acercaba con lentitud. Marcó el 911 con disimulo a la vez que quiso depositar el celular en su bolsillo, pero el hombre del tapabocas hizo una serie de pequeños chasquidos con su lengua, lo cual detuvo al azabache.
—Deja el teléfono en el suelo y deslízalo hacia mí —ordenó con voz ronca.
Taehyung dudó por un momento.
—¿No? Como quieras —dijo con tranquilidad y ordenó al médico alzar la cabeza. Este obedeció y segundos después el hombre jaló el gatillo.
El contundente sonido del disparo hizo eco en el lugar dejando a Taehyung sin aliento. La sangre comenzó a manchar el estómago del pelirrojo, quien presionaba su herida mientras gemía de dolor.
Taehyung sintió náuseas y se tapó la boca. Cayó de rodillas al suelo y soltó un sollozo. “Despierta, despierta, esto es sólo una pesadilla” se ordenó una y otra vez, cerrando sus ojos con fuerza.
Sin embargo la grave voz del contrario lo hizo volver a la realidad.
—Se está desangrando... —canturreó —va a morir porque fuiste lento ¿podrás vivir con eso? —se burló —Desliza el teléfono, ahora.
El azabache obedeció sin chistar y como pudo, se enderezó —ya basta, déjame llevarlo arriba —rogó con voz temblorosa —por favor, por favor —susurró.
—Déjame pensarlo... —dijo mientras se inclinaba a tomar el celular —No.
El sujeto se acercó al azabache y lo agarró del cabello, arrastrándolo más cerca del otro joven —Míralo bien, V —ordenó con su voz rasposa —¿Puedes verlo? es el efecto que tienes en las personas, sin necesidad de usar armas. Las destruyes, las aplastas, arruinas sus vidas. Por fortuna, eso terminará pronto. La gente como tú, tan tóxica, tan despreciable y tan inútil para la sociedad, debería apartarse del camino y dejar lugar a gente que sí tiene algo de mérito, como él —apuntó al agonizante médico —es una pena que vaya a morir por tu culpa. Igual que tu madre —soltó una risita —No lo olvides, todo lo que suceda a partir de ahora, será tu culpa —dijo soltando su cabello, para tomar su arma y apuntar hacia Sungjae efectuando cinco disparos más.
—¡No! —lloró el azabache y se inclinó hacia el suelo, sintiéndose impotente por no haber hecho nada. Apretó sus puños y sintió un punzada en el cuello, después de eso todo se volvió negro.
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Se despertó en su habitación, bañado en sudor y con la respiración agitada. Se aclaró la garganta, pues le ardía, y se levantó de la cama, con un horrible dolor de cabeza. Sentía confusión y las extremidades algo adormecidas. Apretó su cabeza con ambas manos, preguntándose si todo había sido una pesadilla.
Se levantó y fue a tomar un analgésico, y con el corazón palpitando fuertemente, marcó el número de Sungjae. Sonó una vez, dos veces, tres veces. Taehyung se aferró a la mesada y se mordió el labio.
—¿Hola? —dijo una voz algo dubitativa.
—¿Jae? —susurró.
—Um, ¿sí? ¿Sucede algo? Es la segunda vez que me llamas este mes y ya me estoy asustando.
Taehyung cortó sin más, completamente aturdido. Hubiese jurado que lo que vio fue real. Fue a donde Jimin, quien no se encontraba en el apartamento. Le preguntó al casero si la agresión de Jimin había sido real, y efectivamente, lo fue. Según la información que manejaba, Jimin sería dado de alta a la mañana del día siguiente.
Frunció el ceño y parpadeó. ¿Acaso se estaba volviendo loco? Tomó varias respiraciones profundas y pensó una y otra vez. Regresó a su habitación sintiéndose desorientado y sus pensamientos se tornaron borrosos.
Dio un respingo en su lugar cuando tocaron a su puerta. Con algo de recelo, abrió y se encontró con dos oficiales de policía.
—Buenos días. Soy el oficial Kang y este es mi compañero, el oficial Lee. Usted nos llamó porque decía tener pruebas de las amenazas que denunció hace dos días.
—¿Lo hice? —preguntó vacilante —Oh, ya lo recuerdo —mintió —pasen.
Tomaron asiento y Taehyung les pasó su celular, donde tenía las capturas de los tweets difamatorios y el registro de llamadas y mensajes de su acosador.
El oficial Lee se encargó de revisar el celular mientras Kang se encargaba de echar un vistazo a los alrededores. Luego de unos minutos de suspenso, Lee le devolvió el teléfono al azabache, algo dubitativo.
—Bueno, encontré las capturas, buscaremos el IP del responsable con el equipo de delitos informáticos. Pero no hay nada sobre un número desconocido —habló, con tono neutro.
Taehyung lo miró perplejo —¿Ya revisó el buzón de mensajes?
—Lo he revisado todo. No hay ningún registro de algún número desconocido entre los mensajes ni llamadas.
El azabache comenzó a buscar toda la evidencia, sin tener éxito. Todo había desaparecido. No había ningún mensaje, ni ninguna llamada. El resto se encontraba igual. Sólo no había nada relacionado a su acosador.
Si es que en realidad existía.
Se quedó mudo mientras miraba la pantalla de su celular, sin saber cómo explicar lo que estaba sucediendo. Levantó la cabeza y vio que los oficiales compartían miradas, aparentemente de incredulidad.
—Estaba aquí, todo estaba aquí —aseguró —yo... no sé qué sucedió... —balbuceó, extremadamente confundido.
El oficial Kang arrojó sobre la mesita del centro una caja de Xanax —¿esto es suyo?
El azabache parpadeó —sí... Es decir, no. Ya no lo consumo. ¿Dónde lo encontró?
—Estaba justo aquí —señaló uno de los muebles —Eso quiere decir que antes lo hacía ¿por qué? —inquirió.
—Uh... —dudó —comencé a tomarla por sus efectos y me volví adicto. Pero lo estoy dejando, lo juro.
—¿Solía combinarla con otros fármacos?
—No —frunció el ceño.
—¿Esto no es suyo, entonces? —lanzó otra tableta sobre la mesita.
—No sé qué es eso —aseguró el azabache —no es mío.
—¿Entonces cómo llegó hasta aquí? ¿Algún familiar o amigo suyo pudo haberlo dejado?
—No... No lo sé —vaciló. Sentía que todo le daba vueltas.
No sabía de dónde había aparecido esa tableta. No sabía cómo había llegado a casa. No recordaba con exactitud casi nada de lo que había ocurrido la noche anterior.
¿Realmente había presenciado un asesinato? ¿Realmente lo habían estado amenazando? ¿Cómo aparecieron esos fármacos en su casa? ¿Alguien se había metido mientras él dormía?
Sentía que se avecinaba otro ataque de ansiedad. Los oficiales lo ayudaron a calmarse, notando la inestabilidad del joven azabache.
El oficial Kang miró a su compañero y suspiró. Luego de un par de preguntas más, salieron del edificio. Horas más tarde, decidieron cerrar el caso por falta de evidencias y de credibilidad de la declaración de la supuesta víctima.
Al investigar sobre el fármaco que habían encontrado en el apartamento de Taehyung, encontraron que era un medicamento neuroléptico, prescrito para enfermedades que tenían como síntomas delirios y alucinaciones. Tras un vistazo rápido a su expediente clínico, encontraron que fue tratado por varios psiquiatras en el pasado, y que había abusado de fármacos en ocasiones anteriores.
Los oficiales llegaron a la conclusión de que el joven probablemente había tenido delirios de persecución y había conectado todo con la agresión de su amigo Park Jimin y con el cyber bullying que había sufrido días atrás.
Durante ese tiempo, Taehyung regresó al hospital a visitar brevemente al rubio, donde le llevó flores y su postre favorito. Se armó de valor y bajó al estacionamiento, buscando alguna señal de lo "ocurrido" la noche anterior, sin encontrar rastro alguno de sangre ni de otro indicio de que lo que "vio" haya sido real.
Fue a la sala de espera y tomó asiento un rato, mordiéndose las uñas, sobresaltandose cuando llamaron su nombre.
—Creo que estoy perdiendo la cabeza —murmuró.
—¿Por qué lo crees? ¿Ha ocurrido algo? —preguntó su doctor.
—Yo... estaba seguro sobre una serie de acontecimientos que ocurrieron estas últimas semanas, pero sólo pude corroborar un par, el resto es, no lo sé, como una pesadilla borrosa, como si sólo yo lo hubiera vivido—soltó un tambloroso suspiro —ya ni siquiera se qué es real.
—¿Te ha ocurrido esto antes? —preguntó anotando algo.
—No, sólo estos días. Ni siquiera puedo recordar con claridad algunas cosas... Dios... Ayúdeme por favor. No quiero volverme loco —rogó abatido.
“No quiero convertirme en mi hermano”
—Tranquilo, tal vez no sea nada grave. Podría ser un efecto secundario por haber tomado el alprazolam por demasiado tiempo, o por haber dejado de consumirlo muy de repente. En ambos casos, es reversible y se quitará cuando hayas superado por completo tu adicción. Estas son señales de alarma —le pasó las anotaciones —si sientes alguno de estos síntomas, debes volver para hacerte más exámenes. Por el momento, no es nada de lo que preocuparse ¿entiendes? No te estas volviendo loco, Taehyung, así que ve tranquilo.
El más joven asintió y fue a tomar el bus que lo llevaba a su casa. Así que, todo había sido producto de su imaginación. Ya no tenía que temer nada. Pronto acabarían las espantosas alucinaciones y podría disfrutar de su vida sin tener miedo a que le hicieran daño a sus seres queridos.
Pensó en todo lo que él sujeto de negro le había dicho. ¿Realmente su subconsciente había creado todo eso? Tenía lógica, pues sólo él mismo podría saber cuáles eran las palabras que más le afectarían... ¿cierto?
Aún así, sentía su cuerpo en un constante estado de alerta, inconscientemente creyendo que cualquiera en el bus podría estar siguiéndolo, vigilando cada uno de sus movimientos. La paranoia se aferraba a su mente como una sanguijuela hambrienta, tensando todos sus músculos y robándole la tranquilidad.
Estaba tan perdido en sus propios pensamientos que no se dio cuenta que había pasado un par de cuadras la dirección del edificio donde vivía, así que tuvo que regresar caminando.
En la pequeña escalera de la entrada, se encontró con el hombre que le hacía soñar bonito, sentado en uno de los escalones, abrigado pero muy elegante, como siempre.
El mayor se levantó al verlo acercarse y con su pequeña sonrisa característica lo saludó. Taehyung se apresuró y lo envolvió en un abrazo, asegurándose de oler su masculino aroma, sentir la calidez de su piel, oír su risa bajita, para luego apartarse y ver sus brillantes ojitos marrones, y finalmente degustar esos carnosos labios, dulces como la miel.
Quería comprobar mediante sus cinco sentidos que ese maravilloso hombre fuera de carne y hueso, y no otro producto creado por su psique.
Con sus manos tomó el rostro del mayor y lo escudriñó cuidadosamente para luego preguntar aún con algo de temor —¿eres real?
Una sonrisa enorme apareció en el rostro del mayor mientras reía por la pregunta, desconociendo el verdadero trasfondo —Uh, bueno, aunque por mi increíble atractivo no lo parezca, sí, lo soy —bromeó guiñandole un ojo.
El azabache suspiró de alivio y entraron al interior del edificio. Durante el resto de la tarde y la noche, Taehyung no pensó más en aquello que le preocupaba. Las caricias, besos y el tiempo de calidad que pasó con Seokjin lo ayudaron a distraer su mente.
Al día siguiente, pese a que Taehyung al principio se rehusó, Seokjin le organizó en su propia residencia una pequeña fiesta por su cumpleaños. Una cena sencilla con un pastel y las personas a quienes el azabache estaba más acostumbrado, Jimin y Namjoon, Yoonji y Hoseok.
Incluso la madre del castaño había enviado su regalo, pues le había gustado mucho la primera impresión que tuvo del joven pelinegro. Se dedicaron a jugar juegos de mesa, comer comida chatarra, hacer algunos retos ridículos, beber, contar anécdotas, y sobre todo, a consentir a Taehyung.
Toda esa atención que recibía de parte de los demás hacia que Taehyung quisiera esconder su cabeza bajo tierra como las avestruces de los dibujos animados.
Era todo sonrisas y mejillas rojas mientras le cantaban, mientras recibía los regalos y mientras despedía a sus invitados junto con Seokjin, agradeciéndoles por haber hecho de su cumpleaños una ocasión inolvidable.
Por un momento pensó en la última vez que celebró su cumpleaños en su casa, cuando tenía ocho años. Su padre le había dejado invitar a sus amiguitos, con los que se divirtió mucho, pero luego de haber roto accidentalmente una cortina, su padre no dejó que se volviera a celebrar ningún cumpleaños en esa casa.
Al menos siguió dándole dinero cada año hasta que cumplió los dieciocho. Taehyung no podía sentirse más feliz, pues dejaría de ser una carga para su padre y se dedicaría a ganar su propio dinero para pagarse su costosa terapia y medicinas, y al fin dejar de escuchar comentarios mordaces sobre lo estresante que era desperdiciar tanto dinero en algo tan vano como su salud mental.
No obstante, alejó ese pensamiento para que no afectara el buen humor que estaba sintiendo por todo el afecto que estaba recibiendo actualmente. Se sintió como un niño otra vez, siendo mimado por el hombre más fantástico del mundo, su mejor amigo, y las increíbles personas que eran Namjoon y el matrimonio Jung.
Cuando todos los demás se fueron y se quedó a solas con Seokjin, abrieron los regalos; una bonita corbata, un par de medias Gucci, una taza con el diseño de su película favorita: Volver al Futuro, una botella de vino y un pequeño llavero con figura de manzana.
Después de haber puesto todo en su bolso, Taehyung le dio un abrazo por la espalda a Seokjin y le agradeció por todo. Cerró sus ojos y reflexionó por un instante, sintiendo su pulso acelerado ante la incontenible emoción que sentía.
—¿Cuál de todos los regalos te gustó más? Tus ojos brillaron al ver la taza —comentó el mayor.
—Me gustaron todos —respondió —pero lo que más me gustó fuiste tú. Tu existencia misma es mi mejor regalo —soltó tímidamente.
El castaño se mordió el labio y se sonrojó —yah, no digas esas cosas tan de repente —rió y se volteó creyendo que el otro bromeaba.
—Lo digo en serio —le acarició las mejillas con ambas manos —Yo de verdad lo considero así. El hecho de que estés aquí conmigo, para mí es más valioso que cualquier tesoro de este mundo. Gracias una vez más, Jinnie —dijo y acto seguido plantó un corto beso en sus labios.
—Oh bebé... —susurró conmovido y esta vez él beso al azabache, para luego arrastrarlo al garaje —entonces supongo que tendré que devolver esto —hizo un fingido puchero y encendió la luz, dejando ver un flamante Hyundai Equus color negro, con un enorme moño rojo encima del capó.
Los ojos de Taehyung casi salieron de sus cuencas y la baba literalmente se escurrió de su boca hasta que el castaño chasqueó sus dedos frente a su cara.
—Dime que no estás teniendo un ictus —se burló.
—Oh. Por. Dios —musitó al salir del trance —¿es... para mí?
El castaño asintió —Todo tuyo —dijo arrojándole las llaves —lo necesitarás más que nunca ahora que tu nuevo trabajo queda al otro lado de la ciudad.
—Jinnie... Esto es demasiado...
—Detente ahí. No me digas que no puedes aceptarlo eh, porque ya lo compré y necesito meter aquí el automóvil que está afuera.
El azabache rió y levantó a Seokjin al estilo nupcial —Oh Jinnie, me quedaré sin voz si sigo dándote las gracias...
—Sería una pena, pues no existe nada más sexy que tu voz ronca gimiendo mi nombre —ronroneó el mayor.
—¿Te parece si estrenamos el asiento trasero? —dijo abriendo la puerta del vehículo.
—Estaba esperando que lo dijeras, bebé.
Al día siguiente, luego de haber terminado de desayunar lo que había preparado la joven que trabajaba en casa de Seokjin, el azabache se despidió con la promesa de regresar en un par de horas para la celebración del año nuevo. Se dieron un suave beso y le hizo una seña a la chica como despedida.
—Sooyoung, no era necesario que vinieras hoy, deberías estar con tu familia, preparándote para la celebración —habló Seokjin con voz suave.
—Lo sé, déjeme termino esto y ya me voy —dijo mientras terminaba de acomodar algunas cosas en el mueble de la cocina —quiero dejar todo listo para usted, antes de irme.
—Gracias Sooyoung, con eso es más que suficiente —sonrió —lo agregaré como horas extra a tu sueldo.
—¡Oh! No lo hice por eso —exclamó la joven —pero gracias, es usted muy amable.
El castaño asintió y más tarde la joven tomó sus cosas, hizo una reverencia, y se fue. Durante ese lapso de tiempo, Taehyung llegaba a su casa después de conducir por primera vez su nuevo vehículo. Ya había sacado su licencia antes pero no tenía caso comprarse un automóvil ya que al consumir alprazolam no debía conducir ni manejar maquinaria pesada.
Ahora al estar finalmente libre, podía conducir e irse a donde quisiera. Llegó a su casa y se duchó rápidamente, se vistió y almorzó. Luego salió de su apartamento con prisa y se dirigió al supermercado, donde compró varios comestibles para la cena.
Regresó a las 18 horas aproximadamente, y se encontró con Suni y su madre, quienes estaban comenzando a preparar los alimentos. Luego de un rato, llegaron también Sunhee y sus hijos. Más tarde fueron llegando los demás invitados, entre ellos, Sandeul.
Taehyung le lanzó una mirada a Seokjin, como diciéndole “¿Qué mierda hace éste aquí?”, en respuesta el castaño se encogió de hombros y negó con la cabeza, dando a entender que no tenía idea.
El castaño se acercó enseguida y le susurró al oído —No te pongas celoso, ¿sí? Recuerda que sólo tengo ojos para ti, bebé.
Taehyung gruñó y al momento en que Sandeul se volteó a verlos, tomó al castaño de la nuca y fue su turno de susurrarle al oído mientras miraba de soslayo al pelinaranja. Se separaron rápidamente cuando la señora Kim entró a la cocina, quien entrecerró los ojos y negó con una sonrisa silenciosa.
Seokjin salió de la cocina a colocar los cubiertos en la mesa y el pelinaranja aprovechó la ocasión para acercarse a Taehyung.
—¿Te sientes mejor después de hacer tu numerito? —habló con falsa condescendencia.
—Mentiría si dijera que no. Estoy ansioso porque temine la cena y nos dejen a solas —respondió cínico.
—Disfrútalo mientras puedas. Ya se dará cuenta que no eres capaz de darle lo que necesita, y te dejará.
—Y correrá directo a tus brazos, ¿no? ¿Qué se siente ser la segunda opción?
—Hazle un favor y déjalo en paz —replicó ignorando completamente la ironía en la voz del azabache —Él es una buena persona, necesita a alguien igual, no a un cazafortunas como tú.
—No soy un cazafortunas —se defendió.
—Claro... Porque el auto estacionado junto al de su familia te lo compraste con tu jugoso sueldo de profesor de secundaria, ¿no? —bufó mientras se reía.
—Ya entiendo. Qué irónico, un modelo y empresario exitoso sintiéndose amenazado por un simple maestro de inglés.
—Lo único que me interesa es el bienestar de Seokjin. Y sé que te estás aprovechando de él, como lo hiciste con otros hombres —espetó.
—¿De qué mierda estás hablando?
—Mi trabajo hace que pase mucho tiempo en redes sociales. Así que veo todo lo que se hace viral, y ese hilo en twitter fue bastante convincente. ¿No te da vergüenza fingir que te interesa alguien tan bueno como él, tratarlo como la mierda y usarlo como tu cajero automático personal?
Taehyung se quedó boquiabierto ante la acusación del mayor. Antes de que pudiese responder, el contrario volvió a hablar.
—He visto cómo le afectan tus acciones. Cada vez que lo lastimas, pierde un poco de su esencia, su luz se desvanece un poco más. Tú lo estás cambiando, para mal —sentenció — ve y consíguete a alguien más... como tú —hizo un gesto desdeñoso con su mano derecha.
—Primero, ni siquiera voy a explicarte nada sobre esa estúpida publicación. Segundo, mis intenciones con Seokjin son buenas, así que deja de preocuparte, no lo lastimaría intencionalmente. Tercero, como su amigo, deberías respetar sus decisiones. Y él decidió salir con-mi-go, así que acostúmbrate, porque pienso quedarme por todo el tiempo que él me lo permita.
—Cuando se de cuenta de lo extremadamente mediocre que eres, te abandonará. Apuesto a que no será la primera vez que te sucede —finalizó.
La cara de póquer del azabache se desvaneció en cuanto el mayor abandonó la cocina. Podía fingir todo lo que quisiera, pero las palabras de Sandeul lo hirieron bastante. Se asomó y vio a Seokjin y su familia, conversando y riendo junto al pelinaranja. Toda interacción entre ellos se veía tan natural. Como si el puesto que ocupaba Taehyung en realidad estuviese hecho para Sandeul.
Por fortuna, logró olvidarse de eso durante la cena, cuando Seokjin apretó su mano por debajo de la mesa. Cuando dijo que su propósito de año nuevo era hacer felices a las personas más importantes de su vida, y miró a Taehyung justo en el momento.
Cuando faltaban veinte minutos para las doce, Taehyung le susurró a Seokjin —¿Crees que se darán cuenta si te secuestro un rato?
El castaño sonrió de lado —Lo harán, pero no importa. Vamos.
Se escabulleron y subieron al automóvil de Taehyung, quien condujo a toda velocidad a un edificio que quedaba cerca de donde él vivía. Subieron por las infinitas escaleras y llegaron a la azotea jadeando, prácticamente gateando, unos treinta segundos antes de que estallaran los fuegos artificiales.
Se apoyaron por uno de los bordes y admiraron el espectáculo, muy de cerca. Las luces intermitentes de las explosiones de diferentes colores y formas tenían embelesado a Seokjin, quien no se perdía de nada con sus ojos brillando en fascinación y su boca entreabierta. Una pequeña sonrisa adornaba su rostro cuando exhaló —Wow esto es... magnífico. Feliz año nuevo, TaeTae.
—Lo es. —asintió Taehyung, sin apartar la mirada ni por un segundo de Seokjin —Feliz año nuevo —respondió y se dieron un tierno beso.
En todo ese tiempo el azabache no reparó en las estruendosas explosiones. Sólo podía ver al castaño parado a su lado y sentir su tibia mano cubriendo la suya. Esbozó una sonrisa y cerró los ojos, luego preguntó en un suspiro —¿Serias mi novio, Kim Seokjin?
El castaño volteó a verlo al instante —¿Hablas e-en serio? —susurró.
—Sí. No tienes que responder ahora...
—No —lo interrumpió —sí quiero, joder, ¡sí quiero! —exclamó, abrazándolo y cayendo sobre él al suelo. Tomó la cara del azabache —quien reía de la impresión y por la alegría de ser aceptado— y comenzó a darle besitos en la frente, en las mejillas, en la punta de la nariz y por último en los labios.
Taehyung profundizó el beso y se quedaron ahí un rato, tirados en la azotea, tomados de las manos, viendo los fuegos artificiales, con los copos de nueve depositandose suavemente sobre sus cuerpos, y una romántica canción de fondo imaginaria.
Esa madrugada hicieron el amor, y Taehyung no cerró los ojos ni por un segundo, por el temor a quedarse dormido y despertar al día siguiente descubriendo que todo lo que había sucedido era una mera fantasía.
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Buenas! He aquí la actualización prometida :3
¿Qué pasa con TaeTae? 🤔
Gracias por leer! ❤️
Lxs amo infinitamente, que tengan un feliz resto de jornada. 💖
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