10
"Yeah, I know your love's not real, but that's not the way it feels, that's not the way you feel..."
Seúl - El presente
El domingo al mediodía, Taehyung comenzó a despertar.
La garganta le ardía como si hubiese tragado lava y sentía punzadas en la cabeza. Estuvo acostado un par de minutos más hasta que el gruñido de su estómago lo obligó a levantarse. Su cuerpo pedía a gritos un poco de agua y comida.
Tomó una bocanada de aire y se preguntó cómo había llegado a su casa. Presionó sus sienes, tratando de recordar.
Se levantó sintiéndose como un zombie y arrastrando los pies entró en su pequeña cocina y se sirvió un vaso con agua, luego buscó en su botiquín algunos analgésicos y los tomó. Calentó en el microondas un poco de comida congelada, y de repente se dio cuenta que estaba vestido con uno de sus pijamas.
Frunciendo el ceño, sirvió la comida ya caliente y se metió una cucharada a la boca. Revolvió un poco la comida en su plato y se fijó en su muñeca derecha. Le temblaron las manos al ver que tenía unas leves marcas rojizas, al igual que en la muñeca izquierda.
Estaba comenzando a sentirse muy ansioso, así que hizo algunos ejercicios de respiración para tratar de calmarse. Lo último que recordaba era el forcejeo con el sujeto apestoso.
Se pasó las manos por el cabello, nervioso. Fue hasta su habitación y se miró en el espejo mientras se palpaba el cuerpo. Tenía pequeñas manchas rosadas en el cuello. Pensó en una explicación lógica: el sujeto le había besado en el baño con su consentimiento.
Verificó su torso y la parte inferior de su cuerpo, pero no encontró nada sospechoso. No le dolía ninguna otra parte del cuerpo aparte de la cabeza. Suspiró sonoramente, un poco más aliviado.
Sólo tenía esas ligeras marcas en sus muñecas. Y seguía sin saber qué sucedió con el tipo, cómo llegó a su casa y quién le cambió de pijama.
"Apuesto a que Jimin me encontró y me trajo" razonó Taehyung. Decidió confirmarlo y fue a la puerta de en frente.
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—Ok, demasiada información —dijo Hoseok, horrorizado.
—En fin, el punto es que estoy más confundido que nunca —comentó Seokjin, escondiendo su rostro entre sus manos.
—Es obvio que el chico sí te desea, Jin. Lo que me intriga es ¿por qué se contiene? Ambos están solteros ¿no?
—Ajá. Me desea cuando está ebrio y me esquiva cuando está sobrio. Tal vez no soy lo suficientemente bueno para que me quiera estando en sus cinco sentidos.
—¡Oye! ¿Quién eres y qué has hecho con mi amigo, el que exuda confianza hasta por las pestañas? —exclamó el pelirrojo —ni se te ocurra volver a decir que no eres lo suficientemente bueno, para sea quien sea.
Seokjin se limitó a asentir haciendo un puchero.
Su amigo tenía razón. Él nunca se había sentido así de inseguro antes, con nadie. Tal vez era porque nunca lo habían rechazado.
Tampoco es que hayan surgido muchas oportunidades de que lo rechazaran, pues las únicas personas por las que había sentido una verdadera atracción a lo largo de su vida, eran tres en total, incluyendo a Taehyung.
Luego de despedir a Hoseok y pedir que saludara a Yoonji y a Hana de su parte, Seokjin se tiró en su cama. Tomó su celular y abrió el chat con Taehyung. Quería saber cómo se encontraba, y si habría olvidado lo que pasó la noche anterior.
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Taehyung se quedó boquiabierto cuando se enteró que fue Seokjin quien lo salvó de ser agredido sexualmente, que lo llevó a casa, y que se quedó a cuidarlo hasta el amanecer.
—Nos encontramos por casualidad a las seis de la mañana, cuando él iba saliendo. Le pregunté qué estaba haciendo en tu casa a esa hora, y me contó que te encontró completamente ebrio en un callejón, con un sujeto acosándote.
El pelinegro miró al suelo, sintiéndose avergonzado de sí mismo. Deseaba que la tierra lo tragara.
El tono de voz del rubio evidenciaban su decepción —Por Dios, Taehyung. ¿Por qué te expusiste de esa manera? ¿En qué pensabas al embriagarte así? —lo reprendió.
—Ya te dije que no bebí mucho. Yo... sigo sin saber qué me pasó. Por cierto ¿por qué Jin me buscó? Yo recuerdo haberte enviado mensajes a ti, no a él.
—Mira tu celular —se cruzó de brazos.
El pelinegro lo hizo. Encontró que efectivamente, le había escrito a Jin, quien se encontraba justo debajo del contacto de Jimin. Lanzó su teléfono al sofá y se tapó la cara con las manos.
"Quién sabe qué cosas habré dicho y hecho en ese estado" pensó. "¡Qué humillación!"
—Debería ir y agradecerle por haber salvado mi trasero —musitó mientras miraba los mensajes.
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Seokjin continuaba entrando y saliendo del chat de Taehyung, mirando su foto de perfil. El chico era adorable. Era sexy. Era impredecible. Era la contradicción en persona.
Pensó en cómo se había portado esa madrugada. Cómo lo había acariciado y besado, cómo lo había hipnotizado con su sensualidad, y cómo se le había ofrecido en bandeja de plata.
Cuando Taehyung le pidió que lo follara, Seokjin casi perdió la cabeza. Casi mandó todo a la mierda. Pero no lo hizo.
Los recuerdos seguían dando vueltas en su cabeza.
"Concéntrate, Seokjin" se dijo a sí mismo.
Tenía a Taehyung aprisionado bajo su cuerpo, caliente y muy dispuesto. Probablemente cualquier otra persona hubiera aprovechado la oportunidad. Como aquel sujeto del callejón.
Recuerda cómo le hirvió la sangre al encontrar a Taehyung quejándose débilmente mientras trataba de zafarse de ese desconocido.
¿Qué lo diferenciaría de esa persona si se follaba a Taehyung en ese estado? Él seguía estando muy ebrio —o drogado, no estaba seguro— y Seokjin no.
Si lo hacía y al día siguiente Taehyung no lo recordaba, le dolería a Seokjin. Él no era de esos que tenía sexo casual con cualquiera.
Y si lo hacía y al día siguiente Taehyung sí lo recordaba, seguramente lo odiaría, o lo denunciaría, o todo se volvería demasiado incómodo. Las posibilidades eran infinitas, y la mayoría eran en su contra.
También estaba la personalidad excesivamente moralista de Seokjin. Su conciencia simplemente no lo dejaría vivir tranquilo.
El castaño apretó los labios y dejó salir un suspiro tembloroso. No lo haría. Él no quería follar con Taehyung si al día siguiente no lo iba a recordar.
Así que acercó sus labios a los del pelinegro y le dio un corto beso. Usando toda su fuerza de voluntad se levantó de la cama. Taehyung no lo detuvo ni dijo nada.
Mientras Seokjin le daba la espalda tratando de calmarse, Taehyung se quedó dormido. Estaba tumbado en la cama con los brazos y piernas extendidos, sus mejillas estaban teñidas de un leve rubor y su boca estaba ligeramente abierta.
"Adorable" pensó Seokjin.
Se fue al baño por un momento para aliviar el problema en sus pantalones y después regresó para vigilar al pelinegro.
Luego de un rato estando inconsciente Taehyung comenzó a tener arcadas, y en cuanto Seokjin lo vio, lo colocó de costado para que no vomitara estando boca arriba.
Seokjin frunció el ceño, cuestionándose qué habría ingerido el pelinegro. Se sentó en un sillón de la habitación, sin quitarle la mirada de encima hasta que Taehyung comenzó a roncar suavemente.
Se levantó y abrió el armario del pelinegro y tomó un bonito pijama con dibujos de unos extraños corazones rojos con rostro. Cuidadosamente le quitó la ropa al pelinegro, tratando de no distraerse demasiado mirando y tocando la tentadora piel canela de Taehyung.
Al terminar de vestirlo con el pijama, acarició las suaves hebras onduladas del menor y se quedó mirándolo un rato. Se veía tan pacífico e inocente cuando dormía.
De repente Seokjin sintió el cansancio en los músculos de su cuerpo; su sueño interrumpido le estaba pasando factura. Además había cargado al pelinegro dos veces en las últimas horas, y éste aparentaba ser más liviano de lo que en realidad era.
Masajeó su cuello y pensó en lo que Taehyung le había dicho. ¿Él realmente lo deseaba? "Se dice que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad" resonó en su cabeza.
Sin embargo, también cabía la posibilidad de que el pelinegro simplemente haya estado muy caliente y que Seokjin haya sido el único que estaba más cerca.
Suspiró, viendo cómo empezaba a rayar el alba desde la ventana de la habitación de Taehyung.
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Eran las 8 pm cuando Seokjin tomó una ducha. Cuando se afeitó notó las marcas en su cuello, que Taehyung le había hecho esa madrugada. Soltó un largo suspiro.
Terminó de bañarse y agradeció que haya comenzado el invierno, así cubriría esas pequeñas manchas ligeramente moradas con bufandas y pañoletas hasta que desaparecieran por completo.
Miró por la ventana hacia afuera y vio que el cielo nocturno se había cubierto con nubes y amenazaba con llover. Era el clima ideal para una maratón de series.
Tomó su cena y luego se dispuso a tirarse en el sofá para tratar de distraerse en algo y no pensar en Taehyung cuando el sonó el timbre de la casa.
Jjangu soltó unos ladridos al escuchar el sonido; ya estaba un poco alterado por los truenos y el timbre hizo que sus sensibles oídos se irritaran aún más.
Seokjin trató de calmarlo al tomarlo en sus brazos mientras le acariciaba la cabeza y se asomó a la ventana, y vio esa inconfundible cabellera negra ondulada, que brillaba aún más con los intermitentes relámpagos.
Los ojos se le iluminaron y una sonrisa se formó en su cara al instante, se peinó un poco el cabello y dejó a su mascota en la alfombra, para bajar rápidamente y recibir a Taehyung, no sin antes colocarse una bufanda alrededor del cuello.
...
Ambos se encontraban sentados en la enorme sala, Seokjin no paraba de hacer rebotar su pierna izquierda, y Taehyung jugaba con sus dedos. Su lenguaje corporal evidenciaba los nervios que sentían.
—Yo... Uh, quería disculparme por las molestias que te causé hoy.
—Descuida, después de todo, todos estuvimos ahí alguna vez —respondió rascándose la cabeza.
—Ajá... Y también quería agradecerte. Por cuidarme y... todo eso —sonrió mostrando todos sus dientes, haciendo su mejor cara de disculpa, y Seokjin quiso enterrar su cara en una almohada y gritar.
"¡¿Por qué tiene que ser tan jodidamente adorable?!"
Se aclaró la garganta. —Tae, no te preocupes. Lo volvería a hacer las veces que necesites.
"Haría lo que fuera por ti"
Taehyung se relajó un poco más. Pero aún tenía una duda. Las marcas en sus muñecas
—¿Qué más hice, después de que me encontraras?
—¿Por qué preguntas?
—Bueno, yo tengo estas marcas —se las mostró al castaño —así que asumo que me puse un poco intratable cuando me llevaste...
Seokjin se tensó. No debió apretar tan fuerte. Ahora ambos tenían impresos en sus cuerpos la evidencia temporal de lo que había sucedido.
Sus orejas enrojecieron furiosamente, lo cual sumado al prolongado silencio hizo que la curiosidad del pelinegro despertara.
—¿Jin?
No había respuesta. "¿Cómo rayos voy a explicarle que casi me aproveché de él igual que ese apestoso quiso hacerlo?"
Se oyó un fuerte trueno, que los distrajo por un momento. Había comenzado a llover.
—Oh por dios. ¿Fue tan vergonzoso? —el pelinegro se hundió en su asiento por unos segundos. Pero tenía que saberlo. Así que se enderezó y fue a sentarse justo al lado de Seokjin y comenzó a zarandearlo suavemente.
—Por favor, por favor, por favor, dime —insistió.
—No pasó nada Tae. Afortunadamente para ti, no pasó absolutamente nada —dijo tajante.
Taehyung lo soltó. Entrecerró sus ojos mientras pensaba "¿es mi imaginación o Jin sonaba... molesto?"
Suspiró. Tal vez el castaño tenía razón y él se estaba alterando por nada. Se fijó en la bonita bufanda que Seokjin llevaba puesta. Los colores indicaban que era de Gucci.
—Me gusta tu bufanda —comentó —de hecho me gusta todo lo que sea Gucci... Déjame verla.
Y deslizó la prenda del cuello del castaño.
Seokjin intentó detenerlo pero no fue lo suficientemente rápido. Llevó ambas manos a su cuello pretendiendo cubrir las marcas, y miró a Taehyung.
El pelinegro tenía la vista fija en el lugar donde estaban sus manos. Luego se levantó como un resorte. Soltó la bufanda y dijo:
—Debería regresar. Otra vez gracias, y lo siento por todo —mientras salía a zancadas.
—¡Hey! ¡No puedes salir así! —exclamó señalando la intensa lluvia.
—No importa, yo... ya no puedo estar aquí.
Quemaba, la sensación en su pecho quemaba. Ver esas manchas violáceas en el cuello de Seokjin le hicieron recordar que el día anterior lo había visto en un restaurante con esa mujer.
Quería romper algo. Se sentía tan impotente, tan celoso... Ya no podía disimularlo y su carácter impulsivo no ayudaba.
Estaba saliendo a paso acelerado al porche cuando Seokjin lo tomó por el brazo y lo detuvo.
—¿Qué crees que estás haciendo? No irás a tu casa así.
La respiración de Taehyung era agitada —Yo... no lo sé. No sé qué estoy haciendo —comentó con frustración.
—Tae, por favor, dime por qué ibas a huir como si hubieses visto un fantasma. ¿Hice algo malo, de nuevo?
—Tú nunca haces nada malo, Seokjinnie —dijo, con el tono cargado de sarcasmo —sólo dile a tu novia que sea más discreta la próxima vez —añadió señalando su cuello.
Seokjin soltó una risa irónica. "¿En serio tendremos esta conversación? ¿De nuevo? "
—¿Entonces es por eso? Qué ironía, te incomoda ver marcas, pero no hacerlas —replicó.
Taehyung lo miró confundido. ¿De qué estaba hablando?
—¿Sabes qué pasó anoche? Que tuvimos exactamente la misma conversación —dijo mientras lanzaba dardos por los ojos.
"Oh no"
—Adivina qué más pasó —añadió con tono severo.
Seokjin se acercó al pelinegro, invadiendo completamente su espacio personal.
—Te dije que la mujer con la que estaba es mi hermana. Una de las gemelas. ¿Sabes qué hiciste después de que dijera eso? —preguntó desafiante.
Taehyung tragó saliva. No podía despegar la mirada de la de Seokjin. No podía retroceder, no podía moverse. Sentía como si su cuerpo y el de Seokjin estuvieran atraídos por un potente magnetismo.
—Esto —señaló su propio cuello —tú me hiciste esto, Taehyungie.
Ninguno de los dos habló por un momento. Sólo se escuchaba el pesado ruido de la lluvia a su alrededor. Ambos estaban librando una guerra de miradas, donde ningún bando estaba dispuesto a ceder.
Seokjin prosiguió luego de unos minutos —Y luego me pediste que te follara. Me dijiste que me deseabas —su voz fue debilitandose en la última frase —y por un momento te creí.
Dijo esto, y retrocedió dos pasos. Taehyung estaba temblando. No estaba seguro si era por el frío o por la revelación.
—¿Yo en verdad dije todo eso? —inquirió, con un hilo de voz.
—Sí —respondió el castaño con la voz temblorosa, anticipando ser rechazado por segunda vez —ahora, si tanto quieres irte, deja que te lleve en mi automóvil.
Taehyung entonces dijo en un susurro:
—Jin...
—¿Qué?
—No mentí.
Seokjin contuvo el aliento.
—Cuando dije que te deseaba, y que quería que me follaras... todo es cierto —lo miró expectante.
Seokjin no necesitó más. Se acercó y tomó el rostro del pelinegro y lo besó.
Lo besó fuerte y profundo, como si quisiera fundir sus labios con los de Taehyung. Los brazos del pelinegro rodearon su cintura y lo apretó con fuerza contra su cuerpo, sin lograr tener suficiente.
Se metieron a tropezones a la casa, y el castaño usó su pie para cerrar la puerta, sin separarse del beso. Seokjin presionó a Taehyung contra la puerta y quitó sus manos de las mejillas del pelinegro, para dar un recorrido por su cuello, bajando por su pecho y abdomen, y finalmente posarse en los glúteos del pelinegro.
Taehyung jadeó cuando sintió las manos del mayor en su trasero, primero acariciandolo suavemente y luego agarrándolo y amasándolo a su gusto.
Ambos se separaron para respirar y Seokjin bajó por el largo cuello del pelinegro, besando cada centímetro de piel a su paso.
El pelinegro metió sus grandes manos bajo el suéter del mayor, sintiendo la cálida piel del abdomen y del pecho. Con una sonrisa traviesa tomó con sus dedos esas dos protuberancias y tiró suavemente de ellas, sacándole un ligero quejido al mayor.
"Sensible, interesante" pensó Taehyung mientras sentía los acolchados labios del castaño en sus clavículas. El mayor le quitó la gruesa chaqueta a Taehyung y luego lo volvió a besar, quitándose también el suéter.
El pelinegro posó su mano en la entrepierna del mayor y comenzó a estimularlo sobre la ropa mientras lo guiaba hacia el sofá, pero el castaño dijo en un susurro:
—Vamos a mi habitación.
Taehyung asintió y el mayor lo tomó de la mano para llevarlo al dormitorio que se encontraba en la planta alta. Cuando ya se encontraban ahí, el pelinegro plantó un beso en los gruesos labios del mayor, metiendo su lengua en su cálida boca. Se apartó y lo repasó de pies a cabeza y dijo con voz profunda:
—Quítatela —señaló su ropa.
El castaño obedeció, quitándose la camiseta blanca, revelando su amplio pecho y sus fuertes hombros. Las pupilas del pelinegro se dilataron cual cocainómano al ver la impecable piel del mayor, mientras se despojaba de su camisa.
Luego lo tomó del brazo y lo arrojó a la enorme cama, subiéndose encima a horcajadas.
—Estoy teniendo un dejavu —jadeó mientras el pelinegro movía sus caderas de atrás hacia delante lentamente.
—¿Ah sí? ¿Fue así como te hice esas marcas?
El castaño asintió, presionando con sus manos las caderas del menor, instándolo a moverse más rápido. Taehyung entendió y se movió con más fuerza, creando una dolorosa fricción sobre sus pantalones.
El pelinegro atrajo a Seokjin a él y volvió a besarlo lento y profundo, mientras se seguía moviendo. Soltó un gruñido de satisfacción cuando el castaño mordió su labio inferior durante el beso.
El castaño estaba tan inmerso saboreando, chupando y lamiendo la boca de Taehyung que no se dio cuenta que su cinturón había volado lejos y que el cierre de su pantalón había sido abierto.
Dio un respingo cuando sintió la cálida diestra del pelinegro colarse bajo su ropa interior y tomar su miembro semierecto. El menor bajó un poco sus boxers para liberar el pene de Seokjin. Comenzó a masturbarlo lentamente al principio, luego rápido, alternando la velocidad, logrando una gloriosa erección en unos cuantos segundos.
Se despegó de la boca del castaño y fue bajando por su torso hasta que se encontró con su gruesa polla. Le dio una mirada a Seokjin y le lamió la punta, sacándole un alto gemido. Sonrió con suficiencia y pasó su lengua desde la base hasta la punta de su pene, mientras que con su otra mano masajeó sus testículos.
El castaño echó su cabeza hacia atrás cuando Taehyung se metió casi toda su extensión a su boca. El pelinegro succionaba, lamía, y chupaba de manera experta, haciendo que Seokjin se retorciera entre las sábanas.
Seokjin tuvo que poner ambas manos sobre su boca tratando de reprimir sus gemidos, pues los labios del pelinegro deslizándose de arriba a abajo por su pene lo hacían querer gritar del éxtasis.
Seokjin se enderezó al no poder contenerse más y movió las caderas, embistiendo la boca de Taehyung. El pelinegro notó las ligeras contracciones del vientre del castaño y como sus embestidas se volvían un poco erráticas, así que se sacó el pene del castaño de la boca y volvió a tomarlo con su diestra, masturbándolo rápidamente.
—T-tae... me voy a...
—Aún no —lo interrumpió, deteniéndose.
El castaño se quejó y apretó con fuerza el brazo del menor, que seguía teniendo en su puño su pene, presionándolo levemente para que no se corriera.
Cuando el pelinegro notó que Seokjin estaba más estable le ayudó a quitarse los pantalones y los calcetines mientras él hacía lo mismo.
Ya completamente desnudo, se tumbó de espaldas en la cama y abrió sus piernas. Atrajo al mayor sobre él y le susurró al oído mientras chupaba el lóbulo de su oreja:
—Prepárame.
Tomó la mano del mayor y se metió tres de sus dedos a su boca, chupando y lamiendo como si fuesen una paleta, mientras seguía mirándolo a los ojos. El pelinegro se veía más confiado de lo que parecía ser normalmente.
El castaño lo observaba anonadado, no sabía que le excitaría tanto ser prácticamente dominado por este ardiente chico, quien al parecer tenía más facetas de las que él pensaba.
Estaba prácticamente babeando él también al sentir la caliente lengua de Taehyung enredarse por sus dedos, empapándolos con su saliva. De repente tuvo un flash de razonamiento, y gentilmente retiró su mano de la boca del menor.
—Tengo lubricante aquí —logró articular, señalando la mesita de noche.
Abrió el cajón y sacó el lubricante, lo derramó por sus dedos y los dirigió a la entrada del pelinegro, rozándola tentativamente. Se apoyó en su otro brazo y lo volvió a besar, mientras metía el primer dedo. El menor gruñó en la boca del castaño y enredó sus dedos en su suave cabello.
Soltó un bajo gemido cuando ingresó el segundo dedo, y un jadeo tembloroso salió de su boca al sentir el tercer dedo rozando su próstata.
Cuando Seokjin se dio cuenta que Taehyung estaba listo, tomó un preservativo de la mesita y lo deslizó por su extensión, se colocó entre las piernas del pelinegro, mirándolo mientras se lamía los labios, y entonces lo penetró.
—Estás... tan apretado —jadeó.
Taehyung pudo sentir los músculos de su ano expandirse al recibir lentamente al pene del mayor mientras lo escuchaba gemir en su oído. Una vez que lo tuvo todo adentro, el castaño esperó un poco a que el menor se acostumbrara a la intromisión.
—Muévete, Jin —susurró.
El castaño comenzó a moverse lentamente, observando cómo su miembro era completamente engullido por el ano del menor.
El pelinegro cerró sus ojos ante el doloroso placer que le proporcionaba el castaño, no podía pensar en otra cosa que no fuera la extraordinaria sensación que sentía con cada embestida.
—Sí, sí, ahí —gruñó contra el hombro del mayor.
Seokjin lo penetraba con una fuerza brutal, en un total contraste con sus esponjosos labios, que le dejaban tiernos besos por todo el rostro.
El pelinegro enredó sus piernas alrededor de la cintura de Seokjin, y enterró las uñas de su mano izquierda en la amplia espalda del mayor al sentir su próstata ser golpeada repetidas veces, y las de la derecha en uno de sus glúteos, incitándolo a follarlo más duro.
Seokjin estaba al borde; todo su cuerpo estaba húmedo por el sudor, su corazón latía rápidamente y comenzaba a sentir ese cosquilleo tan conocido en su bajo vientre.
Tomó el desatendido pene de Taehyung y comenzó a bombearlo a la par que seguía embistiéndolo de forma salvaje, le dio un último beso, y con un largo gemido ambos se vinieron; Seokjin dentro del menor, y éste entre sus estómagos y parte de su pecho.
El castaño se desplomó sobre el Taehyung, mientras el orgasmo azotaba sus cuerpos. Seokjin salió del interior del pelinegro y se quitó el preservativo, donde se había venido a chorros.
Se levantó y lo tiró en un pequeño cesto de basura que tenía en el dormitorio, volvió a la cama y se tumbó de espaldas, con la respiración agitada.
Giró la cabeza para mirar a Taehyung y vio cómo su pecho subía y bajaba rápidamente, mientras tenía los ojos cerrados y una ligera sonrisa en la cara. Su cabello estaba pegado a su frente y su piel estaba brillando por el sudor.
Acercó su mano a la mejilla de Taehyung y la acarició levemente, sintiendo las mariposas en su estómago, en su pecho, en todas partes. Quería abrazarlo y nunca más dejarlo ir.
Quiso rodear la cintura de Taehyung pero este interceptó su brazo y con una sonrisa de lado le dijo:
—Me toca estar arriba.
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Holaaaa 💕
En mi defensa debo decir que esta es mi primera vez escribiendo smut. No me maten pls.
Y es el capítulo más largo que escribí hasta ahora. 4030 palabras xd.
Tiren sus piedras acá.
Gracias por leer! Besos enormes como los traseros del Vmin. 💜
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